Comboni, en este día

En una carta a Elisabetta Girelli (1870) desde Verona se lee:
Estamos unidos en el Sacratísimo Corazón de Jesús en la tierra, para luego unirnos en el cielo eternamente. Es menester recorrer a paso largo los caminos de Dios y de la santidad, para no detenerse más que en el paraíso.

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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
851
Can. Juan C. Mitterrutzner
1
09.07.1879

N. 851; (809) - AL CAN. J. C. MITTERRUTZNER

ACR, A, c. 15/80

9 de julio de 1879

Breve billete.

852
Nota
1
Roma
12.07.1879

N. 852; (810) - NOTA

ACR, A, c. 22/13

Roma, 12 de julio de 1879

Nota sobre el presupuesto de restauración del Instituto de Verona.

853
Mons. Santiago Scurati
0
Roma
16.07.1879

N. 853; (1223) - A MONS. SANTIAGO SCURATI

«L’Osservatore Cattolico», n. 164, 18-19 julio 1879

Roma, 16 de julio de 1879

[5736]

Desearía que publicase en L’Osservatore Cattolico este pequeño artículo, que llega un poco tarde porque la fiebre me ha traído a mal traer tanto en Roma como en Nápoles. Es la consecuencia de las grandes fatigas africanas, y de haber estado hecho polvo durante catorce meses, en los cuales casi nunca dormí ni una hora de cada veinticuatro.
 


[5737]

A últimos del pasado junio, el Emmo. Cardenal de Canossa, Obispo de Verona, se acercó al Instituto de las Pías Madres de la Nigricia en Santa Maria in Organo, y tras un cordial y afectuoso sermoncito, todo fuego de caridad, bendijo y entregó el Crucifijo a dos misioneros y a cinco nuevas Hermanas que estaban a punto de partir para las arduas y laboriosas misiones de Africa Central. No se puede describir con palabras la emoción y el santo entusiasmo de aquellas vírgenes selectas, que, formadas en la escuela de Cristo y educadas para el sacrificio y la cruz, veían llegado el tiempo de hacer realidad sus cálidos votos y sacrificarse por entero en el lento martirio del espinoso apostolado de Africa Central.
 


[5738]

Pero su alegría se desbordó cuando, después de haberlas recibido con suma bondad el Emmo. Cardenal Simeoni, Prefecto general de la S. Congregación de Propaganda Fide, el Excmo. Secretario y los venerables Oficiales de esa ilustre Congregación que dirige en el orden espiritual casi cuatro partes del mundo, fueron admitidas a besar los santísimos pies del Vicario de Jesucristo, al que yo las presenté el 3 del corriente mes de julio, a las seis de la tarde.
 


[5739]

Respondiendo al Santo Padre sobre varios puntos que deseaba saber respecto a la institución de las Pías Madres de la Nigricia de Verona, tuve el placer de señalarle la dicha que estas futuras Madres espirituales de Africa Central sentían en su corazón cuando yo escribía a su Superiora desde Jartum, ordenándole inculcar en las novicias que ellas están destinadas a ser carne de cañón, que van a vivir entre penalidades, privaciones y calores tórridos, y que deben someterse a un lento martirio por amor a Cristo y por salvar aquellas almas, que son las más necesitadas y abandonadas del mundo.
 


[5740]

El Santo Padre las animó con afectuosas palabras a persistir y mantenerse inamovibles en su santa vocación. Luego, al ir acercándose una a una a besarle las manos, las fue bendiciendo, y con ellas a todo el Instituto de Verona y a sus hermanas que en una expedición anterior las habían precedido en las áridas y abrasadoras arenas de Africa Central, donde, todas vivas y sanas, trabajan con celo incansable en las laboriosas misiones de Jartum y del reino del Kordofán.
 


[5741]

Al mediodía del 5 del corriente, yo las embarcaba en Nápoles hacia Egipto en un buque de las Messageries francesas, y ya han llegado sanas y salvas a los Institutos de aclimatación de El Cairo, desde donde las conduciré por los ardientes desiertos del Atmur hasta las misiones del centro de Africa.
 


