Comboni, en este día

En una carta a Elisabetta Girelli (1870) desde Verona se lee:
Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente. Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso.

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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
531
Card. Alejandro Barnabò
0
El-Obeid
20.12.1873
N. 531 (501) - AL CARD. ALEJANDRO BARNABÒ

AP SOCG, v. 1003, ff. 762-763



Nº 13 J.M.J.

Jartum, 20 de diciembre de 1873



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[3465]
Sólo dos renglones, porque tengo el brazo izquierdo en cabestrillo desde hace más de veinticinco días. Viniendo del Kordofán, a cuatro días de distancia de Jartum, el camello se asustó de repente cuando corría más que un caballo y me lanzó al suelo, donde quedé medio muerto con un brazo fracturado, que por suerte es el izquierdo. No puedo expresar cuánto he sufrido. Después de permanecer dos días dentro de mi tienda, entre atroces dolores, con el brazo en cabestrillo viajé todavía cinco días sobre el camello, que a cada paso que daba me producía un espasmo. Llegado al Nilo Blanco, en Ondurmán, el Bajá Gobernador General de Sudán me envió su vapor, que me trasladó a la Misión. La gracia de Dios no deja de venir allí donde faltan los auxilios humanos. En todo Sudán no existe un médico que sepa los primeros elementos de medicina o de cirugía: matasanos y carniceros, eso es lo que hay. No obstante, el Bajá hizo que su medicastro se ocupase de ajustarme el brazo, y gracias a Dios ahora me encuentro un poco mejor. Incluso me entran esperanzas de que para la Epifanía estaré en condiciones de decir misa.


[3466]
Pero el informe que le prometí en mi carta del 4 de noviembre pasado sobre la fundación de una halagüeña misión entre los Nuba, y el relativo a todo el Vicariato, sólo podré elaborarlos cuando me haya curado del todo.

Entretanto el gran jefe de los Nuba continúa mandando mensajeros a El-Obeid para ver cuándo nos establecemos en su tierra, y últimamente se ha presentado el jefe Nemur a solicitar nuestra ida allá, manifestando: «Nosotros queremos ser cristianos. Algunos musulmanes de El-Obeid nos han dicho que los cristianos son janazir y kelab (cerdos y perros); pero nosotros hemos visto con nuestros propios ojos que los cristianos son la gente más buena del mundo». En fin, roguemos al Sdo. Corazón que mantenga en los Nuba estos sentimientos hasta que sea el deseo de Dios que fundemos allí una misión.


[3467]
El día 11 del corriente marchó el P. Estanislao Carcereri a El Cairo y a Roma, y según noticias que he tenido ya ha entrado en el desierto. El mismo día llegó a Jartum la segunda expedición, compuesta de un misionero, un hermano laico, cuatro Hermanas de San José (me parecen de excelente espíritu, como las que tengo en Jartum), y tres chicos de la tribu de los Denka, uno de los cuales estudia latín. Como una de estas Hermanas tenía miedo del camello, fue en burro hasta una tercera parte del trayecto por el desierto, donde las hienas, de noche, devoraron una pata trasera del asno; de modo que la pobre Hermana hizo los doce días restantes de viaje a pie por la arena bajo un sol abrasador. Gracias a Dios, a pesar de ese recorrido de más de doce jornadas de doce horas a pie, ha llegado a Jartum en perfecto estado de salud.


[3468]
La misión marcha tanto en El-Obeid como aquí en Jartum. Mi situación con respecto a las autoridades locales no puede ser mejor. Pero los horrores de la esclavitud y de la trata de negros, que constituyen una parte de mis preocupaciones, reclaman la autoridad moral de la Iglesia. No obstante, como es cosa de gran alcance y de suma dificultad práctica, necesito emplear gran prudencia y someterlo todo a la alta sabiduría de la S. C. antes de dar un paso de importancia. Confío en que obrando yo exactamente según las instrucciones que V. Em.a tenga a bien darme, poco a poco asestaremos un golpe mortal a esta lacra de la humanidad, con gran provecho de la fe. En cuanto esté curado, le hablaré de los medios que al efecto me parecen oportunos. Deseándole felices fiestas y un próspero año nuevo, le beso la sagrada púrpura y me declaro



De V. Em.a devotmo. y hummo. hijo

Daniel Comboni, Provco. Aplico.






