[1925]
Aprovecho una ocasión propicia para enviar mis saludos a usted y a todos los miembros del Instituto, tanto de San Carlos como de Canterane. Desde que dejé Verona he escrito dos veces al Instituto, pero nadie me ha contestado nada: he notado mucho la pérdida de D. Dalbosco, que me suministraba frecuentes noticias de mis viejos amigos. Diga a D. Poggiani que pronto me acordaré de él y de Hans. También le rogaría que refrescase la memoria a D. Tomba o a D. Beltrame sobre su promesa de mandarme la copia de los viajes que hicimos por el Nilo Blanco: promissio boni viri, est obbl... Acuérdese de dar cordiales saludos de mi parte a la generosa y buena familia Morelli, y asegure a ese hombre excelente que no lo he olvidado un solo día.
[1926]
En cuanto a mí y a mi obra, le diré que he sufrido, gozado y trabajado mucho con ella, y que el Señor la va bendiciendo ante mis ojos. Lo que me da una inmensa satisfacción es el tercer Instituto que recientemente he fundado por orden de S. E. Rma. el Arzobispo de Irenópolis y Delegado Apostólico de Egipto, Instituto que hace un gran bien en medio de los veinticinco mil habitantes que pueblan el Viejo Cairo. Esta escuela femenina, que dirige la M. Catalina Valerio con la ayuda de cuatro maestras negras, entre ellas Domitila, es frecuentada por jóvenes de todas las religiones, incluso por musulmanas, que aprenden el catecismo y la moral cristiana.
[1927]
Aparte de la labor que desarrollan las maestras negras, esta escuela ha producido gran impresión en El Cairo precisamente por el color de las maestras: es un modo de mejorar la reputación de la raza negra, pisoteada por todos. No hablo de las frecuentes conversiones, ni de las almas que cada semana alcanzan el paraíso o se convierten por obra de los tres Institutos, a los que he puesto los siguientes nombres:
Al 1.o, masculino, Instituto del Sagrado Corazón de Jesús.
Al 2.o, femenino, Instituto del Sagrado Corazón de María.
Al 3.o, Instituto de la Sagrada Familia.
[1928]
Desde el pasado febrero hasta ayer, hecho el cálculo, he gastado 116.000 piastras, o su equivalente en napoleones de oro. Tengo el consuelo de recibir protección del eminente Arzobispo que es nuestro Delegado Aplico., el cual, viendo los frutos, está encantado con los tres Institutos, y los ha defendido contra los ataques y la guerra de que fueron objeto por parte de malintencionados, que llegaron a crear insidias contra mí en Propaganda e incluso ante el Papa. Pero yo soy como aquel alemán que decía: «Muerto llegaré, pero llegaré». Las palabras de Cristo son más firmes y seguras que los tratados de todos los soberanos del mundo; por tanto, el petite et accipietis, etc. es más fiable que los tratados de Viena, París, Londres, Nikolsburgo, Praga, e incluso que la Convención del 15 de septiembre. Atqui más de doscientos Monasterios e Institutos rezan por el éxito de mi Obra; ergo sic yo tendré éxito en ella, y ningún poder del mundo, ni siquiera Satanás, podrá hacerme fracasar... ¿Sé o no sé de esa maldita filosofía?... Claro que tengo a mi lado un apoyo en el P. Estanislao Carcereri, que comprende mi Plan mejor que yo mismo, y que tiene una constancia y un espíritu como Propaganda no los encontrará iguales. ¡Dios me lo conserve!
[1929]
Saludos a D. Tomba, a D. Beltrame, a ese b... de D. Poggiani, a Filipozzi, al Párroco de San Esteban, a D. Guella, al Sr. Luis, a D. Aldegheri, a todos, a todos. También a Betta, Rubelli, etc. Reciba los respetos de las negritas, que me han encargado presentárselos especialmente, y ruegue por mis Institutos y por
Su afmo. en el Señor
Daniel
Recibí la visita de dos Obispos de la India, uno de ellos el de Bombay, Jesuita, a los que di hospedaje por dos días y luego llevé a visitar las Pirámides. Muy satisfechos de la marcha de los Institutos, dijeron que iban a hablar de ellos al Papa y a Propaganda. Hoy tengo en casa tres Obispos: uno de la India y dos de China.