N. 961; (918) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI
ACR, A, c. 15/16
Verona, 31 August 1880
Telegram.
N. 962 (919) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI
ACR, A, c. 15/14
J.M.J.
Vienna, (Austria), August ? 1880
My dear Fr Francesco,
Me ha dolido sobremanera enterarme de que no se quiere aceptar un horario que podría ser oportuno para todos los buenos cristianos.
Habida cuenta de que ahora hace mucho calor en El Cairo, y de que ya se tiene la lección espiritual también con las novenas, el oficio, etc., así como por la noche, dispenso a todos de la lección espiritual de las 2 p.m. Además le autorizo a usted a dispensar a los que están obligados a rezar el el Oficio divino, o sea a los constitutos in maioribus, de otras cosas que usted juzgue más prescindibles, a fin de que puedan atender debidamente al rezo del mismo. Por otra parte, le recomiendo que dirija bien a los seglares artesanos; y si los clérigos no quieren tener en común con los artesanos el recreo, haga que los constitutos in maioribus admitan al excelente Pimazzoni y a los catequistas. Dura cosa es para mí, pero... Fiat. De palabra nos entenderemos.
Habrá recibido los 5.000 francos que hice mandarle mediante Brown.
Escriba por mí a D. Luis, porque no tengo tiempo. Ahora salgo para Verona. En cuanto a la Providencia de Dios, esperemos: yo ya he trabajado. Deseo que en El Cairo se haga de modo que haya un muro de división, y otro entre las dos casas, y que la entrada de las Hermanas se haga por la parte de delante. Trate el asunto con Bonovia (creo que ha construido mal, por lo que me escribe) y a mi llegada téngame preparado un pequeño proyecto, para que las Hermanas tengan una entrada distinta de la de los varones. Bendigo a todos y a todas.
† Daniel Obpo.
Dé, además, tiempo a D. Rosignoli para que instruya lo más que pueda a Pimazzoni.
N. 963; (920) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI
ACR, A, c. 15/17
J.M.J.
Verona, 4 September 1880
Dear Fr Francesco,
Habrá recibido mi telegrama mediante el cual consentía en la marcha de Gabriel con todo el azúcar y todo el vino que usted ha preparado. Yo no pienso cargar con cosas cuando salga de El Cairo: sólo las provisiones de viaje, porque en un mes quiero ir desde allí a Jartum. Habría sido conveniente que con Gabriel hubieran ido otros, porque en Suakin está Calixto; y yo me habría alegrado de que hubieran partido todos aquellos dispuestos a hacerlo, al menos uno. Pero no importa, si ya no es posible obrar de otra manera.
Creo que no es necesario enviar dinero, puesto que ya el Sr. Holz le hace el favor: yo le devolveré todo a mi llegada en este mes. No obstante, quizá le mande algo de dinero con el próximo correo.
Me parece que hay allí descontento. Procure, pues, tratar a todos con buenos modos y gentilezas: si no se pueden obtener diez grados de perfección, obtengamos los que podamos, aunque sea uno sólo. Más tarde, cuando vaya yo, trataré de arreglar las cosas de acuerdo con la voluntad divina. Usted, entretanto, muestre moderación, y en caso necesario, perdone... ¿Qué hacer, si no?
Salúdeme a Amalia, que espero esté curada de la fiebre. Bendigo a todos y a todas.
Suyo afmo. † Daniel Obpo.
N. 964; (921) – TO CARDINAL GIOVANNI SIMEONI
AP SC Afr. C., v. 8, ff. 1088–1090
Genoa, 13/10/80 [from the context it proves to be 13/9/80]
Most Eminent and Reverend Prince,
En la fiesta de la Natividad, el 8 del corriente, el Rmo. Sr. Planque fue de Lyón a Turín, donde yo lo esperaba en mi alojamiento en los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y le expuse cuanto he escrito a V. Em.a sobre la nueva Misión de Dóngola, etc., de la que se haría cargo su Seminario. No parecía entusiasmarle mucho la idea de asumir enseguida la Misión; pero le dije que era voluntad de V. Em.a que se hiciera cargo de ella, y que yo deseaba ardientemente que estableciese sus misioneros cerca de mí y de los míos, pues esperaba mucho de su Seminario, provisto de más de cincuenta candidatos. Me dijo que sus misioneros no habían salido todavía del Cabo Central.
De todos modos pareció muy satisfecho de mis proposiciones. Me explicó que a su vuelta a Lyón sometería el proyecto a su Consejo, y que me informaría enseguida del resultado en Sestri Levante, adonde iré con mi venerado Rector y con mi Superiora de Verona para decidir sobre la nueva casa filial de Verona, que si Dios quiere se abrirá para las Misiones de Africa Central.
