Comboni, en este día

En una carta a Elisabetta Girelli (1870) desde Verona se lee:
Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente. Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso.

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Nº Escrito
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Señal (*)
Remitente
Fecha
431
Señora A. H. De Villeneuve
0
Roma
16. 2.1872
N. 431 (403) - A LA SEÑORA A. H. VILLENEUVE

ACR, A, c. 15/180 n. 1



Roma, Piazza del Gesù, nº 47, 3º p.

16 de febrero de 1872



Estimadísima Señora:



[2831]
La infausta noticia que me acaba de comunicar Sor Catalina me ha destrozado el corazón. ¡Qué desdichado soy! Hubiera querido encontrarme en París para asistir a Désiré y consolar a una madre incomparable como usted, mi querida Señora. Pocas personas la conocen como yo, pocas personas la comprenden como yo, pocas personas o nadie en el mundo está tan lleno de dolor como yo por esta prueba a que el Señor la somete. Estoy convencido de que Dios quiere hacer de usted una verdadera santa. La vida humana sólo se santifica al pie del Calvario. El buen Dios ha permitido que sufra esta pérdida para hacerla feliz en la eternidad. Recuerde, Señora, que Cristo resucitó después del Calvario. ¡Dios le prepara grandes dichas! Animo, pues, Señora. Nuestra santa Religión, nuestra querida Fe nos enseña que hay una vida militante y una vida triunfante. Los de la vida triunfante están por la fe en comunicación perfecta con la vida militante. Debe mirar a sus seres queridos que están en el cielo como presentes a usted: ellos la ven, la escuchan; ellos cuentan sus lágrimas, sus suspiros, sus alegrías. ¡Animo, querida Señora!


[2832]
Yo desearía estar en París para llorar con usted, para consolarla, para testimoniarle mi afecto; yo siento sus penas. Pero una esas penas a las de Jesucristo, a quien ama ardientemente. El quiere hacer de usted una santa. Rogaré tanto al Sagrado Corazón que se verá obligado a consolarla. Por ser una madre incomparable, Jesús y María estarán con usted. Dios escuchará.


[2833]
Y para mi querido Augusto, que tiene un corazón tan grande, ¡qué pena, Dios mío! ¡Con tanto cariño como profesa a los suyos, y a María!... María, toda amor por aquel buen marido, su querido Désiré. No puedo escribir sin temblar. Pero diga a Augusto y a María que se echen a los pies de Jesucristo; que se escondan dentro del Corazón de Jesucristo, y allí, en esa fuente inagotable de consuelo podrán confortarse. Mientras, es preciso encontrar en la oración el alivio necesario. Por nuestra parte, mi buen secretario y yo diremos Misa durante toda esta Cuaresma por Désiré. Esta mañana la he celebrado en la Iglesia de la Muerte, donde hay todos los días indulgencia plenaria por los difuntos. Seguiré rogando así al Sagrado Corazón de Jesús hasta que la haya consolado. Por favor, Señora, escríbame dos renglones: me parecerá respirar si veo su escritura. Valor, Señora, Dios la consolará sin falta y le dará también aquí en la tierra el premio a sus virtudes heroicas.

Dígnese aceptar la expresión de mi eterno afecto, con el que seré siempre



Su devotmo. y afmo.

Daniel Comboni



Original francés.

Traducción del italiano






432
Informe histórico Vic. A.C.
0
Roma
25. 2.1872
N. 432 (404) INFORME HISTORICO

SOBRE EL VICARIATO APLICO. DE AFRICA CENTRAL

AP SOCG, v. 999, ff. 522-530v



25 de febrero de 1872



INFORME HISTORICO

sobre el VICARIATO APLICO. de AFRICA CENTRAL

desde su fundación hasta hoy

presentado a la S. C. de Propaganda Fide

por D. Daniel Comboni, el 25 de febrero de 1872



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[2834]
Invitado por V. Em.a Rma. a redactar un Informe sobre el Vicariato Apostólico de Africa Central, repasaré al vuelo toda la historia del mismo desde su fundación hasta nuestros días, y expondré humildemente el plan de acción que, a mi juicio, deben seguir los misioneros del nuevo Insto. de las Misiones para la Nigricia fundado en Verona, en el desempeño de sus arduas e importantes funciones, en caso de que la S. C. se digne confiarles el encargo de implantar establemente la fe en aquellas remotas tierras.


[2835]
Es un hecho bien cierto que en los países de Africa Central, la cual está habitada por más de cien millones de negros, que constituyen la décima parte de todo el género humano (como señalé en el Postulado al santo Concilio Vaticano pro Nigris Africae Centralis), jamás se ha establecido el Cristianismo, o al menos puede decirse que actualmente no queda de él vestigio alguno. Los intentos que la Santa Sede ha hecho en diversas épocas, tanto desde la parte meridional, por Mozambique, en 1637; como desde la occidental, por Senegambia, mediante los RR. PP. Capuchinos de España, en 1645, 1658 y 1660; o desde la parte septentrional, por Trípoli y Salé, mediante los Menores Reformados, que en 1706 se extendieron hasta el vasto Reino de Bornu; o, finalmente, desde la parte oriental, cuando algunos misioneros, después de recorrer la zona meridional de Nubia Superior, no lograron ningún resultado en favor de las regiones interiores de Africa. Los más serios e importantes conatos de la S. C. respecto a aquellos pueblos infieles encorvados bajo el yugo del islamismo y del paganismo han tenido lugar durante los gloriosos Pontificados de Gregorio XVI y del inmortal Pío IX.

En 1844 fue presentado a la S. C. el extracto de un libro titulado Viajes al Kordofán, en el que se hacía ver la oportunidad y la necesidad de enviar misioneros al interior de Africa, cuyos habitantes parecían dispuestos a acoger la predicación del Evangelio.


[2836]
Por entonces, el Canónigo Casolani, de Malta, a su regreso de un viaje por las costas septentrionales de Africa, donde había hablado con unos malteses que tenían relaciones con las regiones situadas más allá de Berbería, y después de un recorrido por Oriente, en el que había encontrado al P. Maximiliano Ryllo, polaco, Superior de los Jesuitas de Siria, con el que había conversado sobre la importancia de una Misión católica en el interior de la Nigricia, expuso al Emmo. Card. Prefecto Fransoni los motivos más relevantes para intentar implantar el cristianismo en Africa Central, y el gran beneficio que de ello se derivaría para la Iglesia.


[2837]
A continuación, tras someter a madura reflexión el asunto, el Eminentísimo Card. Prefecto ordenó que se efectuasen especiales indagaciones para conocer detalladamente y con precisión el estado de las regiones interiores de Africa, las lenguas, la índole y costumbres de aquellos pueblos, sus relaciones con los extranjeros y el fundamento que pudiese haber para establecer allí una misión.


[2838]
Habiendo interrogado a tal objeto al P. Venancio de S. Venanzio, Prefecto Aplico. de Trípoli, cuyo territorio confinaba precisamente a mediodía con la misión cuya fundación estaba en estudio, el Emmo. Cardenal recibió como respuesta que era oportuno intentar desde Berbería, por la ruta de Gadamés, una expedición al otro lado del Gran Desierto, donde desde 1706 se había establecido un Prefecto Aplico. de los Menores Reformados en el Reino de Bornu, como se veía por los archivos de aquella Prefectura.


[2839]
Igualmente, habiendo encargado el Emmo. Cardenal a dicho Can. Casolani, al que sabía provisto de los conocimientos necesarios, que reuniese todas las noticias susceptibles de arrojar luz sobre el asunto en cuestión, recibió una interesante Relación con fecha 5 de junio de 1845, en la que claramente se describía la amplitud y fertilidad de los países de más allá del Gran Desierto; se señalaban los límites geográficos, con indicación de los principales montes, ríos y lagos; se explicaba la forma de gobierno, las fuerzas, el carácter, las costumbres y los usos de aquellos pueblos, así como las ramas de la industria y el sistema de comercio; y se daba cuenta de las supersticiones y del predominio de la idolatría y del islamismo. Tras la descripción general del Africa interior, el Can. Casolani suministraba noticias de su geografía local, y corroboraba la opinión del Prefecto Aplico. de Trípoli de que la única vía de penetración en aquellas tierras casi completamente desconocidas era la de Berbería y Gadamés, ciudad situada a cien leguas al SO. de Trípoli. Y concluía manifestando la conveniencia de que a los límites de esta Prefectura se añadiese el Gran Desierto y toda Africa Central; y que al frente del tal Misión se pusiese un hábil Vicario Apostólico investido con la categoría de Obispo, y buen conocedor de la lengua árabe, el cual, acompañado de cierto número de excelentes obreros tanto eclesiásticos como seglares, fuese a Gadamés sin apariencia religiosa, y empezase por ganarse los ánimos de las gentes de allí especialmente con el ejercicio de la medicina y de las artes más útiles en aquellos lugares, y con la caridad cristiana.


[2840]
El Emmo. Cardenal Prefecto, habiéndose asegurado la participación activa del Can. Casolani, que se ponía a disposición de la Santa Sede, y después de unas gestiones con el Rmo. General de los Jesuitas, del que obtuvo al antes mencionado P. Ryllo para el establecimiento de la Misión, a la cual asoció también al Dr. Ignacio Knoblecher, alumno del Colegio de Propaganda, en enero de 1846 presentó a los Emmos. y Rmos. Cardenales componentes de la S. C. una Ponencia sobre el proyecto de establecer una nueva Misión en los países de Africa Central, en la cual se decidió:

1.o Enviar a los Rvdos. Sres. Casolani, Ryllo y Knoblecher al interior de Africa, y especialmente a Gadamés, a fin de que estudiaran sobre el terreno el país y las condiciones de aquellos pueblos para luego establecer allí una regular Misión.

2.o Poner al frente de tal expedición al Can. Casolani, confiriéndole el título de Vicario Apostólico con carácter episcopal.

3.o Ampliar los confines de la Misión, para abarcar con ellos no sólo Africa Central, sino también el Gran Desierto.


[2841]
En base a estas deliberaciones, Su Santidad Gregorio XVI, mediante un Breve del 3 del siguiente abril, erigía en Vicariato Apostólico dicha Misión, que, según las denominaciones actuales, tenía los siguientes límites:

Al Norte, la Prefectura de Trípoli, el Vicariato de Túnez y la Diócesis de Argel.

Al Oeste, los Vicariatos de Senegambia y de las Guineas.

Al Este, los Vicariatos de Egipto, de Abisinia y de los Gallas.

Al Sur, los Montes de la Luna (que, si realmente existen, se encuentran algunos grados más allá del Ecuador).


[2842]
El Vicariato Aplico. de Africa Central, incluso después de restar de él la gran extensión que ocupa la reciente Prefectura del Sáhara, confiada desde 1868 al Arzobispo de Argel, es el más vasto y poblado del mundo.


[2843]
Mientras Mons. Casolani, recibida la consagración episcopal, se dedicaba a arreglar en Malta sus asuntos familiares, el P. Ryllo, informado con exactitud del feliz resultado de las expediciones que S. A. Mehmet Alí, Virrey de Egipto, había hecho llevar a cabo por el valle del Nilo en Sudán –y especialmente de las de 1838 y 1842, capitaneadas por el Sr. d’Arnaux, el cual había llegado hasta el Nilo Blanco, a 5° de lat. N.–, con muchos y sólidos argumentos persuadió al Emmo. Card. Fransoni de que convenía más penetrar en la nueva Misión por la parte oriental remontando el Nilo, y fijar como punto de apoyo la ciudad de Jartum, que por su situación geográfica y por su importancia política se presentaba oportuna y segura para el establecimiento de la primera Estación católica, siendo el punto principal de las últimas conquistas egipcias en Sudán, y el centro natural de comunicaciones entre Egipto y las regiones del interior de la Nigricia.


[2844]
Se decidió por eso abandonar el proyecto de Mons. Casolani, que era seguir la ruta de Trípoli y de Gadamés. Y como el Obispo Casolani, disconforme con la nueva determinación tomada, declinó la responsabilidad de capitanear la expedición, la S. C. puso al frente de la Misión al P. Ryllo con el título de Provicario Apostólico.


