Comboni, en este día

En la homilía de ingreso a Jartum (1873) como Provicario, Comboni afirma:
El primer amor de mi juventud fue para la infeliz Nigricia, y, dejando todo lo que me era más querido en el mundo, vine, ahora hace dieciséis años, a estas tierras para ofrecer mi trabajo como alivio de sus seculares desdichas. Y hoy, finalmente, recupero mi corazón volviendo junto a vosotros.

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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
981
Card. Giovanni Simeoni
0
Rome
25.11.1880

N. 981; (939) – TO CARDINAL GIOVANNI SIMEONI

AP SC Afr. C., v 8, f. 1112

J.M.J.

Rome, 25 Nov. 1880

Most Eminent and Reverend Prince,

[6153]

Habiendo yo transmitido, para organizar mis establecimientos de aclimatación y de prueba de El Cairo, las sabias y providentes disposiciones que me dio verbalmente V. Em.a Rma., suplico de su gran bondad que tenga a bien regularizar la penosa y lamentable situación de mis mencionados establecimientos con respecto al Ordinario del lugar, o sea, el Vicario Apostólico de Egipto.


[6154]

Por eso imploro a V. Em.a Rma. que conceda a esos Institutos los favores y el status que la S. C. ha otorgado al establecimiento de los Misioneros de Argel, que el ilustre Mons. Lavigerie ha fundado en el Vicariato de Túnez. Todas las Instituciones establecidas en Egipto, como los Paúles y los misioneros de las Misiones Africanas de Lyón, tienen una situación regular. La conducta de mis Institutos de El Cairo ha sido siempre irreprochable en todo el rigor de la palabra; por eso merecen tener el mismo status que los otros.

En la esperanza de que este ruego tantas veces dirigido a la S. Congregación halle favorable respuesta, le beso la sagrada púrpura, etc.


De V. Em.a Rma. hum., dev., obed. hijo

† Daniel Obispo y Vic. Aplico.


982
His Father
0
Naples
27.11.1880

N. 982; (940) – TO HIS FATHER

ACR, A, c. 14/123

Naples, 27/11/80

Short note.

983
Card. Giovanni Simeoni
0
Cairo
05.12.1880

N. 983; (941) – TO CARDINAL SIMEONI

AP SC Afr. C., v 8, ff. 1117–1119

Cairo, 5 December 1880

Most Eminent and Reverend Prince,

[6155]

Con la gracia de Dios, después de haber sufrido una terrible borrasca entre Candía y Alejandría, llegué a El Cairo con un retraso de 27 horas.

En Alejandría hablé con Mons. Ciurcia sobre mis asuntos relacionados con él. Le parece muy bien que la S. Congr. conceda a mis dos establecimientos de El Cairo los privilegios y la situación que se han otorgado al establecimiento de los Misioneros de Argel fundado por Mons. Lavigerie en el Vicariato de Túnez, e incluso me aseguró haber escrito al respecto a V. Em.a hace unos meses.


[6156]

Así que encomiendo a su eximia caridad este asunto.

Ruego todavía de su bondad in visceribus Christi que atienda prontamente mi súplica de concederme la ayuda solicitada con la petición especial que le hice en Roma para subvenir a la grave pérdida que me ha acarreado la quiebra de Brown. Vuestra Eminencia se alegrará de habérmela concedido, por los copiosos frutos que producirá en mi importante y laborioso Vicariato.


[6157]

Con igual fervor le imploro la otra gracia que le pedí en Roma: la de escribir a Mons. Ciurcia diciéndole que V. Em.a estaría contentísimo de que el sacerdote polaco D. Vicente Jermolinsky, que desde 1870 a 1875 perteneció a mi Instituto, y que tanto trabajó en Africa Central (y al cual yo perdí por intrigas de mis adversarios), vuelva bajo mi jurisdicción. Este sacerdote, que ahora está destinado aquí en El Cairo, con los coptos, sería feliz si recibiese las obedenciales de Mons. Ciurcia o de Propaganda para volver conmigo a Africa Central. Pero sin esta manifestación de la voluntad de Dios, él sigue donde está, porque es un hombre verdaderamente bueno y lleno de abnegación. En Sudán tenemos más de dos mil coptos que convertir, y es una anomalía que este latino polaco siga el rito copto.


