Comboni, en este día

C. participa en Cairo (1869) al recibimiento ofrecido por Francisco José a los misioneros.
Del Quadro storico, 1880
Las Sociedades de las santas Misiones Apostólicas y ese ejército de pregoneros de Cristo, que penetran con la Cruz y con el Evangelio donde ni la espada, ni la codicia del dinero, ni el noble amor a la ciencia pudieron abrirse camino.

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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
721
P. Arnoldo Janssen
0
Verona
1.10.1877
N. 721 (686) - AL P. ARNOLDO JANSSEN

AVR, 11499-11500



Verona, 1 de octubre de 1877



Rvdo. Sr. A. Janssen



Rector de la Casa Misionera de Steyl:

[4725]
Perdone por haber dejado su carta tanto tiempo sin respuesta; mis muchas ocupaciones no me permitieron escribirle antes. Pero he prestado la máxima atención a su apreciado escrito. Así que espéreme dentro de 14 días; entonces cumpliré su deseo y bendeciré la casa junto con la capilla. Además así tendremos ocasión de discutirlo todo de palabra.

En los Sdos. Corazones de Jesús, María y José



Suyo afmo.

† Daniel Obispo

Vicario Aplico.



Original alemán.

Traducción del italiano






722
Firmas de Misas
1
Paris
10.10.1877
N. 722 (687) - FIRMA EN REGISTRO DE MISAS

ANDP, Livre d’or de la Basilique

«N. D. des Victoires» - Paris



10 de octubre de 1877





723
Conferencia
0
Paris
14.10.1877
N. 723 (688) - CONFERENCIA

«Echo de N. D. des Victoires» (nov. 1877), pp. 345-353



París, 14 de octubre de 1877



[4726]
Comenzó congratulándose con la ciudad de París por haber levantado en su seno un trono a Nuestra Señora de las Victorias. Ella es realmente –dice Monseñor– la Reina de esta capital y de Francia entera. De Ella parten cada día estas gracias innumerables que difunden la vida cristiana en el alma de sus hijos, felices de venir a arrodillarse a sus pies.


[4727]
Pero esta influencia no se detiene en Francia. Se extiende mucho más allá, por todo el universo. Si contemplamos Oriente, Occidente, las islas de Oceanía, América, las costas de Africa, en todas partes encontramos la influencia de N.a S.a de las Victorias. Ella es la Reina del mundo entero.


[4728]
Y por mi parte – añade Mons. Comboni–, yo vengo a poner a los pies de N.a S.a de las Victorias los intereses de cien millones de hombres; vengo a rogarle por Africa Central, la más abandonada del mundo, en la cual aún no se ha alzado nunca el estandarte de la Fe.


[4729]
Vengo a interesaros por la suerte de este país que habita en las tinieblas de la muerte, a fin de que me ayudéis con vuestras plegarias a obtener una maravillosa victoria sobre el demonio, que allí reina soberano, para que estos pobres pueblos entren, a su vez, en el rebaño del Divino Pastor.


[4730]
Después de esta introducción conmovedora, Mons. Comboni nos dio una visión geográfica e histórica de su Misión.

El Vicariato Apostólico e histórico de Africa Central fue erigido mediante un Breve de Gregorio XVI de fecha 3 de abril de 1846. Sus límites son: al norte, el Vicariato Apostólico de Trípoli; al este, el mar Rojo en las costas de Nubia, y los Vicariatos Apostólicos de Abisinia y de los Gallas; al sur, la región de los Montes de la Luna; al oeste, el Vicariato de las Dos Guineas y la Prefectura del Sáhara.


[4731]
Este Vicariato tiene por tanto una superficie mayor que la de Europa. Abarca todas las posesiones del Jedive en Sudán, las cuales ocupan un espacio como cinco veces el de Francia. Comprende además algún reino sometido a príncipes adeptos al islamismo.