[5742]

He aquí los nombres de los componentes de esta pequeña expedición apostólica, miembros todos ellos de los Institutos Africanos de Verona:

1. Don Juan Dichtl, de la diócesis de Secovia, en Estiria.

2. D. Matías Moron, de la diócesis de Breslau.

3. Hno. José Avesani, veronés.

4. Sor Amalia Andreis, Superiora, de S. Maria di Zevio, dióc. de Verona.

5. Sor María Bertuzzi, de Malcesine, junto al lago Garda.

6. Sor Eulalia Pesavento, de Montorio, en Verona.

7. Sor María Caprini, de Negrar, en Valpolicella.

8. Sor Matilde Lombardi, de Malcesine.

Encomendando a sus oraciones todas estas almas selectas, me declaro con todo el corazón



Su afmo. amigo

† Daniel Comboni

Obispo y Vicario apostólico de Africa Central


854
Don Alejandro Bussinello
0
Roma
16.07.1879

N. 854; (870) - A DON ALEJANDRO BUSSINELLO

«Annali B. Pastore» 19 (1879), pp. 33-36

Roma, 16 de julio de 1879


Mi querido D. Alejandro:

[5743]

Hacia finales del pasado junio, nuestro veneradísimo Emmo. Cardenal Obispo de Verona se presentaba en Sta. Maria in Organo, en el Instituto de las Pías Madres de la Nigricia; y después de pronunciar cálidas y afectuosas exhortaciones a las cinco Hermanas que estaban a punto de partir para Africa, bendecía su Crucifijo y las despedía con esas sublimes y cariñosas palabras que sabe inspirarle su magnánimo corazón.
 


[5744]

La nueva expedición, compuesta de dos misioneros, un laico y esas cinco Hermanas, salía de nuestra Verona en la tarde del primero de julio, y en la mañana del 3 era recibida cortésmente en la sede de Propaganda Fide por el Prefecto de esa Sagrada Congregación, S. Em.a el Cardenal Simeoni, que con palabras de ánimo y paternal afecto exhortaba a los misioneros y a las Hermanas a mantenerse firmes y constantes en la ardua y sublime vocación del apostolado de Africa Central, que es la misión, decía el Emmo. Príncipe, más ardua y difícil de la Iglesia católica, y digna de verdaderos mártires de la Fe.

Igual acogida tuvieron las Hermanas por parte del Excmo. Secretario y de los doctísimos y venerables Oficiales de la S. C. de Propaganda Fide.
 


[5745]

Pero el espectáculo más conmovedor se iba a producir luego en el Vaticano, cuando tuve el honor de presentar a la Santidad de Nuestro Señor León XIII las cinco Pías Madres de la Nigricia. El Santo Padre quiso conocer ciertos datos a cerca de esta nueva fundación de sagradas vírgenes consagradas al apostolado de Africa Central, los cuales yo le expliqué brevemente; y él alabó mucho la sublime Institución y su objeto, así como la generosidad de estas mujeres del Evangelio en sacrificarse por la salvación de las almas más necesitadas y abandonadas del mundo.
 


[5746]

Luego expliqué al Santo Padre el lenguaje que yo suelo emplear en mi correspondencia con la Superiora de las Pías Madres de la Nigricia, de Verona, cuando le escribo desde Africa Central ordenándole inculcar en las novicias que ellas están destinadas a ser carne de cañón, a abrazar las privaciones y sacrificios más duros y a sufrir un lento martirio, etc., etc. Entonces, enternecido, el Santo Padre se dirigió a las Hermanas, les apretó la mano derecha, en la cual sostenían el rosario que bendecir, dio a besar su propia mano a cada una de ellas, se congratuló del valor que la divina gracia les había infundido y, exhortándolas a perseverar en su santa vocación y a morir por Cristo, bendijo al Instituto de Verona y a las Misiones de Africa Central, declarando que tenía inmenso interés por esta santa obra, que debe regenerar para la verdadera fe tantos millones de almas que yacen todavía en las tinieblas de muerte.
 


[5747]

Finalmente, obtenido del Gobierno de la República Francesa el pasaje gratuito desde Nápoles hasta Alejandría, el día 5, a mediodía, la expedición veronesa zarpó del puerto de Nápoles; y ya ha llegado felizmente a El Cairo, para aclimatarse en mis establecimientos egipcios.

Estos son los integrantes de la pequeña expedición veronesa:
 


[5748]
1. D. Juan Dichtl, alumno del Instituto de las Misiones Africanas de Verona, nacido en la diócesis de Secovia, en Estiria.

2. D. Matías Moron, de la Polonia prusiana y del mismo Instituto.

3. Hno. José Avesani, veronés.


[5749]
Con las siguientes Hermanas del Insto. de las Pías Madres de la Nigricia:

1. Sor Amalia Andreis, de S. Maria di Zevio, Superiora.

2. Sor María Bertuzzi, de Malcesine.

3. Sor Eulalia Pesavento, de Montorio.

4. Sor María Caprini, de Negrar.

5. Sor Matilde Lombardi, de Malcesine.


[5750]
Esta es la segunda expedición para Africa Central de las Hermanas del Instituto Africano veronés.