[6158]

Por caridad, Emmo. Príncipe, tenga compasión de mi Vicariato, que es el más difícil: hay muy pocos sacerdotes auténticos muertos para el mundo y para sí mismos, como Jermolinsky. Ahí en Roma está el P. Felinski, que lo conoce bien, y sabe mis asuntos y lo que he hecho por este santo curita, el cual realizó conmigo sus pruebas y su duro aprendizaje, conoce las dificultades y la importancia de mi misión y sería dichoso de morir en Africa Central. Hombre de extraordinaria abnegación, por su caridad se hace querer de los africanos, y sería capaz de convertirme una tribu de negros. Se lo suplico, escriba a Mons. Ciurcia y ordénele que mande a D. Vicente Jermolinsky venir a Jartum o reunirse allí conmigo, o al menos dígale que ello sería muy del agrado de V. Em.a .


[6159]

Lo perdí en 1875 por una verdadera intriga, en la cual no tuvieron nada que ver los coptos, y mucho menos los Padres Franciscanos. Es más, debo a Mons. Ciurcia y al Padre franciscano Pedro de Taggia el haber conseguido en 1870 este valioso y pío colaborador, al que yo hice instruir profundamente en árabe y en la práctica de su santo ministerio.

Ha sido para mí una satisfacción conocer aquí al Rmo. D. Antonio Morgos, Visitador Aplico. para los coptos.

Le beso la sagrada púrpura, y soy



De V. Em.a Rma. hummo., indig., obedmo. hijo

† Daniel Comboni Obispo y Vicario Apostólico


984
His Father
0
Cairo
06.12.1880

N. 984; (942) – TO HIS FATHER

ACR, A, c. 14/124

Cairo, 6 Dec. 1880

My dearest Father,

[6160]

Espero que estés en Verona. En cuanto a nosotros, tuvimos un mar tan horrible que en comparación el que viste en Sestri, con aquellas olas, era de aceite. Encima del cansancio que ya llevaba por la rapidez y complicación del viaje desde Verona a Sestri, Milán, Roma, Nápoles, etc., me puse malo en el mar y devolví repetidamente. A treinta horas de Alejandría, el capitán se vio obligado a dirigir el vapor a favor del viento; o sea, casi a volver atrás hacia Túnez. Finalmente llegamos. Quiero recibir cartas tuyas. Ayer ordené sacerdote a un diácono, y el 8 ordeno a otro. Creo que estoy preparando una buena expedición. Espero que pasarás las Navidades en Verona. Nosotros aquí, trabajando por las almas más abandonadas del mundo. Dios nos asistirá. Tú reza, en la seguridad de que el Señor te ha de bendecir. Dentro de unos días bautizaré a dos negros adultos; a uno le pondré de nombre Luis.

Por favor, manda 30 francos a nuestro Eustaquio, a Milán, que luego yo te los haré llegar. Salúdame a Teresa, y ruega por


Tu afmo. hijo † Daniel Obispo


985
Fr. Giuseppe Sembianti
0
Cairo
06.12.1880

N. 985; (943) – TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI

ACR, A, c. 15/102

Cairo, 6 Dec. 1880

My dear Father,

[6161]

Espero que Propaganda me conceda alguna pequeña cantidad. En ese caso, como rogué a Mons. el Secretario, Masotti, que se la enviara a usted, tenga la bondad de mandar tres cuartas partes más o menos del dinero a Giulianelli, y el resto se lo queda usted.

Todavía me encuentro deshecho del viaje, tan mal lo pasé. Fue un asunto serio después de Candía, y nos vimos obligados a retroceder en parte y a detenernos durante once horas. Pero gracias a Dios salimos con bien. Horriblemente cansado, sobre todo después de tantos días de rápido trabajo en Roma y Nápoles, rendí al mar el ordinario tributo. Ayer he ordenado sacerdote a Dichtl, y diácono a D. José.