[4732]
Pero la parte más extensa contiene tribus árabes, nómadas y musulmanas, innumerables tribus de pueblos fetichistas y muchos estados independientes, la mayor parte sometidos a las más groseras supersticiones.

La población del Vicariato se estima en cien millones de infieles, de lo cual resulta que la Misión de Africa Central es la más vasta y poblada del mundo. Y también es la más difícil y laboriosa.


[4733]
Monseñor nos ha expuesto algunas de las dificultades con las que se enfrenta cada día el misionero en aquellas tierras. La primera son los viajes. Una vez pasado Egipto, que posee ferrocarril y embarcaciones de vapor, hay que servirse de barcas y de camellos. Estos emplean 30 días en atravesar el desierto hasta Jartum, centro de la Misión.


[4734]
El misionero debe viajar bajo una temperatura de 60 grados, no teniendo para saciar su sed más que un agua pronto alterada por el ardor del sol, y expuesto a ese terrible viento del desierto, para resguardarse del cual sólo encuentra difícilmente un árbol. Si los días resultan peligrosos, las noches lo son todavía más a causa de las bestias feroces que merodean por aquellos lugares.


[4735]
Y cuando después de muchos meses de viaje el Misionero llega por primera vez a aquellos países, no encuentra ninguna de las cosas necesarias para la vida. Unicamente tendrá un techo bajo el que resguardarse cuando él mismo se haya construido un cobijo.


[4736]
Un segundo enemigo del misionero son las enfermedades perniciosas, las malas fiebres que reinan en esos climas abrasadores. ¡Cuántas víctimas han producido ya! ¡De los más de 40 misioneros que trabajaron en aquella Misión entre 1846 y 1861, 36 murieron! Posteriormente estuvieron allí 50 franciscanos durante dos años, y 22 de ellos perecieron a su vez, mientras que los demás se retiraron sin esperanza de poder hacer algo...


[4737]
Un tercer obstáculo es el desconocimiento de las lenguas de aquellos pueblos, las cuales son tan numerosas como difíciles. Se cuentan más de un centenar, y algunas de ellas no están fijadas por escrito. Sin dificultad se puede imaginar lo que tiene que costar al misionero la instrucción de un solo individuo, cuando al prepararlo para el bautismo debe instruirlo en las verdades fundamentales de nuestra santa religión. ¿Cómo hacer comprender las bellezas del culto católico a hombres con los que no se pueden intercambiar los sentimientos?


[4738]
A esta dificultad se añade otra para el misionero encargado de instruir a los infieles: la necesidad en que se encuentra de variar sus métodos según los individuos a los que se dirige. Algunos se desenvuelven entre musulmanes, y hay que separarlos de ellos, so pena de verlos perder la fe. Ya se comprenden las pesadas cargas que gravitan sobre el misionero obligado a alimentar y albergar a los niños arrancados a la infidelidad.


[4739]
Pero entre todas las calamidades que hacen estragos en estos países donde el demonio reina como dueño y señor, no hay una más grande ni más tremenda que la esclavitud. Nosotros querríamos que todos nuestros lectores hubiesen oído los desgarradores detalles que Mons. Comboni dio sobre este triste hecho.

Es un error creer que la trata de negros ya no existe. Ha sido abolida sobre el papel, pero en la realidad sigue vigente.


[4740]
Hoy se ejerce todavía como en el pasado este infame comercio. Traficantes de esclavos salen en grupos armados con los medios de destrucción que la industria moderna pone en sus manos. Merodean por las montañas donde viven diez, quince mil negros, que no tienen otras armas que sus arcos y flechas. Matan a muchísimos de ellos y los otros, en masa, son llevados prisioneros por los vencedores.


[4741]
Una larga cuerda atada a su cuello los une entre sí como los eslabones de una cadena sin fin, mientras que sus despiadados captores, palo en mano, los empujan como un miserable rebaño hacia el país donde los venderán a otros amos no menos inhumanos. Huelga decir los malos tratos de que son objeto a lo largo del camino a través del desierto...


