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Nº Escrito
Destinatario
Señal (*)
Remitente
Fecha
1021
Fr. Francesco Giulianelli
0
Khartoum
15. 02. 1881

N. 1021; (977) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI

ACR, A, c. 15/21

Khartoum, 15 February 1881

[6487]

Ordeno al Revdo. D. Giulianelli que consiga y envíe los artículos mencionados. Y también que obtenga de los PP. Jesuitas los libros de escribir árabe sin maestro, en doce fascículos, para luego sacar diez copias de cada uno de los doce fascículos (o sea, 120 cuadernos) y mandarlos a Jartum.

Por otra parte, espero que haya pagado los libros árabes que los Jesuitas compraron para mí, como le ordené antes de irme. Y espero además que los que dejé en El Cairo, en mi cuarto, los haya enviado a Verona, junto con diez copias de cada uno de dichos cuadernos de escribir (o sea, ciento veinte). Si no lo hubiese hecho, llévelo a cabo cuanto antes.

Hoy (15 de febrero) D. Bartolo y D. Rosignoli tienen fiebre producida por enfriamiento. Espero que en una semana estén curados.


† Daniel Obispo y Vic. Ap.


1022
Fr. Giuseppe Sembianti
0
Khartoum
15. 02. 1881

N. 1022; (978) – TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI

ACR A, c. 15/109

Khartoum, 15 February, 1881

My dear Father,

[6488]

Don Bartolo y D. Rosignoli están en la cama con resfriado, aunque ayer había aquí 31 grados a la sombra. No tengo tiempo de escribir. La misión del Nyanza de Mons. Lavigerie va mal y hacia el despeñadero, aunque en Lyón se imprimen maravillas: recemos por ellos. Pero la nuestra... es más sólida y está mejor organizada que todas las de Africa Ecuatorial. Se me dice que el Gobernador de las provincias ecuatoriales ha manifestado que la más pequeña Estación de la misión de Mons. Comboni vale más que todas las de las misiones francesas del Ecuador. Gloria a Dios, que quiere la obra; y la quiere porque manda la Cruz. Me escribió ayer Sor Grigolini que ahora en el Kordofán nos piden 15 francos (3 táleros) al día por el agua. San José, nuestro querido abuelo, proveerá. Bendigo a todos y a todas. También esta semana se han celebrado dos matrimonios católicos.

Mis respetos al Emmo.



† Daniel Obpo.

Por caridad, escriba a mi padre diciéndole que estoy estupendamente bien, y que pronto iré al Kordofán.


1023
Card. Giovanni Simeoni
0
Khartoum
15. 02. 1881

N. 1023; (979) - TO CARDINAL GIOVANI SIMEONI

SP SC Afr. c., v 9, ff. 7–12v

N. 3

Khartoum, 15 Feb. 1881


Most Eminent and Reverend Prince,

[6489]

Habiéndome llegado con el correo de ayer el Dr. A. Petermann’s Mittheilungen, de Gotha (una de las publicaciones más apreciadas del mundo por sus noticias, incluidas las relativas a los descubrimientos en Africa, que el difunto Mons. Nardi [d.s.m.] recibía siempre en Roma, y que, dado el movimiento africano, conviene que lea quien tiene interés por este continente), en que se expone en alemán la idea de cuanto me permití escribir a V. Em.a con mi última del 8 del cte., la n.° 2, sobre Uganda y su déspota Mutesa, me he apresurado a traducir un pequeño fragmento en italiano, del que resulta que la situación de nuestros beneméritos y animosos misioneros de Argel es muy crítica. Creo mi deber informar a V. Em.a de lo concerniente a estos interesantes países, estando yo en condiciones de saber algo al respecto. Esto no quita que se deba esperar de esa santa empresa. La Iglesia está acostumbrada a estas cosas, a las contradicciones, a las hostilidades por parte de los déspotas, al martirio. Es la conditio sine qua non de las Obras de Dios. Le incluyo en hoja separada un pequeño extracto traducido del Mittheilungen, etc.


[6490]

Aunque el clima de Jartum ha mejorado considerablemente, tengo postrados con fuerte fiebre dos nuevos misioneros que vinieron conmigo de El Cairo.