[6162]

Hacia el 20 partiremos de Suez. Dejo en El Cairo a todas las nuevas Hermanas de Verona y también a los tres laicos.

Por favor, mándeme al menos una docena más de fotos suyas. La última se la di al M. R. P. Superior de los Jesuitas de El Cairo, al que deseo poner en contacto con usted, según mis fines.

Bendigo a todos y a mi Padre, etc.


Suyo afmo. † Daniel Obpo.


986
Jean François des Garets
0
Cairo
06.12.1880

N. 986; (944) – TO COUNT JEAN FRANÇOIS DES GARETS

APFL, Afrique Centrale, 10

Cairo, 6 December 1880

Mr President,

[6163]

Estoy muy agradecido por las dos cartas del 25 y 27 de noviembre, que he recibido junto con una orden de pago por importe de 6.025 francos, los cuales me prometió hace seis meses un sacerdote de Amiens, con la obligación de celebrar 3.000 misas, de las que por cierto ya se han dicho un buen número. El ofrecimiento de esas 3.000 misas procede de una señora, cuyo nombre ignoro, que ha querido que mis misioneros y yo las celebrásemos.

El 20 del corriente saldré de Suez con una expedición de catorce personas. Voy a dejar en El Cairo como Superior de mis Institutos de aclimatación al Revdo. P. Francisco Giulianelli, Misionero Apostólico, a quien le ruego que envíe de ahora en adelante las ayudas y donativos destinados al Vicariato de Africa Central.


[6164]

Le suplico, señor Presidente, que tome mucho interés por esta difícil y laboriosa Misión, y me destine una cantidad mayor que la del año pasado, porque me encuentro en gran apuro en cuanto a medios materiales. Por el amor de Dios, envíeme pronto un abundante anticipo sobre la próxima distribución.

En Verona sufrí más de esas fuertes fiebres que me dan, y todavía noto las consecuencias de los terribles sufrimientos de 1878-1879, de manera que no duermo más de tres horas al día. Pero a pesar de ello me siento lleno de energía y obligado a reemprender mis trabajos en Africa Central, después de haber organizado mis Institutos de Verona.

No acepto un misionero que no esté dispuesto a morir desde el primer momento. Tengo inmensa confianza en la próxima canonización de un gran número de santos africanos, que contribuirán a la conversión de toda Africa.

Encomiendo a sus plegarias mi Misión y el que se firma



Su devotmo. servidor † Daniel Comboni

Obispo y Vicario Apostólico


Original francés.

Traducción del italiano


987
Fr. Giuseppe Sembianti
0
Cairo
10.12.1880

N. 987; (945) – TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI

ACR, A, c. 15/103

J.M.J.

Cairo, 10/12/80

My dear Rector,

[6165]

No puedo escribir, porque estoy ocupado día y noche. Esta mañana recibí sus dos gratas cartas; pero ¿cómo responderlas, cual era mi propósito, si estuve todo el día absorbido por gravísimos asuntos con el Rmo. Visitador Aplico. de los coptos, etc.? Además, para partir de Suez el día 20, es preciso que todos trabajemos como mulos; aparte de que debo preparar con mucho cuidado mis importantes asuntos con el Jedive, que mañana a las 11 a.m. me recibe en audiencia privada. Por tanto, así como yo me encomiendo a Dios, tenga usted plena confianza en el Corazón de Jesús, que le dirigirá bien lo mismo en el gobierno de Sestri que en el de Verona. Por cierto, limitarse a enseñar el catecismo no me parece suficiente para Sestri, consideratis conditionibus regionis illius; pero todo lo que pueda hacer será bien visto por Dios.