[4742]
Aquí también la Iglesia Católica es la única con poder suficiente para destruir esta infame costumbre. El rescate de los esclavos ha sido el objeto constante de sus esfuerzos. Desde que ella existe no ha dejado de combatirla y la combatirá sin descanso, respondiendo así, con sus actos, a las injusticias y a las calumnias de los que la acusan de ser enemiga de la libertad.

Como se ve, grandes obstáculos esperan a los misioneros que penetran en esas regiones de Africa Central.


[4743]
Mas a pesar de tales dificultades los misioneros están llenos de ánimo. No temen las privaciones, ni las enfermedades, ni la muerte. Sus precursores les han dado ejemplo. No se quedan atrás. Monseñor Comboni es el primero que les traza el camino a seguir. Es un verdadero apóstol, que se hace todo a todos por ganar aquellas almas para Jesucristo.


[4744]
Su palacio episcopal es, durante el verano, un magnífico palmar cuyo follaje lo protege muy insuficientemente de los ardores de 68 grados. Y se ha construido, según el lujo del país, un palacio para el invierno, de barro. Sobre esto nos cuenta una pequeña anécdota.


[4745]
Mientras él edificaba este palacio, una sequía persistente azotaba la región. Los jefes de las tribus fueron a verle y le dijeron: «Tú necesitas sol para tu casa, pero nosotros necesitamos lluvia para nuestros campos. Ruega a tu Dios que haga llover». El Obispo se puso a orar con sus misioneros y sus Hermanas, y al tercer día sobrevino una lluvia torrencial. Los buenos negros quedaron tan agradecidos que regalaron tres bueyes al Vicario Apostólico.


[4746]
Resultados consoladores han venido a estimular los esfuerzos de estos intrépidos obreros del Evangelio.

Han construido numerosas iglesias en Jartum, en Nubia y en el Kordofán. Además han fundado, en la ciudad de Jartum, una gran casa para las Hermanas de San José de la Aparición, de Marsella, la cual alberga una escuela, un orfanato y las obras inherentes. Otra Orden de Religiosas, llamadas Pías Madres de la Nigricia, viene en ayuda de las primeras para las necesidades de la Misión.


[4747]
Gracias a las medidas tomadas por Mons. Comboni, la mortalidad ha disminuido sensiblemente entre los obreros apostólicos. Dos Institutos construidos en El Cairo acogen a los misioneros y misioneras, que en ellos se aclimatan y se preparan así para su apostolado. Los resultados han demostrado la excelencia de este tipo de noviciado. En cinco años ningún sacerdote europeo ha muerto por la dureza del clima; todos han gozado de la mejor salud, a pesar de las fatigas, los largos viajes y las privaciones que han debido imponerse.


[4748]
En vista de los resultados satisfactorios, y reconociendo que esta misión ofrecía garantías de estabilidad, la Santa Sede le dio un Obispo, Monseñor Comboni, que fue consagrado el 12 de agosto último. El Santo Padre le regaló, con este motivo, un magnífico anillo y una cruz de enorme valor, lo cual hacía decir al santo Obispo que a su humilde persona Pío IX había hecho un regalo soberbio.


[4749]
Esta rápida exposición muestra que, aunque el Vicariato de Africa Central ha seguido en los comienzos el camino de las pruebas, las luchas y los sacrificios, que la Providencia asigna a todas las obras santas, el futuro se le presenta muy esperanzador. La simiente está echada. La gracia de Dios, las bendiciones del Cielo vendrán a fecundarla y hacerle dar fruto.

Por esto, al terminar, Monseñor nos ha suplicado que elevemos nuestras plegarias a N.a S.a de las Victorias.


[4750]
Plegarias por el éxito de esta obra, y plegarias por una Misión que el mismo Soberano Pontífice llama la más grande, la más colosal, la más humanitaria de todas las que existen.



N.B. Resumen de una conferencia de Mons. Comboni.

