Comboni, en este día

Durante el viaje de animación misionera (1871), Comboni celebra en la catedral de Dresde.
A Mitterrutzner, 1877
Mi confianza está puesta en la justicia de la eterna Roma, y en ese divino Corazón que palpitó también por la Nigricia.

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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
671
Señora A. H. De Villeneuve
0
Roma
31.12.1876
N. 671 (637) - A Mme. ANA H. DE VILLENEUVE

AFV, Versailles



J.M.J.

Roma, Piazza del Gesù 47, 3°

31 de diciembre de 1876



Queridísima Señora:



[4385]
Hago mis más ardientes votos porque tenga usted, así como mi querido Sr. Augusto y su señora esposa, muy feliz año nuevo, y deseo que Dios la colme de dicha espiritual y temporal. Ante todo le pido mil perdones por mi largo silencio, verdaderamente culpable, pero que no se ha debido a ingratitud ni a falta de afecto o a desconsideración, pues nunca ha pasado un día sin que yo pensase en usted y en sus hijos, y sin que rezase por ellos y por usted.

Ni siquiera yo mismo habría pensado llegar hasta este momento sin haberle escrito, ya que siempre he conservado sus cartas, y las que me daban noticias de sus seres queridos, como correspondencia a la que contestar; pero una furiosa tormenta me hizo sufrir los dolores de la agonía, y de tal modo postró mi espíritu que estuve a punto de morir. Esa furiosa tormenta, que me ha torturado durante dos años, ha sido la causa del silencio que he mantenido.


[4386]
Hubo una multitud de enemigos que, intentando apoderarse de mi Obra y de mi colosal Vicariato, presentaron a la Santa Sede terribles acusaciones contra mí, una sola de las cuales, de haber sido cierta, habría bastado para perderme irremediablemente. Pero Roma sola tiene la sabiduría del Espíritu Santo, y a la luz de esta sabiduría ha hecho justicia a la verdad. Tras un estudio y un examen de más de seis meses dedicado a las dos partes, los Cardenales se reunieron en Congregación General plena el 27 de noviembre y, después de haber sopesado y examinado todo, dictaron la sentencia que, sometida al juicio del Papa, el 10 de diciembre recibió su corroboración.


[4387]
La sentencia ha supuesto un triunfo inmenso para mí y la perdición total y eterna, o sea de por vida, para mis enemigos. Ellos han sido unos bribones que, después de haberlos colmado yo de favores, cuando vieron crecer mi Obra y los once Institutos fundados por mí a lo largo de siete años, para apoderarse de ellos intentaron perderme con la calumnia y con las intrigas, sirviéndose de musulmanes, de idólatras, de herejes, de malos católicos, del Gobierno turco, de personas adictas a Bismark, de masones y de liberales. Trataron de hundirme, pero yo pude resistir y triunfar de todo. Sin embargo, Satanás no estaba contento.

El incitó a mis enemigos a recurrir a la Santa Sede, y la autoridad suprema de la Iglesia los ha anonadado. ¡Alabado sea Dios, que no abandona nunca a los que confían en El! Dios y Roma papal protegen siempre la inocencia y la justicia.


[4388]
Sé que usted se encuentra en París con el Sr. Augusto y su esposa. Allí iré a visitarla. ¡Oh, qué suerte poder verla con Augusto y conocer al ángel de Augusto! Pero no puedo saber la época en que iré a Francia, porque los asuntos en Roma son eternos. Propaganda se ha ocupado hasta ahora de librarme de las enormes dificultades que tenía en los meses de enero y febrero, y estoy seguro de que se ocupará del resto. Creo que podré estar en París el mes de mayo, como muy tarde.


[4389]
Sé que la señora María se ha convertido en Baronesa y que el señor Sangiacomi ha dimitido. Presente mis respetos a la Señora y salude de mi parte a Urbansky. Ya estamos en 1877. Le deseo todas las felicidades posibles, porque se las merece y tiene derecho a ellas como madre cristiana incomparable. Si me da noticias suyas le estaré agradecido. Sor Catalina sigue en cama; es un ángel de Hermana. Le manda sus saludos más afectuosos. No tiene salud, pero dirige admirablemente su casa, y mi Superior, Mons. Franchi, está orgulloso de ella.