[2845]
Teniendo como compañeros de expedición al mencionado Dr. Ignacio Knoblecher; al P. Em. Pedemonte, jesuita genovés; a D. Angel Vinco, del Insto. Mazza de Verona, y también a Mons. Casolani, que le seguía en calidad de simple misionero, el P. Ryllo, en la primavera de 1847 se embarcó para Egipto. Y obtenido del Virrey un firmán con el que recibir protección de los jefes de Sudán, pasando por Filé y Dóngola se dirigió a Jartum, adonde llegó el 11 de febrero de 1848. Era ésta una ciudad de cabañas de paja y ladrillos, con una población de quince mil habitantes –la mayor parte de ellos esclavos arrancados a la fuerza de las tribus del interior–, situada en Nubia Superior, junto al lugar de confluencia del Nilo Azul con el Nilo Blanco, entre los 15 y 16 grados de latitud Norte, y los 30 y 31 grados de longitud Este según el meridiano de París. Jartum dista dos meses de El Cairo.


[2846]
Apenas comprado un terreno con algunas toscas cabañas, que servían de habitación a los misioneros, el P. Ryllo cayó enfermo a causa de una violenta disentería; y el 17 de junio volaba al eterno descanso, dejando el gobierno de la misión al Dr. Knoblecher.


[2847]
Poco tiempo después llegó la infausta noticia de las revoluciones que desgarraban Europa. Propaganda hizo saber a los misioneros que, no pudiendo ya proveer a las necesidades del Vicariato, los dejaba en libertad de volver a Europa para ser enviados a otras misiones. Monseñor Casolani, quebrantado por las fiebres, regresaba para siempre a Malta. El nuevo Superior, Knoblecher, no se desanimó por esto. Hizo poner en cultivo el terreno comprado por su predecesor, donde construyó una humilde casa con una capilla. Compró luego algunos esclavos negros para instruirlos en la fe; pidió y obtuvo del General de los Jesuitas al P. Zara, de Verona, y dos hermanos laicos; y después de haber explorado las diversas tribus del Nilo Blanco hasta los 3 grados, y tras dejar como responsable de la misión a uno de los mencionados Padres Jesuitas, volvió a Europa, a su patria. Allí obtuvo el más amplio favor de la Corte de S. M. Apostólica y de los Obispos de Austria, y logró fundar la Sociedad de María en Viena, que, protegida por el Emperador y dotada mediante Breve del 5 de diciembre de 1872 de varias Indulgencias por el Sumo Pontífice a la sazón reinante, se encargó de suministrar los medios necesarios para el mantenimiento de la misión. En efecto esta Sociedad, llamada Marienverein, que contaba con la importante colaboración del ilustre Canónigo el Prof. Mitterrutzner, de Bressanone, proporcionó durante algunos años abundantes recursos al Vicariato.


[2848]
Habiendo ido a Roma y dado cuenta a la S. C. de su actuación, el doctor Knoblecher fue nombrado Vicario Apostólico en la audiencia del 10 de agosto de 1851. Luego, llevando consigo cinco Sacerdotes eslavos, además de bastantes laicos, embarcó en Trieste con rumbo a Alejandría, adonde llegó el 2 de septiembre; y comprada en El Cairo una cómoda embarcación fluvial a la que puso el nombre de Stella Mattutina, a finales de diciembre alcanzó felizmente Jartum. Allí dejó a cargo de la Estación a los Sacerdotes Kociiancic y Milharcic, y condujo el resto a la tribu de los Bari, donde fundó la Estación de Gondókoro, situada entre los 4 y 5 grados de latitud Norte y entre los 29 y 30 grados de lat Este del meridiano de París.


[2849]
Es inútil dar aquí la descripción geográfica de esta parte oriental del Vicariato Apostólico, en la que principalmente desarrollaron su actividad los nuevos misioneros y los que los siguieron hasta 1861. Me eximo también, por el momento, de hablar de la muy dócil índole y del carácter de aquellos pueblos tan desdichados que gimen bajo el peso de la más inhumana esclavitud, como también del bárbaro tráfico que ejercen los musulmanes y los chilabas de Nubia, los cuales, entrando con amistosa apariencia en el santuario de las pacíficas familias de los negros, arrebatan violentamente de los brazos maternos a niños y niñas –a veces hiriendo y matando despiadadamente a los padres que se oponen a ello–, para llevarlos luego como esclavos a los mercados del Kordofán y de Nubia, y llenar los harenes de los turcos. Huelga señalar que para acabar con esta plaga tan oprobiosa para la humanidad, de nada servirán nunca ni los repetidos tratados entre las potencias europeas, ni los fingidos rigores de las autoridades consulares y musulmanas. Solamente el activo apostolado católico y la predicación del Evangelio lograrán, con el tiempo, vencer esta barbarie y acabar radicalmente con la horrible trata de negros. Tampoco viene al caso, finalmente, hablar de la extraordinaria fertilidad del suelo, de los lugares visitados por la misión, de las variadas supersticiones, de las tradiciones del Antiguo Testamento, de las costumbres de los pueblos que habitan la zona del Nilo Blanco, de la idolatría y el fetichismo que en ellos imperan, de los estragos de la propaganda musulmana entre esas tribus, y de la feliz disposición de los negros a abrazar el cristianismo, especialmente por parte de los jóvenes; no es la ocasión, digo, de mencionar todo lo que llevaron a cabo los treinta y dos misioneros llegados a la Nigricia en siete diferentes expediciones, y que trabajaron bajo la activa y sagaz dirección de Knoblecher, la mayor parte de los cuales murieron víctimas de la caridad por la salvación de aquellas almas. Un brevísimo Extracto de una Relación mía sobre la Historia del Vicariato desde su fundación hasta nuestros días, fue publicado en los Anales de la Propagación de la Fe en marzo de 1871.


[2850]
Me limitaré, pues, sólo a compendiar en dos palabras lo obtenido de positivo bajo el gobierno de Knoblecher, que duró hasta abril de 1858.

1.o Se fundó la Estación de Jartum. La casa, muy grande, con la pequeña iglesia, más el amplio huerto, que produce buenos ingresos, y que está rodeado de un muro, todo ello construido de nueva planta por la misión, costó más de sesenta mil escudos romanos.

2.o Se fundó la Estación de Gondókoro, para llegar a la cual desde Jartum se emplean normalmente dos meses de viaje. Allí se construyó una casa con hermosa capilla y jardín, que costó a la misión cerca de treinta mil escudos.

3.o Se fundó la Estación de Santa Cruz en la tribu de los Kich, entre los 6 y 7 grados lat. N. y los 28 y 29 grados long. E. de París, que está a unos cuarenta días de Jartum y a veinte de Gondókoro. Compuesta de una veintena de cabañas y una iglesia de juncos construida totalmente con nuestras propias manos, costó un centenar de escudos.


[2851]
4.o Se conocieron todas las tribus que se extienden a derecha e izquierda del Nilo Blanco, entre las que destacan las de los Schelluk, Denka, Yangué, Núer, Kich, Tuic, Gog, Eliab y Bari. Se estudiaron las supersticiones, la índole, el carácter y las condiciones sociales de esos africanos, a fin de conocer bien el modo más fácil y el camino más seguro de ganarlos para la fe. Además se practicó con ellos la medicina y la caridad, de forma que llegaron a distinguir muy bien entre el misionero que los beneficiaba y el aventurero blanco que los maltrataba y les robaba sus hijos y sus bienes.


[2852]
5.o Se aprendieron algunas lenguas de aquellos países, entre ellas las dos principales: el denka, que es hablado por más de veintidós tribus y por bastantes millones de indígenas, y el bari, hablado por los negros que viven entre los 5° de lat. N. y el Ecuador. De estas dos lenguas el ilustre Profesor Mitterrutzner, de Bressanone, compuso con ayuda de los nuestros manuscritos, y publicó impresos, los diccionarios y los catecismos, así como bastantes diálogos y las traducciones de los Salmos y de San Lucas. Las publicaciones en estas dos lenguas, de las que la ciencia en Europa ignoraba hasta el nombre, serán de inmensa utilidad a los futuros misioneros de Africa Central.


[2853]
6.o Finalmente, se hicieron católicos cerca de cien idólatras. Y aquí conviene hacer notar que sólo se creyó oportuno admitir al bautismo, salvo alguna rara excepción, a aquellos que se consagraban enteramente al servicio de la misión, y que podían ser por ella mantenidos y, si era preciso, trasladados a Jartum o a Egipto para asegurar su fe en cualquier caso. Muchísimos miles de africanos y tribus enteras habrían abrazado nuestra santa Religión; pero como, por las muertes frecuentes entre los misioneros, la misión no era perpetuamente estable, ni se podía tener la seguridad de mantener allí de continuo el ministerio sacerdotal y atender con regularidad a los convertidos, se prefirió esperar a la época en que fuese posible consolidar y perpetuar la misión. Knoblecher me repitió esto muchas veces.


[2854]
Entretanto surgían en Europa dos nuevas Instituciones, que se preparaban para dedicar sus cuidados a formar personal para Africa.

La primera era el Intituto de los ingenios distinguidos, fundado en Verona por el extraordinario celo de D. Nicolás Mazza, quien por medio del difunto Mons. Besi presentó en 1853 al Emmo. Card. Prefecto una humilde petición tendente a conseguir una pequeña porción de Africa Central que evangelizar con sus sacerdotes. Su Eminencia remitió al peticionario al Provicario Apostólico para tratar el asunto, y, obrando de acuerdo con él en todo, el Instituto Mazza, en las dos expediciones de 1853 y 1857 envió a Africa Central siete misioneros veroneses, entre los cuales me encontraba yo también. Cinco de ellos murieron, uno se retiró para siempre a su tierra, y el último, el más insignificante de todos, se encuentra todavía como servus inutilis en el campo de la misión.


[2855]
La otra Institución es la del P. Ludovico de Casoria, franciscano, que en 1854 fundó en Nápoles dos Colegios: uno masculino, en el que había más de ochenta negritos, y el otro femenino, que contaba con más de ciento veinte negritas. El pío fundador hacía educar a estos jóvenes negros, rescatados en su mayor parte gracias al gran celo del difunto P. Olivieri, de Génova, con vistas a preparar personal para las misiones del Africa interior.


[2856]
Mientras brillaba la esperanza de consolidar con estos relevantes medios y preparaciones el Vicariato de Africa Central, el Dr. Knoblecher, en un viaje a Roma por asuntos de la Misión, moría en Nápoles el 13 de abril de 1858. Tres días después sucumbía también, en Jartum, su Vicario General D. José Gostner, de la diócesis de Trento. Y morían además los presidentes de las Estaciones de Santa Cruz y Gondókoro, y algunos otros misioneros.


[2857]
El Rvdo. D. Mateo Kirchner, a su vuelta del Nilo Blanco en agosto del mismo año, recibía el encargo de tomar las riendas del Vicariato. Y como los misioneros iban disminuyendo, y no tenía esperanzas de recibir otros en el futuro, fue a Roma a pedir algunos frailes al Rmo. P. General de los Franciscanos, quien ya había mantenido contactos con ese Vicariato para los Institutos de negros de Nápoles y para la Misión del Alto Egipto. Y obtenidos tres, entre ellos el P. Juan Reinthaller-Ducla, de Gratz, regresó a Africa.


[2858]
Su primera preocupación, consultados los misioneros, fue tratar de librar a sus compañeros de apostolado de la inexorable mortandad, que amenazaba con un no lejano exterminio de todos los que componían la misión. Y se decidió establecer una residencia única y central en un punto del territorio menos expuesto a las mortíferas influencias del clima. Desde allí, los misioneros irían una vez al año a visitar las estaciones de Jartum y del Nilo Blanco, que entretanto quedarían confiadas a algún influyente y buen católico del lugar. El sitio elegido a tal fin fue Schellal, pueblo situado al principio de las cataratas de Asuán, frente a la isla de Filé y a mil kilómetros de Jartum, en los límites entre Egipto y Nubia, a unas cuarenta millas al norte del Trópico de Cáncer, y entre los 30° y 31° de long. E. de París. Propaganda asumió los gastos de esta fundación, después de obtenido de Said Bajá, Virrey de Egipto, el terreno necesario para el Establecimiento que se debía construir.


