[2214]
Si hasta ahora no he juzgado oportuno hacer a V. Em.a Rma. la exposición general sobre la evolución de la Obra presidida por el Ilmo. y Rmo. Mons. Luis Marqués de Canossa, Obispo de Verona, del cual yo, aunque indignísimo, ejerzo las funciones de Representante, fue por considerar que ante el tribunal supremo de Propaganda no es pertinente presentarse con simples proyectos, por muy laudables que sean, habiéndome enseñado la experiencia que es preciso acudir allí con hechos reales y cosas positivas. La fundación de un Instituto, su Reglamento, su acción apostólica, sus recursos, su estabilidad necesitan ser probados, experimentados, asegurados, lo cual sólo se consigue con el tiempo y con la madurez necesaria. Entonces los jefes supremos pueden calcular sobre bases sólidas, deliberar con seguridad y disponer con fundamento, sin comprometer la autoridad y dignidad de la Iglesia. Por ello, después de haber iniciado esta santa Obra, y luego de haberla experimentado y probado lo suficiente para concebir razonables esperanzas acerca de su éxito, me presento ante V. Em.a con la lógica de los hechos y con un serio fundamento.
[2215]
Lo hecho hasta ahora, se ha conseguido a través de graves obstáculos y dificultades, a pesar de los muy duros tiempos que corren, y entre la prudente reserva de Propaganda, que en su sabiduría consideró oportuno no prestarnos su apoyo moral y formal, por hallarse la Obra sólo en vías de experimentación. La constante firmeza de los dos Prelados tan solícitos que la presiden en Verona y en Egipto, y la feliz respuesta de los miembros de los Institutos, con ayuda de la gracia sostuvieron enérgicamente la santa Obra, la cual, confío, obtendrá en adelante el tan suspirado apoyo de la S. C. de Propaganda Fide.
[2216]
Para dar una idea de la evolución de esta Obra, que tiene como fin implantar establemente la Fe en Africa Central y conducir al redil de Cristo la infeliz Nigricia, hablaré:
I. Sobre sus nacientes Institutos de Egipto, que surgieron bajo los próvidos auspicios de Mons. Ciurcia.
II. Sobre las pequeñas Obras de Verona, presididas por Monseñor Canossa.
III. Sobre la necesidad de que las nacientes Obras de Egipto y de Verona caminen y prosperen simultáneamente, a fin de alcanzar poco a poco el objeto a que aspiran.
I. Los Institutos de Negros de Egipto
[2217]
Ante todo debo declarar que, después de formalmente obtenida la autorización, mediante carta escrita de su puño y letra por el Obispo de Verona con fecha 2 de agosto de 1867, de establecer en Egipto Institutos de negros, hubiera sido conveniente, como era mi primera intención, que antes de llevar a Egipto misioneros, hermanas y negritas fuese yo solo allá para conseguir dos casas, y que luego, ya de vuelta en Europa, condujese la expedición a Egipto e instalase a sus componentes en las dos casas preparadas. Pero el inesperado episodio con el antiguo Vicegerente Mons. Castellacci y las apremiantes vicisitudes que del asunto se derivaron, y que bien conoce V. Em.a por haberme evitado las funestas consecuencias que habrían podido comprometer para siempre a mi persona y la obra misma, me obligaron a echarme en brazos de la Providencia y conducir toda la expedición a Egipto. Gastos extraordinarios que tuve que realizar tanto en Roma, por no haber podido recibir a su debido tiempo todas las negritas del monasterio de las Viperescas, como en Marsella, por tener que mantener allí durante cuarenta días parte de la expedición que había sido conducida a esa ciudad, me impidieron tomar en El Cairo dos casas situadas a considerable distancia.
[2218]
En cambio, a ejemplo de muchos Institutos de Francia, tomé en arriendo el convento de los Maronitas del Viejo Cairo, que está compuesto de tres casas separadas. Allí instalé en una a los hombres y en otra a las mujeres, habiendo reservado la tercera para sí los Padres Maronitas. Di severo y oportuno reglamento a las dos Casas, que, aunque probadas por largas y temibles enfermedades, marcharon bastante bien. Nada hubiera habido que decir respecto a ellas, de no producirse el doloroso incidente del quincuagenario P. Zanoni, Camilo, a quien por graves y prudentes motivos, que expliqué a V. Em.a con mi carta del 22 de septiembre de 1868 desde París, había confiado la inspección inmediata del Insto. femenino. La Providencia veló con amorosa solicitud por los pobres Institutos, ya que merced a la divina gracia, a una vigilancia estrechísima, y a la muy firme y arraigada virtud de las negritas, no ocurrió ninguno de los inconvenientes que había provocado aquel incauto religioso. Antes bien, fue para nosotros una solemne lección, un saludable aviso para guardarnos bien de nosotros mismos, desconfiar de todo y andar con suma cautela en el futuro.
[2219]
Habiendo S. E. Mons. el Vicario Apostólico elegido en su sabiduría como representante suyo ante nosotros al M. R. Párroco del Viejo Cairo, el P. Pedro de Taggia, viejo y experto misionero franciscano de singular piedad y celo apostólico, encargándole de supervisarnos y asistirnos con su sensatez y autoridad, de acuerdo con él tome un gran caserón cerca del Nilo, y hecha con aprobación suya y ante sus ojos una conveniente división, instalé en ella, en dos departamentos separados, los dos pequeños Institutos, y establecí un oportuno reglamento, que se practicó diligentemente. Tal instalación sólo sería provisional, porque a mi regreso de Europa, adonde había ido con autorización del Vicario Aplico., busqué una nueva casa para los misioneros. A pesar del humillante y reiterado rechazo que encontré en los turcos y herejes, que, o me la negaban, o me pedían por ella hasta nueve mil francos de renta anual, no paré hasta que encontré una situada a doce minutos de la anterior; y en ella instalé el Insto. masculino. Entonces establecí el Reglamento Anexo A, que en sustancia era bastante observado desde los comienzos de la fundación.
[2220]
Las Reglas fijas de un Instituto son siempre fruto de largas observaciones de la experiencia. Las normas por mí estipuladas no son más que el resumen sustancial de la forma como deben conducirse los misioneros, teniendo yo la norma y la determinación de madurar con la práctica y larga experiencia el más adecuado Reglamento del Instituto, con vistas a someterlo a la S. C. para la suprema sanción de la Santa Sede.