Como en el reino del Kordofán empieza la escasez de agua, que seguramente durará hasta las primeras lluvias en junio, estoy ya con gran actividad haciendo los preparativos para ir allí, y pasado mañana saldrá la primera caravana con las provisiones, en la que irán seis individuos; yo los seguiré dentro de quince días con las Hermanas. Resulta que el gasto de agua para beber y hacer la comida en mis dos establecimientos de El-Obeid asciende a quince y hasta dieciséis francos al día; esto, ya digo, sólo para el agua.


[6491]

De la misión de Jartum he quedado bastante contento, sobre todo de la vida interna de los Institutos, en los que reina la oración, el fervor y la actividad, y donde hay muchos catecúmenos preparados o recibiendo formación que ansían ser cristianos, entre ellos tres musulmanes. Pero yo voy despacio, porque así se debe ir en Africa: hay que avanzar lentos y seguros. Dejo para después de mi visita al Kordofán y a Gebel Nuba el dar a V. Em.a un meditado y exacto informe. En mis misioneros y en mis Hermanas reina el espíritu de abnegación y sacrificio. Todos estamos dispuestos a morir por la redención de la Nigricia.

Besa la sagrada púrpura, etc.



Su devotmo. e indignmo. hijo

† Daniel Comboni Obpo.


[6492]

Extracto de una carta del Dr. Emin Bey

publicada en los Anales de Petermann, Mittheilungen de Gotha

núm. 26 (diciembre 1880), pág. 472

sobre la Misión del Victoria Nyanza



«Atendiendo a su petición haré un trabajo sobre Uganda. Stanley, al que tengo en gran estima, escribió muchas cosas falsas acerca de de ese país; por ello conviene que a tiempo se expongan los hechos tal como son. Casualmente acabo de recibir la correspondencia de Uganda, y en ella, entre otros informes, veo que el 23 de diciembre de 1879 el rey Mutesa y sus jefes, reunidos en grande y solemne asamblea, acordaron prohibir a los misioneros ingleses y franceses que impartan formación, y castigar con la muerte a los indígenas que la reciban de ellos. Un decreto dado por esos días dice que queda prohibida tanto la religión del hombre blanco como la mahometana, y se ordena a los súbditos indígenas que permanezcan en la fe y costumbres de sus antepasados. Los jefes acogieron con grandes aplausos esta decisión, mientras que el rey mandó a los soldados de guardia que hicieran disparos de saludo en honor de este acontecimiento.


[6493]

La asamblea fue de la opinión de que en Uganda no se necesitaba la enseñanza religiosa, sino fusiles, pólvora y cartuchos, y en tan gran número como numerosas son las hojas de hierba. En consonancia con esto está también la carta más reciente recibida de Rubaga, de fecha 1 de junio, según la cual no hay ninguna esperanza en cuanto al tema de las misiones (sic). Lo que hace Mutesa –dice la carta– no es bueno para nosotros, y creo que tendremos que dejar la misión. Los cuatro misioneros franceses, al igual que los ingleses (1) opinan que aquí no se puede tener éxito. El rey muestra mayor ferocidad que nunca, y sacrificó en la tumba de sus antepasados más de doscientos pobres, y ya no hace el menor caso de nuestras palabras, etc. (2)»

Dr. Emin Bey Gobernador


[6494]

(1) Se me asegura que en Uganda hay aún dos misioneros anglicanos.

(2) El rey Mutesa, según las antiguas leyes de Uganda, considera como huéspedes suyos todos los extranjeros que llegan a su imperio; por lo cual se cree obligado a darles hospitalidad y proveerlos de todo lo necesario mientras permanecen en sus tierras. En razón de esto, no sólo los huéspedes tienen prohibido adquirir de otros las cosas necesarias, sino que además a los ugandeses les está vedado vender nada a los extranjeros. Mutesa recibe a éstos muy bien al principio, en vista de los regalos que llevan; pero cuando ya no hay más que recibir, es como los demás jefes y reyes africanos en general, y los abandona o los persigue. Aleccionado por una experiencia similar, yo nunca fui con regalos a los Nuba, ni a los Kich, ni a ninguna otra parte, si se exceptúa alguna camisa, cigarros, tabaco y medicinas, y pocas o ningún arma. Me presenté en tierras de los Nuba únicamente con dos fusiles en 1875, y ahora volveré allí también con dos fusiles tan sólo, para defendernos de las hienas, etc. y cazar para comer.