La primera la dirigí yo en diciembre de 1877, y en ella llevé cinco Hermanas a Africa Central. Allí, aunque afrontando mil peligros, están todas sanas y fuertes, y trabajan con celo incansable dispuestas a morir cien veces por la salvación de aquellas almas. De ellas, dos se encuentran en la misión principal, la de Jartum, y son:

Sor Teresa Grigolini, de la Mambrotta, Superiora;

Sor María Josefa Scandola, de Chiesanuova.


[5751]
Luego, en la misión del Kordofán, al frente de aquel gran establecimiento que he fundado a las puertas de la Nigricia, están:

1. Sor Victoria Paganini, de Asiago, diócesis de Padua, Superiora.

2. Sor Conchita Corsi, de Barletta.

3. Sor Marietta Caspi, de Verona.


[5752]

Implore fervientes plegarias por este naciente Instituto veronés, que está destinado a crear en Africa Central todas las obras femeninas de apostolado católico, de las que abunda la católica Europa: Dios escoge lo débil del mundo para confundir a los fuertes, etc., etc., como dice el Apóstol.

Queda suyo afmo. en el Señor

† Daniel Obispo de Claudiópolis i.p.i.

y Vicario Apostólico de Africa Central


855
Card. Luis de Canossa
0
Pejo
3. 8.1879
N. 855 (812) - AL CARD. LUIS DE CANOSSA

ACR, A, c. 14/99



Alab. sean J. y M. eternamente, amén

Pejo (Trentino), 3 de agosto de 1879



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[5753]

En mi rápido paso por Verona encontré su estimadísima (he entendido todo acerca de ese angelito, y he actuado según sus instrucciones), en que generosamente me invitaba a pasar un día en Monteforte. Aunque hubiera sido mi mayor deseo beneficiarme de su extraordinaria bondad, como ya había yo establecido por carta desde Roma las diversas conexiones para llegar a la alta montaña de Pejo, y el Obispo de Piacenza, haciéndome caso (habíamos acordado marchar juntos el 20 del pdo.), me había precedido en el desplazamiento a la montaña, porque para el día 20 yo no estaba dispuesto, por no trastornar las cosas previamente arregladas continué el viaje hasta Pejo, con ánimo de estar aquí poco tiempo, porque me quita el sueño el pensar en establecer bien para el futuro el Instituto de Verona.
 


[5754]

Sin embargo, me confortó mucho su paternal propuesta de rogar a dos Padres Estigmatinos que colaboren al menos hasta que puedan venir los Jesuitas. En suma, con lágrimas en los ojos le ruego que acuda en mi ayuda, y Dios bendecirá a V. Em.a y a la Diócesis veronesa. Hay óptimos elementos en el Instituto masculino y en el femenino, y espero que Dios arreglará todo.
 


[5755]

El miércoles saldré de Pejo con el Obispo de Piacenza, y creo que el jueves o el viernes estaré en Verona. Si V. Em.a fuera a Verona, o estuviese ahora allí, ¿no convendría que sondease secretamente las intenciones del P. Vignola, Superior de la Congregación de los Estigmas?... Quiero formar verdaderos apóstoles, y despreciando toda crítica, yo, en este importantísimo asunto soy Jesuita y Estigmatino hasta la médula.

Me encomiendo a su caridad, y besándole la sagrada púrpura me declaro


Su devotmo. y afmo. hijo

† Daniel Obispo


[5756]

El Obispo de Piacenza le presenta de corazón sus respetos, así como D. Luciano Rosa, de Lonigo, que está aquí.




 


856
Don Pedro Milesi
0
Verona
13.08.1879

N. 856; (813) - A DON PEDRO MILESI

APT, Brescia

Verona, 13 de agosto de 1879


Mi querido Rector:

[5757]

Recibí su apreciada carta con la autorización episcopal para la Consagración. Yo nunca he oído a nadie que esté usted en contra de esta función religiosa: por el contrario creí siempre, como sigo creyendo, que es usted el primero en desearla, por lo que tiene de honor para su esposa. Las habladurías de alguien (que yo ni siquiera he oído) son cosas demasiado baladíes para poder llegar a nuestra altura.
 