[2859]
Como entretanto la muerte se había llevado otros misioneros, el Provicario Kirchner, desalentado por tantas pérdidas, y movido por la necesidad de asegurar a la misión una indispensable cantidad de obreros apostólicos, pensó en confiar a una Orden religiosa el cuidado de aquel arduo Vicariato.


[2860]
Habiendo ido a tal fin a Roma, con el conocimiento de Propaganda se dirigió nuevamente al General de los Franciscanos. Este, con el voto de su Definitorio, declaró formalmente estar dispuesto a hacerse cargo por completo de la Misión, si fuera declarada Seráfica. Tal proyecto, al que se adhirió plenamente S. E. el Consejero Aulico Federico de-Hurter, historiador del Imperio Austríaco y Presidente del Comité de la Marienverein de Viena en favor de los Franciscanos, se basaba en los siguientes motivos:

1.o Las ventajas que ofrecía una numerosa Corporación religiosa capaz de suministrar personal según las necesidades.

2.o Encontrarse la Orden Seráfica en posesión de las instituciones de Nápoles creadas por el P. Ludovico de Casoria, totalmente orientadas en beneficio de aquellas lejanas y difíciles regiones.

3.o La necesidad de mirar por los poquísimos misioneros que quedaban en aquellos lugares, casi abandonados a sí mismos, con la perspectiva de unirse pronto a los que les precedieron víctimas del clima y de las fatigas apostólicas, y sin esperanza de nuevos refuerzos, siempre débiles y siempre difíciles, al tener que reclutarse uno a uno y en diferentes Diócesis.


[2861]
Por ello el Emmo. Card. Prefecto actual expuso al Santo Padre, en la audiencia del 5 de septiembre de 1861, la subordinada idea de autorizar el mencionado proyecto, dejando el Vicariato como se encontraba, y confiarlo sin más, enteramente, a los Frailes Menores según las reglas vigentes en otros Vicariatos similares, para continuar gobernándolo por medio de un religioso Provicario sin carácter episcopal, hasta que los resultados pudiesen determinar a la S. C. a destinar allí un Vicario Apostólico Obispo. El Rescripto Pontificio fue favorable, como resulta del registro de la indicada audiencia (p. 1792, vol. 139), que aparece en los siguientes términos: «Ss.mus etc. benigne annuit, et propositam cessionem probavit et confirmavit, iuxta votum Card. Praefecti relatoris». La Pontificia disposición fue comunicada al General de los Franciscanos con carta de 12 de septiembre de 1861 (vol. 352, p. 505).


[2862]
Una vez confiada la misión enteramente a la Orden Seráfica, debieron retirarse los sacerdotes que quedaban del Insto. Mazza de Verona, el cual presentó más tarde al Emmo. Card. Prefecto un nuevo proyecto de fundar una misión en alguna tribu africana, que no pudo llevarse a cabo por falta de medios.


[2863]
Tras hacerse cargo del Vicariato los Frailes Menores, la S. C. nombró Provicario Aplico. al mencionado P. Juan de Ducla Reinthaller, el cual, habiendo recibido no pocas obediencias en blanco de su Rmo. General, se presentó en muchos conventos de Venecia, del Tirol y de Austria, llegando a tiempo de reclutar treinta y cuatro religiosos, entre sacerdotes y laicos, si bien el P. General había enviado previamente a tal objeto una circular a los religiosos de esas tres Provincias franciscanas. En noviembre llegaba a Egipto esta numerosa expedición de hijos de San Francisco, y a mediados de enero de 1862 el P. Reinthaller tomaba posesión de Schellal. Partió luego de allí con un grupo de nuevos misioneros para establecerlos en las antiguas Estaciones. Algunos murieron durante viaje, y él mismo cayó enfermo en la tribu de los Schelluk. Fue llevado a Jartum y luego a Berber, donde murió. Otros misioneros sucumbieron a continuación. La llegada de una segunda expedición con veintitrés franciscanos fue insuficiente para reparar aquellas pérdidas, y se creyó conveniente abandonar las dos Estaciones del Nilo Blanco y retirarse a Jartum y Schellal. Algún tiempo después, también hubo que abandonar esta última. Quedó únicamente Jartum, que fue ocupada por un solo sacerdote franciscano, el P. Fabián Pfeifer, de Eggenthal, en el Tirol, con dos laicos. Este padre permaneció aislado en Jartum durante más de cinco años, sin un compañero sacerdote con el que confesarse.


[2864]
El P. Reinthaller no tuvo sucesor en sus arduas funciones. Después de su muerte, la S. C. confió interinamente el gobierno de la Misión al Vicario Apostólico de Egipto.

La Orden Seráfica envió a Africa Central cerca de sesenta frailes, entre sacerdotes y laicos. De ellos murieron veintidós, y los otros pasaron a Egipto o a Tierra Santa, o regresaron a Europa.


[2865]
En 1865 la S. C. permitió que el P. Ludovico de Casoria ocupase con algunos de sus frailes y negros terciarios la Estación de Schellal, adonde se me encargó acompañarlos; pero al cabo de siete meses tuvo que abandonar la misión por falta de medios. Cuatro quintas partes de los negritos y negritas de Nápoles o murieron, o abandonaron la Obra. El resto de los varones se hicieron religiosos o quedaron improductivos. De las negritas, algunas se hicieron monjas. En una palabra, Africa Central no ha sacado hasta ahora de tan santa institución el menor beneficio.


[2866]
De todas las Estaciones del Vicariato, hoy queda sólo la de Jartum, a cuyo frente se halla el P. Dimas Stadelmeyer, de Innsbruck, el cual está asistido por el P. Hilario Schletter, tirolés, y por dos hermanos laicos. Estos dos padres ejercen su ministerio en favor de los pocos católicos que se encuentran en Jartum.


[2867]
Y hasta aquí la brevísima reseña histórica del Vicariato de Africa Central. Frente a esta larga serie de pruebas, y al espectáculo de tantas víctimas de la caridad cristiana, acude a la mente de forma natural una pregunta: ¿Por qué, con tan buen pelotón de misioneros llenos de celo y guiados por un jefe tan capaz como lo era el Dr. Knoblecher, no se consiguió implantar establemente la fe en ninguna parte de esta importante misión? ¿Por qué la Orden Seráfica, dotada de fuerzas tan imponentes, no pudo continuar una empresa ya establecida y provista de tantos medios?


[2868]
El Apostolado de la Nigricia es de por sí sobremanera arduo y laborioso. Sin embargo, me parece que el fracaso en la primera etapa de la Misión, bajo Knoblecher, fue causado por los siguientes motivos:

1.o En Europa faltaba la base de un Seminario especial consagrado exclusivamente a preparar candidatos para tan difícil misión. Hay que educar y formar al obrero evangélico antes de exponerlo a los trabajos apostólicos. Es preciso inculcarle la abnegación y el sacrificio, y trazarle, por así decir, el camino hacia ese gran fin por el cual debe consumir toda su vida; y para hacer esto se requiere tiempo y una labor perseverante. Por el contrario, los misioneros de Knoblecher, aunque de óptimo espíritu y virtudes, fueron reclutados en pequeño número de diversas diócesis y enviados enseguida a la misión, sin haberlos preparado convenientemente para la gran empresa, ni haberlos capacitado mediante una seria educación apostólica para afrontar los peligros y las dificultades.


[2869]
2.o En Egipto, donde el Europeo puede vivir y trabajar aunque reine un clima muy caluroso, que puede considerarse la media proporcional entre el de Italia y el de Africa ecuatorial, faltaba un Instituto donde el misionero tuviese la posibilidad de habituarse poco a poco a los calores, a las costumbres, a las comidas y a la vida africana. Los misioneros de Knoblecher partían de Alemania, o sea, de un clima muy frío, y, sin ninguna estancia en lugar de temperatura intermedia, se metían de repente en los países más cálidos de la tierra, con lo que se exponían a una muerte casi segura. ¿Por qué muchos hombres de negocios europeos han vivido y viven todavía largos años en Africa Central, y en cambio los misioneros de Knoblecher morían? Pues porque esos hombres de negocios –yo los conocí a todos– no fueron a esos países sino después de haber pasado algunos años en las costas de Africa o en alguna ciudad del Alto Egipto. Creo que nuestros misioneros aún vivirían si hubieran hecho lo mismo.


[2870]
3.o El sistema de vida que seguían los misioneros alemanes no era apropiado a aquel clima. Mantenían en la misión el régimen alimenticio de Alemania, especialmente en cuanto al consumo de carnes y de bebidas. Naturalmente, no se podían habituar de repente al adecuadísimo régimen frugal y moderado de los africanos, porque pasaban con demasiada rapidez de su patria a la Nigricia. Se necesita una gran sobriedad en la comida y en la bebida para poder vivir en Africa. Un sabio y bien regulado régimen de alimentación es condición esencial para aguantar en esos lejanos países, y a esto resulta difícil acostumbrarse sin someterse antes a una especial educación apostólica y a un largo ejercicio de abnegación y sacrificio en bien adaptados Institutos preparatorios para tan difíciles misiones.


[2871]
4.o Aquella misión carecía de un clero indígena, e incluso de jóvenes catequistas nativos que ayudasen a los misioneros en su ministerio.


[2872]
5.o Finalmente, le faltaba también la colaboración del elemento femenino: una casa de Religiosas que formase maestras negras y misioneras indígenas, las cuales son indispensables en una lejana y peligrosa misión.


[2873]
Sin duda, de conseguir todo esto se habría ocupado más tarde el ilustre Dr. Knoblecher, al que se debe todo el bien que se ha hecho en Africa Central, y que a sus sublimes dotes de firme carácter y constancia a toda prueba, unía enorme perspicacia, mucha actividad, y mente y corazón.


[2874]
Luego, en cuanto al tan desdichado balance de la misión en su segunda etapa, bajo el gobierno de los franciscanos, creo que estuvo causado, aparte de los motivos antedichos, por la razón siguiente: Para tan difícil empresa, disponiéndolo así el Señor, fueron elegidos entre los Frailes Menores los individuos menos adecuados para alcanzar el santo objetivo. En vez de poner al frente del Vicariato a un religioso de Alemania, más apto para la predicación que para el difícil arte de dirigir, e inexperto aún en misiones extranjeras, y no habituado al clima africano, y en vez de aventurar en tan arriesgada obra un pelotón de frailecillos reclutados sin más en varios conventos de tres grandes Provincias con diferentes lenguas y caracteres, a veces sin haber oído siquiera a los Superiores locales o sin haber seguido su consejo, la ilustre Orden debió elegir un hábil Jefe que hubiese pasado ya muchos años ejerciendo su ministerio en Tierra Santa o en el Alto Egipto (donde ciertamente los había), y que por tanto estuviese ya aclimatado a los países de Oriente. Este, utilizando sabiamente los medios de los franciscanos, y con un sistema de acción bien meditado y prudente, poco a poco habría podido echar sólidas bases para salir adelante en la santa empresa.


[2875]
Y si fracasaron los loables y generosos esfuerzos de los Institutos de negros y de negras fundados en Nápoles por el P. Ludovico de Casoria, fue porque generalmente los negros no pueden vivir en Europa, sin excluir los países meridionales de la misma, y recibir aquí una educación para luego trabajar en sus lugares de origen. Ellos, que llegan a Europa quebrantados por los horrores de la esclavitud, por los malos tratos de los musulmanes y por las fatigas de largos e incómodos viajes, encuentran un clima demasiado diferente. Y me atrevo a decir con convicción que apenas Egipto se presta para educar a los negros, habiendo constatado por experiencia que para no pocos de ellos el mismo clima egipcio es diferente en exceso, por lo que les resulta nocivo; y se requieren también en Egipto no pocos cuidados a fin de hacerlo soportable para los indígenas del Africa interior, arrastrados a la esclavitud por la inhumana barbarie de los chilabas.