[6495]

También a mí me dijo Stanley que Mutesa es un caballero: he is a gentleman. Y es muy posible que lo dijera sinceramente, porque Stanley estuvo con el rey Mutesa sólo poco tiempo.

Mas, como he escrito varias veces a Propaganda, y dicho a Mons. Lavigerie en Viena y en otros lugares, una cosa es viajar o hacer una exploración en Africa, y otra fundar allí una obra estable y duradera, como es una misión católica. Los viajeros o exploradores lo tienen fácil, porque pasan por estos lugares como meteoros, y luego se van a su casa. Pero una misión es más difícil, y por tanto hay que caminar despacio, escribir menos y sólo hablar después de mucho tiempo y de larga experiencia, y decir menos de la realidad hasta que la cosa es segura.


[6496]

No obstante, yo estoy convencido de que con el tiempo y la paciencia –y con la confianza en Dios, que es Señor también del rey Mutesa– los misioneros de Argel, aleccionados por la experiencia, llegarán a conocer la manera de implantar y hacer poco a poco estable su obra, cuando, entre otras cosas, aprendan bien la lengua (cosa muy difícil para quien no es políglota y práctico en idiomas). En suma, recemos. Y yo, aprovechando el vapor que el 20 saldrá de aquí para la tribu de los Bari, responderé al Superior del Nyanza Victoria, animándolo, dándole consejos buenos y prácticos y recordándole que el Corazón de Jesús también palpitó por los pueblos de Africa Ecuatorial.


[6497]

Con el próximo correo mandaré a V. Em.a la copia de una nueva carta de mi amigo el mencionado gobernador Emin Bey (que, como además es médico, está en óptimos términos con Mutesa y sus generales (???!), y dice que tratará de hacer lo más que pueda por aquellos misioneros católicos), el cual con carta del 28 de agosto de 1880, comunicó al Cab. Hansal, I. R. Cónsul austríaco en Jartum, más o menos las mismas noticias que yo escribí a V. Em.a en mi última, la n.° 2.


[6498]

Igualmente Emin Bey transmite a dicho I. R. Cónsul una carta del misionero inglés anglicano Pearson, quien se encuentra en Uganda, en la que dice que a causa de los decretos del rey Mutesa él y su compañero se ven obligados a retirarse de Uganda e ir a Mpwapwa, donde están algunos misioneros de los suyos. ¡Buen viaje!

Pero como la misión católica de Uganda es obra de Dios, sabrá Dios frustrar los designios del demonio, y, pasadas las primeras pruebas inherentes a las obras de Dios, la misión de Uganda echará raíces. Recemos.


† Daniel Comboni

Obispo y Vic. Ap. de Africa Ctral.


1024
Editor of Die Kath. Mis.
0
Khartoum
19. 02. 1881

N.1024; (980) TO THE EDITOR OF “DIE KATHOLISCHEN MISSIONEN”

“Die Katholischen Missionen” 6(1881), pp.125–126

K
hartoum, 19 February 1881

[6499]

Desde hace ya muchos años Die Katholischen Missionen dedica gran atención a mi difícil misión de Africa Central, y los continuos donativos para sostener esta ardua empresa son una prueba clara del interés que han sabido suscitar ustedes en la Alemania católica. Estoy muy reconocido a esa estimada Redacción, así como los distinguidos bienhechores, y mi grey y yo rezaremos todos los días por ustedes y por ellos.

Para informar sobre la marcha de la misión a usted y a su digno grupo de redactores, que tanto hacen por la santa obra de evangelización, y a los muchos lectores, trataré de enviarles noticias de cuando en cuando, para mantener así una correspondencia más regular. En caso de que yo mismo no pudiera hacerlo, encargaré de ello a mi misionero D. J. Dichtl.