Desde el principio percibí perfectamente mi delicada situación, tanto con respecto al exterior como al interior de mis pequeños Institutos.
[2221]
En cuanto al exterior, me contemplé a mí mismo y a los Institutos bajo la paternal mirada y las providentes observaciones del sagacísimo Representante de la Santa Sede, cuya delicada posición en aquel difícil e importante apostolado, que abarca tantos y tan diversos elementos, entreví y penetré bien. Me contemplé también frente a los Reverendos Padres Franciscanos y a los otros cuerpos morales de la Misión, e igualmente frente al Gobierno egipcio, las autoridades consulares de Francia, Austria e Italia, el Clero de los diversos ritos orientales, las sectas protestantes y heréticas, los musulmanes y la poderosa masonería. El jefe de un nuevo Establecimiento debe tener el ojo vigilante y atento sobre todo esto y andar con pies de plomo.
[2222]
No tardé en comprender además mi delicada posición frente a las personas que integraban los Institutos, a la cabeza de las cales me encontraba: religiosos Camilos, cuya forma de institución no es idéntica a la de los sacerdotes seculares; Hermanas francesas e italianas, y negritas rescatadas por diversos bienhechores, y educadas con normas diferentes en diversos Institutos. Todos elementos heterogéneos, que yo debía poner en perfecta armonía, y llevar con prudencia a un solo pensamiento y bajo una sola bandera. Estudié, pues, con diligente minuciosidad el carácter, las tendencias, el grado de virtudes y capacidades de cada uno a fin de dirigirlo bien y servirme de los que me pudieran valer para la buena marcha de la Obra.
[2223]
Entre éstos estudié a fondo al P. Estanislao Carcereri, y vi que era un hombre de conciencia, con carácter, ordenado y firme, profundo conocedor del Plan de la Obra, diligentísimo y capaz de gobernar bien un Instituto. Y comoquiera que toda la responsabilidad de los Establecimientos pesa sobre mí, y que la malicia del mundo es suma y la perfidia del demonio saca enemigos hasta del aire que se respira, y que yo puedo morir de un día para otro, he nombrado a este digno religioso Vicesuperior de los Institutos, y lo he elegido como testigo de mi obrar; y así he seguido la norma de comunicar todos mis asuntos de alguna importancia ya al P. Carcereri, ya al dignísimo Representante del Vicario Aplico., el M. R. P. Pedro, del consejo de los cuales me he beneficiado.
[2224]
No dejé de someter igualmente al juicio de los otros compañeros sacerdotes muchas cosas de relieve concernientes a los Institutos, también con el fin de preparar a cada uno en el conocimiento y en la práctica de los asuntos de la Obra (lo que se revelará muy útil en el futuro, cuando la Obra adquiera mayor auge); por ello cada paso, cada acción, todo lo concerniente a los Institutos fue siempre antes objeto de ponderada meditación y reflexión por mi parte, sometido diligentemente a los demás para consulta y discusión y, en nombre del Señor, maduramente resuelto y decidido por mí. A esta providente y saludable medida debo, después de a Dios y a la rectitud de mis compañeros, la unanimidad, obediencia, buen orden y armonía (comparables a las de cualquier Instituto regular de Europa) que reinan en mi establecimiento, así como la ventaja de que mis compañeros puedan ser capaces de dirigir un Instituto. Yo tengo ascendiente sobre la mente y el corazón de mis compañeros; ellos poseen toda mi estima y afecto. Todos compartimos una misma idea, ardientemente decididos a sacrificar nuestra vida por amor a Dios, a la Iglesia y a la infeliz Nigricia.
[2225]
Todos estamos dispuestos, Eminencia, a morir incluso mártires de la Fe; pero queremos morir con juicio, y con sumo juicio; es decir, obrando sabiamente para la salvación de las almas más abandonadas de la tierra, y exponiéndonos por ellas a los más grandes peligros de la vida con esa prudencia, discreción y magnanimidad que convienen a los verdaderos apóstoles y mártires de Jesucristo.
Expuestas estas nociones generales, paso ahora a los datos menudos de los Institutos y a sus medios de subsistencia.
Tres son las pequeñas Casas de la Obra en Egipto:
1.o El Instituto masculino.
2.o El Instituto femenino.
3.o La Escuela femenina del Viejo Cairo.
[2226]
1.o El Instituto del Sdo. Corazón de Jesús
para la Regeneración de Africa
Así he llamado al Instituto masculino, cuyo Horario está expuesto en el Anexo B.
Objeto primario de este Instituto es el siguiente:
1.o Educación religiosa, moral, intelectual y artesanal de los negros, a fin de formarlos en la fe, la moral, las ciencias y los trabajos manuales que son necesarios en Africa Central, con objeto de que, completada su educación, vuelvan junto a las tribus de la Nigricia para ser apóstoles de fe y civilización entre los pueblos negros, bajo la dirección de los misioneros europeos.
[2227]
2.o Aclimatar a los misioneros y a los hermanos coadjutores europeos, con vistas a que se hagan más capaces de soportar el clima y las fatigas apostólicas en la Nigricia.
[2228]
3.o Los misioneros europeos estudian el árabe, las lenguas de los negros y los otros idiomas necesarios para la misión; adquieren conocimientos de las costumbres orientales y de los hábitos de los musulmanes, con los que tendrán que tratar siempre, incluso en la Nigricia; se adiestran en la manera de relacionarse con el mundo deteriorado y corrompido, y con las autoridades gubernativas y consulares; aprenden un poco de medicina y a realizar algunos trabajos de primera necesidad, y sobre todo estudian los medios más apropiados y la práctica de ganar almas para Dios. En una palabra, el Instituto es para el Sacerdote una escuela de experimentación y de prueba para aprender bien el oficio de misionero, con objeto de ejercer convenientemente esas funciones y ese ministerio en Africa Central.
[2229]
4.o El Instituto constituye una especie de aprendizaje para asegurarse de que los misioneros y los hermanos colaboradores, antes de ser enviados a la Nigricia, están provistos en alto grado de una castidad a toda prueba, de esa fe, humildad, abnegación, constancia, caridad y de esas virtudes apostólicas que son necesarias para aventurarse en las arduas y peligrosas misiones de Africa Central, a fin de que no corran el riesgo de ser convertidos... en vez de convertir... ne cum aliis praedicaverint, ipsi reprobi efficiantur.