[6166]

Hace ocho días que vengo dando la murga a Sor Francisca para que interinamente haga de Superiora en El Cairo mientras mando una nueva de Sudán. Pero es imposible; no quiere aceptar, a pesar de mis múltiples intentos y súplicas. Sigue negándose erre que erre, porque dice: 1.°, que es muy joven; 2.°, que no vale para ello; 3.°, que podría despertar celos e inquietud en otras mayores y –según ella– más capaces; 4.°, que eso de mandar es algo que no le va en absoluto, y que será siempre feliz obedeciendo, incluso cuando sea vieja, etc. ¿Qué hacer, pues?: poner a Faustina a mandar a quien es más instruida que ella, etc., etc... Di también la lata a Faustina, tratando de que hiciera de Superiora provisional; pero rehusó diciendo que las piamontesas valen más que ella, y que por eso tenía miedo. Por otra parte, me escribió Sor Victoria diciéndome que, dadas las fiebres del Kordofán, yo debía mandar allí a Sor Eulalia con otra.


[6167]

Llevando al centro de Africa sólo tres Hermanas aclimatadas (porque había decidido dejar en El Cairo a Sor Amalia como Superiora y a la par ángel de las dos piamontesas), no llevo más que ayuda para lavar platos y cocinar (y Sor Amalia y éstas no saben ni una palabra de árabe). En suma, propuse especulativamente que vinieran conmigo seis Hermanas con Amalia y las dos piamontesas. Esto fue aprobado; pero yo no he tomado todavía una decisión al respecto, aunque Amalia parece creer que sí. De cualquier modo ruegue al Señor que me ilumine, porque hasta ahora no veo mejor solución que llevar a las piamontesas con Amalia (en total seis), incluso porque se me ha asegurado que verdaderamente no existe una escuela católica femenina en todo el Vicariato.


[6168]

Transmita mis saludos a mi padre, y dígale que dé recuerdos a la Superiora y a Virginia, en la que tengo puestas muchas esperanzas, sobre todo respecto al árabe.

Presente mis respetos a Su Eminencia. Don Losi está loco al decir que nunca se le ha mandado dinero: está loco. Don Giulianelli pagó en El Cairo, no hace mucho, una letra del Kordofán de 109 libras esterlinas. Pero yo iré a ver. Es una desgracia tener que tratar con santos locos y sin cabeza. Creo que lo han tenido apretado; pero yo llevo lo mejor de los suministros a Nuba, a D. Fraccaro. Estoy más que satisfecho de los dos alemanes que he ordenado sacerdotes. Los Jesuitas me han hecho de ellos los más grandes elogios. Los tres laicos de Verona se quedan en El Cairo: el toscano, Bautista, Domingo, etc.

[Saludos] a D. Luciano, etc.


Suyo afmo. † Daniel Obispo


988
Fr. Giuseppe Sembianti
0
Cairo
17.12.1880

N. 988; (946) – TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI

ACR, A, c. 15/104

J.M.J.

Cairo, 17 December 1880

My dear Rector,

[6169]

He recibido su estimada carta. Por lo que respecta a D. Tagliaferro, el trabajo es de paciencia: irle capeando (diga y escriba él lo que quiera) hasta conseguir que vaya a Verona a hablar con nuestro Emmo. Padre, el cual es maestro en llegar al corazón, y también a la inteligencia, y sabrá convencer al testarudo de D. Angel (a lo que está dispuesto a cooperar el Card. Podestà), diciéndole más o menos esto: «Mons. Comboni tiene absoluta confianza en usted (D. Angel); pero nosotros estamos convencidos de que en cualquier momento uno de sus hermanos, o sea, el seglar, puede forzar a las Hermanas y a los misioneros a desalojar la casa. Monseñor Comboni se puso a trabajar contando con sus promesas de donación del inmueble.


[6170]

»Pero todos los abogados son unánimes en considerar inconsistente la donación si no la hace legalmente; y esa falta de base legal impide que Mons. Comboni pueda desenvolverse libremente para desarrollar la obra en Sestri, porque de la noche a la mañana puede verse en la calle, etc., etc.» Por otro lado supongamos que D. Tagliaferro procede a hacer la donación real: nos encontraríamos en el aprieto de tener que realizar seriamente una obra de relieve. Por tanto, es preciso dar largas.


