Comboni, en este día

En una carta a Elisabetta Girelli (1870) desde Verona se lee:
Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente. Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso.

Escritos

Buscar
Búsqueda avanzada – clique aquí para afinar la búsqueda
Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
471
P. Venancio OFM
1
El Cairo
22.10.1872
N. 471 (440) - AL P. VENANCIO DE S. VENANZIO

AFDC, Cartas antiguas



El Cairo, 22 de octubre de 1872



Declaración sobre los bienes de Schellal.





472
Madre Emilie Julien
0
El Cairo
28.10.1872

N. 472 (441) - A LA MADRE EMILIE JULIEN

ASSGM, Afrique Centrale Dossier


/1/

El Cairo, 28 de octubre de 1872



Mi muy venerada Madre:


 

[3058]
Ya le he escrito y rogado insistentemente que me mande lo antes posible a Sor María Bertholon con una o dos Hermanas, y con la presente le repito la misma súplica. Y si estuviera en Marsella sería capaz de arrodillarme ante usted (a escondidas del Card. Barnabó) para implorarle que me diese para Africa Central a Sor María.


[3059]
Así mi fatigosa y difícil Misión marcharía perfectamente y yo estaría muy contento, porque todas las Hermanas que usted me ha dado, por su caridad bien dirigidas con sabiduría y espíritu de Dios, tienen virtudes para superar admirablemente las dificultades (que Sor Verónica nunca le ha señalado en sus cartas), las cuales desaparecerán del todo con las disposiciones que he tomado. También la Superiora y Sor Isabel (que no carecen de sólidas virtudes) podrían servir. Pero necesito a Sor María Bertholon como Superiora de Sudán, y a Sor Verónica como Superiora en el Viejo Cairo.


[3060]
Usted es una Madre, y ha hecho a mi Misión un bien inmenso que es preciso continuar. He nombrado un nuevo Superior en el Viejo Cairo, el cual tiene en gran estima a las Hermanas y es capaz de conocer y corregir los defectos. Sor Verónica está muy contenta con ello. Yo quiero hacer de Sor Verónica una de las mejores y más capaces Superioras de la Congregación, sobre todo por la perfecta observancia de la Regla y por el espíritu de la Congregación.


[3061]
En cuanto a Sor Josefina y Sor Magdalena, tenga la seguridad de que les prodigaremos unos cuidados más que paternales. Al presente están maravillosamente bien. Yo conozco su enfermedad, que Africa curará perfectamente: mejor que los médicos, que me habían desahuciado también a mí.

Son las doce, y la oficina de correos está a punto de cerrar. Espero a Sor María dentro de quince días. Cuento con su gran corazón.

Rece por mí.



Su indigno hijo

Daniel Comboni

Envíe esta carta a los primos de Sor Germana.



Original francés.

Traducción del italiano






473
Mons. Luis Ciurcia
1
El Cairo
30.10.1872
N. 473 (442) - A MONS. LUIS CIURCIA

AVE, c. 23



El Cairo, 30 de octubre de 1872



Declaración sobre el inventario de los bienes de Jartum.





474
Madre Emilie Julien
0
El Cairo
11.11.1872
N. 474 (443) - A LA MADRE EMILIE JULIEN

ASSGM. Afrique Centrale Dossier



El Cairo, 11 de noviembre de 1872



Mi queridísima y venerable Madre:



[3062]
Con impaciencia espero su respuesta a mis cartas respecto a Sor María Berthlon y alguna otra Hermana. La partida está fijada para el final de este mes, y las casas están preparadas en Sudán. Si se retrasa un mes más, habrá dificultades por el viento del Norte.


[3063]
Tengo a mi disposición dos grandes embarcaciones, o dahhabias, una para las Hermanas y las negras, y la otra para los Misioneros. Con Sor María Berthlon mi Obra está en buenas manos. Como Sor María sólo puede estar tranquila haciendo la voluntad de Dios expresada por la Superiora General, no he vuelto a escribir a Sor María desde el Concilio, o sea, desde hace dos años y cuarto.