[2230]
Objeto secundario del Instituto es la evangelización de la raza negra residente en Egipto, que, según el Anuario Oficial 1869-1870 de Levernay, comprende sólo en El Cairo 25.000 individuos. Además, según la autorización y facultades que recibe del Vicario Apostólico, el Instituto ejerce su ministerio en Egipto en favor de la colonia europea o de los indígenas de cualquier rito o creencia.
[2231]
En cuanto a los negros de Egipto, hasta el momento nos hemos limitado a favorecer la conversión de los que están en familias católicas, dejando de lado por ahora a los negros de los herejes y de los musulmanes, a los que no hemos buscado; pero hemos ayudado a aquellos que la Providencia ha guiado hasta nuestros Establecimientos, ya sea por estar abandonados o por encontrarse enfermos.
[2232]
Los negros existentes en las familias católicas son casi todos musulmanes o paganos. El motivo de esta plaga que en Egipto azota a la raza africana incluso a la sombra del catolicismo es la secular y tradicional negligencia de los amos católicos, los cuales, o no se cuidan en absoluto de la eterna salvación de su servidumbre negra, a la que miran como cosa, o no quieren de ningún modo que se haga católica. Y esto por dos principales motivos: 1.o, porque los negros al hacerse católicos se vuelven libres, y por tanto temen perderlos como servidores (si bien nosotros podemos probar con los hechos que los negros católicos se vuelven más fieles a sus señores); 2.o, porque, convertidos al catolicismo, si los amos deciden deshacerse de ellos por cualquier motivo, ya no pueden venderlos a los musulmanes y obtener dinero por ellos. Pero sobre este apostolado complementario que realiza nuestro Instituto me haré un deber presentarle dentro de poco un especial y concienzudo Informe, por el cual verá V. Em.a la desdichada situación de la raza africana en Egipto, incluso de los negros de las familias católicas de cualquier rito; comprenderá las dificultades y obstáculos que allí encuentra el más diligente y cuidadoso ministerio sacerdotal, cuánta prudencia y discreción se necesita para conseguir allí algo, y qué resultados positivos puede obtener la Iglesia; y llegará a la conclusión, en fin, de que el apostolado de los negros de Egipto, que no es más que el objeto secundario del Instituto, constituye por sí solo una importante misión.
[2233]
El Insto. masculino, en detalle, comprende:
1.o El Cuerpo de misioneros.
2.o El Cuerpo de los hermanos coadjutores.
3.o El catecumenado y el alumnado de los negros.
4.o Una pequeña enfermería para los negros.
[2234]
He aquí brevemente el modo como viven los misioneros. La vida del misionero que ha roto de modo absoluto y terminante todas las relaciones con el mundo y con las cosas más queridas por naturaleza, debe ser una vida de espíritu y de fe. Consagrado por sentimiento de fe y de caridad a la conversión de las almas, es preciso que en él, aparte de sólido y verdadero celo, puro amor y temor de Dios y control bien seguro de las propias pasiones, predomine claramente el fervor por las cosas espirituales y el estudio de la vida interior y de la perfección. Por lo cual se prescribe a los misioneros del Instituto de negros las siguientes prácticas para alcanzar la propia santificación:
1.o Puntual observancia del Reglamento y Horario.
2.o Misa y oficio divino diarios, y Confesión semanal.
3.o Rezos orales mañana y noche, en común, y Rosario.
4.o Meditación matinal en común. Una hora.
5.o Examen de conciencia, Lección espiritual, Visita al Smo. Sacramento o a la capilla, y Comunión espiritual en privado.
6.o Acto de Consagración ad Iesum Apostolum de las propias fatigas y de la propia vida, que se hace en común mañana y noche.
7.o Lección diaria, estando a la mesa, del Nuevo Testamento y de las vidas de los Mártires y de los Santos, o de célebres y distinguidos misioneros.
8.o Ejercicios espirituales anuales de diez días en Cuaresma, y retiro mensual el viernes después del primer domingo de cada mes.
9.o Meses de marzo y de mayo con prácticas de piedad cada noche, Novenas, Octavarios, Triduos, a menudo con predicaciones y panegíricos al Smo. Sacramento, al Niño Jesús, al Sdo. Corazón de Jesús, a la Sda. Familia, a la Inmaculada Concepción, a los Siete Dolores, al Sdo. Corazón de María, a los SS. Apóstoles y Mártires, a los SS. Pedro y Pablo, a S. José, a S. Francisco Javier, a S. Francisco de Asís, a S. Antonio de Padua, a S. Luis Gonzaga, a S. Camilo, a Sta. Teresa, a los Santos Africanos, a la B. Alacoque, por la Iglesia, por el Sumo Pontífice, por la Propagación de la Fe, y sobre todo por la Regeneración de Africa.
10.o Ejercicios particulares de piedad de cada uno.
[2235]
Sobre el estudio de la santificación de las almas, se prescribe a los misioneros lo siguiente:
1.o Estudio frecuente de la Sda. Escritura, Teología Dogmática, Moral, Canónica, Catecismo, Historia de la Iglesia y de las Misiones, y Controversia.
La Controversia constituye un estudio especial de los misioneros, y versa:
a) sobre cosas de primera necesidad y actualidad de su ministerio sacerdotal;
b) sobre los errores y supersticiones paganos de Africa Central;
c) sobre los errores y supersticiones del islamismo en general, y sobre aquellos propios de los musulmanes de Egipto y de Nubia, y de los árabes nómadas de Africa Central;
d) sobre los errores de los herejes y cismáticos de todas clases y ritos, en general, y sobre aquellos que en particular existen entre los herejes y cismáticos de Egipto, es decir, coptos, griegos, armenios, anglicanos y protestantes, etc.;
e) sobre los perniciosos prejuicios que predominan entre los católicos de Egipto, incluso Monjes orientales, prejuicios que pueden obstaculizar el progreso del verdadero catolicismo de Roma;
f) sobre las tendencias perniciosas y sobre los vicios predominantes entre los católicos de Egipto.
Mediante este estudio minucioso y concienzudo se determina y establece poco a poco un sistema práctico para buscar, con la gracia de Dios y con toda prudencia, la salvación de las almas.
2.o Estudio esmerado de las lenguas árabe, francés y denka, que es la más extendida de Africa Central.