[6171]

Yo lo entretendré con cartas. Pero usted no se desanime, y prepare una buena maestra diplomada. Sin graves dificultades no se hacen nunca las obras de Dios; porque, aunque todo vaya bien, siempre andará cerca el demonio, el cual no ha perdido el talento que tenía cuando era ángel. Conque ánimo, y adelante. Es de gran interés para la obra poseer dos casas en Sestri, incluso para asegurar la salud de la Superiora, etc., etc. Para Africa Central se necesita Sestri, y los cuernos del diablo y de D. Tagliaferro (a quien sin duda reduciremos a hacernos el bien) no son tan fuertes como los... y la cabeza de Cristo. Si me hubiese asustado del diablo (que se sirve de los buenos y de los tristes), ¿cómo habría podido yo fundar y llevar adelante la misión africana, que sólo bajo mi gobierno se hizo posible para la Santa Sede? En Verona dirán lo que quieran, pero el Papa y los más poderosos y buenos misioneros de Oriente están convencidos de que se ha debido a la firmeza inquebrantable del pelagatos empecatado de Comboni; y ahora empiezo a verlo un poco también yo, porque ayudado por las fervientes oraciones del mundo entero, y por el heroísmo de mis más perseguidos colaboradores he conseguido (servus inutilis sum) mantener en pie la ardua misión.


[6172]

Ahora veo claro como la luz del día que es Jesucristo quien nos va guiando, y que la mano poderosa del espíritu del santo Fundador Bertoni ha acudido en el momento más oportuno a apuntalar mi obra, tan caritativamente sostenida por nuestro querido Card. de Canossa (sin el cual apenas habría pasado yo de coadjutor). Por tanto, querido Padre, ánimo y adelante. Y no se desanime: sostenidos por el Corazón de Jesús (al que dedicaré la iglesia que ahora quiero construir en El Cairo, entre el Insto. masculino y el femenino, y de la que el día de Navidad pondré la primera piedra, estando ya todo excavado), por Nuestra Señora del Sagrado Corazón, por nuestro querido ecónomo Pepe, por la mente y los consejos de nuestro venerado Sup. General el P. Pedro, y por la protección de nuestro Emmo. Obispo, triunfaremos en todo. Yo no temo ni al universo entero. Se trata de los intereses de Jesús y de la Iglesia, y conseguiremos llegar a ser unas no despreciables piedras en los cimientos del gran edificio de la Iglesia Africana, que es la obra más ardua, pero también la más gloriosa y humanitaria hic et nunc de la Iglesia católica. Confíe plenamente en ese Dios que nos ha puesto en el estado en que estamos; llevemos la Cruz, que es el instrumento que rompe los cuernos al diablo y al mundo desquiciado, y adelante.


[6173]

Espero al Rmo. Superior de los Jesuitas en Siria, el P. Normand, también encargado de los Jesuitas de Egipto, con el que tengo que hablar. He rogado al Superior de los Jesuitas de El Cairo, y así como al P. Villeneuve, de la misma Orden, que sean como protectores y supervisores de nuestras casas de El Cairo. Les he dado su nombre y dirección. En su momento, establecerán comunicación entre ustedes. Mientras, para tener con nosotros a los Jesuitas (de los cuales no nos puede venir más que bien y ventajas) rogaré a Mons. el Arzpo. y Delegado Aplico. de Egipto, el cual es Jesuita, a ver si puede venir a dar el retiro mensual en nuestros Instos., e incluso el anual. Por otro lado he dado al P. Villeneuve todas las facultades para confesar a los internos de mis Institutos y a mis subordinados, sin decir nada de esto a Mons. Ciurcia; le pediré que se lo diga él in quantum potest.