[3064]
El clima de Africa Central ha sentado tan bien a los Padres Estanislao Carcereri y José Franceschini, que ahora nunca están malos; y los dos han hecho el viaje entre Jartum y el Kordofán cuatro veces.

Llevo conmigo a Sudán al canónigo Pascual Fiore, y a D. Bartolo Rolleri, D. Vicente Jermolinski, D. Pío Hadrian y D. Abraham Riga –todos sacerdotes–, más cuatro agricultores.


[3065]
Por lo que respecta a las Hermanas, yo le rogaría que mandase las letras obedenciales a Sor María Bertholon, a Sor Josefina Tabraui, a Sor Germana Assuad y a Sor Magdalena Caracassian; y si Sor María viene con dos Hermanas, también haría falta la obediencia para Sor Isabel Cambefort. Quizá tenga usted dificultades en cuanto a Sor Magdalena a causa de su salud; pero nosotros creemos que el viaje a Sudán y su estancia allí le harán bien. Por otra parte necesito una Hermana para conducir a El Cairo una veintena de negras que tenemos en Jartum. Dentro de cuatro años podremos ir en tren de Jartum a El Cairo en cuatro días. Yo me espero muchas cruces, y también triunfos.


[3066]
Entretanto, le ruego que me prepare Hermanas orientales, como Sor Josefina y Sor Germana, y estoy dispuesto a ofrecerle 500 francos por los gastos del Noviciado de cada una. Por el Sr. Lorenzo le pagaré 5.000 francos con la primera ayuda que me llegue de la Propagación de la Fe, que no puede tardar mucho. Mi buena Madre, espero a Sor María. Las Hermanas están bien, gracias a Dios.

Espero sus cartas, y rece por



Su hijo Daniel Comboni



Le pido perdón por esta tinta: escribo desde la casa de los Frères.



Original francés.

Traducción del italiano






475
P. Estanislao Carcereri
1
El Cairo
16.11.1872
N. 475 (444) - AL P. ESTANISLAO CARCERERI

APCV, 1458/313



El Cairo, 16 de noviembre de 1872



Nombramiento como Vicario General interino del Vicariato de Africa Central.





476
Madre Emilie Julien
0
El Cairo
18.11.1872
N. 476 (445) - A LA MADRE EMILIE JULIEN

ASSGM, Afrique Centrale Dossier



J. M. J.

El Cairo, 18 de noviembre de 1872



Mi veneradísima Madre:



[3067]
El retraso de Sor María y de las que usted tiene la bondad de concederme me da mucho que pensar. No obstante, en los Corazones de Jesús, María y José, espero que su corazón maternal y colmado de caridad de Jesucristo no querrá demorar la obra de la conversión de más de cien millones de almas, de las que las Hermanas de San José son las primeras evangelizadoras. Necesito dos Superioras. Déme a Sor María y me quedo tranquilo. Con Sor María, Sor Josefina Tabraui, Sor Germana y alguna otra, fundamos una Obra magnífica. Es difícil encontrar Hermanas tan generosas como ellas. Si las Hermanas árabes con como éstas, le aseguro que la Iglesia católica se beneficiará mucho de ellas en Africa Central.


[3068]
Sobre nuestra querida Sor Magdalena le ha escrito Sor Verónica. Tenemos toda esperanza de que se restablecerá. La Superiora del hospital y el médico también desahuciaron al P. Franceschini, dándole sólo quince días de vida; pero ha hecho el viaje de Jartum al Kordofán y está muy bien, porque para los tísicos el clima de El Cairo es bueno y el de Sudán muy bueno.


[3069]
Si no me manda usted enseguida a Sor María, pierdo un año. Por el amor de Dios y de San José, haga este sacrificio.

A la Madre Asistente y a todas las Hermanas, mil saludos de



Su hummo. hijo

Daniel Comboni



Original francés.