3.o Estudio de la historia, geografía, agricultura y costumbres de la Nigricia.
4.o Estudios de medicina, flebotomía, botánica, farmacia y otras ciencias y artes necesarias para la Nigricia.
5.o Práctica de asistencia corporal y espiritual a los enfermos.
6.o Ejercicio de predicación y administración de los Sacramentos en los Institutos de negros.
[2236]
La dirección general de los Institutos in omnibus et quoad omnia, la gestión de los asuntos externos, especialmente con los Consulados y con el Gobierno Egipcio, y la correspondencia con Europa y las Sociedades benefactoras, me los he reservado en exclusiva. La supervisión inmediata del del Insto. masculino, en mi ausencia, corresponde al P. Carcereri, a quien he confiado además el gobierno particular de las tres Casas, y la administración de los Sacramentos a las Hermanas y a las negritas, que saben italiano. Don Bartolomé Rolleri, hombre de gran piedad, minuciosidad, orden, sólido criterio y gran espíritu, está encargado de la escuela en las cuatro horas de clase al día que reciben los negritas, cuya vigilancia fuera de la escuela se reparte entre él, el P. Franceschini, el hermano Rossi y el excelente negro cuarentón Domingo. Al P. Franceschini le corresponde el cuidado de la capilla, la pequeña administración del Insto. masculino, las compras generales y la escuela de artes y oficios de los negritos. Franceschini es un joven misionero que hace concebir buenas esperanzas. A él le da clases de Teología el P. Carcereri. El P. Pedro, el Párroco, enseña árabe a los misioneros, y yo les enseño francés y denka.
[2237]
El Instituto masculino asiste a la parroquia del Viejo Cairo en todas las cosas que ordena el muy digno Representante de nuestro veneradísimo Vicario Apostólico, el P. Pedro de Taggia, al que somos deudores de la más benévola y paternal solicitud. Los caritativos y buenos Padres de Tierra Santa también tienen muchas atenciones con nosotros, especialmente el Guardián de El Cairo, hombre perspicaz, muy sensato y prudente; y el de Alejandría es pródigo con nosotros en caridad y en generoso afecto.
[2238]
La Casa del Insto. masculino es el entero convento de los Maronitas, compuesto de tres partes separadas y una Iglesia, la más amplia y hermosa del Viejo Cairo. Lo he tomado en alquiler por tres años, al precio de setecientos francos anuales, con obligación de efectuar alguna reparación. Dista unos diez minutos de los dos Institutos femeninos, que a su vez están situados a diez minutos de distancia uno del otro.
[2239]
2.o Instituto del Sdo. Corazón de María
Así he llamado al Insto. de las negritas, confiado a las Hermanas de San José de la Aparición, cuyo Horario figura en el Anexo C.
Tanto el objeto primario de este Instituto como el secundario concuerdan con el del Insto. masculino, aparte de las variaciones que corresponden a la naturaleza y a la misión especial de la mujer católica destinada a colaborar en el Apostolado de las pobres negritas lo mismo en Egipto que en la Nigricia.
[2240]
Este Insto. comprende:
1.o El Cuerpo de las Hermanas.
2.o El Cuerpo de las negritas misioneras.
3.o. El Cuerpo de las negritas aspirantes a misioneras y ayudantes.
4.o Catecumenado.
5.o Pequeño hospital para las negras.
Dado que para llevar a cabo su apostolado nuestras Hermanas y las misioneras negras están expuestas a grandes peligros, tengo el firme propósito de poner todo cuidado en que su espíritu albergue cuantas virtudes son propias de cada clase de Orden regular de perfecta observancia. Así, para la actividad, deben ser como perfectas hijas de San Vicente de Paúl; para la oración y el desapego, como Salesianas; para la enseñanza, como Ursulinas e Hijas del Sdo. Corazón. Poco a poco se logrará esto.
[2241]
A fin de que obtengan su propia santificación, las Hermanas, de las que yo soy el Superior ordinario, están sujetas a observar exactamente las Reglas de su Instituto.
Aparte de lo cual dirigen y asisten a las negritas de cualquier clase, y especialmente a las misioneras, en los siguientes actos, que tienden a facilitar la propia santificación:
1.o Observancia exacta del Reglamento.
2.o Rezos orales (parte de los cuales los componemos nosotros en orden a la misión) en común, por la mañana, durante el día y por la noche.
3.o Meditación en común por la mañana. Media hora.
4.o Examen de conciencia, Visita al Smo. Sacramento o a la capilla, Comunión espiritual, Lección espiritual durante el día, y a la mesa, en desayuno, comida y cena. Todo en común. Luego, el Silencio a ciertas horas concretas.
5.o Confesión semanal, y Comunión al arbitrio del Confesor.
6.o Explicación del Evangelio en la iglesia por la mañana, y Catecismo las tardes de los domingos y fiestas de todo el año, a cargo de un Sacerdote.
7.o Una hora de pública adoración al Smo. Sacramento cada miércoles, con misa pro conversione Nigritiae.
8.o Ejercicios espirituales anuales desde el 10 de marzo hasta la Fiesta de San José, y retiro mensual el último jueves del mes.
9.o Celebración de los meses de marzo y de mayo, con sermón todas las noches, oraciones especiales y exposición de la Píxide.
10.o Celebración de la Guardia de Honor del Sdo. Corazón de Jesús, con predicación, los primeros viernes de mes.
11.o Novenas, Octavarios y Triduos al divino Salvador, a la Sda. Familia, a la Sma. Virgen María, etc., y a los Santos de especial devoción de la Obra, como anteriormente he indicado.
12.o Actos de piedad de cada una según su particular devoción.
[2242]
Las hermanas y las negritas buscan la salvación de las almas y se preparan para el apostolado de la Nigricia con las siguientes prácticas:
1.o Amplio estudio del Catecismo. Esta clase la dirige de cuando en cuando un misionero, que expone las ideas y los argumentos de prueba, que han sido ya discutidos y triturados en el Insto. masculino. Según las materias, hay unos ejercicios de pequeña controversia, en los que se enseña a las Hermanas y a las negritas misioneras la manera más eficaz de convertir a las negritas de cualquier creencia, y se señalan los razonamientos y ejemplos más prácticos y fáciles para combatir y destruir los errores y las supersticiones de las mujeres paganas y musulmanas.