[6174]

He ordenado a D. Giulianelli y a Faustina (Superiora provisional hasta que venga una fija, cargo que puede desempeñar porque tiene las dos Hermanas de Sestri y un ángel de postulante que vino recomendada por las Ursulinas de Viena., y todas ellas de seguro la obedecen) que se pongan en contacto con usted y con nuestra Superiora de Verona, para la buena marcha de estos dos Institutos; puesto que si bien deben tenerme a mí al corriente, en Sudán, sobre la evolución de los mismos, quiero que dependan de usted y de la Superiora in omnibus. Usted hará todo lo que pueda (especialmente para que se funcione aquí como es debido), y Dios no le pide más, mientras que toda la responsabilidad de sus actos relacionados con los Institutos de El Cairo la asumo yo. De todas formas, para los asuntos que vayan surgiendo podrá consultar al P. Villeneuve. Igualmente......... es mi absoluto deseo que estén redactadas las Reglas tanto del Insto. masculino como del femenino (y serio deseo también, probablemente, de Roma).


[6175]

Así que ánimo, y a la obra. Una vez preparadas las Reglas, envíemelas mediante el P. Villeneuve (que debe hacerlas examinar por expertos Jesuitas), el cual me las mandará luego a Sudán. Pero cuando las tenga usted compuestas, antes de enviarlas a Egipto, sométalas al maduro juicio del Rmo. P. Pedro Vignola. Interesa que dentro de un año, o antes, podamos imprimir las Reglas (sólo para uso de los misioneros y Hermanas), y dar un ejemplar de ellas a cada uno, a fin de que las mediten durante la prueba, para luego jurarlas y obligarse por ellas a ser miembros de la misión. Conviene que se ponga a trabajar en esto pronto, enseguida. Más tarde tendrá menos tiempo, porque Dios va a mandarnos muchos candidatos de ambos sexos: seguro.


[6176]

Dichtl es un elemento muy bueno, lo mismo que D. José: ambos están dispuestos a morir por los negros. Giulianelli es un administrador extraordinario; pero como Superior, aunque ha mejorado un tanto, vale poco. Como administrador (fue segundo oficial del Papa en las Finanzas) es una joya; y deseo que también usted, en cuanto a la manera de llevar la contabilidad y al resumen que ha de enviarme, siga el sistema de Giulianelli, que me parece muy perfecto y sencillo. Por eso le he encargado que le mande un modelo, lo cual hará después de mi partida.


[6177]

Las Hermanas de El Cairo, y especialmente Sor Amalia, no saben una palabra de árabe, y se quedaron estupefactas al ver que Casella y Benamati entienden todo. Dígase lo mismo de las Hermanas de Africa Central, que no tienen allí escuela, con mucho disgusto de los comerciantes del país. No obstante, los indígenas tienen a nuestras Hermanas en gran estima.


[6178]

El pasado sábado, el Jedive de Egipto me dispensó un espléndido recibimiento, y se me mostró favorable en todo. Me aseguró:

1.° Que escribirá al Hokomdar, o Gobernador General de Sudán, una carta de recomendación especial para mí y la misión. El Sudán egipcio, con Egipto, según una Geografía recién editada, y con la que enseñan los Hermanos de las Escuelas Cristianas, es cinco veces más extenso que toda Francia, porque Francia abarca (según dicha obra: Cours spécial de Geographie pour l’enseignement primaire Supérieur des Ecoles de France) cerca de 500.000 kilómetros cuadrados, y Egipto y sus posesiones 2.500.000 km2. Vea, pues, la importancia de tal carta de recomendación.

2.° Me dijo ordenará por telégrafo al Gobernador General que envíe un vapor desde Jartum a Berber para recogerme.


