Comboni, en este día

En una carta a Elisabetta Girelli (1870) desde Verona se lee:
Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente. Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso.

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Nº Escrito
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Remitente
Fecha
201
Don Joaquin Tomba
0
Roma
14. 2.1867

N. 201 (189) - A DON JOAQUIN TOMBA

AMV, Cart. «Missione Africana»

Roma, 14 de febrero de 1867

Amadmo. Superior:


 

[1407]
El próximo martes 19 del cte., por la mañana, abandonaré la Ciudad Eterna para ir a Verona en busca de las negritas. Espero que hayan estado tranquilas hasta ahora, pese al retraso sobre lo que acordamos respecto a ellas; pero si bien es verdad que el tiempo es nuestro, la disposición de él está en manos de Dios. Por lo que se me escribe de Verona, creo que la maravilla de los nuevos acontecimientos de poética que era se ha vuelto prosaica, y parece que, más o menos, la religión es maltratada como en todas partes. Confiemos en Dios, que todo lo puede. Como la misión de Tonello ha tenido éxito en la elección de Obispos, esperemos que por el momento aporte algún beneficio. Aquí en Roma hay una tranquilidad general. La noche del noveno aniversario de la República se produjeron algunos estallidos de petardos cerca del Quirinal... pero pólvora empapelada, no hace nada. Todos están indignados, y Roma tranquila.


[1408]
Ayer por la tarde estuve con el Papa, que da una bendición especial para Ud. y para nuestros Institutos. El domingo pasado fue la beatificación del Bto. Benito de Urbino Cappuccino, pariente de la familia Carpegna, amiga mía. Hubo una función conmovedora en el Vaticano.


[1409]
He estado más veces con el octogenario rey de Luis de Baviera. Pero está sordo como una tapia, al discurrir se va por los cerros de Ubeda, y no hay forma de tratar asuntos con él, porque no comprende nada, aunque en muchas cosas es inteligentísimo.

Le manda saludos su antiguo compañero de escuela el P. Steccanella, ahora en La Civiltà Cattolica. Estoy impaciente por ir a Verona en busca de las negras. Recuerdos a D. Beltrame, a D. Donato, a D. César Cavet, y a todos los sacerdotes y maestras, así como a las protestantes, a las negras, a Betta, etc.

Hasta que nos veamos a mediados de la semana próxima, rece por



Su afmo. y obedmo.

Daniel Comb.



Mis saludos también a su anciana tía.






202
Don Francisco Bricolo
0
Venecia
5. 3.1867

N. 202 (190) - A DON FRANCISCO BRICOLO

ACR, A, c. 14/23

Venecia, 5 de marzo de 1867

Queridísimo D. Francisco:


 

[1410]
Hace diez días que llegué a Verona desde la Ciudad Eterna. Si antes de dejar el Véneto el pasado noviembre no pude ir a Vicenza, esta vez no va a ser así, espero, porque en dos o tres días quiero estar en su querida ciudad. Don Guella me había hecho ilusionarme con la idea de verle en Verona, adonde tenía que ir con un nutrido grupo de colegiales; pero mis esperanzas han resultado fallidas. Don Clerici está fuera; de no ser así, sin duda me habría pedido que le mandase a Ud. saludos. Salí de Roma a las ocho de la tarde del jueves 21 de feb, y a las nueve y media de la noche del viernes 22, o sea en veinticinco horas y media, llegaba yo a Verona. Nuestro colegio ha recibido una importante herencia de Fregoso: cuatrocientos campos y cerca de treinta mil florines. El Instituto, dice D. Tomba, tiene el futuro asegurado. Pero costará mucho entrar en posesión de todo: dejémoslo en la mitad, y gracias; porque, como dice el refrán, de dinero y santidad, la mitad de la mitad. Pero en todo caso es una fortuna.


[1411]
El Instituto marcha discretamente. Yo voy a llevar las negritas a Africa, a El Cairo, pasando antes por Roma, donde se quedarán un mes, porque voy a recibir otras de Venecia y de Francia y deseo presentarlas todas al Papa. Estoy un poco disgustado porque no se me quiere conceder una maestra por sólo dos meses: se pretende que lo pague yo todo, y que el Insto. no suelte ni un céntimo. No se entiende nada. Por lo demás, D. Tomba es muy bueno conmigo. A ver qué pasa cuando yo me haya llevado a las negras. De palabra, muchas otras cosas. Recuerdos a D. Tilino y demás. Mis respetuosos saludos al Sr. Obispo, etc., y a todos mis conocidos.