2.o Las negritas misioneras instruyen a las ayudantes y a las enfermas en las cosas de la fe y de la moral cristiana, y preparan a las catecúmenas para el santo bautismo.
3.o Estudio de las lenguas árabe y denka.
4.o Ejercicio práctico sobre el modo de asistir espiritual y corporalmente a las enfermas, y un poco de enseñanza sobre medicina, farmacia, aplicación de remedios, preparación de medicamentos, etc.
5.o Clase sobre labores femeninas de primera necesidad, coser, tejer, prácticas de ropero, etc., etc.
6.o Prácticas de cocina, hacer pan, preparar comidas con elementos y productos que se pueden hallar en la Nigricia merced a la agricultura local, o que se pueden introducir allí.
[2243]
Por otra parte, las Hermanas dirigen a las negritas en las labores finas y de valor encargadas de fuera, y especialmente de almacenes europeos, como también en las relativas a los vestidos y lencería de los Institutos. Los trabajos de cocina, lavado y enfermería corren a cargo de las negritas, que los desempeñan semanalmente por turno.
La instrucción a domicilio en familias católicas de probada reputación donde hay alguna catecúmena, se efectúa siempre por dos negritas acompañadas de una Hermana.
Tanto el médico como el misionero visitan a las enfermas del pequeño Hospital del Insto. siempre acompañados de la negrita enfermera, de la Superiora o de una Hermana.
El pequeño Hospital está provisto de una pequeña farmacia por valor de dos mil francos, que suministra medicamentos a las otras Casas y a los pobres.
[2244]
Entre las negras misioneras hay diez de probada moralidad y capacidad, que estarían dispuestas a ejercer convenientemente su ministerio en Africa Central, y se encontrarían maduras para el apostolado de la Nigricia. Además, todas las negritas misioneras son habilísimas en el arte y manera de atraer negras, tanto paganas como musulmanas, al catolicismo. Un gran número de paganas y musulmanas podrían haber sido ganadas para la fe, si la prudencia no nos hubiese recomendado mostrarnos cautos con los amos, que son contrarios a la conversión de los negros.
[2245]
La experiencia nos ha convencido de que la presencia de un Instituto de negras es un importante elemento de apostolado en favor de la raza africana en Egipto. De conversar con nuestras negritas, verlas rezar y oírlas cantar, muchísimas otras, paganas y musulmanas, sintieron ganas de hacerse católicas. Todas las negritas –y los negritos– que se han convertido hasta ahora, se mantienen fieles a la fe, sin ninguna excepción, tanto las que han permanecido en el Insto. como las que han sido colocadas en honestas familias católicas. Alguna ha conservado, se puede decir, la inocencia bautismal como para servir de hermoso ejemplo a las otras.
[2246]
Las Hermanas son de probado espíritu y moralidad. Nada se ha dejado de lado por nuestra parte por hacerlas tales y uniformarlas en el espíritu de nuestra ardua e importante misión. La Superiora es Sor Verónica Pettinati, que verdaderamente está a la altura de su cometido.
[2247]
Hasta ahora he llevado yo la administración de este Insto., disponiendo lo necesario en todo, y dejando a la Superiora la gestión de la pequeña economía de la Casa. Ha sido una experiencia orientada a constatar las necesidades del Instituto, y la marcha económica de la Obra. Desde el pasado enero tengo acordado con Sor Eufrasia, la Asistente General, desembarazarme de esta carga y ceder la administración total a las Hermanas, sobre las bases del Contrato del Anexo D; esto servirá de mayor estímulo a la Congregación de San José para ayudar a la Obra. La Madre General no se ha pronunciado hasta ahora, en espera de venir a Roma para el cierre del acuerdo. Este Insto. está ubicado en una amplia casa con pequeño jardín y capilla, que tomé en arriendo al Sr. Bahhari Abut, griego católico, al precio de mil seiscientos francos al año. Está a diez pasos del Nilo.
[2248]
3.o Casa de la Sagrada Familia,
o Escuela femenina de la Parroquia del Viejo Cairo
Esta pequeña Casa fue abierta en junio de 1869 según disposición especial de S. E. el Vicario Aplico., que me encargó hacerlo mediante el siguiente Documento expedido en Alejandría el 23 de mayo anterior, en respuesta a mi petición y al deseo de ese M. R. Párroco.
N. 110
«M. R. D. Comboni:
Tras considerar cuanto Ud. me exponía con su escrito del 10 del corriente, le autorizo a abrir experimentalmente una Escuela sucursal en el Viejo Cairo, confiando la dirección de la misma a Sor María Catalina Rosa Valerio, Terciaria Franciscana de Verona, de modo que siempre queden a salvo los derechos de ese M. R. Párroco, al cual escribo al mismo tiempo para invitarle a tomarse el máximo interés, de modo que se obtengan los efectos deseados.
No pudiendo, al menos por ahora, estar disponibles los locales de la antigua escuela, deberá encargarse Ud. de buscar otros que a ser posible reúnan las condiciones requeridas.
† F. Luis Arzpo. Vicario. Aplico.»
[2249]
Esta Escuela es llevada exclusivamente por las negritas misioneras bajo la dirección de Sor Valerio, a la que yo traje de Verona, donde fue Maestra de Novicias en el suprimido Monasterio de las Terciarias Franciscanas. En ella se enseña la Fe y la Moral católica, los elementos de instrucción primaria, los idiomas árabe, italiano, francés y alemán, aparte de las labores femeninas de todo género, desde la calceta al bordado en seda y oro.
[2250]
El Horario especial queda expuesto en el Anexo E. Asisten ordinariamente a la Escuela de veinte a treinta alumnas orientales y tres europeas alemanas. Causa de número tan limitado es la prohibición que el recientemente fallecido Patriarca Copto Cismático hizo a sus jóvenes correligionarios de frecuentar las escuelas católicas. Son muchas las familias coptas heréticas del Viejo Cairo.
Esta Casa es como un pequeño noviciado para las negritas misioneras. Está situada junto a la Iglesia Parroquial.
[2251]
La Casa de la Sda. Familia, o Escuela, la he tomado en alquiler a Tierra Santa, por tres años, al precio de trescientos sesenta francos anuales.
La lista del personal de los tres pequeños Institutos de negros de Egipto, desde la época de su fundación en diciembre de 1867 hasta marzo de 1870, figura en el Anexo F.