Traducción del italiano






477
Card. Joseph O. Rauscher
0
El Cairo
21.11.1872
N. 477 (446) - AL CARD. JOSEPH O. RAUSCHER

AEV



Institutos de negros de El Cairo (Egipto)

21 de noviembre de 1872



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[3070]
Es sabido de V. Em.a Rma. que en el año 1846 la Santa Sede Apostólica erigió el Vicariato de Africa Central, y que mandó allí algunos Misioneros de diversas naciones, y un Obispo, bajo la celebérrima dirección del Padre Ryllo S.J., polaco.


[3071]
Pero habiendo impedido los lamentables efectos de la nefasta revolución del año 1848 que la Santa Romana Congregación de Propaganda Fide y la pía Sociedad de la Propagación de la Fe de Lyón y París mandasen ulteriores ayudas a esa Misión, mi venerable predecesor el Dr. Ignacio Knoblecher, de la diócesis de Liubliana, que ciertamente no había perdido la esperanza a pesar de tan grave olvido, al volver a Europa encontró enseguida sentimientos de extraordinaria piedad en el magnánimo corazón de nuestro augusto Emperador Francisco José I, que movido a compasión hacia tan innumerables e infelices tribus de los Camitas que gemían bajo el yugo de Satanás, no sólo otorgó muchas ayudas de su real peculio al Rmo. Provicario, sino que además se dignó acoger bajo su protección el Vicariato de Africa Central.


[3072]
Luego se preocupó de que el Vicariato fuese tutelado por «firmanes» de la suprema autoridad de los turcos, así como de que se abriese un Consulado austríaco con sede en Jartum. Con su autoridad reforzó la institución de la famosísima Sociedad de María, comúnmente conocida con el nombre de «Marienverein», fundada en Viena con objeto de recoger fondos para el sostenimiento de la Misión.


[3073]
Y ocurrió que los venerables Obispos de todo el Imperio respondieron con solicitud a los seculares gemidos de los millones, de los cien millones de paganos como parecen ser los habitantes de Africa Central, exhortando con apasionado celo a sus fieles diocesanos a reunir enormes cantidades de dinero para socorrer a aquellas gentes, y enviando esas sumas al Alto Comité Mariano para tal Misión.


[3074]
Aunque no parece que los frutos de los Misioneros de Africa Central refuljan por entonces con gran esplendor, por las tremendas dificultades que se opusieron a su ministerio, con todo sus fatigas aportaron no pequeños beneficios. Concretamente, entre el Trópico de Cáncer y el Ecuador, a lo largo del Nilo y del Nilo Blanco, se fundaron cuatro Estaciones católicas.


[3075]
Además se estudiaron las costumbres, las leyes, las supersticiones, la índole y los defectos de muchos pueblos. Se exploraron vastísimas regiones y se visitaron poblados. Textos en lenguas desconocidas, como las de los Denka y de los Bari, se imprimieron con caracteres austríacos gracias al esfuerzo del Ilmo. Prof. Mitterrutzner, de Bressanone.


[3076]
Como todas las Obras de Dios, también ésta ha tenido que pasar por grandes dificultades y fatigas, debidas a la cruedad de los hombres, la inclemencia del clima, etc. Son estas dificultades las que ponen la firma a las obras de Dios, es decir, las instituciones de la Iglesia y de las Misiones Apostólicas.


[3077]
¿Acaso problemas de todo género, persecuciones y muertes crueles resultaron insuperables impedimentos para los Apóstoles de Cristo? ¿No fueron más gloriosos los combates y los trofeos de los Apóstoles donde mayores se presentaron las dificultades? ¿No es el sacrificio el precio de la Redención, y la sangre de los Mártires semilla de cristianos?


[3078]
Esto sucedió, Emmo. y Rmo. Príncipe, en la misión de Africa Central. Cayeron hombres valientes, pero la divina Providencia ha suscitado otros cuya última palabra, inspirada por la caridad de Cristo, será siempre ésta: ¡Nigricia o Muerte!


[3079]
Por disposición de la divina Providencia he fundado en Verona el Instituto de las Misiones de la Nigricia, y abierto en El Cairo, en Egipto, dos colegios, uno masculino y uno femenino, para educar al clero indígena, para instruir a los nativos en los trabajos artesanales, y también para habituar a los Misioneros europeos al clima de las regiones interiores de Africa.