Original francés.

Traducción del italiano






724
Jean François des Garets
0
Paris
14.10.1877
N. 724 (689) A Mr. JEAN FRANÇOIS DES GARETS

APGL (1877), Afrique Centrale, 7



J.M.J.

París, 14 de octubre de 1877



Señor Presidente:



[4751]
Como en el próximo noviembre debo marchar a mi Vicariato con 15 personas de mis Institutos de Verona y 5 ó 6 Hermanas de San José de la Aparición (tenía pedidas 10 de ellas desde hacía mucho) le suplico, señor Presidente, que me conceda el dinero necesario para el viaje de 20 misioneros de ambos sexos desde Europa hasta Africa Central.


[4752]
La Superiora General de las Hermanas de San José, para el viaje de sus hijas desde Marsella hasta El Cairo, incluyendo el pasaje gratuito en las Messageries, me suele pasar una factura de 120 francos por Hermana. Creo que éste será el gasto que yo haga para el desplazamiento de las quince personas de mis Institutos de Verona hasta El Cairo (vía Nápoles), ya que el mariscal Mac-Mahon me ha concedido el pasaje gratuito para estos 15 misioneros desde Nápoles hasta Alejandría.


[4753]
Desde El Cairo hasta Jartum y el Kordofán, economizando todo lo posible, el viaje de cada misionero sale ordinariamente por 600 francos.

Por tanto, el traslado de 20 misioneros y Hermanas de Europa hasta las estaciones centrales del Vicariato me costará 14.400 francos.


[4754]
Le ruego, pues, señor Presidente, que acuda a socorrerme en esta grave necesidad de mi importante Misión.

Dándole mil gracias por adelantado, tengo el honor de llamarme con profundo reconocimiento



De usted, señor Presidente, devotmo. servidor

Daniel Comboni

Obispo y Vicario Aplico. de Africa Central



Original francés.

Traducción del italiano






725
Petición afiliación Archic.
1
Paris
14.10.1877
N. 725 (690) - AL DIRECTOR DE LA ARCHICOFRADIA

DEL INMACULADO CORAZON DE MARIA

ANDP



París, 14 de octubre de 1877



Solicitud de afiliación de las Misiones del Vicariato.





726
Petición afiliación Archic.
1
Paris
28.10.1877
N. 726 (691) -AL DIRECTOR DE LA ARCHICOFRADIA

DEL INMACULADO CORAZON DE MARIA

ANDP



París, 28 de octubre de 1877



Solicitud de afiliación de los Institutos de El Cairo.





727
Don José Pennacchi
0
Verona
27.11.1877
N. 727 (692) - A DON JOSE PENNACCHI

APIME, v. XVI, 6, pp. 317-319



J.M.J.

Verona, Instituto Africano

29 de noviembre de 1877



Mi querido amigo:



[4755]
Apenas llegado de vuelta a Verona, lo que fue ayer, encontré su estimadísima del 29 del pasado mes y leí su contenido. En principio coincidimos en los puntos esenciales. Pero necesito consultar al Emmo. Card. Prefecto, si bien tengo el convencimiento de que en caso de que estuviésemos de acuerdo con usted y con el Emmo. Consolini, se podría empezar enseguida. El Seminario de los Príncipes de los Apóstoles no es una Orden religiosa, pero tiene el mismo espíritu que mi Instituto de Verona.


[4756]
Estoy persuadido de hacer algo grato a Dios y a la Santa Sede concediéndole en mi Vicariato una misión especial, independiente de mí, una vez que yo haya experimentado por algunos años a sus primeros misioneros en Africa Central. Usted sólo tiene que mandarme un número suficiente de ellos. Estamos de acuerdo en las ideas: conoce usted plenamente mis miras e intenciones.


[4757]
Mi única aspiración es hacer del mejor modo posible el máximo bien a Africa Central y salvar más almas. No tengo otro anhelo que praedicetur Jesus Christus. Quaerite primum, etc. et haec omnia, etc. Los medios, el dinero pertenecen al haec omnia adiicentur nobis.