Resulta de esto que:
1.o Los Neófitos de los Instos. son 19
2.o Los Catecúmenos actuales son 15
3.o Total del personal 72
El personal actual de los Instos. es el siguiente:
1.o Insto. del Sdo. C. de J 11
2.o Insto. del Sdo. C. de M. 26
3.o Casa de la S. Familia 9
__
Total 36
[2252]
Economía y medios de subsistencia
de los Instos. de Egipto
Pasando ahora a los medios pecuniarios y materiales para sostener los nacientes Instos. de Egipto, tengo mil motivos para dar gracias a la Providencia, porque a pesar de los tiempos tan duros que corren, y de las tremendas dificultades que por disposición adorable de la Providencia ha tenido que soportar la Obra, si bien las necesidades económicas han sido reducidas al mínimo, los Institutos no han carecido nunca de lo preciso, y en muchos aspectos han sido provistos también de lo útil y de lo cómodo.
[2253]
Un grave inconveniente de la Obra en Egipto es el no poseer al menos una casa propia. Pero con la ayuda de Dios, y en caso de contar con el apoyo de Propaganda, no tardaré en comprar una casa en El Cairo. A este objeto la Sociedad de Colonia me asignó diez mil francos, con una carta (Anexo G) cuyo contenido muestra hasta qué punto esta pía Asociación está empeñada en ayudar con generosos donativos a las pequeñas obras actuales de Egipto y a las futuras de Africa Central.
[2254]
El gasto necesario para mantener las tres pequeñas Casas de Egipto con el número de personas que tienen actualmente, como resulta de la experiencia de los dos primeros años, es aproximadamente de quince mil a dieciséis mil francos.
[2255]
La renta anual disponible de los Instos. sobrepasa la cantidad de 20.000 francos, ingresos que proceden de las fuentes siguientes:
1.o Sociedad de Colonia para los negros Fr. 10.000
2.o Propagación de la Fe de L. " 7.000
3.o Limosnas de misas de los misioneros " 2.000
4.o Obra de las Escuelas de Oriente " 500
5.o Ofertas a los Instos. y trabajos de las negras " 3.000
—————
Total 22.500
Las tres Casas están dotadas actualmente de ropa de cama, mobiliario, medicinas, objetos de culto, enseres domésticos, materiales y herramientas de artes y oficios, etc., por un valor de más de 25.000 francos. Puedo exhibir factura de todos los diferentes objetos, a petición de V. Eminencia.
Recursos y activo de los Instos.
en los primeros años de su fundación
En dinero:
1.o Sociedad de Colonia para los negros Fr. 28.300
2.o Propagación de la F. de Lyón y París " 12.000
3.o Ludwigverein de Munich " 1.500
4.o Sociedad de la Inmac. Concepción de Viena " 1.000
5.o Obra de las Escuelas de Oriente " 700
6.o Sociedad del S. Sepulcro de Colonia " 500
7.o Insto. de las Cistercienses de Landshut " 2.000
8.o Insto. de las Salesianas de Beueberg " 1.260
9.o Duque de Módena " 800
10.o Obtenido de los trabajos de las negras
y de las ofertas en los Instos. de El Cairo " 3.000
11.o Limosnas de Misas a los Misioneros " 4.000
12.o Limosnas de insignes y ordinarios benefactores
privados de la Obra, entre ellos de Majestades
y Altezas, etc., como SS. MM. Imperiales Fernando
y la Emp. María Ana de Austria, el Príncipe
Jorge de Sajonia, el Príncipe de Löwenstein, el Barón
de Havelt; predicaciones, etc. en Francia, etc. " 17.000
———
72.060
Suma y sigue: Fr. 72.060
En objetos y provisiones:
1.o Mme. Maurin Bié, Dephies, Berthod, etc.
en Lyón, en camisas, vestidos, etc., por valor Fr. 500
2.o Familia del Misionero Rolleri
en grano, comestibles, etc. " 350
3.o Mi padre Luis Comboni, 9 barriles de aceite " 750
4.o De muchos, en queso, vino, azúcar
y comestibles diversos " 3.500
Ahorros extraordinarios obtenidos con industria
y relaciones particulares:
1.o Por viajes hasta El Cairo de negritas y hermanos
laicos y transporte gratuito de 274 bultos desde
Marsella hasta Alejandría (el Gobierno francés
sólo concede gratis el viaje a los Misioneros y a
las Hermanas, y esto no siempre), obtenidos del
Ministerio de Asuntos Exteriores de París y del
Gobierno Egipcio Fr. 12.000
2.o Mr. Talabot, Rotschild, Pointu, y Jefes de varias
Sociedades ferroviarias me concedieron efectuar
diversos viajes gratis en los ferrocarriles de Fran-
cia, Alemania e Italia, por valor de " 1.600
———
Total 90.760
Gastos y Pasivo de los Institutos
en los dos primeros años de su fundación
1.o Gastos de viajes de 30 personas y transportes
de bultos desde Europa hasta El Cairo Fr. 15.000
2.o Mis viajes a Europa " 2.000
3.o Alquiler de tres Casas, y pequeñas reparaciones " 5.500
4.o Correo, recibir y enviar " 1.500
5.o Gastos de culto, velas, aceite, vino, harina,
bancos, etc. " 2.000
6.o Farmacia, médicos, pequeño Hospital,
enfermería, etc. " 4.000
7.o Alimentos; ropas; portes; desplazamientos en
coches, burros, barcas, camellos, etc.; compra
de algún negro o negra; limosnas " 30.000
8.o Camas, lencería, mobiliario, enseres de artes
y oficios y de culto, etc. " 25.000
———
Total Fr. 85.000
[2256]
Tengo una deuda de 5.000 francos con la honesta familia A. Laurent de Marsella proveedora de muchas Casas Religiosas, que liquidaré poco a poco, una vez fundados los Institutos, o cuando pueda, según lo acordado.
Quedan en Caja actualmente:
1.o En poder del P. Carcereri Fr. 2.000
2.o En el mío " 1.000
3.o Sr. Zachman, mi Banquero de El Cairo " 1.500
4.o Complemento de 1869 de la Prop. de la Fe " 5.600
5.o Créditos a cobrar " 800
———
Total Fr. 10.900
Totales
Activo, ingresos Fr. 90.760
Pasivo, gastos " 85.000
Caja actual " 10.900
———
Total " 95.900
Deuda Laurent " 5.000
———
Fr. 90.900
[2257]
II. - Pequeñas Obras de Verona
A fin de que los Instos. de Egipto y las obras que se funden en la Nigricia lleven el sello de la estabilidad, S. E. Rma. Mons. Canossa abrió en Verona un pequeño Seminario para formar Sacerdotes y proveer de misioneros y hermanos colaboradores a los Institutos de Egipto y a las misiones de Africa Central, y le dio la impronta canónica por medio del Documento del Anexo M, proponiendo como su Director al pío y docto D. Alejandro Dalbosco, que ya fue compañero mío en Africa Central.