[2876]
En fin, como parece que la ínclita Orden de los Frailes Menores, por falta de personal suficiente, tiene intención de retirarse completamente del Vicariato, haré que a esta breve Relación histórica siga dentro de pocos días un breve Informe sobre las Obras de Verona y de Egipto, que surgieron bajo los auspicios de Mons. Canossa, Obispo de Verona, y de Mons. Ciurcia, Vicario Apostólico de Egipto, con el objetivo directo de coadyuvar en las misiones de Africa Central; y concluiré exponiéndole en dos palabras el plan de acción que, a mi juicio, debería seguirse para hacer resurgir y prosperar aquel importantísimo Vicariato, sometiendo todo humildemente a la sabiduría y a las veneradas determinaciones de la S. C., dispuesto, como lo estoy con todos mis compañeros y subordinados, a sacrificarnos enteramente hasta la muerte en el arduo y laborioso apostolado de Africa Central, a fin de buscar con todo empeño, de la manera que mejor parezca a la Santa Sede, la salvación de aquellas almas, que son las más infelices, las más necesitadas y las más abandonadas del mundo.

Mientras, tengo el honor de declararme con todo respeto



De V. Em.a Rma.

hummo., indignmo. y obedmo. hijo

Daniel Comboni

Sup. de los Instos. de negros de Egipto

y Misro. de Africa Central






433
Can. Juan C. Mitterrutzner
0
Roma
28. 2.1872
N. 433 (405) - AL CAN. J. C. MITTERRUTZNER

ACR, A, c. 15/67



W.J.M.J.

Roma, 28 de febrero de 1872



Queridísimo amigo y padre en J. C.:



[2877]
Dándole las gracias de todo corazón por su carta, sus mapas, la vida de Knoblecher, etc., le pido otro urgente favor.

En el último trabajo que presento a Propaganda debo exponer qué plan intento seguir al hacerme cargo del Vicariato Aplico. de Africa Central; qué Estaciones ocupar, y si es necesario fundar alguna nueva; cuál es la residencia ordinaria del Provicario Aplico., etc. En suma, debo explicar qué es lo que me propongo hacer con las fuerzas hic et nunc existentes. Estas son:

9 Sacerdotes misioneros

1 Clérigo teólogo de Jerusalén

7 Monjas

20 Maestras negras

7 Hermanos laicos y uno negro


[2878]
¿Se debe ocupar Jartum?, ¿Gondoko?, ¿Schellal?, ¿Kordofán?

Además tenemos los Institutos:

El Insto. de las Misiones para la Nigricia de Verona

El Insto de las Pías Madres de la Nigricia de Verona

Tres Casas en el Viejo Cairo.


[2879]
Pues bien, con estas bases y con estas fuerzas, ¿qué haría usted en mi caso? Espero su venerada opinión sobre el particular.

Ayer se empezó a imprimir la Ponencia secreta de Africa Central, es decir: las Reglas del Insto. de Verona; la famosa carta al Papa de la Sociedad de Colonia; la carta de la Marienverein de Viena; la carta del General de los franciscanos en la que declara retirarse de Africa Central; los Decretos de institución canónica de los Instos. de Verona y de Egipto, del Obispo de Verona y del Vicario Aplico. de Egipto; más la carta del Obispo de Verona al Papa, en la que solicita una misión para nosotros en la Nigricia, y mi Informe, concluido ayer, sobre toda la historia del Vicariato, desde 1844 hasta hoy. Todo ello está en la imprenta, y yo estoy encargado de corregir la impresión secreta de esta Ponencia. Se trata de la segunda sobre Africa Central: la primera se presentó en enero de 1846. Ahora escribo el plan del que le hablo, y le ruego que acuda en mi ayuda. En el Informe sobre la historia africana campea el benemérito nombre del Dr. J. Mitterrutzner. Nuestra Ponencia a la Congregación de Cardenales será presentada inmediatamente después de Pascua, y yo debo elegirme el Cardenal Ponente, tengo derecho a ello, etc.


[2880]
Le doy las gracias por el dinero que ha recogido para mí, etc. Escribiré a Mons. Gasser a Salzburgo. Mientras, le rogaría que me mandase enseguida ese dinero, ya sea en florines austríacos o en liras italianas, a Roma, porque tengo aquí necesidad de él. La dirección de Roma es: Piazza del Gesù nº, 47, 3º P.

Esta tarde, a las seis, voy a ver al Papa, así que le pediré una gran bendición para usted. Mil respetuosos saludos a Su Alteza Rma. del

Tuis.mus Dan. Comboni




[2881]
Desearía saber: ¿de cuánto puede disponer la Sociedad de María en favor del Vicariato cada año? Esto es quizá lo que preguntará la S. C. En ese caso, escribiré a todos los archiduques, príncipes y nobles austríacos que conozco para que manden dinero a la Marienverein. Mientras, escribo a los príncipes y nobles del resto de Alemania para que socorran a Colonia. Recibo también de Lyón y París, y así los medios entran en el haec omnia adiicientur vobis, y nosotros podemos consagrarnos con toda energía al quaerite prium regnum Dei et iustitiam eius. Propaganda está animadísima con Africa Central. El Postulatum fue el primer golpe de gracia, y la Marienverein, Colonia y el Insto. de Verona fueron el segundo. Nuestro pobre D. Beltrame, lamento decirlo, entra en la camarilla de los italianísimos de Verona, y después de haber leído la carta del Card. Barnabó en nombre del Papa, en que S. E. se congratulaba conmigo por haber renunciado a la condecorazón de la corona de Italia, en la cual S. E. decía no poder en conciencia un Sacerdote cató-



N.B. El escrito está incompleto.






434
Card. Alejandro Barnabò (Informe)
0
Roma
2. 3.1872
N. 434 (406) - INFORME AL CARD. ALEJANDRO BARNABÒ

AP SOCG, v. 999, ff. 570-581



Roma, 2 de marzo de 1872



LOS INSTITUTOS DE VERONA Y DE EGIPTO

para la REGENERACION de la NIGRICIA

y

PLAN de ACCION AP.LICA

que seguir al asumir

el Vicariato de Africa Central



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[2882]
Dado que la Orden Seráfica parece dispuesta a renunciar al Vicariato de Africa Central, como se desprende del Documento del 5 del pasado enero del Rmo. P. General de los Menores, contenido en el Sumario núm. III, pág. 10, así, siguiendo el deseo de V. Em.a, expongo aquí sucintamente el Plan de acción apostólica que, según mi subordinada opinión, debería seguir el nuevo Insto. de las Misiones para la Nigricia al asumir este Arduo Vicariato, en caso de que la Santa Sede tuviera a bien confiárselo.


[2883]
A tal objeto, debo dar antes que nada una brevísima noticia sobre:

1.o La situación concreta del Insto. y las fuerzas de las que hic et nunc puede disponer.

2.o Las condiciones actuales del Vicariato de Africa Central.

Como corolario de todo esto, expondré seguidamente el Plan en cuestión.


[2884]
En cuanto al primer punto, existen en Verona dos Institutos preparatorios de ambos sexos, creados sobre las bases del Plan para la Regeneración de Africa exclusivamente para favorecer, según las veneradas disposiciones de la Santa Sede, el Apostolado de Africa Central. Son estos:

1.o El Insto. de los Misioneros para la Nigricia.

2.o El Insto. de las Pías Madres de la Nigricia.

Estos Institutos, que funcionan bajo el gobierno y la supervisión de Mons. el Obispo de Verona y de un selecto Consejo Central compuesto de los personajes más prudentes y distinguidos de la Diócesis, tienen como fin formar, mediante una intensa y sólida educación regular, hombres verdaderamente apostólicos y virtuosas misioneras, para que después de un noviciado de más de dos años en Verona y de otros tres años en las Casas de Egipto, se consagren por completo a las misiones de Africa Central.


[2885]
La norma principal que se han marcado estos Institutos, aparte de las prescritas para formar el espíritu y cultivar las buenas disposiciones de los alumnos y alumnas, es la de hacer una buena selección de los aspirantes y educarlos en el espíritu de sacrificio, por depender de esto no solamente la feliz puesta en marcha, el florecimiento y la duración de los Institutos, sino además su propio y máximo interés, junto con el interés de los misioneros y misioneras, así como el de las almas y de las misiones que les serán confiadas en la Nigricia.


[2886]
En el Insto. de los Misioneros se inculca profundamente, y se trata de imprimir y hacer arraigar bien en el espíritu de los candidatos el verdadero y preciso carácter del misionero de la Nigricia, el cual debe ser una perpetua víctima de sacrificio destinada a trabajar, sudar y morir, acaso sin ver ningún fruto de sus fatigas.


[2887]
Por eso el Superior del Insto. y el Maestro de Novicios hacen saber desde el principio a los alumnos que la vida de un hombre que de modo absoluto y definitivo ha roto todas las relaciones con el mundo y con las cosas más queridas según la naturaleza, debe ser una vida de espíritu y de fe. El misionero que no tuviese un fuerte sentimiento de Dios y un interés vivo en su gloria y en el bien de las almas, carecería de aptitud para sus ministerios, y acabaría encontrándose en una especie de vacío y de intolerable desolación. Porque su obra no estará siempre rodeada de esa devota consideración, de ese ambiente favorable, casi de aplauso, que envuelve al sacerdote cuando trabaja entre almas inteligentes y corazones sensibles.


[2888]
Esta humana satisfacción puede sostener incluso un celo poco fundado en Dios y en la caridad. Pero el misionero de Africa Central no puede ni debe esperarlo siempre. El trabaja en medio de individuos embrutecidos por los horrores de la esclavitud más inhumana, […] a que los ha arrojado la desgracia y la tremenda crueldad de sus enemigos y opresores. Estos infelices negros están habituados a ver arrancar de su seno sus hijuelos para ser condenados a deplorable y perpetua servidumbre, y sin esperanza de volver a verlos jamás; a ver asesinar despiadadamente delante de ellos mismos a sus parientes, e incluso a sus propios padres. Y como los autores de tan brutales y horrendos crímenes no pertenecen a su raza, sino que son extranjeros, esos desventurados africanos, a los que todos siempre han traicionado y maltratado de la manera más cruel, miran a veces al misionero con desconfianza y horror, porque es extranjero [……]. Por eso él, en vez de esperar una agradable correspondencia de afectos, debe estar resignado a encontrar resistencias hostiles, inconstancias dolorosas y traiciones amargas.


[2889]
De ahí que a menudo deba poner la esperanza del fruto en un futuro remoto e incierto. A veces tiene que contentarse con sembrar, entre infinitos sudores, y en medio de mil privaciones y peligros, en un lento martirio, una semilla que sólo dará algo que cosechar a los misioneros sucesores. Debe considerarse como un individuo anónimo en una serie de obreros, los cuales han de esperar resultados no tanto de su labor personal como de una acumulación y continuación de trabajos misteriosamente manejados y utilizados por la Providencia.


[2890]
En una palabra, debe pensar frecuentemente que trabaja en una Obra de altísimo mérito, sí, pero sumamente ardua y laboriosa; y esto para ser él como una simple piedra escondida bajo tierra, que quizá nunca saldrá a la luz, y que pasa a formar parte de los cimientos de un nuevo y colosal edificio que sólo los que vengan detrás verán despuntar del suelo, elevarse poco a poco sobre las ruinas del fetichismo, y agigantarse para acoger luego en su seno los más de cien millones de la desdichada estirpe de los camitas, que desde hace más de cuarenta siglos gimen encorvados bajo el yugo de Satanás. El misionero de la Nigricia, totalmente despojado de sí mismo y privado de todo humano consuelo, trabaja únicamente para su Dios, para las almas más abandonadas de la tierra y para la eternidad.


[2891]
Movido por la pura visión de su Dios, tiene en todas estas circunstancias con qué sostenerse y alimentar abundantemente su corazón, ya le corresponda en un tiempo próximo o lejano, con mano ajena o con la propia, recoger el fruto de sus sudores y de su apostolado. Y teniendo de esta manera confortado el corazón de puro amor a Dios, y contemplando con la mirada iluminada por la fe lo sumamente beneficiosa, grande y sublime que es la Obra eminentemente apostólica por la que él se sacrifica, todas las privaciones, las fatigas continuas y los más duros trabajos se vuelven en su espíritu un paraíso en la tierra, y la muerte misma y el más doloroso martirio son el más valioso y deseado galardón a su sacrificio. Así pues, el pensamiento perpetuamente dirigido al gran fin de su vocación genera necesariamente en los alumnos del Insto. el verdadero espíritu de sacrificio.