[6500]

A fin de suministrar inmediatamente alguna información, le comunico a usted que el 28 llegué a Jartum, sede principal de mi misión, después de un feliz viaje de sólo veintinueve días iniciado en El Cairo. Integraban mi expedición quince personas: el sacerdote D. Bartolomé Rolleri, de la diócesis de Piacenza (perteneciente desde 1869 a los Institutos de negros de Egipto, y desde 1872 Superior de los mismos); Juan Dichtl, de la diócesis de Seckau; José Ohrwalder, de la diócesis de Trento, y D. Pablo Rosignoli, de la diócesis de Frascati (estudiante del Colegio «Mastai» de Roma), más seis Hermanas de mi Instituto femenino de Verona y cinco laicos de mi Instituto masculino veronés.


[6501]

Antes de mi partida me recibió muy amablemente Su Alteza Real Tawfik Bajá, y el Gobierno virreinal me concedió algunos privilegios para mi viaje. El 29 de diciembre salimos de El Cairo en dirección a Suez, adonde llegamos a las ocho de la noche de ese mismo día, y partimos nuevamente el día 31 por la tarde con el barco egipcio Nagila. En la tarde del 5 de enero llegamos a Suakin, tras haber tenido una navegación bastante tranquila, a excepción de algunos momentos en que el mar estuvo muy agitado, haciendo que todos se mareasen. En Suakin permanecimos hasta el 10 de enero, en que con 48 camellos nos dirigimos hacia el oeste, a Hila, a través del desierto de los Bischarin, y llegamos muy cansados a Berber el 22 de enero, pero en inmejorable estado de salud. El 24 continuamos nuestro viaje hacia Jartum, ahora con el vapor El Fascer. Después de las fatigas del desierto, el viaje que hicimos por el Nilo fue de placer. En Jartum no se nos esperaba hasta el día 31, y nuestra imprevista llegada fue una alegre sorpresa para la misión.


[6502]

Desde el comienzo de 1879 estoy muy contento de la marcha de la misión de Jartum, tanto en lo que respecta al estado de salud general como al resultado de nuestros esfuerzos. No obstante, aún notamos mucho las consecuencias de 1878, y hay huecos que todavía están por cubrir.

Dentro de pocos días saldré con los nuevos refuerzos hacia el Kordofán, para visitar las misiones de El-Obeid y Malbes. Las noticias provenientes de allí son bastante preocupantes, porque los pozos empiezan a secarse de nuevo y la misión se ve obligada a traer agua de muy lejos, pagando por ella 14-15 francos. Desde el Kordofán iré a la misión de Gebel Nuba, que es muy prometedora, y que pienso extender hacia el Bahar-el-Ghazal.



Su servidor † Daniel Comboni

Obispo de Claudiópolis, i.p.i.

Vicario Apostólico de Africa Central



Original alemán.

Traducción del italiano


1025
His Father
0
Khartoum
19. 02. 1881

N.1025 (981) – TO HIS FATHER

ACR, A, c. 14/128

J.M.J.

Khartoum, 19/2/81

 

My dearest Father,

[6503]

He recibido hoy tu muy estimada del 20 de enero. Es que el correo va desde Limone en tren y luego en barco por el mar y por el Nilo hasta Korosko, en Nubia, desde donde entra en el desierto.

Yo estoy en perfecta salud, mejor que en Italia; pero he pasado dos días y dos noches de purgatorio por la peligrosa enfermedad de D. Rolleri (que aquí ha comprendido todo, y que desde El Cairo hasta hoy ha estado manso como un cordero, porque ha encontrado las cosas mucho mejor de lo que esperaba y se ha dado cuenta de que le habían informado falsamente, incluso respecto a D. Luis Bonomi, que es una verdadera columna de la misión, y ha visto que sólo yo puedo dirigir la obra en toda su vastedad y dificultad). El estuvo en las últimas, y el sacerdote romano D. Paolo Rosignoli contrajo el tifus; pero gracias a Dios anoche declinaron estas dos tremendas enfermedades, y ahora los dos están fuera de peligro.