[2258]
Pero como en los tiempos que corren no se pueden hacer cálculos sobre importantes ingresos provenientes de grandes benefactores, porque las rentas de las entidades morales que pertenecen a la Iglesia están siempre amenazadas por las violencias y las confiscaciones de las autoridades laicas, se pensó apoyar el Seminario en la caridad católica y en el derecho de Asociación reconocido por todos los tipos de gobierno incluso los revolucionarios. Por eso se erigió canónicamente la pía Asociación del B. Pastor, que tiene por objeto proveer de medios pecuniarios a dicho Seminario y a los que con ayuda de Dios se funden en otros centros de la Catolicidad. Esta Obra, a la que el Obispo de Verona concedió cuarenta días de Indulgencia, fue a continuación enriquecida por Su Santidad con seis Indulgencias Plenarias (Anexo N) mediante un Rescripto de puño y letra del Papa, que tuve el honor de mostrar a V. Em.a Rma. el día después de obtener la gracia.
[2259]
Esta Obra había comenzado a ir bastante bien y contaba con el favor de muchos Obispos de Italia y de fuera, que habían aprobado su establecimiento en las respectivas Diócesis y asegurado a Mons. Canossa la protección de la misma con cartas especiales, de las que puedo presentar copia a V. Em.a. Con el producto del primer año fue posible poner en marcha el pequeño Seminario, y probar en él la vocación del P. Rolleri y del hermano laico Rossi, a los que a comienzos de 1869 llevé conmigo a El Cairo.
[2260]
Una circunstancia permitida por Dios embarrancó un tanto la santa Obra. En julio de 1868, habiéndome presentado yo en Lyón con una carta especial de recomendación del Vicario Aplico. para implorar ayudas de la Propagación de la Fe, presenté a aquel Consejo, a petición del mismo, un informe sobre las pequeñas Obras de Egipto y de Verona, entre ellas la Asociación del B. Pastor. Mr. Meynis, Secretario del Consejo de Lyón, no comprendiendo bien la Obra o mostrando no comprenderla, creyó que la Asociación del B. Pastor tenía como finalidad recoger limosnas para los Instos. de Egipto, y que por tanto era perjudicial para la Prop. de la Fe. Así las cosas, hablé a aquel Presidente de la conveniencia de escribir al respecto a la S. C. de Propaganda Fide. Como consecuencia de aquella comunicación, V. Em.a Rma. juzgó en su sabiduría que había que dar a nuestra Asociación de Verona la misma interpretación, y el 15 de septiembre de 1868 dirigió una Circular a los Obispos de Italia, en la que les prohibía que admitiesen en sus diócesis toda Asociación tendente a socorrer a una especial Misión, excepto a la Propagación de la Fe. El Obispo de Verona tuvo algún temor de que tal circular perjudicase indirectamente a la Obra del B. P.
[2261]
Ignoraba yo este hecho, y en la confianza de la aprobación pontificia traté de fundar en París un Consejo de la O.B P. Consideré que iría sobre seguro consultando primero e invocando el apoyo de la Propagación de la Fe. Por eso me dirigí a bastantes miembros del Consejo de París y les expliqué la naturaleza de la nueva Asociación, diciéndoles que tenía por objeto mantener un Seminario en Verona, y no una misión especial in partibus infidelium, y que por tanto difería de la Obra general de la Propagación de la Fe, la cual ayudaba directamente a las misiones extranjeras. Añadí que, tras una buena puesta en marcha de la Asociación, se crearía con el tiempo un Seminario en el mismo París donde formar misioneros para la Nigricia sobre las bases del de Verona. El ilustre Nicolas fue el intérprete de mis ideas en el Consejo.
[2262]
El Sr. Baudon, Presidente General de las Conferencias de San Vicente de Paúl y Consejero de la pía Asociación del B. P., me dijo: «Son cerca de cincuenta mil francos al año los que se necesitan para mantener este Seminario, en el que se formarían misioneros para Africa; doy mi nombre, y acepto ser miembro del Consejo diocesano de París de la Obra del B. P.» Sin más, emprendí con éxito la constitución de un Consejo Diocesano de la pía Asociación, consiguiendo que se integrasen en él como Consejeros doce de los más ilustres personajes de aquella capital, y entre ellos cuatro de los más activos Consejeros de la Prop. de la Fe. Con autorización del Obispo de Verona creé allí también un Comité de Damas patrocinadoras entre las más ricas e ilustres de París.
[2263]
Sin embargo, unos días antes de celebrar la primera asamblea del Consejo Diocesano, ya convocada en los salones del Barón de Havelt, recibí de Verona el anuncio de la Circular de V. Em.a Rma. Aunque esta Circular no se refería en absoluto a las Asociaciones especiales que tenían por objeto un bien local de una diócesis de Italia, y en consecuencia no afectaba a la Obra del B. P. destinada a ayudar al pequeño Seminario de Verona, con todo, leyendo en el corazón de V. Em.a , por sumisión y respeto al Jefe supremo de las Santas Misiones decidí suspenderlo todo hasta nueva orden. Con rubor me despedí de los miembros del nuevo Consejo de París, anunciándoles que, por tener que marchar a Egipto, había decidido suspender ad tempus la actividad de la Obra del B. Pastor en París; y esto después de haber expuesto francamente a los miembros más importantes el hecho y sus verdaderos motivos.
[2264]
Así que dejé Francia resignado a las disposiciones de la Providencia, pero lleno de confianza en que más tarde el Señor podría en marcha la santa Obra. Doblando la frente ante las veneradas intenciones de V. Em.a, se procedió con paso mesurado también en Italia. Mons. Canossa juzgó prudente no admitir nuevos alumnos en el pequeño Seminario, y la Obra en Verona permaneció estacionaria.