[4758]
En tanto que sus misioneros dependan de mí en el Vicariato, yo me ocuparé de todo: viaje, manutención, etc. Cuando se llegue a un oportuno desmembramiento, entonces será el Superior de la nueva misión desmembrada el que provea, no sin indicarle yo el camino y la manera y prestarle mi ayuda: et haec omnia. Usted simplemente debe dar a Africa la gente mejor de que disponga: individuos de buen espíritu, abnegación, y deseosos de penar y morir por Jesucristo y por las almas.


[4759]
Dentro de dos semanas saldré de Nápoles hacia Alejandría, habiéndome concedido el mariscal Mac-Mahon pasaje gratuito para 21 personas hasta Egipto. Así que dentro de poco nos veremos en Roma, y acordaremos las líneas generales y todo. Rece, haga rezar, y consulte al sapientísimo Cardenal Consolini, el cual conoce todas las cosas ocurridas y es hombre que sabrá llevarnos a hacer la voluntad de Dios.


[4760]
En confidencia le digo que encontré aquí dos cartas de Leonardo Reghini, las cuales le mostraré. Los Superiores deben saberlo todo, y yo jamás hago nada sin el acuerdo de ellos. Esto con toda reserva.

Ruegue (y salude de mi parte a todos) por



Su afmo. amigo

† Daniel Obispo y Vic. Aplico.



Ayer tarde marchó a Roma mi secretario, D. Pablo Rossi. Hable con él sobre nuestros proyectos.






728
Don José Pennacchi
0
Verona
29.11.1877
N. 728 (693) - A DON JOSE PENNACCHI

APIME, v. XVI, 6, pp. 325-328



J.M.J.

Verona, 29 de noviembre de 1877



Apreciadísimo amigo:



[4761]
Su cartita de ayer me ha dado diez años de vida. Asiento en todo a su proyecto. Pero estoy siempre dispuesto incluso a formar misiones especiales para su Seminario, al que quiero tanto como al mío, cuando usted y el Emmo. Card. Protector lo permitan o lo consideren oportuno. Mi afán es favorecer lo más posible a la infeliz Nigricia, salvar el mayor número de almas y gobernar y dirigir el apostolado de Africa Central según el espíritu y la voluntad de la Santa Sede y de nuestros queridos y venerados Superiores los Cardenales.


[4762]
Prepáreme, pues, toda la gente que pueda, y déme enseguida todos aquellos que ya estén dispuestos, como D. Leonardo, el Diácono, y otros. Basta con que tengan la aprobación de usted. Si le parece, a los que vayan a venir conmigo concédales sólo una semana de tiempo para visitar a sus familias, ya que en la semana comprendida entre la Inmaculada Concepción y el 15 deberemos zarpar de Nápoles en un barco de las Messageries francesas. Animo, mi querido, verdadero y eterno amigo.


[4763]
A los que vengan, dígales que lleven consigo todo aquello que tengan de medicina, historia natural, botánica, física, embalsamamiento, farmacia, etc. En Africa hay que crearlo todo, y se necesita todo. Y todo se transporta gratis de Nápoles a Alejandría. Si ve a mi Secretario, dígale que D. Squaranti, mi Rector, piensa sobre su proyecto como usted y como yo. En esto está la inspiración de Dios. Yo llegaré a Roma sobre el 10; mi primera visita será a usted y al querido Seminario Mastai, cenáculo de apóstoles africanos.


[4764]
No disperse misioneros por las cinco partes del mundo. Déselos por mucho tiempo a Africa Central, y acabe viniendo también usted... El Corazón de Jesús sea nuestro centro de comunicación. Dé recuerdos a D. Leonardo.