532
D. Rolleri y D. Squaranti
1
El-Obeid
fine 1873
N. 532 (502) - A DON ROLLERRI Y A DON SQUARANTI

ACR, A, c. 19/10, n. 3



Jartum, fin de 1873



Nota en un registro.





533
Obra de Paris
1
El-Obeid
1873
N. 533 (503) - A LA OBRA DE PARIS

APFP, Boîte G 84, n. 113



Jartum, fin de 1873



Estadísticas de las Misiones y Notas administrativas.





534
Mgr. M. Dauphin
0
El-Obeid
1873
N. 534 (504) - A MGR. M. DAUPHIN

«Oeuvre des Ecoles d’Orient» - 79 (1873), pp. 219-221



El-Obeid, 1873

Señor director:



[3469]
Mons. Soubiranne, habiendo conocido y apreciado desde los orígenes la Obra de la Regeneración de la Nigricia, quiso favorecer la causa de los dos Institutos de negros fundados por mí El Cairo, y me consiguió para ellos, de la admirable Obra de las Escuelas de Oriente, una modesta ayuda en 1868 y en 1870.

Además me hizo esperar ayudas de mayor importancia para cuando yo emprendiera el ataque –me decía– de Africa Central por la parte de Oriente, mientras que Mons. el Arzobispo de Argel la atacaría por Occidente, por el desierto del Sáhara.


[3470]
Pues resulta que precisamente la Santa Sede me ha confiado hace poco el Vicariato Apostólico de Africa Central, tarea inmensa porque es, lo creo bien, la Misión más vasta y laboriosa del universo entero, ya que su territorio contiene cerca de cien millones de infieles; y con la gracia de Dios he emprendido enérgicamente esta guerra apostólica.


[3471]
En Jartum, la capital del Sudán oriental (15° de lat. Norte) he fundado ya dos instituciones considerables, y he abierto otras dos de suma importancia en El-Obeid, desde donde le escribo. Esta última ciudad, que cuenta con una población de 100.000 almas, es la verdadera base de operaciones para penetrar en el centro de Africa, que se adentra hasta distancias enormes. Mi jurisdicción espiritual se extiende, en efecto, desde las fronteras de Egipto y de Tripolitania hasta los doce grados de latitud Sur.

Ya comprende, señor Presidente, la importancia de que, antes de atacar esta gran masa de idolatría y de barbarie, yo refuerce lo más posible mis dos Misiones fundamentales de Jartum y El-Obeid.


[3472]
He aquí, pues, las diversas instituciones que solicitan ya la asistencia de la admirable Obra a cuyo frente está usted:

1.o En El Cairo, el Instituto de negros que dirigen nuestros misioneros de Verona, fundado para las Misiones de la Nigricia. Esta casa tiene en la actualidad poca gente, porque he sacado de allí cierto número de individuos ya formados, para trasladarlos aquí, a Africa Central.

2.o En Jartum, el Instituto de negros, con la escuela de la parroquia y de la Misión. Estos dos Institutos, que cuentan con un gran número de niños, está dirigido también por nuestros misioneros de Verona.

3.o En El-Obeid, el Instituto de negros, con muchas personas y bajo la misma dirección.

4.o En El Cairo, la escuela de negras, dirigida por las Hermanas de San José de la Aparición.

5.o En Jartum, la escuela parroquial y el Instituto de negras. Ambas obras están dirigidas por esas mismas religiosas, y tienen muchas alumnas.

6.o Finalmente, en El-Obeid, una escuela y un Instituto de negras, que permanecerán bajo la dirección de las maestras negras que hemos educado en El Cairo, hasta la llegada de las Hermanas de San José de la Aparición, las cuales están de viaje y las estoy esperando.


[3473]
Permita que a esta árida enumeración añada alguna observación susceptible de hacerle comprender mejor mi pesada carga y la apremiante necesidad que tengo de su ayuda.

Salvo las escuelas externas de Jartum y de El-Obeid, que nos producen algunos honorarios, todas las otras obras corren a cargo de la Misión. ¡Y menudo gasto, señor Director! No se trata solamente de dar instrucción a nuestros pobres negros: casi siempre hay que comprarlos con dinero contante y sonante, porque es bien escaso el número de los que nos son cedidos gratuitamente. Pero es que además, antes de alojarlos, alimentarlos, curar sus enfermedades, estamos obligados a vestirlos, puesto que todos, tanto chicos como chicas, nos llegan completamente desnudos.