Con todo el corazón, un abrazo de



Su afmo. amigo

Daniel






203
Don Joaquin Tomba
0
Roma
22. 4.1867

N. 203 (191) - A DON JOAQUIN TOMBA

AMV, Cart. «Missione Africana»

Roma, lunes de Pascua

noche del 22 de abril de 1867



Amadmo. Sr. Superior:


 

[1412]
Estoy muy preocupado porque todavía no han llegado las cajas, mientras que las de Padua de las negritas de Venecia, dando la misma dirección, llegaron a Roma ya el sábado por la mañana. Por tanto, le ruego con todo énfasis que las mande cuanto antes al Monasterio de la Inmaculada Concepción, Via dell’Arco di S. Vito, en Roma, porque si no las negritas no se pueden cambiar de vestidos. Hoy hemos visitado con ellas al Conde Vimercati, viudo de la ex Reina de Sajonia, cuñada del doctísimo Monarca actual de Sajonia. Este es un gran bienhechor.

Encomendándole encarecidamente el pronto envío de las cajas, le ruego que salude a todos de mi parte y me considere siempre



Suyo afmo.

Daniel






204
Don Joaquin Tomba
0
Roma
7. 5.1867

N. 204 (192) - A DON JOAQUIN TOMBA

AMV, Cart. «Missione Africana»

Roma, 7 de mayo de 1867

Amadmo. Sr. Superior:


 

[1413]
Hoy las doce negritas, junto con el Conde Vimercati, el Arzpo. Vicegerente de Roma y yo, que las acompañábamos, fuimos recibidos por el Santo Padre en los jardines del Vaticano, y estuvimos con S. S. una hora y tres cuartos. No le puedo describir lo bien que lo han pasado las chicas. El Santo Padre, después de admitirlas a la ceremonia del beso del pie y de dar a cada una un ramo de flores, una naranja y una medalla de plata, les dirigió unas palabras acerca de la misión a la que van; y como yo dije que no partirán hasta septiembre, accedió al deseo del Conde Vimercati, viudo de la ex Reina de Sajonia, de que se retratase con todo el grupo formado por toda mi caravana y yo, más el Conde y el Arzobispo, retrato que hará el fotógrafo del Papa a mi regreso a Roma.

Después el Papa, con nosotros tres al lado y seguido de las negritas, mostró a éstas las fuentes, con los surtidores y juegos de agua, así como las vistas, etc., y muchas chicas resultaron mojadas. No puedo describir las variadas escenas de esos siete cuartos de hora. Mientras las negritas huían gritando ante las rociadas de un barco de guerra de bronce que parecía surcar el mar en una fuente, y que por sus treinta y cuatro cañoncitos disparaba agua en breves chorros a modo de balas, el Papa, volviéndose a mí, me dijo: «Me parecen doce almas del purgatorio, pero de las que aún no han terminado de cumplir la pena». Fue un recibimiento más íntimo y familiar que el que el Santo Padre suele dispensar a una soberana. El le manda la bendición a Ud. y a los Institutos. Habló mucho del difunto Superior, de quien dijo que era un hombre santo.


[1414]
El sábado, espero, estaré en Verona. Las negritas mandan conjuntamente un saludo para todas las del Insto. Muchos recuerdos a D. Beltrame y a los Padres, y hasta que nos veamos, si Dios quiere, dentro de cuatro días.

Suyo afmo. en Jesús



Daniel




[1415]
En la semana después de la octava he dado los ejercicios espirituales a las negritas, que los han hecho de una manera muy edificante. Creo que están contentísimas.






205
Card. Alejandro Barnabò
0
Verona
11.6.1867

N. 205 (193) - AL CARD. ALEJANDRO BARNABO

AP SC Afr. C., v. 7, ff. 1118 y 1121

Verona, 11 de junio de 1867

Emmo. Príncipe:


 

[1416]
Tengo el placer de anunciar a V. Em.a Rma. que el Ilmo. Mons. Canossa ha abierto en Verona un seminario para nuestras queridas misiones africanas, que en tiempos mejores tomará el nombre de Instituto del B. Pastor para la Regeneración de Africa; como también ha abierto un Insto. femenino para formar buenas misioneras, a las que se da una preparación adaptada de modo exclusivo a las particulares necesidades del apostolado africano, que es la más adecuada para el mismo. Emplear para Africa un Instituto femenino ya existente, supone pagar el mantenimiento de doce monjas para servirse sólo de dos o tres, porque las otras, por falta de la necesaria instrucción, quedan en una excedencia inútil la mayor parte de las veces.