[5758]

Ahora, para hacer todo debidamente (porque se trata de una ceremonia difícil y que siempre lleva a confusión) es preciso buscar una cabeza directora que lo encauce bien todo; y los limoneses tenemos la suerte de poseerla en nuestro incomparable paisano D. Juan Bertanza. Si yo tuviese que realizar esta augusta ceremonia no ya en Limone, sino en Verona o en Venecia, llamaría a D. Juan a Verona o a Venecia para dirigirla, porque ya la ha estudiado repetidamente y continúa estudiándola para hacerla bien. Pongámonos, pues, usted y yo, bajo su dirección. Para eso es preciso que nos reunamos con él. ¡Ah, con cuánto gusto me trasladaría a Dalco para de paso estar una semana allí con mis queridos parientes! Pero mi vida es vida de sacrificio. Los médicos me han ordenado, tanto en Rovereto como en Verona, tomar los baños arsenicales de Roncegno, y si me demoro, llega allí el frío.
 


[5759]

Por tanto, para el domingo por la tarde, usted deberá encontrarse en Rovereto, adonde esa tarde llegaré yo también. Allí, la noche del 17 y la mañana del 18 usted, D. Juan y yo tendremos una reunión decisiva acerca del asunto, las modalidades y el momento.

Así que esté preparado. Le bendigo y, rogándole que transmita mis saludos a D. Luis, queda suyo afmo.


† Daniel Obispo y Vic. Aplico.


857
Señora A. H. De Villeneuve
0
Verona
15.08.1879

N. 857; (814) - A Mme. ANA H. DE VILLENEUVE

ACR, A, c. 15/180 n. 3

J.M.J.

Verona, Instituto Africano, 15 de agosto de 1879

Estimadísima Señora:

[5760]

Recurro a su gran corazón para que me conceda un generoso perdón por mi culpable silencio, que no se ha debido a falta de recuerdo o afecto (no he pasado ni una hora sin pensar en usted y rezar por usted, por Augusto y su querida esposa), sino a mi lamentable estado de salud. He llegado a Verona enfermo; las fiebres me abatieron en Roma y en Nápoles (donde embarqué cinco Hermanas y dos misioneros para Egipto) y también en las altas montañas de Pejo, en el Tirol, adonde fui con el Obispo de Piacenza para tomar las aguas ferruginosas. A Verona llegué igualmente enfermo con las fiebres, que sólo me han dejado hace cuatro días.
 


[5761]
La causa de todo esto son las enormes fatigas, las preocupaciones, los sufrimientos físicos y morales de todo el año. He estado catorce meses sin haber podido dormir ni una hora de cada veinticuatro, y he sufrido de todo. Resumiendo, le puedo asegurar, señora, que en comparación conmigo el santo Job pasó una vida de alegrías y delicias. El tuvo más paciencia que yo, pero yo he sufrido más que él.


[5762]

Mas aunque destrozado por las fatigas, las amarguras y tantas pérdidas y penas, tengo un coraje de león y una esperanza y confianza en Dios todavía mayores que antes de estas aflicciones que El ha querido mandar a la Misión más difícil y laboriosa del universo entero, como en opinión de Propaganda Fide es Africa Central. La Obra de Dios debe seguir el camino real de la Cruz, y hay que dar gracias al Señor. Usted, que es una mujer de fe, entiende este lenguaje.

Me había propuesto en Jartum hacerle la descripción del hambre, la sed y la epidemia de Africa Central, demostrando que han sido mucho más terribles y espantosas que las de China y de la India; pero me fue imposible.
 


[5763]

He pedido y obtenido de S. S. León XIII una bendición especial para usted, y por la felicidad de Augusto y Paulina, a fin de que Dios les conceda hijos. Roguemos y tengamos confianza en Dios. Abrazo efusivamente a mi querido amigo Augusto y bendigo de todo corazón a la señora Villeneuve y a usted. Le doy gracias infinitas por su ofrecimiento, que aceptaría gustoso; pero hay dificultades.

Por el momento, los doctores me han ordenado que tome los baños de Roncegno, en el Tirol; mas usted déme noticias y escríbame siempre a Verona. Le agradezco mucho la acogida que en París ha dispensado a Bouchard; gracias por todo. Mis respetos a la veneradísima madre de Paulina, a todas sus sobrinas bretonas, etc., etc., y yo soy y seré eternamente

Su devotmo. amigo † Daniel Comboni

Obispo y Vicario Aplico. de A. C.

Original francés

Traducción del italiano


858
Eugenio Comboni
0
Verona
16.08.1879

N. 858; (815) - A EUGENIO COMBONI

AFC, b. n. 21

Verona, 16 de agosto de 1879

Mi querido Eugenio:

[5764]

He estado tentado de dejar Verona y correr a Dalco a pasar una semana con todos vosotros; pero los médicos se opusieron, y mañana iré a los baños de Rocegno con D. Bertanza, etc., y espero pasar después por Limone.