[3474]
Ahora bien, aquí en Sudán la mayor parte de los productos de vestido y de alimentación, como proceden de Egipto, sólo se obtienen a un alto precio. Así, por ejemplo, un trozo de tela que en El Cairo se vende a 10 francos, traído a Jartum cuesta cincuenta. Del mismo modo, el vino para el Santo Sacrificio nos cuesta aquí a cinco francos la botella, cuando en El Cairo se vende a 60 céntimos.

Es por esto por lo que me dirijo a la generosa caridad de sus piadosos Socios y le ruego, en nombre del Divino Redentor, que tenga compasión de las obras de mi grande y pobre Misión. Todo aquí es inmenso y plagado de obstáculos; pero hallándose todo en manos de Nuestro Señor, y habiendo hablado Su Vicario, yo estoy lleno de confianza.


[3475]
El Vicariato de Africa Central, fundado en 1846 por el Papa Gregorio XVI, antes había devorado, en el espacio de quince años, la vida de 35 misioneros. De 40 que habían afrontado las penalidades, sólo 5 lograron sobrevivir. Dios quiso que yo estuviese en este número, después de haberme visto once veces al borde de la muerte.

Esa expedición apostólica fue seguida de un nuevo envío, ahora de 60 padres franciscanos. De ellos 22 murieron, 2 se quedaron en Jartum, y los demás volvieron a Egipto o a Tierra Santa.

Fue después de estas primeras y dolorosas pruebas cuando el Santo Padre actual confió el Vicariato de Africa Central al Instituto de Misioneros de la Nigricia, que nosotros (el Obispo de Verona y yo) habíamos fundado con la asistencia de Nuestro Señor, y hacia el cual solicito hoy su benévolo interés.


[3476]
Así, el año 1871 envié, bajo la guía del P. Carcereri, mi Vicario General, cuatro exploradores muy decididos que llegaron hasta el Kodofán, donde comenzaron a predicar el Evangelio.

Al año siguiente yo mismo me puse al frente de una gran expedición de treinta personas, entre religiosos y hermanas. Remontamos el Nilo, atravesamos el desierto y, con la evidente protección de Dios, después de noventa y nueve días de peligroso y penoso viaje, llegamos a Jartum sin incidentes y sin pérdidas.

Tenga a bien aceptar, etc., etc.



Daniel Comboni

Provicario Aplico. de A. C.



Original francés.

Traducción del italiano






535
Nota
1
1873
N. 535 (505) - NOTA SOBRE UNA CARTA

ACR, A, c. 26/20



1873





536
P. Henri Ramière
0
1873
N. 536 (506) - AL P. HENRI RAMIERE

«Le Messager du Coeur de Jésus» xxiv (1873), pp. 185-187



1873



Mi queridísimo y venerado Padre:



[3477]
Es imposible expresar el bien que su carta ha producido en mi corazón y en el espíritu de todos mis queridos hermanos. Basta decirle que su amable misiva, en la que me comunicaba las oraciones que usted ha solicitado de los Socios del Apostolado de la Oración en El Mensajero del Corazón de Jesús, como intención general del mes de diciembre, en favor de Africa Central, nos ha llenado de tal modo de consuelo y de ánimo que ahora seremos sobremanera felices de dar toda nuestra sangre y nuestra vida entre los más atroces martirios por la gloria del Sagrado Corazón. Usted, Padre mío, ha fortalecido nuestra fe, nuestro valor, nuestra esperanza, y durante mi viaje entre El Cairo y Jartum con mi expedición de treinta personas, en el que empleamos noventa y nueve días, sobre todo en atravesar en camello el desierto bajo 60° Réaumur, mis Misioneros, mis Hermanas y yo hablábamos a menudo de usted, Padre mío, y de los Socios del Apostolado, y decíamos: «Nosotros sufrimos y trabajamos aquí; pero tenemos unas almas selectas, las almas más fervorosas y devotas de la tierra, los Socios del Apostolado, los miembros de la Liga del Corazón de Jesús, que piensan en nosotros y ruegan por nosotros.


[3478]
»En medio de estos ardientes desiertos, tenemos la gran dicha de vivir en el Sagrado Corazón y en el espíritu de Sus más fieles amigos. Estas almas elegidas ruegan por nosotros y por nuestra laboriosa y difícil Misión. Jesús ha dicho: “Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá”. La palabra de Jesús es infalible. Si yo, si usted (nos decíamos recíprocamente) fuésemos los únicos en rezar por Africa Central, Dios no nos escucharía, porque no rezamos bien, con todas las condiciones necesarias; pero por nosotros ruegan los miembros del Apostolado de la Oración, los más fervorosos servidores del Corazón de Jesús, los píos lectores de su Mensajero: es imposible que su plegaria no sea atendida, cuando además estas almas rezan por la conversión de los infieles de nuestro Vicariato, por los cien millones de desdichados. De modo que Africa Central será convertida por el Sagrado Corazón de Jesús y por las oraciones de sus más devotos servidores».