[2892]
Ellos se forman en esta disposición esencialísima teniendo siempre los ojos fijos en Jesucristo, amándolo tiernamente y procurando entender cada vez mejor qué significa un Dios muerto en la Cruz por la salvación de las almas. Y renovando a menudo su total ofrecimiento a Dios, incluidas la salud y la vida, en ciertas circunstancias de mayor fervor hacen todos juntos en común una formal y explícita consagración a Dios de sí mismos, ofreciéndose cada uno con humildad y confianza en su gracia también al martirio.

Formados con estas normas, nuestros candidatos no pueden por menos de resultar buenos instrumentos en las manos de Dios y en las de sus legítimos Representantes, para colaborar en esta difícil empresa.


[2893]
Lo que digo del Instituto masculino se practica igualmente en el de las Pías Madres de la Nigricia, cuyas novicias se educan según el mismo espíritu.


[2894]
Además, me es grato hacer observar a V. Em.a que son actualmente muchos los jóvenes de valía que solicitan ingresar en la Casa masculina de Verona; y espero en el Señor que ésta pueda suministrar auténticos apóstoles, y no pocos, en favor de la infeliz Nigricia.


[2895]
El Instituto de las Misiones para la Nigricia de Verona tiene una Casa filial en El Cairo dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, y fundada en la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1867, cuyo objeto está expuesto en el Sumario núm. IV, Artículo Quinto, pág. 19.


[2896]
En este Insto. egipcio, que constituye el segundo Noviciado y una Escuela preparatoria de conocimientos prácticos para los misioneros de Africa Central, se dan, además de las correspondientes a las otras disciplinas, clases especiales de Controversia africana, que tienen lugar dos veces a la semana, sobre los siguientes puntos:

a) Sobre cosas de mayor entidad y actualidad del ministerio de los misioneros.

b) Sobre los errores y supersticiones de Africa Central.

c) Sobre los errores del islamismo en general, y sobre los particulares de los musulmanes de Egipto, de Nubia y de los nómadas de la Nigricia de lengua árabe.

d) Sobre los errores de los herejes y cismáticos de todas clases y ritos en general, y sobre los que en particular se dan entre los herejes y cismáticos de Egipto, que son los coptos, los griegos, los armenios, los anglicanos y los protestantes.

e) Sobre los nocivos prejuicios imperantes entre los católicos de todos los ritos en Egipto, y entre algunos monjes y sacerdotes católicos orientales, prejuicios que pueden ser un obstáculo para el progreso del verdadero Catolicismo Romano.

f) Sobre las perniciosas tendencias y vicios que reinan entre los católicos europeos en Egipto, y sobre el modo práctico de ponerles remedio.

g) Sobre las máximas diabólicas de la Masonería, y sobre los gravísimos daños producidos por ésta en Oriente.


[2897]
Merced a este estudio esmerado y concienzudo se establece poco a poco un sistema práctico mediante el que conseguir, con la gracia de Dios, la salvación de las almas.

Además de esto, se estudian minuciosamente los errores, las supersticiones y las falsas creencias de las infieles musulmanas y heterodoxas, formando así un Tratado adaptado a la capacidad e inteligencia de las Hermanas y de las Maestras negras, a fin de que puedan utilizarlo eficazmente para convertir y ayudar del mejor modo posible a esas gentes de su sexo.

Este Instituto de negros está compuesto de:

1.o los Sacerdotes misioneros

2.o los Clérigos y Catequistas

3.o los Hermanos coadjutores

4.o el Catecumenado para los negros

5.o los alumnos negros

6.o pequeña enfermería para los negros enfermos y abandonados.


[2898]
Los Sacerdotes Misioneros son los siguientes:

1.o D. Daniel Comboni, Superior, de 40 años

2.o Canónigo D. Pascual Fiore, Vicesuperior, de 34 años

3.o D. Bartolomé Rolleri, de 30 años

4.o D. José Ravignani, de 37 años

5.o P. Estanislao Carcereri M.I., de 29 años

6.o P. José Franceschini M.I., de 25 años

7.o D. Vicente Jermolinski, de 32 años

8.o D. Juan Losi, de 30 años

9.o D. Pedro Perinelli, de 29 años

10.o D. Calis, jerosolimitano, Clérigo de Teología, de 21 años.




[2899]
Además, a diez minutos de distancia del Insto. de los negros de El Cairo, está la Casa de las negritas, consagrada al Sdo. Corazón de María, y fundada igualmente en 1867, con objeto de formar buenas misioneras indígenas para que presten su colaboración en el Apostolado de Africa Central. Está dirigida por las Hermanas de San José de la Aparición.


[2900]
En este Instituto, aparte de otras prácticas y ramas de educación, expuestas en mi Informe a V. Em.a del 15 de abril de 1870, y además de la escuela parroquial del Viejo Cairo, cuyas clases se dan en diversas lenguas exclusivamente por Maestras negras, hay una escuela interna en la que se enseña a las negritas ampliamente el catecismo para hacer de ellas útiles y verdaderas misioneras de su patria, en el Africa Central.


[2901]
En esta escuela da clases de cuando en cuando un misionero, que explica y desarrolla las ideas y los argumentos de prueba que a tal fin han sido discutidos y triturados en el Insto. masculino. Según las materias tiene lugar una especie de controversia, en la que se enseña la manera más eficaz de convertir a las negras de cualquier superstición, y se exponen los motivos y los ejemplos más prácticos y sencillos para combatir y destruir los errores y las supersticiones de las mujeres paganas y musulmanas.


[2902]
Hemos comprobado por experiencia que el Instituto de las negritas de El Cairo es un importante elemento de apostolado para las negras residentes en Egipto. De verlas tan bien instruidas y educadas, de conversar con ellas, y de oírlas cantar en la iglesia, muchas, incluso musulmanas, sintieron deseos de hacerse católicas. Nosotros, después de reiteradas pruebas, las admitimos en el seno de la Iglesia, donde son constantes en perseverar. ¡Cuánto más útil todavía será la obra que ellas realizarán en sus países de origen, en Africa Central!

Esta Casa comprende:



1.o las Hermanas

2.o las Maestras negras misioneras

3.o el Colegio para las negras

4.o el Catecumenado para las negras

5.o la Enfermería para las negras enfermas y para las abandonadas.


[2903]
En este Instituto, aparte de otro personal, hay veinte Maestras negras de probada moralidad y capacidad, que están maduras para ejercer convenientemente su ministerio en Africa Central. Además de conocer bien cada una de ellas el italiano, el francés o el alemán, todas hablan el árabe, y algunas la lengua materna de la tribu de la Nigricia donde nacieron. Estas veinte Maestras negras son muy hábiles en el arte y manera de instruir a sus hermanas de raza y atraerlas a la Fe, por muy arraigadas que tengan las supersticiones o por muy fanáticas que sean del islamismo.


[2904]
Estos dos Institutos de negros de Egipto, aparte de preparar elementos indígenas para el apostolado de Africa Central, sirven eficazmente a la Misión de Egipto –con la autorización del venerable Vicario Apostólico de allí–, y de manera particular ayudan a los negros residentes en El Cairo, donde gimen en la más triste situación, como queda expuesto en los dos Informes publicados en el fascículo correspondiente a enero del presente año 1872 de los Anales de la Propagación de la Fe.


[2905]
En fundar los Institutos de Verona, y mantener los de El Cairo erigidos en 1867, he gastado 54.000 escudos romanos, todos ellos ofrecidos por la caridad de las pías Asociaciones Católicas para la Propagación de la Fe, y por bienhechores míos particulares.


[2906]
Para hacernos cargo a partir de ahora del Vicariato de Africa Central podemos disponer, hic et nunc, del siguiente personal:



8 Sacerdotes misioneros

9 Hermanos coadjutores

4 Hermanas, entre ellas una Betlemita

20 Maestras negras


[2907]
Pasando ahora a hablar del estado actual del Vicariato de Africa Central, es preciso señalar a V. Em.a que la acción apostólica de los antiguos misioneros, entre los que yo también me encontraba, se desarrolló sólo en la parte oriental del Vicariato, es decir, desde el Trópico de Cáncer, en Nubia Inferior, hasta el Ecuador, entre los 25° y 35° de long. Este según el meridiano de París. De las cuatro Estaciones fundadas, quedan sólo tres: Schellal, que éstá a más de un mes de viaje de Jartum, la cual dista dos meses de Gondókoro. La antigua estación de Santa Cruz, en la tribu de los Kich, está destruida.


[2908]
Pero resulta que sobre esta misma línea hasta las fuentes del Nilo se ha desarrollado también la acción conquistadora de los musulmanes, y no tardará mucho en seguir sus huellas la propaganda protestante.


[2909]
Su Alteza Ismail Bajá, Virrey de Egipto, tanto por agrandar sus posesiones, como por asegurarse un reino que le sirva de refugio en caso de que complicaciones políticas, artimañas de la Sublime Puerta o consecuencias de los enredos de Rusia lo echasen del trono de Egipto, ya ha realizado en gran parte su plan de conquistar Africa Central hasta las fuentes del Nilo. Con ese fin se ha servido de toda clase de individuos, entre musulmanes, protestantes y masones.


[2910]
En 1866 tomó definitivamente posesión del vasto territorio de los Schelluk y constituyó con él una provincia egipcia, cuyo Mudir, o Gobernador, reside en Hellah-el-Kakah, en la ribera izquierda del Nilo Blanco, en los 10° de lat. N.


[2911]
Hacia finales de 1869 envió al centro de Africa al protestante inglés Baker con el título de Bajá de Sudán, o Nigricia, con siete barcos de vapor, 2.600 soldados de todas las sectas y una gran cantidad de dinero. Y haciendo creer a la Diplomacia que el fin de tal empresa era introducir la civilización europea en aquellas tribus, y abolir y destruir allí la esclavitud, estacionó diversos grupos de soldados en los puntos principales del Nilo Blanco, como en la desembocadura del Sobat y del Bahar-el-Ghazal, y entre los Denka, los Núer, los Kich y los Eliab, así como en Gondókoro, y ha emprendido la construcción de una carretera desde Gondókoro hasta el Lago Alberto, o Luta N’Zige, que es la primera fuente del Nilo, descubierta por él mismo en 1864, y que dista dos grados de latitud de Gondókoro.


[2912]
Tras esta violenta invasión, la mayor parte de los negros del Nilo Blanco se retiraron al interior, a occidente, para escapar a la opresión de los conquistadores, los cuales, no obstante la gran severidad del Sr. Baker, arrancan violentamente a los negritos del seno de sus familias, raptan a las niñas, maltratan a la gente y ejercen bárbaramente la trata de esclavos, como me han asegurado los más exactos informes de Egipto, y las cartas privadas del Sr. Baker publicadas estos días en los periódicos de Alemania.


[2913]
Aparte de todo esto, el Virrey de Egipto tiene firme intención de prolongar el ferrocarril del Alto Egipto hasta Jartum por el desierto de Atmur, y establecer la navegación a vapor en el Nilo Blanco y en las fuentes del Nilo, que son lagos inmensos, donde el clima es suave y saludable. Por lo cual dentro de pocos años se contará con el ferrocarril desde Alejandría hasta Jartum, con la navegación a vapor desde Jartum hasta Gondókoro, con la carretera desde Gondókoro hasta el Lago Alberto y con el comercio europeo hasta las fuentes del Nilo. Y acaso el desarrollo de este progreso material (del que las misiones de Africa Central se podrán aprovechar para las comunicaciones) acarreará a aquellas regiones la depravación producida por la pestífera influencia de las propagandas musulmana, protestante y masónica; y el apostolado católico, cuanto más tarde en establecerse en aquellos países, encontrará allí unos obstáculos y una oposición cada vez mayores.