[3080]
Nuestro Santísimo Señor Pío IX, oído el parecer de la S. C. de Propaganda Fide, manifestado en la asamblea general del 21 de mayo de este año, determinó que todo el Vicariato de Africa Central fuese confiado a los sacerdotes veroneses del Instituto Misionero para la Nigricia, y se dignó ponerme, aunque indigno, al frente de esta ardua y laboriosísima Misión, con el cargo y las facultades de Provicario Apostólico.


[3081]
El Emmo. Card. Barnabò, Prefecto General de la S. C. de Propaganda Fide, mandó una carta a la Sociedad de María de Viena exhortando a los miembros de ésta a multiplicar los esfuerzos para recoger ayudas de todas partes del vasto Imperio austrohúngaro en favor de esta Misión.


[3082]
He aquí en su presencia, Emmo. Príncipe, esta infelicísima Nigricia, que se halla en las tinieblas, que se aparta del recto camino y que está a punto de caer por despeñaderos, porque está sin luz, sin fe, sin Dios. Se trata de la salvación de toda Africa Central, que comprende la décima parte de todo el género humano, y cuya extensión es mayor que la de toda Europa. He aquí ante V. Em.a la más vasta y difícil misión de toda la tierra, que va desde el Trópico de Cáncer hasta los doce grados de latitud austral, y que goza de la protección del glorioso estandarte del Emperador.


[3083]
Ea, pues, Emmo. Príncipe, por el Corazón de Jesucristo, dígnese hacer suya esta causa; y mientras nosotros nos afanamos cada día con sudor, sangre y fatigas por esta viña abandonada, concédanos la gracia de exhortar a los devotísimos fieles de su Diócesis a que recen intensamente y ofrezcan ayudas y limosnas a las Misiones de Africa Central. Dígnese enviar los donativos a la Sociedad de María de Viena, que por medio de sus Anales dará a conocer nuestras fatigas, nuestros viajes y también las conversiones de los pueblos de Africa Central.


[3084]
Dentro de pocos días saldré de El Cairo hacia las perdidas regiones de Africa Central con un grupo de Misioneros, Hermanas y artesanos, los cuales, estando ya ambientados, se adaptarán más fácilmente al deletéreo clima de las tierras interiores de Africa. Así se cumplirá lo que dice la Sagrada Escritura: «Venient legati ex Aegypto, Aethiopia praevenient eos».

Postrado humildemente a sus pies le recomiendo esta causa, y con ánimo agradecido me suscribo en los Corazones de Jesús y María



De V. Em.a Rma.

hummo. y devotmo. hijo

Daniel Comboni

Provicario Aplico. de Africa Central



Original latino.

Traducción del italiano




478
Madre Emilie Julien
0
El Cairo
24.11.1872
N. 478 (447) A LA MADRE EMILIE JULIEN

ASSGM, Afrique Centrale Dossier



El Cairo, 24 de noviembre de 1872



Mi queridísma y venerable Madre:



[3085]
El retraso en la llegada de Sor María Bertholon señala y significa que su gran corazón concede esta admirable Hermana a Africa Central. Usted habrá recibido mis cartas, con las cuales le rogaba que apresurase el envío de Sor María. En los Institutos se ha hecho una novena a San José para obtener de usted la gracia de esta Hermana, y el 29 empezaremos otra novena a la Inmaculada Concepción con el mismo fin. La Santísima Virgen y San José son más fuertes que todo el mundo, y usted me mandará a Sor María.


[3086]
Pero si tarda, Madre mía, en mandármela, el daño de su retraso es muy considerable: cuanto más nos demoremos, más aumenta el precio del flete, porque perdemos el viento favorable y las embarcaciones cuestan el doble, y en vez de llegar al Kordofán dentro de dos meses, llegaremos dentro de tres. Mañana partirán dos Misioneros y tres Hermanos para preparar los camellos en el desierto y las casas en las dos Estaciones. Una bonita y larga carta del P. Estanislao, que desde el Kordofán me describe la situación de miles de niñas que nuestras Hermanas pueden salvar y ganar para Jesucristo, ha hecho llorar abundantemente a las Hermanas y a las negras, que se me han puesto de rodillas diciéndome: «Padre mío, por el amor de Dios, partamos enseguida, vayamos a salvar a esas pobres almas abandonadas. Si estuviese aquí nuestra Madre General, nos enviaría de inmediato».