Soy en los Sagrados Corazones de Jesús y María



Suyo afmo.

Daniel Comboni



Le ruego que me dé noticias de la señora Duquesa de Valence, y de dónde reside.



Original francés.

Traducción del italiano.






672
Sociedad de Colonia
0
1876
N. 672 (638) - A LA SOCIEDAD DE COLONIA

«Jahresbericht...» 24 (1876), pp. 37-34



1876

Relación de 1876

sobre el estado del Vicariato Apostólico

de Africa Central 1875-1876



Rmo. Sr. Presidente y egregios Señores:



[4390]
Me llena el alma de consuelo y de gran alegría el encontrarme nuevamente entre ustedes, después de haberme enfrentado a graves peligros y de haber soportado en las tórridas regiones de Africa Central muchas adversidades y sufrimientos para enarbolar sobre sólida base el estandarte de la fe cristiana, que en su ciudad de Colonia, llamada la santa, difunde de manera tan espléndida sus rayos luminosos en las obras religiosas, en la heroica constancia, fidelidad, abnegación y admirable caridad de sus obispos y de su clero lleno de celo, y en la conducta verdaderamente edificante del buen pueblo católico.


[4391]
Después de haber dejado atrás Africa Central con sus inmensos territorios de negros y los duros viajes por el desierto, me siento feliz de poder expresarles a ustedes, que tanto se preocupan por aquellas tierras, cuán profundamente reconocido les estoy, egregios Señores, porque fueron ustedes los primeros que me prestaron su magnánima confianza y me concedieron los medios para emprender la santa obra de la regeneración de la Nigricia, finalidad para la que la Santa Sede, tras concienzudo examen y en vista de la actividad del excelentísimo Comité de la «Sociedad para el socorro de los pobres negros», me confió el Vicariato Apostólico de Africa Central con una población de cien millones de infieles; un Vicariato que es con mucho el más vasto y difícil de todos los vicariatos y diócesis del mundo entero.


[4392]
Gracias a la generosa decisión y al empuje de ustedes fue posible dar comienzo a una obra tan colosal y santa, que redunda en gloria de Dios, y que aspira a la salvación de las almas más abandonadas e infelices de todo el universo.


[4393]
Todavía recuerdan ustedes que en cierta ocasión, cuando en 1865 vine por segunda vez a Colonia, y me encontraba aún lejos de toda humana ayuda, después de haberles expuesto con total humildad mi proyecto y de haberlo hecho examinar por su iluminado juicio, la clarividencia de ustedes comprendió que sólo con el sistema que yo exponía en mi Plan, fundado en el pensamiento de los espíritus más lúcidos al respecto que he conocido, era posible difundir la luz de la fe en las religiones de Africa Central. Estábamos en un tiempo en que las opiniones sobre la realización del Plan eran aún muy dispares y las ideas sobre muchos puntos todavía muy oscuras. Con su encomiable decisión ustedes me concedieron 5.000 francos anuales para la fundación de un Instituto en las costas de Africa, con objeto de formar elementos válidos para ser utilizados en el interior de Africa.


[4394]
Esos 5.000 francos fueron la primera chispa de aquella caridad entusiástica convertida luego en llama en diversos países tanto de Europa como de América para promover esta gran obra de la conversión de los negros. Cuando se hubo visto el buen resultado de esta primera fundación, por mí obtenido en Africa con la ayuda de ustedes, otras asociaciones, como la ilustre Sociedad de la Propagación de la Fe de Lyón y París, así como la benemérita Presidencia de la Sociedad de María, de Viena, fundada por el rey Luis I de Baviera, llamada Ludwigverein, junto con otras pequeñas Sociedades de Francia y de Alemania, se apresuraron a proporcionarme los medios para extender en mayor medida mi gran obra en Africa Central. Obtuve también considerable ayuda de la Corte real de Praga, del emperador Fernando I y de la emperatriz María Ana, como asimismo del difunto duque de Módena y de la Corte real de Sajonia, y de muchas principales y nobles familias de Alemania y de Austria.