[2914]
Ante este estado de cosas, viendo la perseverante energía de los enemigos de la Religión, que se arriesgan a los más grandes peligros en aquellas remotas tierras, y el espectáculo de más de setenta europeos, entre alemanes, holandeses e ingleses, que participan en la expedición de Baker, afrontando en este momento el abrasador clima africano por una gloria pasajera y por mundanos intereses, me parece que no deben andar a la zaga el celo católico y la acción benéfica de la Iglesia. Y poseyendo ya la misión una gran Casa en Jartum, más una importante Estación en Gondókoro, que es la base de operaciones para extender nuestros esfuerzos hasta las fuentes del Nilo, donde reina un clima sano, y conociendo ya nosotros las lenguas principales, las costumbres y el carácter de los pueblos que habitan las riberas del Nilo Blanco, no sería conveniente abandonar la idea de evangelizar las vastas tribus que constituyen la parte oriental del Vicariato.


[2915]
Aunque resulte oportuno desplegar nuestra actividad a lo largo de esa gran línea que desde Schellal y Jartum se prolonga hasta las fuentes del Nilo, no se debe perder de vista el centro del Vicariato, y en especial las tribus interiores de los negros que habitan el sur y el soroeste del Kordofán y de Darfur, como serían los Teqalek, Gebel Nuba, Fertit, Birket, Abodima, Ming, etc., que por hallarse lejos de las ordinarias comunicaciones de la pretendida civilización moderna, y menos expuestos a la nociva influencia de los musulmanes y de los aventureros europeos, son por lo mismo más sencillos y morales, y por tanto más fáciles de evangelizar. La llave para entrar en aquellas tribus del interior la constituye el Kordofán, cuya capital El-Obeid es sede de un Gobernador egipcio, se comunica con El Cairo por medio del correo semanal, y está poblada en su mayor parte por negros provenientes de las tribus interiores indicadas.


[2916]
Bien ponderadas estas circunstancias, después de haber sometido a serio examen todo lo que realizaron los misioneros de Africa Central, con los cuales compartí algunos años las fatigas de aquel difícil apostolado, y después de haber meditado sobre todas las vicisitudes, los estudios, las exploraciones y las sabias observaciones hechas por el difunto Provicario Knoblecher, que sin duda serán conocidas de V. Em.a , y que en parte están recogidas en los Anales de la Sociedad Mariana de Viena, no debo esconder a V. Em.a Rma. que he repasado los libros y los trabajos escritos en diversas lenguas por los más célebres viajeros que en el pasado siglo o en el presente visitaron una u otra parte de las regiones centrales incluidas en el Vicariato, penetrando en ellas desde el septentrión o desde el nordeste, o incluso desde la parte austral. Entre éstos, a algunos de los cuales conocí bien y personalmente, figuran los siguientes en la historia de Africa Central:

Poncet, que penetró allí en el año 1698

Pater Krumps 1701

Browne 1703-1796

Hornemann 1798

Cheik Mohamed Ibn-Omar el-Tansi 1803

Burckhardt 1816

Cailland 1817

Drovetti 1818

Edmond Stane 1819

Lyon 1819-1820

Minutoli 1820

Sultan Taima 1821

Maior Denham 1822

Clapperton 1822

Oudney 1822



Mohamed Bey 1823

Rüppel 1824

Pacho 1826

Belzoni

Brocchi

Limant de Bellefond 1827-1832

Prudhoe 1829

Moseki 1832

Hotroyd 1837

Russeger 1838

Thibaut 1838-1860

Kotscky 1839

D’Arnaud 1840-1841

Werne 1840-1841

Pallme 1840-1841

Figari 1844

Hudson 1844

Brun Rollet 1844-1859

Lepsius 1845

Dr. Penay 1846-1860

Richardson 1846-1851

John Petherick 1847-1859

Brehm 1848

B(…)ore de Müller 1848

F. Fresnet 1848

Dr. Over 1849

Bayard Taylor 1851

Lafargue 1851-1870

Barth, el más respetable de todos 1852-1864

Em. Dandol 1853

De Schlieffen 1853

Latif Effendi o De Bono 1853-1866

Vogel 1854

Malzac 1854-1861

Vayssière 1854-1863

Hermanos Poncet 1854-1864

D’Escayrat de Lauture 1855

Rossi 1856

Th. de Heugling 1856-1860

Hansal 1857

Hartemann 1860

Loian 1860

Karnier 1861

Speke 1862-1863

Grant 1862-1863

Baker 1864-1872


[2917]
Durante muchos años he sometido a serio examen y ponderado minuciosamente cuanto en sustancia escribieron estos osados viajeros de Africa Central, prestando atención a los caminos seguidos, a la índole de las tribus visitadas, a las tradiciones y a la historia verdadera o falsa de aquellos pueblos; y posiblemente he estudiado todo lo que escribieron y, casi diría, todo lo que se podía saber en Europa respecto a aquellas vastas regiones poco menos que desconocidas, que se extienden entre los confines del Vicariato.

Pues bien, tenido todo en cuenta, y después de larga y madura reflexión, estoy profundamente convencido de que el medio mejor y más seguro de alcanzar el magnánimo objetivo de la Santa Sede con las fuerzas actuales aportadas por los Institutos de Verona y de Egipto, y con las que aportarán, es el brevemente descrito en el siguiente



PLAN DE ACCION APOSTOLICA.




[2918]
Quiero decir en primer lugar que me parece de lo más conveniente que la Sagrada Congregación no haga por ahora ningún cambio en cuanto a los límites del Vicariato, y mantenga los establecidos por el Decreto apostólico del 3 de abril de 1846, restada la Delegación del Desierto del Sáhara, confiada en 1868 al Arzobispo de Argel; porque de esta manera queda para los nuevos misioneros un campo más variado y extenso en el que hacer, con miras a establecerse, una buena selección de las regiones bastante salubres y de las tribus y pueblos más simples y aptos para recibir la fe y la civilización cristiana.


[2919]
En la actual situación de los países y de los pueblos de Africa Central, me parece que no conviene perder de vista, sino por el contrario prestar la más seria atención, a la parte oriental del Vicariato, y al mismo tiempo es menester concentrar lo sustancial de nuestra actividad en la parte central del mismo, y especialmente al sur y al suroeste del Kordofán y de Darfur.


[2920]
La base de operaciones para la parte oriental del Vicariato es Jartum, y para la parte central, El-Obeid, capital del Kordofán. Por tanto, yo sería de la subordinada opinión de que se destinasen algunos misioneros a Jartum, y a la vez se crease una nueva Estación en El-Obeid para concentrar allí poco a poco, después de las más seguras indagaciones, lo más selecto de las fuerzas preparadas por los Institutos de negros de Egipto. Una gran casa con jardín y terreno donde construir una iglesia estaría a mi disposición en la capital del Kordofán el día en que V. Em.a se dignase dar su venerado consentimiento para la fundación de la proyectada Estación.


[2921]
Los motivos para conservar Jartum son los siguientes:

1.o Desde Jartum se está en condiciones de velar por los intereses de los pueblos del Nilo Blanco y de tener el ojo puesto en los resultados de la actual expedición egipcia capitaneada por Baker, a fin de aprovechar el tiempo y la ocasión oportunos para destinar misioneros a alguna tribu del Nilo Blanco, restablecer la antigua residencia de Gondókoro y, llegado el momento, prolongar nuestra actividad hasta las fuentes del Nilo.

2.o Jartum es la última residencia de un Cónsul austríaco, por medio del cual, en caso necesario, pueden ser tutelados los intereses de la Misión en todos los extensos dominios egipcios en Africa Central.

3.o En Jartum hay algunos católicos que atender y muchos negros que ganar para Cristo.

4.o En Jartum, además de la casa, están los cultivos del huerto que cuidar y mejorar en beneficio de la Misión.


[2922]
Los motivos para fundar una nueva Estación en El-Obeid son los siguientes:

1.o Casi todos los alumnos y maestras negros de nuestras Casas de Egipto provienen del Kordofán y de las tribus de sus alrededores, que constituyen el centro del Vicariato.

2.o Ninguna secta acatólica ni ninguna logia masónica se han introducido todavía en el Kordofán para pervertir a sus gentes.

3.o El islamismo es muy débil entre los musulmanes del Kordofán y entre las tribus nómadas árabes que vagan por las comarcas de los alrededores.

4.o Gran parte de los habitantes de El-Obeid son paganos y contrarios al islamismo.

5.o El-Obeid está apartado del centro de acción del Gobierno egipcio, que en la actualidad se concentra en la línea oriental del Vicariato, y por tanto lejos todavía de la nociva influencia de los masones y de los incrédulos y pervertidos europeos, que ordinariamente arrastra consigo el Gobierno egipcio.

6.o El-Obeid está en directa comunicación con muchas tribus del centro del Vicariato.

7.o A El-Obeid llegan cada año muchos reyezuelos o jefes de las tribus del interior para llevar su tributo al Gobernador egipcio del Kordofán. Esto facilita a la Misión entablar contacto con los mismos para establecerse poco a poco en sus territorios.

8.o Siendo nuestros misioneros los primeros en establecerse definitivamente en el Kordofán, podrán conseguir más fácilmente que prevalezcan en el alma de aquellas gentes los principios católicos, frustrando así la acción de las sectas protestantes en caso de que éstas se estableciesen allí más tarde.

9.o La vida en el Kordofán es barata, y el agua de allí bastante buena para la salud.


[2923]
10.o Nuestros misioneros exploradores, que se encuentran actualmente en el Kordofán, me confirman todos estos datos que yo conocía desde hace mucho. Han sido acogidos bastante bien por aquel Gobernador –gracias a las cartas de recomendación que el pasado verano S. M. el Emperador Francisco José I hizo enviar al I. R. Agente y Cónsul General austríaco en Egipto–, y bastantes turcos y paganos, y los pocos herejes coptos residentes en El- Obeid, los han invitado a establecer allí una escuela católica para instruir a la juventud.


[2924]
Por todos estos motivos, pues, me parece necesario ocupar cuanto antes Jartum, crear una nueva Estación en El-Obeid y utilizar la de Schellal como muy oportuno punto intermedio, reservándonos para decidir sobre el terreno, según las circunstancias, si conviene o no establecer definitivamente en esta Estación un Instituto de educación para negros.


[2925]
En cuanto a la residencia ordinaria del Jefe de toda la Misión, me parece que por ahora debería fijarse en Jartum, por ser la Estación que hic et nunc posee lo preciso para las primeras necesidades, tiene relaciones con el Nilo Blanco y con el Kordofán y está en comunicación postal y telegráfica con el mundo civilizado. Si nuestra acción en el Kordofán es luego abundante en felices resultados, entonces será más conveniente establecer la residencia de dicho Superior en la ciudad de El-Obeid.


[2926]
Para llegar a Jartum, normalmente se requieren dos meses de viaje desde El Cairo, treinta y cinco días desde Schellal, quince días desde El-Obeid y cerca de dos meses desde Gondókoro.

El-Obeid está a cuarenta días de Schellal, y a dos meses de viaje desde El Cairo por la ruta de Dóngola, que se halla situada a 18° de lat. N. y entre los 28° y 29° de long. E. según el meridiano de París. En esta ciudad sería conveniente fundar una Estación, como intermediaria entre Schellal y El-Obeid.


[2927]
El correo, por su parte, va con mucha más rapidez, funcionando sin interrupción día y noche por medio de apropiados relevos; porque en sólo treinta y ocho días recorre toda la ruta de El-Obeid a El Cairo. Mientras que el transporte de las provisiones, que realizaba anualmente un enviado especial de difunto Provicario Knoblecher con ocasión de ir a Egipto a recoger los Santos Oleos de aquel Rmo. Mons. Delegado Apostólico, duraba por lo general sesenta días desde El Cairo a Jartum y cuatro meses y medio desde El Cairo a Gondókoro.


[2928]
En cuanto a los medios para sostener el Vicariato, además de la activa cooperación de las Sociedades de Colonia y de Viena y de otras menores de Alemania, sería necesario que la pía Obra de la Propagación de la Fe de Lyón y París prestase a este fin una importante ayuda. Tiene mucho celo y una buena disposición por Africa Central, a juzgar por lo que más de una vez me ha expresado y por sus grandes promesas; aun así, una carta de recomendación de V. Em.a es lo que posibilitaría ese apoyo, que resulta necesario para un Vicariato tan vasto y difícil y con tantos gastos.