Me han llegado noticias bastante satisfactorias sobre la marcha de mi Vicariato, y tales las recibí siempre antes de hoy, lo mismo por parte de mis misioneros y de mis Hermanas que incluso por parte del gran Bajá Rauf, Gobernador General del Sudán Egipcio, o sea de un territorio cinco veces mayor que Italia. El triste funcionamiento de mi Vicariato está sólo en la imaginación de Rolleri, que ve todo oscuro a la distancia de 4.000 millas sin haber ido nunca más allá de las Pirámides de El Cairo, o de aquellos a los que directa o indirectamente él ha informado sombríamente al respecto.
Pero la verdad saldrá a flote; y por esto estoy impaciente por reintegrarme cuanto antes a mi puesto, pese a que me encuentro muy cansado y fatigado.
Para el próximo domingo espero hallarme en Roma, si ha mejorado mi estado físico, porque el 6 de octubre pienso salir de Suez hacia Suakin, para atravesar luego el desierto e ir desde Berber hasta Jartum.
Inclinándome a besar la sagrada púrpura, me suscribo con la veneración más profunda
De V. Em.a Rma. hummo., devotmo., afmo. hijo
† Daniel Comboni
Obpo y Vic. Ap.
N. 965; (922) – TO CARDINAL LUIGI DI CANOSSA
ACR, A, c. 14/103
Sestri Levante, 23 September 1880
Most Reverend Eminence,
Muchos respetuosos saludos del venerado P. Vasco: es un auténtico amigo de la misión y un verdadero servidor de Vuestra Eminencia.
En Verona, V. Em.a Rma. me había dicho, me parece, que hiciera pagar al Abogado Morani 1.000 liras; de modo que le mandé un efecto pagadero por mi banquero de Roma, equivalente a ese importe. Y ahora, de la estimadísima carta que V. Em.a me ha escrito por medio de Sembianti, resulta que me da orden de abonar sólo 500 liras. Pero no importa. La causa de la Venerable Marquesa va tan bien, tan estupendamente, que pronto se necesitarán las otras 500; y entonces, sin más, las Madres Canossianas, cuando las tengan y sean requeridas desde Roma por el Abogado Morani, se las pasarán al P. Sembianti. Mientras, ni V. Em.a ni las buenas Madres abriguen por esto la menor preocupación.
Hemos arreglado todo lo relativo al convento de Sestri entre el propietario, Sembianti, la Superiora y yo. De examinar los papeles se encargarán Brasca y T. Ravignani. Esos documentos han sido hechos en regla, incluso con la firma del hermano sacerdote del propietario, D. Angel Tagliaferro, que, espero, acabará por dejar, con el convento donado, todo lo demás. En cualquier caso, contando realistamente sólo con lo ya logrado, un establecimiento nuestro en Sestri como filial de los Instos. de Verona es asunto de gran importancia y un bien auténtico para la misión; y el Obispo diocesano, que se encuentra aquí, está muy satisfecho de ello. Por cierto, Mons. Rosati me ha dicho hoy que escuchó en el Concilio Vaticano su hermoso discurso sobre el Pequeño Catecismo.
Esta noche salgo hacia Roma, adonde llegaré mañana a las 12.45 del mediodía. Cuando lo desee, dirija las cartas al banquero Brown, en
Via Condotti
Roma.
No sabría dar bastante las gracias a Dios y a V. Em.a por la gracia obtenida de contar en la Obra con el P. Sembianti. Este sí que trabaja con verdadero empeño y concienzudo ardor. Habiendo conocido que la voluntad de Dios, manifestada por medio de sus Superiores, es que ocupe el puesto de Rector, se ha entregado a desempeñarlo de un modo tan total que ya no ve más que los intereses de la Obra: tenemos, pues, un genuino africano. Es la gracia, la obediencia. En suma, gran suerte ha sido la mía encontrando tanta caridad en V. Em.a y en el P. Pedro. Pero esos méritos suyos han quedado escritos en el libro de Dios.
Postrándome al beso de la sagrada púrpura, me declaro con el respeto más profundo
De V. Em.a Rma. hummo., obedmo. hijo
† Daniel Obispo y Vic. Aplico.
En este punto recibo noticia de que Mons. Massaia está en Roma.
N. 966; (923) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI
ACR, A, c. 15/18
Rome, 25/9/80
My dear Fr Francesco
Llegué aquí sólo ayer por la tarde, y he recibido sus cartas núms. 3, 5 y 15. Me satisface que con Gabriel haya partido también Pablo. Pero dígame si éste se ha mostrado verdaderamente bueno, y si confía en que dará resultado en Jartum. Espero que haya recibido usted la cantidad que le remití hace dos semanas. Es un gran problema para mí no tener secretario, porque no puedo responder a todo, incomodidad que se añade a las grandes preocupaciones y responsabilidades que ya tengo. Encima están los graves disgustos que me han venido de aquellos a los que más había beneficiado, especialmente de Grieff, que es un verdadero canalla. Aviesamente logró introducirse en mi obra para ser ordenado sacerdote, cuando antes había sido expulsado de dos establecimientos. Ordenado y enviado a El Cairo, me suplicó que le dejase volver. Y mi Rector de Verona encontró que no tenía ningún espíritu.