Tuiss. † Daniel






729
Don José Pennacchi
0
Verona
29.11.1877
N. 729 (694) - A DON JOSE PENNACCHI

APIME, v. XVI, 6, pp. 329-332



Verona, Instituto Africano

29 de noviembre de 1877



Mi querido amigo:



[4765]
Cuanto más reflexiono sobre lo que me ha escrito respecto a darme misioneros de su Seminario con la idea de que más tarde se les confíen incluso misiones separadas y desmembradas del inmenso Vicariato de Africa Central (dándose la circunstancia de que el Seminario Mastai no es una Orden religiosa, sino que como el mío está formado de sacerdotes verdaderamente deseosos de salvar almas, sin «camiladas»), cuanto más reflexiono, digo, más me agrada el proyecto. El Seminario de Verona y el romano Mastai deben ser hermanos y ayudarse mutuamente con verdadero celo fraterno.


[4766]
Disponga de mí como le plazca. Pero si quiere mi consejo, insisto en que con misiones en Australia, en China, en Albania, en la India y en América, sacará poco fruto. Conviene al decoro y honor del ilustre Seminario Mastai, único de Roma para tal objeto, que asuma misiones de verdaderos infieles: lo propio de un Seminario apostólico es que se haga cargo de misiones apostólicas. Pues bien, las misiones más apostólicas son las de Africa Central, difíciles, laboriosas, peligrosas, llenas de almas infelices, gloriosas.


[4767]
Tenemos cien millones de infieles que ganar para Cristo. Allí nos dejaremos la piel; pero, unidos en grupos compactos, ganaremos aquellas regiones para la Iglesia. ¿Acaso San Pedro y San Pablo no se dejaron la piel en Roma por conquistarla? Fue su sangre lo que hizo de Roma la reina del universo. Déme 25 misioneros (5 por año) y yo le creo un magnífico Vicariato que desmembrar del mío, poniendo al frente de él un Obispo y Vicario Aplico. Mastaiano, y esto en cinco años. Déme otros 15 en tres años y yo le creo en tres años un segundo Vicariato.


[4768]
Moriremos, pero nuestra sangre será semilla de cristianos. En suma, cuanto más pienso ante Dios, más convencido me encuentro de que la mejor manera de que el Seminario de Via Mastai 18 pueda desarrollar su acción, y llevar así justificadamente el título de Apostólico, es que renuncie (al menos por unos años) a toda misión en Asia, América o Australia, pasando a trabajar en Africa bajo mi jurisdicción provisional hasta poder constituir en ese colosal e inmenso Vicariato mío unos Vicariatos separados, bajo la dirección de otros tantos Obispos o Prefectos Apostólicos de su Seminario.


[4769]
Piense, reflexione y hable siempre al respecto con su sapientísimo Card. Consolini. Tengo en perspectiva conferir a los suyos muchas estupendas misiones, después de unos años de ejercicio apostólico bajo mi dirección. Medite y rece. Debemos echar al demonio de Africa Central, donde ahora impera. Yo estaré en el interior africano dentro de tres meses. ¡Oh, si pudiese llevar allí conmigo algunos de los suyos! Mac-Mahon me ha dado 21 pasajes gratuitos hasta Alejandría.


[4770]
Don Leonardo me parece un buen elemento. Ayudémonos recíprocamente. No sé si comprende bien mi idea, pero yo estoy convencido de que sí. Ahora déme misioneros. Dentro de poco venga usted mismo, y le doy un Vicariato dos veces más grande que Italia. No piense en los medios. En las barbas de San José hay millones, que nos tendrá que dar. Lo que nosotros queremos son almas, la gloria de Dios y morir por Cristo.



Tuissimo † Daniel Comboni



Cuanto le escribo quede sólo entre usted, el Emmo. Card. Consolini y yo hasta mi llegada a Roma.






730
Can. Juan C. Mitterrutzner
1
Verona
3.12.1877
N. 730 (695) - AL CAN. JUAN C. MITTERRUZNER

ACR, A, c. 15/77



Verona, 3 de diciembre de 1877



Breve billete.