[2929]
Por lo demás, como hasta ahora no se ha conseguido nunca implantar establemente la Fe en Africa Central, y como por las graves dificultades encontradas se produjo desaliento no sólo en las Corporaciones capaces de enviar misioneros a esos lugares, sino también en la Sociedad Mariana y en todo el Imperio Austríaco, ahora, al reemprender la santa Obra, se impone caminar paso a paso, y proceder con suma lentitud y prudencia, que son las condiciones esenciales para asegurar el éxito de la santa empresa. Lo primero que se debe procurar al reemprender las actividades de este arduo Vicariato es probar con hechos que el establecimiento de una regular misión en Africa Central es posible y realizable con el personal indígena que se va preparando. Además es necesario que el campo donde vamos a trabajar sea vasto, para así poder elegir los lugares en que sea menos difícil establecerse, y al mismo tiempo dedicar todos nuestros desvelos a las tribus y poblaciones negras que se muestren más aptas para recibir el Evangelio.


[2930]
Luego, cuando, con los elementos suministrados por nuestros Instos. de Verona y de Egipto hayamos demostrado con hechos que es posible una bien organizada Misión en algunos puntos de Africa Central, y que paulatinamente puede hacerse estable y duradera, entonces se reanimará el celo de las Sociedades para la Propagación de la Fe y de otros insignes bienhechores, y se volverán a encender los ánimos en las Corporaciones eclesiásticas y religiosas que están en condiciones de prestarse a la evangelización de la Nigricia, entre las cuales hay algunas recientes y con buen espíritu que no serían reacias a colaborar en ello dentro de poco. El Instituto de Verona, con la gracia de Dios, las ayudará en todo cuanto pueda, tanto alojando temporalmente a los miembros de las mismas en sus Casas de Egipto para que se aclimaten y se preparen para el apostolado en el interior, como acogiéndolos en sus Estaciones de Africa Central, y asistiéndolos de toda manera posible hasta que, consolidados en la experiencia práctica del ministerio africano, puedan hacerse cargo de determinadas misiones en el interior, que posteriormente la Santa Sede erija en otras tantas Prefecturas o Vicariatos Apostólicos.


[2931]
Cierro este Informe permitiéndome hacer observar a V. Em.a la suma y esencial importancia de los Institutos de negros de Egipto, en los cuales los candidatos se perfeccionan en su vocación, y se aclimatan y se adiestran en el ejercicio del ministerio apostólico, y donde también se forman junto con el clero indígena todos los otros elementos para el apostolado y se preparan inmediatamente los materiales para tomar por asedio el formidable baluarte de la Nigricia.


[2932]
Añado además una ferviente súplica a V. Em.a para que se digne asistirnos con su sapiencia en todas las cosas de la santa empresa, teniendo nosotros absoluta necesidad de ser guiados y regulados en todo por la incomparable prudencia y sabiduría de la S. C., y estando decididos a no dar un solo paso en el arduo y peligroso camino sin escuchar antes las veneradas órdenes y las sabias disposiciones de Propaganda, la cual es soberana absoluta de nuestros sentimientos, de nuestras acciones y de nuestra vida.

Besándole la sagrada púrpura, tengo el honor de suscribirme con toda veneración



De V. Em.a Rma.

hummo., devotmo. y obedmo. hijo

Daniel Comboni






435
Propag. de la Fe, Lyón
1
Roma
13. 3.1872
N. 435 (407) - A LA PROPAGACION DE LA FE DE LYON

«Les Missions Catholiques» 146 (1872), p. 253



Roma, 13 de marzo de 1872



Breves noticias.





436
Sociedad de Colonia
0
Roma
29. 3.1872
N. 436 (408) - A LA SOCIEDAD DE COLONIA

«Jahresbericht...» 20 (1872), pp. 54-58



Roma, 29 de marzo de 1872



Al Presidente y a los Miembros de la Sociedad para el rescate

y la educación de los niños negros, de Colonia.



[2933]
Al enviarles, señores, el Informe sobre la nueva expedición al Kordofán, emprendida inmediatamente después de comunicarme ustedes, en la junta del 4 de septiembre del pasado año, la decisión, rica en consecuencias, de concederme inmediatamente 20.000 francos, es mi deber explicarles en breve las razones que me determinaron a llevar a cabo esa expedición, que en tan poco tiempo ha dado magníficos resultados. Ustedes, señores, discutieron este asunto el 4 de septiembre de 1871 e hicieron que sus palabras fueran seguidas de hechos. ¡Ustedes se pronunciaron por el «Kordofán», y sólo 210 días después, el 1 de abril de 1872, la expedición al Kordofán era cosa acabada, y la relación sobre ella está ya en sus manos! La Iglesia y la civilización cristiana deberán darles las gracias por ello.


[2934]
Habiendo logrado muy buenos resultados en mis Institutos de negros de Egipto, consideré llegado el momento de avanzar hacia el interior de Africa, para, con lo que se obtuviese, disponer de la prueba más convincente de que es posible y realizable la evangelización de esta inmensa parte del mundo, que durante tantos siglos ha resistido obstinadamente los más heroicos intentos de la Iglesia y de la civilización. Y esto, a decir verdad, sólo se puede hacer mediante los elementos que he formado con tal objeto en los Institutos de El Cairo; es decir, la regeneración cristiana de la Nigricia se debe llevar a cabo por medio de los negros mismos.


[2935]
Yo también tomé parte en las laboriosas empresas del difunto Provicario Knoblecher y de sus misioneros, los cuales se dirigieron a la parte oriental del gran Vicariato de Africa Central, que es el más vasto y poblado del mundo. Avanzando siempre a lo largo del Nilo pasamos el Trópico y llegamos al Ecuador, donde desarrollamos nuestra actividad misionera. Me encontré entre las gentes del Nilo Blanco, y allí realicé muchos estudios y sufrí mucho. Traté personalmente con los grandes viajeros Linant Bey, Mr. D’Arnaud, Speke, Grant y Baker, y mantuve muchas conversaciones con los chilabas y con los mercaderes árabes, los cuales atraviesan continuamente el país y lo conocen mejor que los viajeros europeos. Además he leído debidamente cuanto se ha publicado sobre el tema, y he investigado al respecto lo que han hecho los exploradores desde 1698 hasta el presente.


[2936]
Es así como he llegado a la convicción de que al fundar una misión es absolutamente necesario establecerla lejos de las orillas del gran Nilo Blanco, o sea, en el interior de país, porque la experiencia nos ha enseñado que aquellos lugares, especialmente después de la estación de las lluvias ecuatoriales, son funestos para la salud de los europeos. Siempre me habían asegurado que al sur y al este del Kordofán había montes, ríos, lagos y bosques deliciosos, y hoy vemos plenamente confirmadas esas afirmaciones por las noticias que acabo de recibir y por las exploraciones que las han precedido.


[2937]
En consecuencia, el Kordofán resulta ideal para fundar una misión que se convierta en el centro de acción apostólica, para comenzar de nuevo a predicar el Evangelio y a llevar la civilización a las numerosas tribus de las regiones ecuatoriales, que viven aún en las tinieblas del paganismo.

Me parece que la elección del Kordofán ha sido tanto más feliz cuanto que la mayor parte de los alumnos de nuestros Institutos de Egipto, que provienen de las tribus de las regiones centrales, han pasado por el Kordofán.


[2938]
Para constatar todavía mejor la exactitud de estas observaciones e informes, consideré de lo más prudente y necesario enviar en primer lugar cuatro exploradores al Kordofán, bajo la guía del muy diligente P. Carcereri, para sondear el terreno y ver si era posible fundar en algún lugar de por allí una misión en la que colaborasen coadjutores indígenas, y crear así un centro de acción para el apostolado en el interior de la Nigricia.


[2939]
Les indiqué que fuesen por el desierto del Atmur y por Jartum, ordenándoles que hiciesen profundas averiguaciones sobre las condiciones actuales en la zona del Nilo Blanco. También les encargué que se informasen acerca de los resultados de la última expedición de Su Alteza el Jedive a Gondókoro y a las fuentes del Nilo, dirigida por Samuel Baker, y que además tratasen de conocer el modo más seguro y fácil de penetrar en el Kordofán. Los resultados de estas indagaciones han superado mis esperanzas.

En ochenta y dos días, nuestros cuatro viajeros alcanzaron felizmente la capital del Kordofán, El-Obeid, que según el P. Carcereri es una ciudad de cien mil habitantes, dos tercios de los cuales son esclavos negros paganos. Esta gran ciudad está emplazada sobre una altura, y su clima se puede considerar bueno. Desde allí es fácil ir entrando poco a poco en las tribus del Sur y del Oeste; de modo que en el futuro, con la ayuda de nuestros alumnos indígenas de los Institutos de Egipto, se podrá resolver el gran problema de hacer de los habitantes de Africa Central cristianos y hombres civilizados, cosa por la que se ha trabajado hasta ahora en balde desde hace más de dieciocho siglos.


[2940]
Con la más íntima súplica de mi corazón me dirijo ahora a ustedes, señores, con ánimo de impulsarles a que hagan un llamamiento a todos los católicos alemanes, a todas las asociaciones católicas y sobre todo a los Obispos, que son tan solícitos y caritativos, no sólo para lograr una mayor solidez en los medios de ayuda de la Sociedad de Colonia, que es la autora de esta gran obra de regeneración cristiana de la Nigricia, sino también para recomendar a todos los miembros de esta pía Sociedad para el rescate y la educación de los pobres negros, que eleven cada día por nosotros fervientes plegarias al Omnipotente Dios, a fin de que en su infinita misericordia se digne bendecir nuestros intentos y esfuerzos en favor de los pueblos negros, a los que ahora buscamos en sus mismos países. De la fundación de esta misión en el Kordofán puede depender la salvación de los cien millones de pobres hijos de Cam que pueblan el vasto espacio interior de Africa.


[2941]
En cuanto a mí y a mis compañeros de misión, ustedes saben con cuánto entusiasmo consagramos nuestra vida al bien de esta parte del mundo, que es aún casi desconocida y que yace en tan grande miseria, tratando de ganarla para Jesucristo. Nuestro único programa, que con la ayuda de Dios y con todos los medios de la prudencia y de la circunspección queremos realizar, es éste: «NIGRICIA O MUERTE» «AUT NIGRITIA AUT MORS».

Tengan, señores, la seguridad de mi más profunda gratitud hacia esa Sociedad por su entusiasta ayuda a nuestra obra, y hacia todos sus eximios miembros por su generosa caridad.

Expresándoles mi más distinguida estima y afecto, me honro en declararme



Su devotmo. servidor

Daniel Comboni

Director de los Instos. de Negros de Egipto



Original alemán.

Traducción del italiano






437
Card. Alejandro Barnabò
1
Roma
3.1872
N. 437 (1157) - AL CARD. ALEJANDRO BARNABÒ

AP SOGC, v. 999, f. 553



Roma, marzo de 1872



Palabras de introducción de Comboni al Apéndice de la Ponencia.





438
Propag. de la Fe, Lyón
0
Roma
1. 4.1872
N. 438 (409) - A LA PROPAGACION DE LA FE DE LYON

APFL, Afrique Centrale



W.J.M.J.

Roma, 1 de abril de 1872



A los Presidentes y a los Miembros del Consejo

de la Obra de la Propagación de la Fe

Señores:



[2942]
Al enviarles el Informe oficial sobre la nueva exploración del Kordofán realizada por un excelente misionero, el P. Carcereri, debo comunicarles que, habiendo constatado cierto buen resultado de nuestros Institutos de negros de Egipto, he creído llegado el momento de continuar hacia el centro de Africa, para demostrar con los hechos que la evangelicación de esta inmensa parte del mundo, que durante tantos siglos ha opuesto resistencia a todos los generosos esfuerzos de la Iglesia católica y de la civilización cristiana, es posible y realizable mediante el personal indígena formado en nuestras casas de Egipto; es decir que, según mi Plan, la Regeneración de la Nigricia es posible por medio de la propia Nigricia.