[3479]
Estas palabras las repetimos varias veces, mi querido Padre, durante la travesía del desierto, en abril, y las repetimos en el presente. No puede figurarse cuánto nos consuela la idea de que usted y los miembros del Apostolado de la Oración ruegan por nosotros. Gracias, gracias, mi querido Padre; y exprese a todos los Socios nuestra gratitud por sus poderosas oraciones, asegúreles nuestro reconocimiento.

Como usted tuvo la bondad de decirme que sería útil hacerle saber el día en que consagraré Africa Central al Sagrado Corazón con la fórmula que le ha dictado el Espíritu Santo (¡qué magnífica consagración! Gracias infinitas por esta fórmula tan bonita, que he traducido a diversas lenguas de mi Vicariato), le anuncio que realizaré esta Consagración solemne el 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, o sea el tercer domingo de septiembre y la decimoquinta después de Pentecostés, a las nueve de la mañana. Ese día, yo personalmente haré la Consagración solemne en El-Obeid, capital del Kordofán, mientras mi Vicario realizará el mismo acto de Consagración en Jartum a las nueve de la mañana también.


[3480]
Termino porque el tiempo me falta; pero le ruego que haga rezar mucho por este inmenso Vicariato, a fin de que podamos ver estos pueblos convertidos al amor de Jesús. Me permitiré enviarle noticias sobre mi Misión para el Mensajero del Corazón de Jesús.

Queda de usted, etc.



Daniel Comboni

Provicario de A. C.



Original francés.

Traducción del italiano






537
Acuerdo con Mons. Ciurcia
0
1873
N. 537 (507) - ACUERDO CON MONS. CIURCIA

ACR, A, c. 18/36



1873

ACUERDO



[3481]
Entre S. E. Rma. Monseñor Luis Ciurcia, Arzpo. de Irenópolis, Vicario Aplico. de Egipto para los Latinos, y Delegado Aplico. para los Orientales de Egipto, de Arabia, de Siria, etc., etc., y D. Daniel Comboni, Provicario Apostólico de Africa Central, con respecto a los Institutos de Negros de El Cairo.


[3482]
Bajo el nombre de Institutos de Negros, en diciembre de 1867 el Sac. D. Daniel Comboni, Misionero Aplico. de Africa Central, con expreso consentimiento de S. E. Rma. Mons. Luis Ciurcia, Arzpo. de Irenópolis y Vicro. Aplico. de Egipto para los Latinos, y después de haber hecho partícipe de ello a la S. C. de Propaganda Fide, fundó en El Cairo dos pequeños establecimientos: uno masculino para la educación de negros, dirigido por los Sacerdotes del Instituto de las Misiones para la Nigricia de Verona, y el otro femenino, para la educación de negras, dirigido por las Hermanas de San José de la Aparición.


[3483]
Estos Institutos permanecieron de manera absoluta bajo la inmediata jurisdicción de S. E. Rma. Mons. Luis Ciurcia, como Vicario Aplico. de Egipto, el cual tuvo por ellos un interés paternal, y así pudieron producir algún fruto en favor de los pobres negros más abandonados. Mas como el objeto de tal fundación tenía como fin principal alguna Misión en la Nigricia interior, habiendo ahora confiado la Santa Sede el Vicariato Aplico. de Africa Central al Instituto de las Misiones para la Nigricia de Verona, y habiendo sido encargado de su dirección el Sac. D. Daniel Comboni con el título de Provicario Aplico., S. E. Rma. Mons Luis Ciurcia, como Vicario Aplico. de Egipto, ha expresado su deseo de que se llegue a un acuerdo recíproco, a fin de evitar todo conflicto jurisdiccional también en el futuro sobre la existencia de los mismos Institutos de Negros de Egipto. Por eso el susodicho Provicario Aplico. de Africa Central somete humildemente a la aprobación de S. E. Rma. los siguientes



Acuerdos




[3484]
1.o Los Institutos de Negros de el Cairo están canónicamente reconocidos en el Vicariato Aplico. de Egipto, con el doble objeto de aclimatar a los misioneros, los hermanos coadjutores y las hermanas provenientes de Europa y destinados a la Misión de Africa Central, y de educar negros de ambos sexos en la Fe y en la civilización cristiana.