[6179]

3.° Ordenó a los Bajaes Riaz y Blum, del Ministerio de Finanzas de Egipto (el segundo vino a hacerme una visita) que el I. R. Cónsul Austrohúngaro pueda depositar mi dinero en el Tesoro egicio, y que me sea pagado en Jartum por la Mudiría. Esto era necesario para evitar los disgustos y problemas que me han hecho sufrir con las letras de cambio esos barrabases de negociantes de Sudán. Además me dijo que le escriba cuanto desee, pues está convencido de que soy promotor de la civilización africana. Agradeció mucho mi Cuadro Histórico de los Descubrimientos Africanos. Luego, todos los Bajaes, Ministros del Interior, de la Guerra, etcétera, me han recibido con entusiasmo.

Nosotros partiremos el 30 de corriente desde Suez. Somos dieciséis. D. Pimazzoni (que es un ángel, y que me dijo no sentirse en condiciones de estudiar en Beirut) vendrá conmigo. En Berber le haré recibir la sotana y la tonsura; para los estudios lo pondré en manos de D. Losi y D. Luis, y en pocos años, espero tener un sacerdote de primer orden.


[6180]

Todavía estoy indeciso en cuanto a D. Rosignoli. No hay deficiencias graves; D. Giulianelli, aleccionado por D. Pennacchi, quizá lo trató con demasiado rigor. El insiste en venir a Sudán y promete... pero ya veremos. El P. Jesuita Villeneuve dice que el mayor defecto de mi Insto. de El Cairo es la falta de caridad de los individuos, y yo le añadí la falta de humildad. Asegura que el eje de la perfección cristiana es diligite alterutum: ésta lleva el amor de las obras, etc. No tiene en mucha estima a Giulianelli ni a D. Rolleri, porque dice que son píos, pero egoístas. Me aconsejó mantener alta mi autoridad, como base esencial de todo. Por eso le rogué que me escribiese algunas recomendaciones acerca de cómo debo actuar para comportarme adecuadamente de cara a mis subordinados, y lo hará. Dios es muy bueno.


[6181]

Para hablar con franqueza y decir la pura verdad, he aquí mi juicio sobre estos Jesuitas. El P. Villeneuve es un hombre muy docto y con mucha vida interior, aunque un poco extravagante. Pero nosotros sabremos aprovechar lo mucho bueno que tiene y su amor y celo por nuestra Obra. El Superior de El Cairo es más prudente y más sólido, pero muestra mayor timidez en el obrar que el P. Villenueve: por eso conviene que las Reglas, una vez sometidas a éste, sean revisadas también por aquél. Luego hay un padre Jesuita alemán, que es una perla.


[6182]

Apenas reciba usted dinero de la Eterna Roma (este pobre Visitador Apostólico para los Coptos al que Propaganda le prometió una cantidad decidida en congregación del 15 de octubre, todavía no la ha recibido), o sea, de Mons. el Secretario de Propaganda, mándela enseguida a Giulianelli según las instrucciones que le di en mi última carta. Tendría muchas otras cosas que decirle, pero debo salir de casa, y el correo parte. En cuanto a los medios pecuniarios en Verona, no tenga ningún cuidado: Pepe acudirá a ayudarle en caso de necesidad. Muchos saludos al Emmo. Card., al P. Vignola, a los Estigmatinos y a los Institutos, a todos los cuales deseo de corazón felices fiestas y próspero año nuevo. Y rece y haga rezar siempre por este ínfimo servorum

Suyo afmo. en el Señor



† Daniel Comboni

Obispo y Vic. Aplico.


Tengo una pequeña cuenta que pagar en Roma al sastre Giomini (que trabajó también para el Cardenal), el cual le mandará un billete mío.


989
His Father
0
Cairo
17.12.1880

N. 989; (947) – TO HIS FATHER

ACRM AM c, 14/25

Cairo, 17 Dec. 1880

My dear Father,

[6183]

Aunque trabajo mucho (y trabajo por Dios), puedo decir que he dado descanso a mis huesos y ya he recuperado mis fuerzas. El viaje de Verona a El Cairo me supuso una gran fatiga de mente y cuerpo; ahora estoy bien descansado.