Te mando mi pequeño regalo de boda para tu y mi Teresina. Se trata de un trabajo en oro purísimo de Mussellemieh, hecho por un sordomudo de El-Obeid, capital del Kordofán, en Africa Central.

Recuerda que, aunque se hunda el mundo, es preciso que este año pasemos juntos al menos una semana, y a poder ser en Dalco. Estando con mis primos, prefiero Dalco a París y Londres con príncipes.

Un beso a Teresina, a Beppino, a Enrique, a tu padre y a todos de

Tu afmo. primo

† Daniel Obispo y Vic. Ap.


859
Card. Juan Simeoni
0
Roncegno
22.08.1879
N. 859 (816) - AL CARD. JUAN SIMEONI

AP SC Afr. C., v. 8, ff. 836-838



Roncegno, 22 de agosto de 1879



Emmo. y Rmo. Príncipe:



[5765]
Me ha llegado aquí su venerada carta del 14 del cte. en la que me pregunta acerca del sacerdote Carmelo Loreto, el cual tuvo el valor de escribir a V. Em.a diciendo que yo lo he suspendido a divinis, y que abandonó la misión por su mal estado de salud, etc., etc.


[5766]

Como los médicos me han prohibido toda ocupación, suplico a V. Em.a Rma. que me conceda sólo tres días para darle una detallada y concienzuda respuesta en relación a ese impostor ex Dominico, que es el susodicho Carmelo Loreto, el cual fue expulsado de esa ínclita Orden por el actual Vicario General de la misma, el sapientísimo Rmo. P. M. José M. Sanvito. En efecto, encima de haber robado la Sagrada Ordenación con tres largos años de fingida santidad, aunque era el único entre los misioneros que no había tenido nunca ninguna fiebre ni enfermedad, y aunque estaba perfectamente sano, de acuerdo con otros napolitanos se volvió a Nápoles, después de todos los gastos que la Misión había hecho por él.
 


[5767]

Ya hace cerca de tres mes que regresó a Nápoles; pero como nunca me ha escrito, yo tampoco me he dignado escribirle a él. Y mucho menos lo he suspendido a divinis, si bien lo ha merecido mil veces.

El que lo ha suspendido ha sido el Arzobispo de Nápoles (por eso no comprendo cómo es que el Vicario Gral. de Nápoles ha recomendado la súplica de Loreto), movido por sabia y prudentísima determinación de Mons. Salzano, de la Orden de Predicadores, Arzobispo de Edessa, que antaño había protegido ya una vez a estos jóvenes, entre ellos a D. Carmelo Loreto.
 


[5768]

En tres días daré a V. Em.a una respuesta adecuada.

Después de mi marcha de Roma, las fiebres me trajeron a mal traer. Con el Obispo de Piacenza bebí las aguas de Pejo en las montañas del Tirol; pero volví deshecho por las fiebres, que me atacaron con la misma fuerza que en Africa. Finalmente, reunidos en consulta tres distinguidos Profesores médicos, decidieron ordenarme una cura de aguas arsenicales y de baños arsenicales febrífugos de Roncegno, de Valsugana, en el Trentino; y este remedio me parece el decisivo, el que terminará por curarme.

En la certeza de poder darle dentro de tres días informes sobre el individuo en cuestión, le beso la sagrada púrpura y me declaro de V. Em.a Rma.

De V. Em.a devotmo., hummo. hijo

† Daniel Comboni Obispo


860
Dr. F. Manfroni
0
Roncegno
25.08.1879

N. 860; (817) - AL DR. F. MANFRONI

En casa del P. Dario Girardi

J.M.J.

Roncegno, 25 de agosto de 1879

Mi querido Doctor:

[5769]

He agradecido enormemente el recuerdo expresado en su tarjeta de visita. Es la primera vez en 48 años de vida que hago una cura radical; y estaba reservado a usted dar exactamente con el drástico remedio para la misteriosa complicación de las causas que alteraron mi salud.

Por los resultados de los doce baños arsenicales que he tomado en una semana, creo poder deducir con fundamento que siguiendo sus sabias prescripciones me va a ser posible obtener una verdadera recuperación de mi salud. Alabado sea Dios, y también el sapientísimo Dr. Manfroni. Dígnese aceptar mis expresiones de la más sincera gratitud, que será eterna, unida a una profunda, constante e inalterable amistad, con la cual me honro en declararme pour à jamais

Su reconocidísimo afmo. servidor y amigo

† Daniel Comboni

Obispo de Claudiópolis

y Vicario Apostólico de Africa Central

Le ruego que presente mis afectuosos respectos al dignísimo e ilustre Prelado Mons. el Deán y a su señora hermana.