[3485]
2.o Estos Institutos preparatorios para las Misiones de la Nigricia son mantenidos en todo por el Vicariato Aplico. de Africa Central. No obstante lo cual, son libres de recibir una pensión por la educación de sus alumnos, y por los servicios que prestasen, públicos o individuales, o por remuneraciones generales que fueran efectuadas a todos los Institutos de Egipto en general o a ellos en especie.


[3486]
3.o Su Excelencia Rma. el Vicario Aplico de Egipto tiene la jurisdicción sobre ellos que otorgan a su función el Derecho común y el eclesiástico; por lo cual son de su competencia la visita pastoral, la vigilancia sobre sus sacerdotes y hermanas, el establecimiento de normas para la administración de los Sacramentos, la prescripción de oraciones públicas, y el castigo de los públicos infractores.


[3487]
4.o Lo que respecta a la organización interna de los Institutos, al personal de la Dirección y Superioridad de los mismos, a la dirección espiritual de las hermanas y a disponer de los misioneros y de las hermanas según las necesidades de las Misiones del Africa interior, se reconoce como competencia del Provicario Aplico. de Africa Central, habida cuenta sobre todo del fin mismo de los Institutos. Por lo cual se le reconoce igualmente el derecho de dar Dimisorias, Remisorias y Patentes a sus misioneros residentes en los Institutos de Negros, como su Superior Ordinario, cuando no entren en conflicto con los derechos del Vicario Aplico. de Egipto.


[3488]
5.o Dada la enorme distancia a que se encuentran estos Institutos de Negros de la sede del Provicario Aplico. de Africa Central, ruega éste a Su Excelencia Rma. el Vicario Aplico. de Egipto que se sirva intervenir en su nombre también en el orden interno en los siguientes casos: a) abierta rebelión escandalosa de los subordinados contra el Superior; b) manifiesta incapacidad del Superior para desempeñar su cargo, ya sea por enfermedad, o por infamia proveniente de infracciones públicas; c) muerte repentina del mismo. En estos casos podrá ejercer su autoridad sobre los subordinados o sobre el Superior, incluso sustituyéndolo, hasta nuevas disposiciones del Provicario Aplico. de Africa Central.


[3489]
6.o S. E. Rma. Mons. el Vicario Aplico. de Egipto, de acuerdo con el Superior de los Institutos de Negros, podrá disponer para el servicio espiritual de su Vicariato, cuando lo desee, de los sacerdotes misioneros que viven temporalmente en los Institutos de Negros, y de los que el Provicario Aplico. de Africa Central no hubiese dispuesto de otro modo.


[3490]
7.o Finalmente, el Provicario Aplico. de Africa Central se obliga hacia S. E. Rma. Mons. el Vicario Aplico. de Egipto a comunicarle oficialmente las personas que elija para Superior y Director de los Institutos cada vez que haya un nuevo nombramiento; y por su parte la Rma. Curia del Vicariato Aplico. de Egipto comunicará al Provicario Aplico. de Africa Central, o a su Curia, las disposiciones extraordinarias tomadas en favor o en contra del personal de los Institutos en los casos urgentes, y los motivos que las han causado.


[3491]
Como el fin del sublime apostolado de los jefes de las Misiones no es otro que la pura gloria de Dios y la salvación de las almas, no hay duda de que la generosa cooperación de los ilustres Vicarios Aplicos. de Egipto y de Africa Central en la consolidación y desarrollo de esta Misión redundará grandemente en gloria del Señor y será fuente de bendiciones para la infeliz Nigricia.






538
Notas
1
1873
N. 538 (508) - NOTAS SOBRE LA RELACION

DEL P. ESTANISLAO CARCERERI

ACR, A, c. 19/6 n. 2



1873





539
Nota libro Bautismos
1
Jartum
1873
N. 539 (509) - DEL LIBRO DE BAUTISMOS DE JARTUM

ACR, A. c. 10/9



Jartum, 1873





540
P. Estanislao Carcereri
1
El-Obeid
1873
N. 540 (1161) - AL P. ESTANISLAO CARCERERI

«Annali Buon Pastore» 5 (1873), p. 13



El-Obeid, 1873



Breves noticias.