[4395]
Comparen lo que era el Vicariato en el año 1865 con lo que es actualmente, y a través de las muchas cosas convenientemente hechas se convencerán de que los resultados de su Sociedad para el socorro de los pobres negros han sido verdaderamente extraordinarios.


[4396]
En 1865 no existía en Europa ningún Instituto orientado a la formación de misioneros para conversión de los negros en Africa, ni ningún Instituto de Hermanas para la misma finalidad. Sólo había un Instituto para niños en Jartum, fundado por mi predecesor Mons. Knoblecher, y atendido únicamente por un sacerdote tirolés, el P. Fabián Pfeifer, y algún Padre franciscano, que se sostenía con las limosnas de la insigne Sociedad de María, las cuales ascendían a 3.000-4.000 francos anuales.


[4397]
Examinen ahora los resultados de su generosa ayuda a la gran obra, de la que con la siguiente enumeración quiero darles una idea esquemática, y los encontrarán relevantes:

1) La Santa Sede me confió la dirección de este inmenso Vicariato, que se podría considerar el apostolado más difícil del mundo.

2) En el año 1867 conseguí fundar en Verona un Instituto para las Misiones de la Nigricia, que hoy está provisto de rentas suficientes para su normal mantenimiento y cuenta con un buen número de candidatos que se preparan para las misiones de Africa.


[4398]
3) En 1872 fundé en Verona el Instituto de las «Pías Madres de la Nigricia», en el cual se forman Hermanas misioneras que luego deberán educar a las negritas en los Institutos de los países africanos. Este Instituto veronés, que funciona ya muy bien, nos prestará una extraordinaria ayuda en la Nigricia.


[4399]
4) En 1867 fundé en Egipto dos establecimientos como estaciones de aclimatación y de preparación para las misiones de Africa Central: uno destinado a los misioneros y el otro al Instituto de las Hermanas de San José de la Aparición.


[4400]
Hasta el pasado año por el alquiler de estas dos casas en el Viejo Cairo tuve que pagar la cantidad anual de 2.000 francos. Pero gracias a la benévola protección de Comthurs Ceschini, agente diplomático de Su Majestad el emperador Francisco José y del Cónsul austrohúngaro en Egipto, últimamente obtuvimos como donación de Su Alteza el Kedive, en el mejor barrio de El Cairo, un terreno valorado en 43.000 francos para edificar en él nuestros establecimientos. Las obras de los mismos van ya tan avanzadas que en el mes de julio de este año los misioneros y las Hermanas podrán ocuparlos.


[4401]
5) En Jartum he levantado un gran edificio, una construcción de 122 metros de longitud para las Hermanas de San José de la Aparición, donde hay locales de enseñanza para las negritas, un asilo para las esclavas que busquen allí refugio, y otro para huérfanas, así como un hospital y una capilla. Los misioneros del Instituto Africano de Verona viven en la casa que edificó allí Mons. Knoblecher, donde reciben enseñanza los negritos, y que había sido abandonada definitivamente en 1861 con las Estaciones de Santa Cruz y de Gondókoro, en el Nilo Blanco, y en 1865 la de Schellal. Ambos Institutos tienen un hermoso huerto-jardín, el más amplio y hermoso de todo Sudán, y que da a la misión una producción anual por valor de 1.000 táleros prusianos. Asimismo Jartum es la sede del Provicario, provista en lo posible de edificios para todas aquellas obras cristianas de caridad que son indispensables en una parroquia.


[4402]
6) Similarmente he fundado en El-Obeid dos grandes casas, para los misioneros y para las Hermanas, con iglesia parroquial y capilla. Aquí las construcciones son de tierra y arena, que en la estación seca resisten lo suficiente.


[4403]
Pero dado que en la estación de las lluvias (jarif) este material se vuelve poco resistente, nos dirigimos a la generosidad de Alemania y de toda Europa para obtener medios con los que construir una iglesia y viviendas de ladrillo. La misión de El-Obeid es el punto central de comunicación y de partida para conseguir que llegue la fe cristiana a las tribus de Africa Central y a la parte occidental del Vicariato, como Jartum es el punto de partida para introducirse en el este y predicar la fe entre las tribus que ocupan extensísimos territorios del Nilo Blanco hasta allende el Ecuador, en los 12° de latitud sur.