[3087]
Naturalmente, tampoco yo pude contener las lágrimas, y lloramos todos y todas. Ah, de estar aquí Sor María, habría llorado y ya nos habríamos puesto en marcha. El viaje en esta estación es muy fácil y delicioso. El Kordofán ha puesto bien fuertes y robustos a nuestros Misioneros. Sor Josefina quería partir con nuestros Padres de la vanguardia, y dice que yo, habiendo recibido a las Hermanas para la finalidad de mi Vicariato, tenía potestad para enviarla. Pero antes quiero tener las obediencias.


[3088]
Ya está todo listo. Hay a mi disposición dos grandes embarcaciones: una para las Hermanas y las negras, y la otra para mí y los Misioneros. También están hechas las compras. Sólo esperamos a Sor María. Si Sor Verónica se ha negado a recibir el dinero para las Hermanas, ya no lo volverá a hacer.

Espero a Sor María para dar a la Superiora de Africa Central un año más por ella y por las Hermanas que tiene a su cargo, y para dar a la Superiora del Viejo Cairo el dinero para ella y sus Hermanas que se quedan en El Cairo. Por lo demás, la misión les proporcionará todo aquello que necesiten (aparte del alquiler), porque son nuestras hijas y trabajan con un celo admirable. Ah, si tuviese doce Sor Josefinas, doce Sor Germanas y doce como Sor María Bertholon: media Africa Central sería convertida. Sor Josefina Tabraui es más fuerte y robusta que yo. Hace veinte días que trabaja por cuatro.


[3089]
Madre mía, necesito cinco Hermanas para Sudán. Dándome a Sor María, dispongo de dos buenas Superioras, porque Sor Josefina es una Superiora excelente. No me falta nada. En Sudán hay que abrir dos casas de gran importancia. Se entiende que para el año que viene usted debe prepararme al menos cinco Hermanas, la mayor parte de las cuales sean árabes.


[3090]
Le ruego por amor de Dios que telegrafíe a Sor María para que vaya a Marsella y desde allí mandarla a Egipto. Póngalo todo en mi cuenta, y enseguida será resarcida de cuantos gastos haya efectuado. Si en quince días las Hermanas no están en El Cairo, será una gran desgracia para mí y para mi Misión. Al presente es por Sor María por lo que no puedo marchar a mi Vicariato. Esperar a otra estación es un gran perjuicio para la Misión y un gasto de 20.000 francos más. Por el amor de Dios, no me haga perder más tiempo. Espero que la Santísima Virgen y San José podrán más que usted y que todas las cruces.


[3091]
En cuanto a las Hermanas que se quedan en El Cairo, además de la obra de las negras tienen la escuela de la parroquia del Viejo Cairo, que pasa a ser casa nuestra, habiendo cerrado la vieja casa donde estaban la ex Madre Catalina y Marietta. Más tarde nuestras Hermanas podrán abrir en nuestra gran casa un pensionado. Y pienso que podrían hacerlo incluso dentro de unos meses. Así, en El Cairo, que a escondidas de todos y sin que nadie pueda oponerse se está convirtiendo en una de las primeras capitales del mundo, las Hermanas de San José, por medio de mí, pueden abrir y dirigir un magnífico pensionado, que más tarde será trasladado al centro de la ciudad, donde pienso construir.


[3092]
Espero la veloz llegada de Sor María. Mil cordiales saludos a la Madre Asistente, y que Dios escuche la súplica de



Su desdichado hijo en J. C. (si no vienen las Hermanas)

Daniel Comboni

Provicario Aplico. de A. C.



Esta mañana ha llegado aquí de Aleppo el hermano de Sor Germana, que ha venido a verla. Se aloja en mi casa. Por favor, mande a Lourdes la carta adjunta.