[1417]
Gracias a la obra del Obispo, se me ha asociado el devoto y capaz ex misionero D. Alejandro Dalbosco, mi antiguo compañero.

Por el programa que le envío, V. Em.a conocerá la Obra que se ha erigido canónicamente en Verona para mantener los mencionados Institutos y los que se creen más adelante en otros lugares con la misma finalidad africana. Dados los terribles tiempos que corren, en los que es probable que se refrene el fervor y la buena disposición de los bienhechores particulares de Institutos ante el temor de que sus actos de beneficencia resulten vanos por culpa de los autores de inicuas confiscaciones y supresiones, he juzgado conveniente sacar provecho del espíritu de asociación, que priva en nuestra época, a fin de obtener medios de subsistencia para dichos Institutos; teniendo también con ello como punto de mira dar a conocer Africa, despertar interés por su conversión, y obtener del cuerpo místico de la Iglesia y de los países católicos buenas vocaciones para el apostolado africano. Confío en que lo que ya se ha puesto en marcha en Verona para Africa encuentre la aprobación de V. Em.a, que no vive sino para las Misiones.


[1418]
Lleno de confianza en su bondad, me atrevo a rogar a V. Em.a que incite al dignísimo Obispo de Verona a seguir otorgándome su benévola protección. Además de una gran preocupación por Africa, él tiene una rara prudencia, una firme constancia en el bien y un profundo conocimiento del espíritu que debe informar a un Instituto de hombres apostólicos. Osaría suplicar humildemente a V. Em.a que añadiese unas palabras de aliento para reforzar la buena disposición de mi Obispo, en la seguridad de que será maravillosamente correspondido. Es de buena raza. En efecto, ahora hace un mes, la tía de Mons. Canossa obró en Venecia un milagro de los más clamorosos, ella, que lo llevó en brazos y le inspiró los más sublimes sentimientos de piedad y religión.

Reiterándole mi ruego, y en la esperanza de tener pronto el honor de presentarle mis respetos personalmente, le beso la sagrada púrpura y me declaro con toda veneración



De V. Em.a Rma.

hum. obed. y resp. serv.

Daniel Comboni






206
P. Estanislao Carcereri
0
Verona
6.1867

N. 206 (194) - AL P. ESTANISLAO CARCERERI

APVC, n. 1458/21

Verona, junio de 1867

Querido P. Estanislao:


 

[1419]
Me han producido grandísimo consuelo sus sentimientos hacia el Venerado P. Provincial, y veo que se muestra usted digno de los altos destinos a los que le ha llamado la Providencia. Le aseguro que seré intérprete ante el Obispo de sus sentimientos con respecto al P. Artini. Siempre he tenido estima y veneración por ese digno personaje, y nunca he creído, como tampoco lo ha creído nunca el Obispo, que sea antipapista. Me parece imposible que haya habido, como usted dice, quien le haya juzgado tal. No, la inocencia debe ser conocida. Defectos tenemos todos; pero los méritos de ese hombre honorable cubren toda mancha. Tenga la certeza de que será el tema de muchas conversaciones mías con el Obispo, tanto aquí como en Roma.


[1420]
De una vez por todas le aseguro que cumpliré ad litteram cuanto he dicho de palabra; asegúreselo también al P. Zanoni, a cuya hermosa y cortés carta pensaba contestar Monseñor. Nuestros deseos y los suyos respecto a él han sido plenamente satisfechos: demos gracias al Señor. Ruegue, y ruegue mucho, al B. Pastor y al Sdo. Corazón de María: si Deus pro nobis, qui contra nos? Saludos a todos, a los que abrazo en el Smo. Crucificado. Charitas Christi urget nos: si isti et illi, cur non ego? Christus pro omnibus mortuus est iacta curam tuam in Domino, etc. Son los sentimientos que nos deben inspirar. Adiós.



Suyo afmo., Daniel






207
Borrador de decreto
1
Verona
6.1867
N. 207 (195) - BORRADOR DEL DECRETO DIOCESANO

«MAGNO SANE PERFUNDIMUR GAUDIO» DE CANOSSA

ACR, A, c. 25/14 n. 5



Verona, junio de 1867



Escrito por Comboni.