Hágase la voluntad de Dios. Cristo fabricó la cruz y no la carroza para ir al cielo.
Yo no puedo estar en Suez el día 6; pero dentro de una semana vuelvo a Verona para marchar enseguida a El Cairo. Todavía no he visto a su madre. El mandadero del convento llevó las cartas de usted a casa del banquero Brown.
Me alegro de que haya enviado vino, azúcar, etc. Las campanas y la caja, que están donde Carcereri, me las llevaré yo. Pienso partir de Suez con el último vapor de septiembre; al menos hago todo lo posible porque así sea. Como tengo entendido que el maestro se ha ido a Siria, he pensado en otro maestro; sobre todo porque desearía que el de El Cairo (que, según me han escrito algunos, es tan bueno) viniese conmigo. Por eso no le diga que Lettuada ha ofrecido pagarle 25 táleros: yo no podría darle tanto. Hablaré con él. Escriba al señor Prada explicándole que usted no puede hacer ninguna oferta al maestro, porque eso es asunto exclusivo de Monseñor Comboni. Además, precisamente hace unos días recibí carta de Prada.
Le bendigo a usted, a Rosignoli, a Francisco y a todos. Salude de mi parte a la Superiora, y dígale que he arreglado definitivamente la fundación de una casa filial en Sestri Levante. Un lugar magnífico, sano, de suave clima: el mejor punto del litoral de Génova. Días pasados, estuve allí con el Rector y con la Superiora de Verona, e hice escritura, y decidí todo.
Suyo afmo. † Daniel Obispo
N. 967; (924) – TO CARDINAL GIOVANNI SIMEONI
AP SC Afr. C., v. 8, f. 1084
Rome, 28 September 1880
Request for free passages.
N. 968; (925) – TO LEO XIII
AFSCR
Rome, 29 September 1880
Most Holy Father,
En este tristísimo período de nuestro tiempo, en el que el odio a la Iglesia hace que egregios maestros de la juventud cristiana, insignes por ciencia y piedad, sean arrancados de sus aulas y de sus alumnos, sobre todo en Francia, contra las leyes del país, contra los deseos de los padres y contra la opinión pública, conceded, oh Beatísimo Padre, que llegue pronto el día de la beatificación del gran Maestro de la juventud católica, Juan Bautista de La Salle, Fundador de la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, cuyos prodigios de caridad y de piedad para con los niños he tenido ocasión de admirar grandemente en muchísimos lugares de nuestra Europa, así como en Asia y en Africa.
El Venerable Siervo de Dios, distinguido con tal honor, protegerá con una eficacia aún mayor a la querida juventud perteneciente a la grey cristiana, ahora desdichadamente rodeada por todas partes de engaños e insidias.
El Sumo Pontífice Pío IX, de inmortal memoria, con su Decreto del primero de noviembre de 1873, ya declaró solemnemente las virtudes heroicas de este Venerable Siervo de Dios y ordenó que se procediese a la discusión de los cuatro milagros.
En estos días en que los Hermanos de las Escuelas Cristianas conmemoran el bicentenario de su Fundación, hemos visto el solemne testimonio de la clara fama de santidad de que gozó Juan Bautista de La Salle en el día de su gloriosa muerte.
Eminentísimos Padres de la Santa y Romana Iglesia, Arzobispos y Obispos insignes, Sacerdotes y hombres de clara fama por la ciencia y la piedad, y fieles de toda clase y condición, han dado señales ciertas de estima y veneración hacia este admirable Instituto. Todos comparten una misma aspiración, un mismo deseo: ver cuanto antes el día en que serán decretados los honores de los altares a este Fundador, cuyas excelsas obras, gracias a la actividad intensísima de sus continuadores, son cada día más extensas y también más florecientes. En efecto, la admirable y prodigiosa difusión a que esta venerable Congregación ha llegado en nuestros tiempos por todo el planeta, y la perfecta y universal observancia por parte de su virtuoso Instituto de reglas sapientísimas, sirven de admiración al mundo, a los ángeles y a los hombres.
Dios Todopoderoso, que se gloría en sus Santos, ha confirmado con innumerables y espléndidos prodigios la manifiesta santidad de su dilecto Siervo. Pero no se ha podido realizar una jurídica y completa investigación de todos ellos.