[4404]
7) El año pasado se erigieron provisionalmente dos casas de misión en Delen, entre los pueblos de Gebel Nuba, al suroeste del Kordofán; pero están hechas sólo de paja y de ramas de árboles, hasta que más adelante dispongamos de medios para construirlas de modo más sólido y situadas en un punto bueno y central de Gebel Nuba, quizá al pie de los montes Carco.


[4405]
8) También levanté un edificio de sólida construcción en Berber, entre los 17° y 18° de lat. norte, a orillas del Nilo, y mediante decreto canónico del 1 de abril de 1875 lo confié a la Orden de San Camilo.


[4406]
La casa de Schellal, construida por mi estimadísimo predecesor Monseñor Kirchner, de Bamberg, ahora párroco de Schlitz y miembro del Parlamento de Berlín, se presta muy bien para los misioneros y las Hermanas que desde Egipto se dirigen al Vicariato. La reabriremos cuando aumente el número de obreros evangélicos y apenas esté dispuesto el ferrocarril hasta Jartum.


[4407]
Así pues, Señores, todas estas considerables fundaciones han surgido desde que ustedes, con la deliberación de 1865, me prometieron su extraordinariamente importante cooperación. Todo esto se ha realizado en ocho años, de 1867 a 1875, en un tiempo en que a menudo he encontrado en mi camino las situaciones más adversas, y he tenido que luchar contra innumerables obstáculos y contra dificultades internas y externas; en un tiempo en que el bien debe sufrir mil antagonismos, y en el que se querría hasta destruir a la Iglesia de Cristo. Pues bien, a pesar de esto la mano omnipotente de Dios ha intervenido de manera tan visible en nuestra obra, que ustedes tienen motivos para reconocerlo con alegría y sentir una bien merecida satisfacción.


[4408]
Por lo cual, ya que sus esperanzas no han sido defraudadas, no dejen de socorrer a esta santísima obra, redoblen su celo y búsquennos entre el pueblo católico de Alemania nuevos bienhechores, que con sus oraciones y con sus donativos contribuyan a promover la conversión de la Nigricia, recordando el dicho de San Agustín: «Quien un alma para Dios ganó, la suya predestinó».

La bendición del cielo no ha de faltarles a ustedes ni a los católicos en la lucha que se ha entablado entre el cielo y la tierra, y su coraje será fortalecido nuevamente cuando oigan que la causa de Dios, mediante su gracia, celebra continuamente nuevos triunfos. Dentro de unos meses espero poderles enviar un resumen histórico de esta gran obra nuestra que ustedes protegen.



Daniel Comboni

Provicario Apost. de Africa Central



Original alemán.

Traducción del italiano






673
Propag. de la Fe, Lyón
1
1876
N. 673 (639) - A LA PROPAGACION DE LA FE DE LYON

APFL (1876), Afrique Centrale 4 (116)



Fin de 1876



Estadísticas y Notas administrativas.



N.B. El mismo documento se envió a la Propagación de la Fe de París.





674
Marquesa Erceville
0
1876
N. 674 (641) - A LA MARQUESA D’ERCEVILLE

«Oeuvres Apostoliques», París 1859, p. 126



1876



Señora Presidenta:



[4409]
Su carta del pasado julio me encontró entre la gente de Gebel Nuba, donde fui testigo de la desoladora situación de los esclavos. Tanto es así que para apoderarse de cincuenta esclavos matan más de doscientos; los atan por el cuello con una cuerda, juntos hombres y mujeres, y durante meses hacen viajar a pie a estos desdichados, hasta que los venden.

Después de llegar a la capital del Kordofán caminé más de dos meses en dirección a Suakin, junto al mar Rojo. Ahora me encuentro en El Cairo, desde donde saldré para Roma. Desde allí le dirigiré un informe sobre el Vicariato, sobre el gran bien que la Obra Apostólica puede hacer y sobre el que ha hecho hasta el presente.



Daniel Comboni



Original francés.

Traducción del italiano






675
Propag. de la Fe, Lyón
1
Roma
1876
N. 675 (1163) - A LA PROPAGACION DE LA FE DE LYON

«Les Missions Catholiques» 371 (1876), p. 330



Roma, 1876



Breve artículo.



