Aprobado el nuevo logotipo de los Misioneros Combonianos

El logotipo nace de una idea única que refleja el propósito de nuestra existencia como institución dentro de la Iglesia y la sociedad. Representa la fusión de todo lo que somos en un lenguaje comunicativo de carácter gráfico de una manera muy sintética. Quiere ser la imagen de un proyecto apasionante que queremos compartir. Es uno de los elementos fundamentales de la identidad visual y se presenta con impacto e inmediatez. Actúa como una señal visual que provoca atención e interés en lo que representamos. Describe la idea central de nuestra misión y de nuestros valores.

Nuestra misión

Promover y servir la misión, es decir, la evangelización de los pueblos, dar vida y alimentar una civilización y una cultura de comunión y esperanza que reflejen una sociedad libre, justa, pacífica, fraterna, respetuosa de la creación, de la dignidad trascendente e inalienable de la persona y de los derechos de los pueblos, especialmente de los más pobres y abandonados.

Nuestros valores

Verdad, libertad, justicia, paz, derechos y dignidad de la persona y de los pueblos, diálogo entre culturas y religiones, respeto de las diferentes culturas, reconciliación, belleza de la vida y de la creación, subsidiariedad a todos los niveles, creación de redes.

Por lo tanto, el logotipo nació del esfuerzo por resumir nuestra misión y nuestros valores en un elemento de comunicación gráfica. Así es esta la versión oficial del logotipo de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús (MCCJ):

El logotipo reproduce cuatro elementos principales, que refleten la espiritualidad, la visión, la misión, y el carisma combonianos:

   - La cruz

   - El mundo

   - El nombre

   - El corazón

El logotipo tiene una forma elíptica que expresa dinamismo. Es un óvalo abierto, para comunicar la inclusividad y la capacidad de expansión. La circularidad simboliza también la singularidad y la fraternidad del Instituto.

Los colores de los continentes son los del rosario misionero, a excepción de Europa, para la que se ha elegido el marrón, logrando así una mayor uniformidad cromática. La diversidad de colores es también una expresión de la internacionalidad de los miembros del Instituto, signo de vitalidad, dinamismo evangélico y capacidad de adaptación a las diferentes realidades del mundo de hoy.

Para todos los detalles ver anexo