Los laboriosos trabajos del difunto Provicario Knoblecher y de sus misioneros, entre los que me encontraba también yo, se dirigieron a la parte oriental del Vicariato de Africa Central, esto es, a lo largo del Nilo desde el Trópico de Cáncer hasta el Ecuador.


[2943]
Por haber pasado unos años entre los negros del Nilo Blanco, haber viajado mucho por el Africa interior y al mismo tiempo haber estudiado profundamente las observaciones de todos los más grandes viajeros de Africa Central desde 1698 hasta hoy, llegué a la convicción de que era preciso establecer una misión en el interior, en las Pequeñas Montañas, lejos de la gran ribera del Nilo Blanco, que, después de la época de las lluvias ecuatoriales, es muy peligrosa para la salud de los europeos. Luego, después de los consejos recibidos, encontré que el Kordofán podía prestarse admirablemente para fundar una importante misión que fuera el centro de la acción apostólica al extender la predicación del Evangelio por una inmensa cantidad de pueblos negros de Africa ecuatorial, que gimen todavía en las tinieblas del paganismo; y más dada la circunstancia de que casi todos nuestros alumnos negros de los Institutos de Egipto provienen del Kordofán y de las tribus vecinas.


[2944]
Pero, para mejor constatar la verdad de mis indagaciones, e impulsado por el entusiasmo del P. Carcereri y de todos los misioneros de Egipto, creí prudente y necesario ante todo mandar cuatro exploradores al Kordofán bajo la guía del solícito y pío P. Carcereri, para sondear bien el terreno y ver si era posible establecer una misión en algún punto del interior del Kordofán, y crear un centro de acción para dedicarse eficazmente al apostolado de este grande y laborioso Vicariato. Les ordené que siguieran la ruta del desierto del Atmur y de Jartum, a fin de que recogiesen los datos más exactos sobre las actuales condiciones del Nilo Blanco, que yo había visitado en 1858 y en 1859; y que me informasen sobre los resultados reales de la última expedición del S. A. el Virrey de Egipto a Gondókoro y a las fuentes del Nilo, dirigida por el Sr. Samuel Baker, y también que se ocupasen de conocer el camino más fácil y seguro para penetrar en el Kordofán.


[2945]
Los resultados de esta exploración han superado mis esperanzas. Los cuatro exploradores, tras ochenta y dos días de viaje, llegaron felizmente a la capital del Kordofán, El-Obeid, que es una ciudad, según el P. Carcereri, de cien mil habitantes, dos terceras partes de los cuales son paganos y esclavos. Esta gran ciudad está situada sobre una altura donde el clima es soportable, y desde donde nos será posible extendernos paulatinamente a muchas tribus del Sur y del Oeste; de modo que con los colaboradores indígenas que educamos en Egipto se podrá resolver poco a poco el gran problema de evangelizar el Africa Central, cosa que los hechos y la historia de dieciocho siglos han mostrado hasta hoy como imposible.


[2946]
Cuando los asuntos que trato al presente con Propaganda queden resueltos, y una vez que Mons. Canossa, el Obispo de Verona y Jefe de mi Obra, así como Mons. Ciurcia, Vicario Apostólico de Egipto, y la S. C. de Propaganda me autoricen a ello, saldré de El Cairo para Jartum y el Kordofán con una gran caravana de misioneros, catequistas, agricultores, artesanos, monjas, y maestras negras. Y enarbolaremos por vez primera el estandarte de la Cruz allí donde nunca ha brillado la luz del Evangelio.


[2947]
Por eso, señores, me dirijo a ustedes con lágrimas en los ojos y con todo el ardor de mi alma para suplicarles insistentemente que nos presten su apoyo, no solamente con una considerable ayuda en dinero, sino recomendando a los píos Socios de la Propagación de la Fe que eleven todos los días fervientes plegarias a Dios Omnipotente, a fin de que su infinita misericordia se digne bendecir nuestros países y nuestros laboriosos intentos en favor de la conversión de los pueblos de Africa Central. De la creación de la misión del Kordofán, como también de nuestros Institutos de negros de Egipto, puede depender la salvación de cien millones de infortunados hijos de Cam que en este vasto Vicariato se hallan todavía en las tinieblas y sombras de muerte.


[2948]
Por nuestra parte, yo y mis queridos compañeros de este gran apostolado, salidos del Instituto de las Misiones de la Nigricia de Verona, somos más que dichosos de consagrar toda nuestra vida y hasta de morir por esta parte del mundo casi desconocida. Nuestro perpetuo Programa, que con la gracia de Dios llevaremos a cabo con todos los medios de la prudencia y de la sabiduría humana, será siempre éste: «¡Nigricia o muerte!»

Entretanto les envío, señores, el Informe oficial de la exploración de mis misioneros, que mi querido compañero Carcereri me acaba de mandar desde la capital del Kordofán.

Dígnense aceptar la aseveración de mi respeto y agradecimiento eternos, con los cuales tengo el honor de declararme



De Uds. devotmo. servidor

Daniel Comboni

Superior de los Instos. de negros de Egipto



Original francés.

Traducción del italiano






439
Mons. José Marinoni
0
Roma
11. 4.1872
N. 439 (410) - A MONS. JOSE MARINONI

APIME, v. 28, pp. 17-21



W.J.M.J.

Roma, 11 de abril de 1872



Monseñor:



[2949]
Hace ocho días que recibí su veneradísima carta, y no he respondido inmediatamente esperando si me era posible fijar la época de mi partida.

Estoy en Roma sobre ascuas por no poder ir enseguida a Egipto. Nuestro Emmo. Cardenal me prometió desde el principio que en la primera Congregación de abril sería tratada mi Ponencia, y a tal objeto, desde hace más de veinte días, está impreso el Sumario, que llega a 87 páginas grandes. Sólo faltaba el Resumen, que tenía que hacer el Minutante en base al Sumario.


[2950]
El caso es que a pesar de estar siempre encima de nuestro buen Minutante Giacobini, apremiándolo y atosigándolo, hasta ahora, por la mucha correspondencia o por otros motivos, no lo ha hecho, y entretanto ha sido fijada la Congregación para el 15 del corriente, y mi Positio no se trata. El Emmo. Barnabò y Mons. Simeoni me han asegurado, junto con el Minutante, que se tratará en la próxima, prevista para últimos de abril o primeros de mayo. Yo estoy allí insistiendo, por lo cual espero poder marchar a mediados de mayo; pero no puedo estar completamente seguro hasta que no se den prisa estos gandules de romanos. Aunque, a decir verdad, nuestro Giacobini es eficiente y activo; ocurre que lleva demasiados asuntos: Propaganda, Profesorado, Círculos Católicos, etc.


[2951]
His positis, quid faciendum? Si el buen joven puede esperar un mes o mes y medio, yo estaré encantado de llevarlo a Egipto; si no puede esperar, creo que, lo mismo que ha venido solo a Roma, puede ir a Trieste y embarcarse en el Lloyd. Allí lo puedo recomendar a Mons. Schneider, Presidente del Cabildo, y luego hacer que uno de mis misioneros de El Cairo se desplace a Alejandría para recibirlo y conducirlo a El Cairo o hacerlo acompañar hasta Suez, etc. En suma, usted no tiene más que mandar, que yo haré lo que me indique.

Si dejo Roma sin haber concluido mis asuntos, éstos pueden quedar para las calendas griegas. Usted sabe bien cómo funcionan las cosas.


[2952]
En cualquier caso, ordene: en cuanto sepa el día de mi Ponencia le escribiré, porque entonces podré fijar la época definitiva de la salida. Salude de mi parte a todos. En cuanto al Boletín, se lo he dado a las Hermanas de San José de la Aparición, en Piazza Margana, rogando a la Superiora que lo difunda entre las damas romanas que van a su Instituto a trabajar para la Obra Apostólica para las Misiones, de la que ella es la Presidenta. La semana pasada se distribuyeron más de doscientas casullas, y cálices, y gran cantidad de lencería de iglesia, etc. Yo hablé por usted, pero llegué demasiado tarde. En enero de cada año haga usted la petición para todas sus Misiones, y así anualmente recibirá ornamentos sagrados, vasos, etc.

La Superiora se suscribió enseguida por un número del Boletín. Y espera hacer que se suscriban otros. Esta es su dirección:

Muy Rvda. Madre Superiora

de las Hermanas de San José de la Aparición

18 Piazza Margana, Roma.

En la esperanza de escribirle pronto, me encomiendo a sus oraciones, y me declaro en los Sdos. Corazones de J. y de M.

Su hummo. y devotmo. hijo

Daniel Comboni m.a.




[2953]
Me congratulo con el piadosísimo D. Scurati por su nuevo puesto. Pero sobre todo aplaudo la generosa idea de usted. En caso de que surgiesen problemas, convendría que el buen joven fuese a Trieste y se presentase a Mons. Schneider de mi parte, que luego le haremos continuar el viaje.

S. S. está en perfecta salud y lleno de esperanza.






440
P. Germán Tomelleri
0
Roma
24. 4.1872
N. 440 (411) - AL PADRE GERMAN TOMELLERI

APCV, 1458/306



W.J.M.J.

Roma, 24 de abril de 1872



Muy Revdo. y querido Padre:



[2954]
Si hasta ahora no he respondido a su gentilísima carta del 7 de abril, es porque he estado enfermo y he tenido mucho que hacer.

Le agradezco de todo corazón su bondad dándome esos saludables consejos, y le aseguro que sacaré provecho de ellos.

En cuanto a mi Superiora, por el conjunto de lo que de hecho ha demostrado, el Obispo, D. Squaranti, yo, y todos los que la han conocido, encontramos que es una gran mujer, y creo que no va a la zaga de la Oberbizer ni de la Nespoli, que en mi opinión son las Superioras más cabezotas de Verona. Esperemos que dure.


[2955]
Por lo que respecta a Angela Rossolani, tengo en mis manos una carta que me escribió en Semana Santa, en la que me decía ser feliz de estar en mi Instituto, y me suplicaba con lágrimas en los ojos que la admitiese definitivamente (porque sólo la había admitido de manera provisional). Pero como no sólo era demasiado vieja, sino que además tenía poca salud, no quería comer de vigilia el viernes ni el sábado y era extremadamente parlanchina, y, lo que es peor, completamente inepta e incapaz de convertirse en religiosa, ordené que se la mandase a su casa. Ella se resistió durante un mes; pero finalmente, teniendo que recurrir a las malas, la Superiora se decidió a leerle mis cartas, y se marchó. Si no había sido capaz de estar en el convento en Brescia cuando era joven, ¿cómo iba a poder estar con las nuestras ahora, ya vieja y achacosa?


[2956]
En cuanto a las otras que se presentaron, eran todas criadotas que venían a matar el hambre, por lo que mandé que no se admitiese a ninguna. De modo que solamente hay allí las dos novicias que yo llevé, las cuales marchan muy bien y están contentas. Yo me encargaré de que vayan postulantes forasteras y con vocación. Con las criadas de Verona no se convierte Africa. Por otra parte necesito establecer la casa Madre en Verona capital, para que la Superiora pueda examinar bien a las candidatas. Montorio se convertirá en una casa filial.


[2957]
Ayer recibí carta del Kordofán, fechada el 6 de marzo. El P. Carcereri y Franceschini están estupendamente, y contentos. Tienen una gran casa en El-Obeid (ciudad de cien mil habitantes), y brilla la mejor esperanza de que haremos una gran Misión. Con fecha 12 de febrero, me mandó la relación oficial de la exploración, que fue impresa en la imprenta secreta de Propaganda. Cuando vaya a Verona se lo comunicaré todo. Entretanto, se encuentran perfectamente bien, y espero abrazarlos el próximo octubre. Franceschini está fuerte como un toro. Pero desde que partieron de El Cairo no han recibido noticias nuestras, excepto un telegrama que les llegó vía Jartum. Quizá se hayan extraviado las cartas. Rece por mí y por ellos. Hoy he visto al Santo Padre, que goza de maravillosa salud. He visto también a Baccichetti y a Guardi. Dé muchos saludos a sus hermanos, y le ruego que haga llegar cuanto antes la adjunta al P. Carcereri.

Se encomienda a sus oraciones



Su afmo. y reconocido

Daniel Comboni