676
Jean François des Garets
0
Roma
2. 1.1877
N. 676 (642) - A M. JEAN FRANÇOIS DES GARETS

APFL (1877), Afr. C., c. 1



J.M.J

Roma, 2 de enero de 1877



Señor Presidente:



[4410]
He recibido su estimada carta, que contenía una letra de 9.600 francos, y le estoy infinitamente reconocido. Me conmueve ver que esa Obra divina de la Propagación de la Fe, regida por la sabiduría del Espíritu Santo, como lo está la Iglesia Católica, acude en ayuda de las Misiones extranjeras dos veces al año, en los períodos más oportunos y cuando las necesidades de las mismas lo demandan.

Es la luz de Dios la que gobierna con una sabiduría sobrehumana los Consejos Centrales en su admirable organización; es Dios mismo el que, en esta época desdichada y difícil, hace prosperar esa Obra divina en medio de tantas dificultades.


[4411]
Cierto es que todos contribuyen al florecimiento de la Propagación de la Fe; pero su prosperidad se debe especialmente a la caridad de Francia, esa hija primogénita de la Iglesia, que expande sobre la faz del universo los efectos de su caridad y de su celo admirables. No perecerá nunca, porque, en medio de las muchas miserias que la afligen, hay tanto bien y tantas virtudes que superan el mal y los vicios. Los destinos de Francia se unen a los destinos de la Iglesia, contra la cual nunca prevalecerán las fuerzas del infierno.

Por los méritos de la Propagación de la Fe –me ha dicho un augusto hijo de Francia que tiene la fe y las virtudes de un santo–, Francia vivirá y será bendecida por Dios.

Dígnese aceptar, señor Presidente, los respetos y el agradecimiento de



Su devotmo. servidor Daniel Comboni

Provicario Aplico. de Africa Central



Original francés.

Traducción del italiano






677
P. Camilo Guardi
0
Roma
5. 1.1877
N. 677 (643) - AL P. CAMILO GUARDI

AGCR, 1700/40



J.M.J.

Roma, 5 de enero de 1877



Rmo. P. General:



[4412]
Esta mañana he recibido su veneradísima de ayer, con la que usted ha tenido la bondad de informarme de que en una reunión celebrada anteayer en Propaganda entre el Emmo. Card. Prefecto y V. P. Rma., en presencia de Mons. el Secretario, se acordó que usted reclamará a todos sus Religiosos, sin exceptuar ninguno, y que a mí me corresponde preparar y entregar los fondos necesarios para el viaje de regreso de todos.


[4413]
Basándome en la experiencia de veinte años, y en el mismo Informe de gastos del último viaje del P. Carcereri y sus compañeros en 1874-1875, creo que para el regreso de sus cuatro Religiosos que actualmente se encuentran en Berber, o sea los dos PP. Carcereri más Chiarelli y Bresciani, resultan más que suficientes 1.500 francos oro, que en setenta y cinco napoleones de oro me apresuro a enviar a V. P. Rma. por medio de mi Secretario D. Pablo Rossi, dador de esta carta, asegurándole al mismo tiempo que si por circunstancias extraordinarias e imprevistas dicha cantidad no bastase, estoy dispuesto a dar orden a mi Representante D. Bartolomé Rolleri, Superior de mis Institutos de Egipto, amigo íntimo del P. Carcereri, para que, llegados a El Cairo, entregue a dichos Religiosos, sus hijos, todo lo restante que sea necesario para que prosigan cómodamente su viaje hasta Roma o Verona.


[4414]
Dije que son cuatro, y, en efecto, los mencionados Padres son los únicos religiosos suyos que aún quedan en Africa, y que han hecho los cuatro votos solemnes de su ínclita Orden, como lo exige el Artículo 1.° de nuestro Acuerdo estipulado en agosto de 1874. Porque de los dos laicos que estaban con sus Religiosos, el primero, José Bergamaschi, como usted bien sabe, huyó hace diez meses de la Casa Camila de Berber, y ahora se encuentra en el pequeño convento de los buenos Padres Franciscanos de El Cairo, como sastre y ayudante del cocinero. El segundo es el laico Santiago Rossi, de 52 años, salido del Hospital de Mantua tras la bárbara supresión de 1866, acogido en 1867 en mis establecimientos de Verona, y luego en los de Egipto y de Sudán, y destinado por mí el año pasado, a petición del P. Carcereri, al servicio de la Casa Camila.