[6504]

Espantado por tales enfermedades, Domingo, mi sirviente (que suspira siempre por Roma), no bebe ya más que medio vaso de vino en la comida y medio en la cena. Don Bartolo y los otros han quedado asombrados del trabajo de D. Bonomi (que corresponde de corazón a tus saludos). Don Bartolo Rolleri se confiesa conmigo, y yo me confieso con él todos los lunes. Las primeras veces (quede esto entre nosotros) él pretendía que yo había cometido tales y tales pecados durante la semana; y aunque yo le repetía que no, que ni siquiera los había cometido en sueños, él seguía erre que erre, sin hacerme caso, e incluso me imponía la correspondiente penitencia como si en verdad fuesen mías aquellas culpas (penitencia que, no obstante, yo cumplía). Pero desde hace un mes ha cambiado de actitud, y parece convencido de haberse equivocado; desde luego es obediente, ejemplar, devoto, tranquilo, dulce, pacífico, y con verdadero amor y celo por la misión. Ayer mandé ya quince camellos con provisiones para el Kordofán, y tengo preparados otros para una caravana de más de veinticinco personas entre misioneros, Hermanas, negros y blancos, con la que yo debía partir dentro de tres días, pero que he suspendido a causa de las dos graves enfermedades mencionadas.


[6505]

D. Juan y D. José, los dos alemanes a los que impartí las sagradas órdenes en El Cairo, son unos sacerdotes de primera categoría. Mañana doy las órdenes menores a Francisco Pimazzoni, de Verona, que sin duda llegará a ser el más perfecto y santo misionero de Africa Central. Es él quien te escribe, por cuenta de mi criado Domingo, la carta adjunta. Todos los misioneros y Hermanas de Africa Central rezan por ti siempre. Y los de Jartum (ellos y ellas) te mandan saludos y quieren ser recordados. Isidoro está bien, y nos hizo reír durante todo el viaje. Dice que te debe a ti la suerte de encontrarse en Africa, habiendo estado a punto de ser expulsado de Verona a causa de Grieff.

Saludo a todos nuestros parientes y amigos.



Tu hijo † Daniel Obispo






1026
Fr. Giuseppe Sembianti
0
Khartoum
22. 02. 1881

N.1026; (982) – TO FR GIUSEPPE SEMBIANTI

ACR, A,c. 15/110

No.7

Khartoum, 22 February 1881


Dear Rector,

[6506]

Don Francisco Pimazzoni (a quien en la festividad de San Matías promoveré a la tonsura y a las cuatro órdenes menores, como tengo decidido atendiendo también al parecer de todos) ha hecho un informe para sus hermanos del Círculo Católico de Verona. Por lo que leí en las primeras páginas y en trozos sueltos acá y allá, me parece que podría servir también para el próximo número de nuestros Anales, el 24. Hablé de ello a Francisco, y me dijo que está de acuerdo, y que hagamos lo que creamos. Espero que también D. Dichtl le mande un informe; pero en caso de que no lo hiciera, o lo mandase con excesivos giros alemanes, usted puede publicar lo que le parezca. En todo caso haga lo que mejor le plazca. Nuestros dos enfermos están mejor, aunque D. Bartolo se recupera muy despacio: aún no puede tomar más que unas cucharadas de caldo. Es una vieja afección gástrica, de más de doce años, que curará. En suma, estamos completamente fuera de peligro.


[6507]

Me tiene ocupado la solapada guerra que los frailes (sólo por egoísmo e ignorancia, y muchos sin malicia), y especialmente los franceses y Monseñor Lavigerie, han hecho contra nuestro Vicariato. Pero las mentiras y falsedades francesas y las fanfarronadas, etc. tienen las patas cortas. Ese ambicioso Prelado (al que yo siempre traté bien y con franqueza, y al que animé en su obra), quiere construir su éxito sobre las ruinas de los demás, y ha conseguido bien engañar a Propaganda (hasta cierto punto) y a la Propagación de la Fe, con daño para Africa Central. Pero eso me tiene sin cuidado. Lo cierto es que la misión del Nyanza Alberto no existe, ni estuvo allí nunca ninguno de sus misioneros, aunque desde hace tres años saca de Lyón 70.000 francos anuales; y la del Victoria Nyanza va al despeñadero. Y aunque en los Anales de Lyón se jacta de haber triunfado sobre los protestantes (es una fanfarronada, si bien yo tendría mucho gusto en que triunfase sobre todos los paganos y convirtiese a todos, y daría por ello mi vida), sin embargo aquellos misioneros se verán obligados a marcharse. Ahora estoy atento a ver cuánto asignarán al Vicariato en el próximo julio los de Lyón y París; y si es poco, me lanzaré a dar a conocer la verdad, y a probar con la verdad diáfana que no deben quitar de lo que nos corresponde a nosotros, que realmente estamos en el campo de trabajo, para dárselo a los que no han visto nunca el Alberto Nyanza. Alabado sea Jesús.