Este es el motivo, Beatísimo Padre, por el que añado mis humildes súplicas a las que ya han sido dirigidas a Vuestra Santidad, a fin de que magnánimamente queráis dispensar de las discusiones de dos milagros, de modo que sólo los dos milagros aprobados sean suficientes para la solemne Beatificación de este Venerable Siervo de Dios, que tantos méritos tiene adquiridos con respecto a la sociedad cristiana.
Tenga a bien V. S. acoger con ánimo benévolo la petición de este vuestro humilde y devotísimo hijo, e impartir al mismo vuestra Apostólica Bendición.
Roma, fiesta de la Dedicación de San Miguel Arcángel
1880
(L. S.)
† Daniel Comboni
Obispo de Claudiópolis i.p.i.
Vicario Aplico. de Africa Central
Original latino.
Tradución del italiano
N. 969; (926) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI
ACR, A, c. 15/19
Rome, 2 October 80
My dear Fr Francesco,
Su madre se encuentra bien, la vi esta tarde. Puede usted ordenar que se den los ejercicios espirituales a todos, tanto a los que se van como a los que se quedan: es algo que todos necesitan. Estoy cansado de pagar por obras de construcción.
Habíamos quedado en que la obra estaba mal hecha. Entonces, como yo lo he pagado todo, Bonavia no tiene nada que pedir. Se le debían 6.000 francos, pero fueron pagados. Hasta mi llegada a El Cairo no abone nada. Estoy hecho un lío con las cuentas, y además yo no tengo una ceca donde acuñar el dinero. Usted haga la mayor economía posible.
El turco que vino a Verona con Moron, y que desde Verona yo mandé al colegio de Catecúmenos de Roma, porque me lo concedió el Papa, fue solemnemente bautizado por el Arzobispo de Colossi y el jueves lo presenté al Papa. Ese día tuve una audiencia privada de hora y media con Su Santidad, siempre sentado delante de él; y otra media hora estuve con él, acompañado tan sólo del turco Bescir y dos sacerdotes de Vicenza. El Santo Padre tiene interés por la pobre Nigricia, y bendice a todos y a todas de El Cairo y de todo el Vicariato. Quedó muy conmovido por el dévouement de nuestras Hermanas de Africa Central.
Bendigo a todos ustedes. Debo pasar aún tres días con Mons. Massaia, y luego iré a Verona. Desde allí, unos por Trieste, otros por Nápoles marcharemos a El Cairo. Usted envíe todo lo que haya que enviar de cajas a Suakin, a Calixto, porque yo no quiero tener estorbos. Mucha economía, y a recibir todo lo que se pueda.
† Daniel Comboni
N. 970; (927) - TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI
ACR, A, c. 15/99
Rome, 52 Via Fratina, 8/10/80
My dear Father,
Estoy más que contento, supercontentísimo, de que nuestros candidatos vayan a clase a los Estigmatinos, lo que agradezco de corazón al Rmo. Superior. Gracias por la lista de los tres. Por lo demás confío plenamente en que Dios mandará buenos elementos. El Rey de los belgas ha pagado veinte becas al P. Boetman, Director de Turnhout, a fin de que seleccione y prepare veinte belgas para las misiones de Africa Ecuatorial, a los que instalar luego en el vasto territorio del Congo, donde ahora el Comité belga lleva a cabo su exploración dirigida por Stanley. Tal misión ha sido confiada al Arzobispo de Argel, que recibirá ese personal a medida que termine su educación. Pero como el P. Boetman mande allí individuos de la calaña de algunos que nos mandó a nosotros, espero poco. Por otra parte, el secretario del Rey me aseguró que a cuantos belgas ingresen en nuestro Instituto o misión de Africa Central, los deja totalmente exentos del servicio militar
Tengo comprados desde hace quince días seis ejemplares del Zigliara, edición recién salida y corregida por el autor. Llevaré el Ritual Romano. Y ya no puedo escribir más, porque la Santa Sede me tiene muy ocupado con la creación de cuatro nuevos Vicariatos Aplicos. que confiar al Arzobispo de Argel y a su gran institución. Yo debo examinarlo todo (sea dicho esto de manera totalmente reservada) y luego emitir mi pobre opinión sobre lo que hay que hacer, sobre lo que hay que quitar, etc. Trabajo día y noche. Rece por mí.
Al excelente D. Angel le han hecho buena impresión las cartas de Verona: la cosa ha salido bien, gracias a Dios. Presente mis respetos al Cardenal, haciéndole saber que no he olvidado los asuntos que me recomendó. Visité al Card. Sanguigni, Protector de las Clarisas Sacramentinas, y hablamos mucho de ese santo Insto. Salude a D. Luciano, al que dirá que sus amigos los dos sacerdotes leonicenses, entusiasmados de Roma y del Papa, parten mañana para Nápoles. Bendigo a todos y a todas.
Suyo afmo.
† Daniel Obispo y Vic. Ap.