[4415]
Este, aunque es cierto que ha vestido el hábito Camilo desde mi marcha de Berber el año pasado, no es Religioso que haya hecho el Noviciado y los votos solemnes de la Orden; por tanto, no tengo ninguna obligación de proveer a su regreso a Europa. Aun así estaría dispuesto a conceder que dicho laico, a mis expensas, acompañase a sus Religiosos hasta El Cairo, para que los ayudase y sirviese durante el viaje del desierto y por el Nilo. Pero, a decir verdad, he de asegurarle por experiencia que, lejos de ser de auténtica ayuda a los cuatro Padres, les resultaría un estorbo y una carga, como puede constatar por el P. Franceschini, y los Padres se verían obligados a servirle a él. Por tanto, si quiere quedarse en Sudán, los Padres podrían entregarle a él la casa y cuanto contiene que pertenezca al Vicariato, pues bajo mi gobierno siempre fue un hombre bastante de fiar; y esto hasta que los que yo mande a hacerse cargo de aquello lleguen a Berber desde Jartum o El Cairo.


[4416]
Confío plenamente en que la conocida sabiduría, experiencia y bondad de V. P. Rma. querrá ordenar o sugerir al P. Carcereri que lleve consigo a Europa sólo las cosas que son propiedad de los Religiosos, y no los objetos que en abundancia le concedí a él y a los Religiosos para su comodidad y utilidad in actu missionis, o que él se hubiera procurado de la misión, o mediante dinero de la misma, con mi tácito o expreso consentimiento. Son cosas que en conciencia no puedo dar, debiendo tutelar los justos intereses de mi Vicariato.


[4417]
Yo cuento con la bondad, conciencia, autoridad, justicia y caridad de V. P. Rma., a quien siempre he estimado, y a quien apreciaré hasta la muerte, a pesar de lo que le hayan hecho creer mis adversarios. De mi excelente Secretario, al que antes he aludido, podrá usted obtener todas las aclaraciones que desee respecto a nuestros presentes asuntos.


[4418]
Deseándole de corazón unas felicísimas santas fiestas de la Epifanía, y asegurándole que siempre rogaremos al Dios de las misericordias por usted y por todos los Religiosos hijos suyos que militaron bajo mi bandera en mi arduo y laborioso Vicariato, tengo el placer de suscribirme con toda estima y respeto



De V. Paternidad Reverendísima

hummo. devotmo. y verdadero servidor

Daniel Comboni

Provco. Aplico. de Africa Central






678
Can. Juan C. Mitterrutzner
0
Roma
8. 1.1877
N. 678 (644) - AL CAN. JUAN C. MITTERRUTZNER

ACR, A, c. 15/69



J.M.J.

Roma, 8 de enero de 1877



Dulcissime rerum:



[4419]
Un solo renglón. En la reunión celebrada in Aedibus S. C. Christiano Nomini propagando el 3 de los corrientes entre el Emmo. Cardenal Prefecto Franchi, Mons. el Secretario Agnozzi y el Rmo. P. Guardi, General de los Camilos, se decidió que dicho Rmo. General debe reclamar a todos sus religiosos de Berber, sin exceptuar ninguno. Después de tal decisión he ordenado a mi Vicario General, el Can. Fiore, que se traslade de Jartum a Berber para recibir formalmente la Casa Camila de manos del Rmo. P. Carcereri, y entregar a éste 1.500 francos, para que con los otros tres religiosos que aún hay en Africa regrese a Europa. Al mismo tiempo he dado orden a El Cairo de que preparen la nueva pequeña caravana de misioneros y Hermanas, y de que partan para Berber y el Kordofán.