Sigue el «Programa y estatutos de la pía Obra del Buen Pastor»





208
P. Juan Bautista Carcereri
0
Roma
20. 7.1867

N. 208 (196) - AL P. JUAN BAUTISTA CARCERERI

APVC, n. 1458/31

Roma, 20 de julio de 1867

Querido amigo:


 

[1421]
Ya tengo los rescriptos de los cuatro, o sea, de su hermano Estanislao, Tezza, Zanoni y Franceschini. Cada rescripto está redactado en estos términos:

Ex Audientia SS.mi habita ab infro D. Secretario S. Congregationis Episcoporum et Regularium sub die 5 Juli 1867 = Sanctitas Sua, attenta Religiosorum dispersione, benigne annuit arbitrio Episcopi Veronen. pro facultate Oratorum in enunciato Seminario dumtaxat ad proximum quinquennium retinendi sub sua absoluta dependantia ac iurisdictione etiam in vim Voti obedientiae: Contrariis quibuscumque non obstantibus. Romae

A. Card. Quaglia Praef.s

L. Svegliati Sec.rius

(Sacra Congreg. Episcop. et Regularium)


[1422]
Le ruego comunique a los cuatro la gracia alcanzada. A su tiempo se obtendrá in perpetuum. Dejo a su discreción el concertar de modo prudencial la salida del Insto. de los Camilos para ingresar en el nuevo Seminario. He preparado la marcha a Africa para primeros del próximo septiembre. El Santo Padre, mediante rescripto de su puño y letra, ha concedido a la pía Obra del B. Pastor para la Regeneración de Africa seis indulgencias plenarias anuales in perpetuum. Ya ve con cuánta celeridad la Iglesia ha aprobado esta obra.

Saludos y abrazos cordiales para mis cuatro queridos hermanos, y mis respetos a D. Peretti. Dios sabe cuánto siento el disgusto que va a llevarse nuestro venerado P. Artini; pero el amor por el pueblo africano me hace superarlo todo.

Adiós, querido amigo, y rece por



Su afmo. Daniel Comboni



Salgo de Roma en la segunda mitad de la semana entrante, y paso por Abano para hablar con el Obispo.






209
De Lamemie de Brienne
0
Verona
22. 8.1867

N. 209 (197) - AL SR. DE LAMENIE DE BRIENNE

«Annales de l’Institut d’Afrique» 27 (1867)

Verona, Misión Apostólica de Africa Central

22 de agosto de 1867


 

[1423]
Su Exc. Mons. Canossa, Obispo de Verona, me acaba de entregar el programa del Instituto de Africa, que le envió el año pasado.

Con viva satisfacción me entero de la existencia y el noble objetivo de esta institución filantrópica. Leyendo su programa me he convencido aún más de la verdad que me ha enseñado la experiencia: allí donde hay un gran fin humanitario se encuentra siempre Francia. Además de disponer la Providencia que esa noble nación fuese la protectora de la Iglesia en el mundo entero, la ha destinado también a llevar la llama del catolicismo y de la civilización a las regiones aún inmersas en las tinieblas de la muerte, y a favorecer a los Misioneros apostólicos, humildes instrumentos de esta gran obra, a la vez religiosa y humanitaria.


[1424]
No me es posible expresar suficientemente mi alegría al ver que el objeto de ese Instituto es el de civilizar Africa, la parte del mundo más infeliz y desventurada. ¡Figúrese mi satisfacción, dado que llevo diecisiete años consagrado a Africa y no vivo y respiro más que por su bien! Desde 1857 he estado en diversas tribus de Africa Central en calidad de Misionero apostólico, principalmente en el Nilo Blanco, donde me he encontrado muchas veces al borde de la muerte. Allí, viendo la miseria y la infelicidad de esos pobres africanos, se puede comprender la nobleza de la gran meta que se ha impuesto el Instituto de Africa. Por lo cual, al hallarse mis pobres esfuerzos en la más íntima conexión con la finalidad de ese Instituto, del que es usted digno Secretario, me permito presentar mi Plan para la Regeneración de Africa, expuesto en este opúsculo que tengo el honor de enviarle.


[1425]
El Plan está basado en este principio: Regenerar a Africa por medio de la propia Africa.

Permítame enviarle también mi programa de la Obra del Buen Pastor para la Regeneración de Africa, que acaba de aprobar el Pontífice Pío IX.


[1426]
Con el apoyo de S. E. el Obispo de Verona, hemos podido abrir en Verona dos Institutos, uno masculino y otro femenino, destinados a preparar personal para las Misiones de Africa. Espero que la Providencia bendiga estas pequeñas casas.