[6508]

Le mando grano de aquí para que lo haga sembrar enseguida en el huerto de las Hermanas, o en Saval, o en los Estigmatinos: donde le parezca. Desde el Kordofán le enviaré luego dokhon (nuestro alimento allí) y lo mandará sembrar también.

Por favor, dé muchos saludos a D. Luciano, a quien tengo el deber y el deseo de escribir; pero las ocupaciones de todo género me hicieron dejar la carta por la mitad ya en Suakin.

Recibí la carta de Lotermann; mas no pierdo tiempo en escribirle, porque todavía no ha hecho nada de cuanto le recomendé.


[6509]

Respecto a Giomini, el sastre del Papa, si le manda una factura a mi nombre, páguela. Pensé avisarle a usted desde Roma, pero no tuve tiempo. Dado que entonces yo disponía en Roma de poco dinero, le rogué a él que esperase hasta el final del año, y, como es bueno, aceptó. Asimismo el señor Tanfani, de Roma, me reclama el importe de dos cojines de obispo que me olvidé en Verona, o mejor donde las Hermanas, y que yo, que no estaba presente cuando se sacó mi faldistorio [*], no sabía que estuviesen allí. Pero en Roma comprobé que el Sr. Tanfani me había hecho los dos cojines, y cuestan 66 liras. Así que cuando él se lo pida (hoy le escribiré), mándele dicha cantidad. ¿Cómo iba a ocuparme de todas estas minucias, estando yo solo y de viaje? Tenga paciencia, y Dios se lo recompensará. En cuanto a Marietti, es cierto que desde 1872 tengo un Canon que le compré en Turín. Pero el año pasado, cuando le vi en Turín, no me dijo nada, y yo me olvidé. Además tengo un misal. Si él le escribe, contéstele que fui también en noviembre a Turín para verle y efectuar el pago; pero que, como no estaba, le dejé una tarjeta de visita. Déle saludos de mi parte.

Es la hora del correo. Con el próximo responderé a todas sus cartas.

He recibido también carta de Su Eminencia, y le contestaré. Vale et fave.



† Daniel Obpo.


[*] Sillón de tijera que usaban los obispos en las funciones pontificales celebradas fuera o de su diócesis o de su catedral, o dentro de ésta cuando no ocupaban la cátedra.


1027
Cleric Francesco Pimazzoni
0
Khartoum
24. 02. 1881

N. 1027; (1226) – TO CLERIC PIMAZZONI FRANCESCO

ASCV, Clero-Testimoniali

Khartoum, 24/2/1881


Dimissorial letter

1028
Fr. Francesco Giulianelli
0
Khartoum
26. 02. 1881

N. 1028; (983) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI

ACR, A, c. 15/22

J.M.J.

Khartoum 26/2/81

Dear Fr Francesco,

[6510]

Don Bartolo apenas comienza hoy a tomar un poco de caldo. Padece una enfermedad gástrica desde hace quizá veinte años, y creo que lo de ahora le va a servir para curársela del todo.

Debo responder a muchas cartas que me ha escrito usted a mí y a D. Losi; pero no tengo fuerzas. Sólo le digo que estoy muy dolido de verme sin dinero y de que usted no me haya mandado, cuando ha recibido cuatro mil francos más de Viena. Por eso, después de haberme encomendado a Dios, he decidido darle a usted las siguientes órdenes:


[6511]

1.° Todo el dinero que le llegue, después de los cuatro mil francos que ya ha recibido de Viana, envíemelo a mí, y para El Cairo ingénieselas como pueda hasta nueva orden.