[4420]
No sólo me eran adversos los Camilos de Africa, sino que además tenía un enemigo formidable que presentó a la S. C. un famoso libelo contra mí: se trata del P. Guardi, General de una Orden (que siempre es poderosa en Roma), Consultor de la S. Romana y Universal Inquisición, Consultor de la S. C. de la Disciplina Regular, Consultor de la S. C. para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Examinador de los Obispos, Teólogo Examinador de los Concursos a las Parroquias, Examinador Apostólico del Clero Romano y de las Diócesis Suburbicarias, bienquisto del Papa, de los Cardenales y de todas las Congregaciones, septuagenario, hombre de verdadero mérito, que ha hecho mucho bien y es verdaderamente estimabilísimo y venerable.


[4421]
Pues bien, este coloso (deceptus a suis) hizo la guerra contra mí, me declaró culpable, etc., y por no haber querido escucharme incidit en foveam quam feciit pro me, y se ha cumplido en él lo de ir por lana y salir trasquilado. Debo dar muchas gracias a Dios, porque he salido con bien de un gran peligro que debía ser mi perdición.


[4422]
La gran lentitud de la S. C. de Propaganda en este asunto es fruto de suma prudencia y caridad. Se ve que Propaganda ha decidido alejar de Africa no sólo a los dos destacados, sino a toda la Orden Camila. Pero obra con excesiva lentitud; hace tragar una píldora cada vez, y va gradualmente. Ya veremos cómo hace tragar la píldora de mi consagración al P. Carcereri, el cual ha dicho que aunque estuviese seguro de ser condenado para toda la vida en el Santo Oficio, él se sometería a ello con tal de poder impedir que nombren Obispo a D. Comb. Sin embargo existe la probabilidad de que esto suceda.


[4423]
He mantenido en estos días comunicación epistolar con el Rmo. P. Guardi: él es mordaz; pero yo siempre lo trato con gentileza y cortesía. Qué le vamos a hacer. Rezaré toda la vida por Carcereri y socios, para que Dios los bendiga siempre, primero en el alma y luego in temporalibus. El P. Franceschini está abatido y arrepentido; pero ya es demasiado tarde.


[4424]
Si la sentencia la hubiera pronunciado yo, podría revocarla; pero fue pronunciada omnibus perpensis et mature examinatis ad lumen S. Sp. y emanada de la suprema autoridad de la Iglesia: de la S. C. el 27 de nov., y del Sumo Pontífice Pío IX el 10 de diciembre. Por tanto, yo no soy quién para invalidarla. Bendito sea siempre el Señor.


[4425]
Ahora queda la tercera parte de la quinta resolución: «En caso de que todos los Camilos se retirasen, cómo organizaría Mons. Comboni el Vicariato con sus fuerzas de Verona, sin la ayuda (sic) de los Camilos». Yo haré un breve Informe sobre esto, y espero que en la Congregación general de este mes o del próximo febrero sea examinado y que todo quede resuelto. Ora et fave.


[4426]
He padecido las angustias y los dolores de la muerte; pero ahora doy gracias a Dios por haber sufrido propter iustitiam. ¡Ah!, qué bueno es ese Dios que ha mostrado casi mayor sabiduría al fabricar la cruz que al crear el universo. Ave, dulcissime, muy feliz año.



Tuissimus

Daniel






679
Card. Alejandro Franchi
0
Roma
10. 1.1877
N. 679 (645) - AL CARD. ALEJANDRO FRANCHI

AP SC Afr. C., v. 8, ff. 470-471



J.M.J.

Roma, 10 de enero de 1877



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[4427]
Su Excelencia Rma. Mons. el Secretario, con su estimado escrito del 2 de los corrientes, me comunicó las veneradas resoluciones de la S. Congregación Gral. del 27 de noviembre del pasado año, las cuales he acogido con el máximo respeto y devoción, como la expresión misma de la voluntad divina, lleno de admiración al ver tan claramente que la suma rectitud, prudencia y caridad de los Emmos. Padres componentes de esa S. C. va acompañada de la luz suprema del Espíritu Santo, por la que únicamente suelen estar iluminados al emitir sus ponderadas y sapientísimas disposiciones.


[4428]
Profundamente convencido de esta verdad, puedo asegurar a V. Em.a Rma. que pondré todo cuidado para con la gracia del Señor ejecutar fielmente y ad litteram cuanto los Emmos. Padres en su alta sabiduría han determinado, para que el gobierno de mi arduo y laborioso Vicariato proceda debidamente, goce del favor de Dios y de la misma S. C., y logre el santísimo fin del mayor bien para tantos millones de infieles que la Santa Sede se ha dignado confiarme.