[1427]
Mientras, durante el mes de octubre, emprenderé una expedición muy importante e interesante para Africa, con objeto de fundar en El Cairo dos casas para el centro de Africa, una para los hombres y otra para las mujeres, sobre la base de mi Plan y en consecuencia con él. Compondrán esta expedición siete Misioneros, cuatro Hermanas y catorce maestras negras. Estas últimas, procedentes todas ellas del Nilo Blanco y de las tribus cercanas, llevan diez años en Europa, han sido instruidas en todas las labores femeninas y tienen la formación de las maestras de escuela de Francia. Están destinadas a enseñar en Egipto a las negritas y a pasar luego a su país natal a fin de comunicar a aquellas tribus las ventajas y beneficios de la civilización, que ellas han recibido de la cultura europea.


[1428]
Mi Plan es preparar en Europa misioneros capaces, buenas mujeres misioneras y artesanos de valía que se establezcan en las regiones limítrofes de Africa donde el clima es soportable para los europeos y para los indígenas. Formaremos misioneros, buenas mujeres de familia y hábiles artesanos negros destinados a trasladarse, concluida su instrucción, a sus tierras de origen para establecer allí la civilización según el sistema trazado en mi Plan.


[1429]
Tal es el lazo que me une con todo el afecto al Instituto de Africa. A medida que mis pequeñas casas de Africa hagan progresos, nos esforzaremos en ser útiles a su Instituto, pues tengo la esperanza de que nos podamos ayudar recíprocamente en la lucha común por la regeneración de Africa.

Por eso le rogaría que me hiciera llegar los Anales del Instituto de Africa, ahora a Verona y, después del mes de octubre, a El Cairo.



Daniel Comboni






210
Mons. Luis de Canossa
0
Verona
15. 9.1867

N. 210 (198) - A MONS. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/40

Verona, 15 de septiembre de 1867

Excelencia Rma.:


 

[1430]
Le mando el esquema de la carta para Vimercati. Espero que aprobará que se pida al Conde un donativo de mil escudos, después de haberle dado a entender que Ud. se conforma con un préstamo. Es lo menos que ha dado a los otros Institutos y al Seminario de Milán.


[1431]
Confíe en la Providencia, Monseñor; y esté seguro de que, al abrigo de su autoridad, encontraremos todo el dinero que sea necesario. Tenemos una Asociación aprobada por Pío IX; tenemos lengua para hablar, pluma para escribir, ánimo para recibir rechazos: todo lo que está contenido en el famoso petite para obtener con toda seguridad el accipietis.

Es una gracia especial de Dios que Mons. el Vicegerente se haya retirado: él no habría dado nada, sino a lo sumo dinero adelantado, para luego reembolsárselo de las rentas de la Asociación. Este favor nos habría costado caro. Nada menos que el ser esclavos de sus ideas, no siempre conformes al perspicaz y recto juicio de V. E. Rma.


[1432]
Además habría redundado en perjuicio de Africa, porque Mons. el Vicegerente es absolutamente contrario a que más adelante se llame a otras Instituciones a fin de multiplicar los brazos para desarrollar la Obra de Africa. Tiene por artículo de fe que el Instituto inspirado en Teresa es el único en el mundo destinado a salvar todas las almas, y a surgir gigante sobre las ruinas del resto de las Instituciones, las cuales, dice, deberán caer en su totalidad. No; Dios es el autor de todas las Instituciones aprobadas por la Iglesia, y todas, según su propio espíritu, contribuyen a fundar, mantener y realizar en la tierra el Reino de Dios.


[1433]
El único obstáculo que Mons. el Vicegerente nos puede poner es sólo la denominación de la Obra del B. Pastor, que yo había llamado de los Sdos. Corazones de J. y de M., y que Monseñor me hizo cambiar por la del B. Pastor. En caso de que realmente nos pusiera esa pega, podríamos obtener del Santo Padre que nuestra obra se llamase:

«Pía Obra de los Príncipes de los Apóstoles Pedro y Pablo, etc.» Sería un homenaje a los Príncipes de los Apóstoles en el solemne acontecimiento del XVIII Centenario de su glorioso martirio.; sería la Obra por excelencia de la gran época del más espléndido triunfo de Pedro y Pablo; sería como el sello de las gracias obtenidas para la Iglesia y para Africa en este año de gloria y de triunfo por el sublime poder de los Príncipes de los Apóstoles, que con todo título serían los Protectores especiales de la gran Obra del Apostolado de Africa.

Someto estas reflexiones a su sabiduría, y entretanto le beso la sagrada vestidura y me declaro de todo corazón



Su indignmo. hijo

Daniel Comboni