2.° Todos los meses mándeme al Kordofán (no a Jartum) el resumen económico, con el debe y el haber, donativos recibidos, etc., más los gastos de la administración de El Cairo, de la Procuraduría General y de las obras; y esto, según su método, ocupa una hoja de papel.

3.° Prohíbo terminantemente comprar vino por un importe superior a los mil francos. Lo que ya está encargado por valor de 2.200 francos, transeat; pero basta. De ahora en adelante cada año no se gastará más de mil francos.

4.° Prohíbo que se dé la bendición en nuestra capilla más de una vez a la semana; es decir, prohíbo que se enciendan más de dos velas, salvo cuando se dé la bendición. Sigue tratando de economizar haciendo velas, pero yo no creo nada en el pretendido ahorro de fabricarlas usted mismo, cuando se consumen tan rápido. ¿Ha mandado a Verona los libros árabes?

Bendigo a todos/as.

† Daniel Obpo.


[6512]

Diga a Faustina que es una cabezota: se empeña en no escribirme nunca, y yo quiero que me escriba. Muchos recuerdos al P. Pedro. Por gracia de Dios la misión marcha bien, mucho mejor de lo que me esperaba. ¡Nigricia o muerte!

Muchos saludos de mi parte a los dos queridos Institutos de Cornetto, a los que escribiré apenas tenga tiempo. Las dos Hermanas piamontesas gozan del cariño de sus compañeras de aquí. Pero marcharán conmigo al Kordofán la semana que viene . Mande La Civiltà Cattolica.


1029
From Marriage Register
0
Khartoum
27. 02. 1881

N. 1029; (984) – FROM THE MARRIAGE REGISTER OF KHARTOUM

ACR, A, c. 10/1 i

Khartoum, 27 February 1881

1030
Fr. Francesco Giulianelli
0
Khartoum
05. 03. 1881

N. 1030; (985) – TO FR FRANCESCO GIULIANELLI

ACR, A, c. 15/23

Khartoum, 5/3/81

Dear Fr Francesco,

[6513]

Consígame ocho piezas, o al menos seis, de aquella seda blanca de Alepo o Damasco que compró y envió usted a Madame Brown hace un año, y mándemelas a mi dirección de Jartum.

Le remito una letra de 3.000 francos; es decir, he renovado al Sr. Marquet aquella letra de 3.000 francos que usted sabiamente se negó a pagar el año pasado, porque no estaba en regla, y que, retirada la primera, me he comprometido con el Sr. A. Marquet, o su encargado, a hacer efectiva el 15 del próximo abril. Así que para esa fecha tenga preparado el dinero con que pagarla.


[6514]

Piense que nosotros estamos ya sin blanca, y que falta por liquidar en el Kordofán una deuda de 800 táleros que ha aparecido ahora. Y aparte de estar sin dinero, nosotros tenemos que vivir, y sólo de agua hay que pagar en el Kordofán 15 francos al día. Así que mande fondos.

En la primera oportunidad, junto con las cosas ordenadas, envíe una buena cantidad de aceite de almendras para las Hermanas. Es usted muy ahorrativo, pero compra al por menor (como el aceite de ricino) lo que comprado más al por mayor se puede conseguir a mejor precio. Don Bartolo se encuentra un poco mejor. Don Pablo está curado: tuvo un tifus incipiente.


[6515]

Como el Sr. Heraldo Dabbene me encomendó un asunto suyo que yo he realizado perfectamente, le he escrito a El Cairo a lista de correos. Le ruego a usted que le avise (lo encontrará por medio del Consulado italiano) que vaya a correos, donde hay una carta mía para él. Slatin Bey lo acepta de buena gana en Darfur, donde puede hacer mucho.

Esta mañana he bautizado a quince adultos, entre ellos a un joven de dieciocho años (mide 1,85 de estatura, y es un ángel), y una pareja a la que casé después del bautismo. Rece mucho por mí, que estoy lleno de defectos e iniquidades, y lo necesito.



Suyo afmo. † Daniel Obpo.



Presente mis respetos al Superior de los Jesuitas, etc.

Escriba siempre el n.° de referencia., y la fecha al principio, no al final.