[4429]
Por otro lado, el día 4 de los corrientes el Rmo. P. Guardi me escribía la carta cuya copia es el Anexo A aquí unido, con la cual me informaba de que en una reunión celebrada el día 3 de los ctes. en Propaganda entre V. Em.a y él, con la presencia también de Mons. el Secretario, se acordó que él reclamase a todos sus religiosos, sin exceptuar ninguno, y que yo debería preparar y entregar los fondos necesarios para el viaje de regreso de todos.


[4430]
A esta invitación yo respondí enseguida con la carta del día 5, aquí incluida como Anexo B (1), en la cual escribía al Rmo. P. General que para la vuelta a Europa de los cuatro religiosos Camilos que aún quedan en el Vicariato, o sea los dos PP. Carcereri y los PP. Chiarelli y Bresciani, son más que suficientes 1.500 francos oro; y le dije que si tal suma no bastase, yo estaría dispuesto a dar orden a mi Representante de Egipto para que llegados a El Cairo los cuatro Padres, les proporcionase todo aquello más que fuese necesario para que prosiguiesen cómodamente su viaje hasta Roma o Verona.


[4431]
Con tal objeto, en la mañana del 6 del cte. envié a mi excelente secretario D. Pablo Rossi con setenta y cinco napoleones de oro que entregar al Rmo. P. Guardi, a fin de que éste diese las órdenes oportunas y enviase el dinero necesario para reclamar a los cuatro religiosos mencionados. Pero él no quiso aceptar dicha cantidad, y acordó con mi secretario que yo mandase a uno de mis misioneros para que el P. Carcereri le hiciese entrega formal del establecimiento de Berber y recibiese de él el dinero para el regreso de los cuatro misioneros.


[4432]
Siguiendo tal acuerdo, en la tarde del día 6, aproveché el barco-correo de Brindis para dar orden a mi Representante Gral. del Vicariato, el Canónigo Fiore, de que sacase de mi caja de Jartum 1500 francos oro y se trasladase él mismo a Berber a recibir esa misión de manos del P. Carcereri y entregarle dicha cantidad para el regreso de los religiosos a Europa.


[4433]
En cuanto a la misión de Berber, ordené al Canónigo Fiore que la ocupase con mis misioneros, y que destinase a ella como Superior al sacerdote D. Jenaro Martini, el cual, después de haber visitado en octubre y noviembre las provincias de Cadaref y Galabat, ha entrado ya en la de Taka para asistir a los católicos de allí, que los Camilos, como era su deber, tenían que haber visitado hacía tiempo, pero nunca lo hicieron. Instalados mis sacerdotes en la misión de Berber, les mandaré preparar una amplia casa con jardín, que tengo a mi disposición en aquella ciudad para acomodar en ella a las Hermanas, de lo cual me ocuparé yo mismo cuando vuelva a mi Vicariato.


[4434]
Agradeciendo de todo corazón la extraordinaria bondad de V. Em.a Rma., quien con admirable sagacidad y sabiduría ha sabido realizar tan bien, junto con Mons. el Secretario, las últimas negociaciones que yo debía llevar a cabo con la ínclita Orden Camila, ahorrando de este modo a mi debilidad no pequeña pena y embarazo, que me habría visto en la necesidad de soportar si yo mismo hubiera debido tratar este asunto con el Rmo. Padre General de la mencionada Orden, tengo el honor de renovarle mis sentimientos de perenne devoción, agradecimiento y obediencia ilimitada y absoluta; e inclinándome a besar la sagrada púrpura, me declaro con la veneración más profunda



De V. Em.a Rma.

hummo., devotmo. y obligadmo. hijo

Daniel Comboni

Provicario Aplico. de Africa Central



(1) Véase carta n. 677.






680
Card. Alejandro Franchi
1
Roma
10. 1.1877
N. 680 (646) - AL CARD. ALEJANDRO FRANCHI

AP SC Afr. C., v. 8, f. 476



Roma, 10 de enero de 1877



Petición de facilidades para el viaje.