[2265]
Estuvimos esperando con impaciencia la época del Concilio Vaticano para presentarnos ante V. Em.a y rogarle que cubriera con el escudo de su protección toda la Obra. Un Seminario en Europa que forme misioneros para la Nigricia es de absoluta necesidad, y una pía Asociación bien organizada es el medio más seguro para sostenerlo y perpetuarlo en nuestros tiempos. Por un lado esta Asociación, que tiene como único objeto ayudar al Establecimiento de Verona, no supone ningún perjuicio ni ninguna concurrencia para la Obra de la Prop. de la Fe de Lyón y París, cuyos recursos están destinados a ayudar a las misiones in partibus infidelium. De esto están convencidos los miembros de los Consejos centrales de Lyón y París, muchos de los cuales ven que la Obra del B. P. resultará incluso útil a la Prop. de la Fe, la cual cobrará mayor auge por los buenos resultados de las misiones de Africa Central, que serían las más interesantes, dicen, por regenerar pueblos nuevos.
[2266]
Si no existiese el Seminario de Misiones Extranjeras de París, ¿por ventura habría en Asia veintidós Vicariatos y dos Prefecturas Apostólicas, todo ello sostenido y dirigido por ese célebre Seminario? Pues bien, tal Asociación (del B. P.), manteniendo el Seminario de Verona para Africa Central, da misioneros a la Nigricia y promueve el incremento de la fe en esas abrasadas regiones, sobre las que aún pesa tremendo el anatema de Canaán. Por tanto suplico humildemente a la S. C. de Propaganda que secunde los santísimos deseos de Mons. el Obispo de Verona, y sea larga y generosa con su precioso apoyo en favor de esta Asociación orientada a dar apóstoles a la infeliz Nigricia.
[2267]
Después de que el Señor llamase a su lado al ferviente misionero D. Alejandro Dalbosco, Mons. el Obispo de Verona nombró Jefe del pequeño Seminario de Verona al pío y entusiasta D. Tomás Toffaloni (1), que es digno de ese importante ministerio, al que ha sido destinado hasta que podamos encontrar para el mismo alguien que haya sido ya misionero en Africa Central. Y esto porque estamos profundamente convencidos de que cuando el Seminario haya adquirido duradera consistencia, y lleve ya muchos años formando para el apostolado, es muy conveniente que el superior y los directores espirituales sean elegidos entre los mismos ex alumnos, llamando a Europa algunos de ellos con más experiencia y méritos que se hayan distinguido ejerciendo su sagrado ministerio en misión, a los cuales servirá ese cargo de digno y merecido descanso, en tanto que su trabajo servirá para mayor provecho e instrucción de los nuevos aspirantes al apostolado de la Nigricia.
[2268]
III. - Armonía de las Obras de Egipto y Verona
Como necesaria conclusión de lo expuesto se puede deducir que es de suma necesidad que los nacientes Institutos de Egipto y las pequeñas Obras de Verona se den la mano y caminen y prosperen a la par, prestándose mutuo apoyo, a fin de alcanzar el objetivo último, que es el de implantar establemente la Fe en Africa Central. Yo parto del muy verdadero principio, basado en la experiencia práctica, de que lo mismo que en el orden temporal dinero hace dinero, en el orden espiritual obra hace obra. Si las pequeñas Obras de Verona prosperan, darán a los Institutos de Egipto y de la Nigricia buenos y valiosos obreros evangélicos, que, instalados en el campo de su labor apostólica, con la ayuda de Dios realizarán conversiones y a su vez harán prosperar los Instos. de Egipto y las misiones de la Nigricia. Floreciendo éstos bajo la égida de Propaganda, se incrementará el celo de los generosos católicos de Europa, que contribuirán al desarrollo e incremento de la Obra del B. Pastor, la cual se volverá fuerte y podrá promover vocaciones y mantener mayor número de candidatos en el Seminario de Verona. De tal modo estas santas Obras alcanzarán su última meta: la implantación estable y el triunfo de la Fe en la Nigricia, donde jamás ondeó ni se enarboló la gloriosa bandera de la Cruz.
[2269]
Conclusión
En mi pequeñez e indignidad imploro encarecidamente de la apostólica caridad de V. Em.a que cubra con el escudo de su protección la naciente Obra de la Regeneración de la Nigricia. No tenga V. Em.a ningún cuidado por la constancia del que esto suscribe, ni por tantos trabajos y sacrificios como ha tenido que soportar por la Nigricia, pues éste que es y será siempre el siervo más inútil de la Iglesia no aspira a otra cosa que a la misericordia de Dios para su alma; sino preocúpese tan sólo de la desdichada situación de tantos millones de almas como van a perderse. Cuando los protestantes Baker y Livingstone, el musulmán Selim, y tantos otros, se adentran animosos en el corazón de Africa por un bien material, y quizá para embrutecerla más, ¿va a abandonarla el catolicismo, sin hacer nada para salvarla?
[2270]
Confío en que la naciente Obra de la Regeneración de la Nigricia echará firmes raíces y logrará su objetivo, siempre que cuente con el apoyo inmediato de la S. Congregación. En tanto que alguien no corra a salvar a los negros de Africa Central, éstos irán a la perdición...
[2271]
Yo sólo dispongo de una vida que consagrar a la salvación de aquellas almas: quisiera tener miles de ellas para consumirlas en ese fin. Por tanto, hasta el último suspiro, nunca dejaré de suplicar a V. Em.a y a esa Cátedra de Pedro, donde tienen su asiento la verdad, la caridad y la preciosa herencia de nuestro adorado J. C. Salvador del género humano, que dirijan piadosos la mirada hacia los cien millones de almas que pueblan las inmensas regiones de Africa Central, y sobre las que pesa todavía el terrible anatema... En caso de que hubiese omitido puntos importantes en este Informe, y V. Em.a se dignase hacer observaciones al respecto, me declaro dispuesto a responder a todo. La sabiduría y perspicacia de V. Em.a comprende bien las graves y múltiples dificultades soportadas, y la suma importancia de esta santa Obra, que se orienta al apostolado de la parte del mundo más abandonada, y cuyo éxito depende del precioso apoyo de la S. C. de Propaganda Fide.
Daniel Comboni
(1) Toffaloni introdujo en todas las diócesis del Véneto la obra de la Propagación de la Fe y educó misioneros, entre ellos el difunto Rmo. Ambrosi, Procurador de la S. C. en Hong-Kong.