[6184]

El soberano de Egipto me recibió espléndidamente. Me concedió muchos favores, que disminuyen los gastos de viaje, y su alta protección para la Obra en todas las posesiones Egipcias en Africa Central, las cuales son tan vastas como cinco veces Francia. En Navidad bautizaré solemnemente dos negros adultos, varón y hembra, y bendeciré la primera piedra de la iglesia que voy a construir en El Cairo, en la explanada situada entre nuestros Institutos masculino y femenino. San José se ocupará de pagarla. Entretanto, la explanada está llena de materiales traídos para la nueva construcción. Ruega por esta obra. El día 30 saldremos de Suez dieciséis personas: un obispo, cuatro sacerdotes, seis Hermanas, y el resto catequistas.


[6185]

Escríbeme una larga carta, y visita y anima a Virginia, que es para mi Obra una gran ayuda. Las Hermanas de El Cairo no saben palabra de árabe: se quedaron asombradas al ver que las dos nuevas que he traído de Malcesine entienden todo en esa lengua. Reza para que [Virginia] se haga santa y esté contenta. Salúdame a Teresa, a los parientes, y procura estar lo más que puedas en Verona con nuestro digno Rector. El banquero Brown me ha escrito pidiéndome perdón por su imprudencia al irse de Roma sin avisarme, y sin pagarme, y me ha dicho que me puede abonar hasta quinientos francos, no más, porque su imprudencia y falta de juicio lo han arruinado. Pace pagati.

Te bendigo, y reza.



Tu afmo. hijo

† Daniel Obispo y Vic. Ap.


990
Cav. Pelagallo
0
Cairo
20.12.1880

N. 990; (948) – TO CAVALIERE PELAGALLO

ACR, A, c. 15/90

J.M.J.

Cairo (Egypt), 20 Dec. 1880

My dear Cavaliere,

[6186]

Siento mucho no haber podido pasar al menos una hora con usted en Roma, por lo mucho que me urgía partir para aprovechar el viaje del barco de las Messageries francesas, que zarpaba de Nápoles el 27 de nov. a medio día, siendo mi primer deber ir lo antes posible a mi Vicariato. De hecho, llegado yo a Nápoles por la mañana, apenas tuve tiempo de despachar mis asuntos con el Consulado francés y con la Compañía de navegación para embarcar mi expedición hacia Egipto.


[6187]

Por lo demás, como todo lo relacionado con el asunto Brown lo he dejado en manos de usted, que tuvo la extrema bondad de aceptar el fastidioso encargo (lo que le agradezco infinitamente), me encuentro tranquilo al respecto. Pero ya no más banqueros en el mundo, aunque fuesen santos del cielo. El único banquero en el que me ha quedado plena confianza es mi querido ecónomo San José, al que he encargado que me consiga una buena ayuda de Propaganda; es más, tengo atosigado a este santo y buen ecónomo San José para que Propaganda me socorra, ¡qué remedio!


[6188]

Y ya he advertido a Pepe que, como no me atienda, me dirijo a su Señora; la cual, después de haberle hecho una buena novena (se la encargué a mis Hermanas) por la Inmaculada y un triduo por la Expectación del Parto (18 del cte.), estoy seguro que me escuchará. Además, mi ecónomo Pepe debe tener un poquito de amor propio, y no permitir que se recurra a las mujeres por asuntos financieros que corresponden a los hombres. Entretanto, usted recomiéndeme a nuestro querido amigo D. Zitelli para que me ayude con este objeto en Propaganda.


[6189]

He buscado en mis maletas, y he encontrado sólo los papeles que le adjunto. Pero de los libros de contabilidad de Brown, conservados por el Cab. Luigioni (a quien ruego que presente usted mi distinguidos respetos), resultará un saldo a mi favor poco distante de las 20.000 liras.

Brown, después de su huida tras engañar a tantos eclesiásticos, me ha escrito desde Malta explicándome que se va (sin decir dónde), ¡¡¡ y que cometió un acto de lost of judgment (falta de juicio)!!!

Reciba usted mis más atentos saludos, y rece por


Su afmo. † D. Comboni Obpo.