Original francés.

Traducción del italiano






479
Madre Emilie Julien
0
El Cairo
30.11.1872
N. 479 (448) - A LA MADRE EMILIE JULIEN

ASSGM Afrique Centrale Dossier



El Cairo, 30 de noviembre de 1872



Mi Rma. Madre:



[3093]
Soy bien desgraciado, puesto que no veo ni cartas ni Hermanas. Propaganda gentilmente me ha hecho comprender la necesidad de que yo parta para Africa Central. Escribí al Card. Barnabò explicándole el plan que seguiré respecto a la caravana de las Hermanas y las negras y a la de los Misioneros en el viaje de Jartum y del Kordofán, y esta mañana he recibido una carta de Su Eminencia, en la que alaba mucho las precauciones y medidas de prudencia que estoy tomando para este gran viaje, y me manifiesta que ha leído con mucho agrado este plan y que rezará a Dios para que bendiga mi viaje y mi empresa.


[3094]
Estos últimos quince días en que he estado esperando a Sor María y a las Hermanas me han parecido quince años. Se ve que Dios quiere darme cruces por medio de usted. El pasado martes envié dos Misioneros y cuatro Hermanos a preparar los camellos en el desierto y las casas de las Hermanas en Jartum y en el Kordofán. Como ellos son seis solamente, harán el viaje en cincuenta días. La dahhabia en que van la conseguí hace quince días (esta hermosa embarcación estaba preparada para las Hermanas) a un precio conveniente. La presente semana, los fletes cuestan el triple.


[3095]
Dentro de quince días las embarcaciones costarán más, y también los camellos, y la duración del viaje será mayor porque los vientos del Norte se harán más débiles. Allá en Africa Central hay tantas almas que esperan, mientras que aquí, llenas de celo, nuestras Hermanas están impacientes por partir. Yo me encuentro sobre ascuas a causa del retraso de Sor María, la cual me prometió usted muchas veces en Roma. Fui al hospital para aconsejarme con la buena Superiora de allí, y ella me ha dicho que no sabe la razón de este retraso. Sin embargo, me parece entrever que usted no me manda las Hermanas –podría ser– porque a mi llegada a El Cairo no entregué a la Superiora el dinero que, según nuestro Acuerdo, debo dar a las Hermanas. No puedo creer eso de mi Madre.


[3096]
Nada más llegar a El Cairo tomé 1.500 francos y se los ofrecí a la Superiora: ella no quiso aceptarlos, cosa que hizo por generosidad. Yo no la forcé a tomar ese dinero, porque estaba seguro de que cuando viniese Sor María habría de aceptarlo. Y puede que esto sea mejor, porque entonces yo doy a Sor María el dinero para las Hermanas que ella destine a Africa Central, y a Sor Verónica el correspondiente a las que se queden en El Cairo. En todo caso, mi buena Madre, le ruego que si tiene observaciones que hacerme, las haga sin ningún reparo, pues ya sabe que la escucho y me atengo a su juicio. Sabe que sus cartas y sus órdenes me producen más impresión que las del Cardenal, a pesar de lo mucho que estimo a nuestro Padre y de que lo considero como el representante de Dios.


[3097]
El retraso de las Hermanas me ha acarreado ya muchos perjuicios en la obra de Dios, y si tarda quince días más será un gran daño para la misma.

Estamos en la novena de San Francisco Javier y de la Inmaculada Concepción, que hacemos por la pronta llegada de Sor María y las Hermanas. Quiero ver si la Santísima Virgen y San Francisco Javier son más fuertes que usted. San José ha estado un poco sordo y vago esta vez. Yo esperaba ver a Sor María en El Cairo al menos en el mes de octubre. Pero he aquí que estamos en diciembre, y las hermanas sin venir. ¡Si seré desdichado...!


[3098]
Para dos casas necesito como mínimo seis Hermanas: mándeme al menos seis obediencias. En cuanto a las de las Superioras, una es para Sor María, y la otra, por favor, para Sor Josefina Tabraui. Sor Josefina es más fuerte que yo y que usted. Por más que insisto en que se cuide, ella no se preocupa gran cosa; pero tiene mucho juicio y el magnífico clima de Africa Central y del Kordofán le hará mucho bien. Por lo que respecta a Sor Magdalena, estoy seguro de que el clima del Kordofán, la vida activa y Sor María, que la quiere mucho, le serán beneficiosos y restablecerán su salud. Me trae sin cuidado el dictamen del médico del hospital, que dice que los pulmones de Sor Magdalena están podridos: siempre se ha equivocado con nosotros. La Superiora del hospital es de la opinión del doctor; pero yo he consultado a otros médicos, y sobre todo al nuestro, y no encuentra el mal que ve el médico del hospital.


[3099]
Los cuidados que prodigaremos a Sor Magdalena y el excelente clima de Africa Central fortalecerán a Sor Josefina y a Sor Magdalena. Espero las obediencias de estas dos buenas Hermanas. En cinco años que llevamos en Egipto y en Sudán, ningún europeo de nuestros Institutos ha muerto, de treinta y siete, gracias a nuestro modo de vivir y a los cuidados que les dispensamos.


[3100]
Por amor de Dios, tenga piedad de mí: soy un desdichado. Ahora que Dios me ha mandado los medios para sostener la Misión, me viene la desgracia del retraso de las Hermanas. Por la noche no duermo ni dos horas. No puedo acercarme al Nilo, con un viento tan bueno y tan favorable, porque vuelvo a casa meditabundo y triste, pensando que quizá dentro de un mes tendremos el viento contrario, lo que nos supondrá un mes más de viaje y al menos 2.000 francos más de gasto. Y echo la bronca a San José, con razón, porque está dormido.


[3101]
La Superiora del hospital me dijo ayer que tiene usted mantas de cuatro francos cada una. Pues bien, mándeme cuarenta, y también todo lo que crea necesario para las Hermanas y las negras tanto en El Cairo como en Africa Central. Cómprelo, y mándeme la factura para hacérselo rembolsar por medio de mi banquero de Roma y de Colonia.

En la esperanza de que me quite usted esta pena que me consume la vida (y las Hermanas son testigos de ello), encomiendo el asunto a la Sma. Virgen y me declaro en los Corazones de Jesús y de María con todo respeto



Su indigno e infortunado hijo

Daniel Comboni

Provicario Aplico. de A. C.



Original francés.

Traducción del italiano






480
Señora A. H. De Villeneuve
0
El Cairo
12.12.1872
N. 480 (449) - A MADAME A. H. DE VILLENEUVE

AFV, Versaillles



El Cairo, 12 de diciembre de 1872



Mi querídísima y venerable Señora:



[3102]
No crea que puedo olvidarla un instante, y dejar que pase un día y decir una sola Misa sin rezar por usted. Sabe que la llevo grabada en mi corazón, como también a mi querido Augusto, a la señora María y a todos los suyos. Mis ocupaciones son tan agobiantes que no he podido escribirle mucho. Pero le enviaré cartas bien largas desde mi barco. Salgo este mes con treinta y tres personas para el centro de Africa. El viaje es de tres meses, y voy a cruzar el desierto con muchas preocupaciones y desazones. Tengo la Misión más grande y laboriosa de todo el universo: cien millones de habitantes. Lea «Les Missions Catholiques», boletín de Lyón, e «Il Messaggero del S. Cuore» de diciembre, en ellos podrá saber de mi obra.


[3103]
Entretanto, mándeme noticias suyas y de su familia. Diga a Urbansky que me escriba, y que la señorita Ernestina está aquí en El Cairo, en mis Institutos, con nuestras Hermanas de San José. Yo me encuentro fuerte, pero rece por mí y por mis negros. Tengo dos casas en Verona, dos en El Cairo, y me dispongo a fundar dos en Jartum y dos en el Kordofán. Le escribiré pronto desde mi barquito.

Mil afectuosos saludos a Augusto, a la señora María y a todos.



Suyo afmo.

Daniel Comboni

Provco. de A. C.



Original francés.

Traducción del italiano