De la lectura de los signos de los tiempos al don de sí en la Misión

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Miércoles, 13 de diciembre 2023
Durante la asamblea de formación permanente (FP) de junio de 2023 [foto], se nos pidió que continuáramos implementando el proyecto de FP presentado en la Familia Comboniana de febrero. Son aspectos que nos ayudan a profundizar y asumir cada vez mejor nuestra espiritualidad, a hacer creativa nuestra identidad carismática, a vivir con sentido nuestro servicio misionero.

De la lectura de los signos de los tiempos al don de sí en la Misión

Tema de formación permanente
para diciembre de 2023

Introducción

Durante la asamblea de formación permanente de junio de 2023, se nos pidió que continuáramos implementando el proyecto de FP presentado en la Familia Comboniana de febrero. Son aspectos que nos ayudan a profundizar y asumir cada vez mejor nuestra espiritualidad, a hacer creativa nuestra identidad carismática, a vivir con sentido nuestro servicio misionero.

Para ello hemos pensado en una serie de fichas (4) desde ahora hasta junio de 2024, siguiendo los tiempos fuertes del año litúrgico y sus desafíos misioneros. Quisiéramos partir de los desafíos de la misión, para captar cómo éstos requieren ciertamente metodologías y profesionalidad adecuadas, pero también y sobre todo motivaciones y actitudes profundas. Si estas actitudes y motivaciones se purifican continuamente, generan las opciones de nuestra acción misionera, a nivel personal y comunitario.

La nuestra es sólo una propuesta, para ayudar a la investigación personal y al diálogo comunitario. Si en las circunscripciones y comunidades habéis desarrollado o encontrado otras herramientas, estaría bien compartirlas. Así nos enriqueceremos mutuamente y realizaremos lo que nos pide el último Capítulo general y la Guía de implementación del Capítulo (cf. pp. 18-19).

En cuanto a la metodología: más que desarrollar un tema, quisiéramos proponer pistas de reflexión, señalando textos de la Palabra de Dios, textos combonianos, y también documentos de la Iglesia, y luego proponer preguntas para abrir la reflexión personal y el compartir en comunidad.

TIEMPO DE ADVIENTO: en los signos de los tiempos, las expectativas de los pueblos y la Hora de Dios

Nuestra espiritualidad comporta varias características, entre las cuales:

  1. La lectura de los signos de los tiempos y de los lugares
  1. En la lectura de los signos de los tiempos y de los lugares, el misionero descubre y pone de manifiesto las expectativas de las personas y de los pueblos con los que convive, de las comunidades y de la sociedad. Hay expectativas y perspectivas profundas, que conciernen a la identidad y a la vida de las personas y de los pueblos: expectativas de libertad y dignidad, de justicia y respeto, de fraternidad. Hay búsquedas de sentido, necesidades de apertura a algo grande, casi al misterio.
  2. Pero no hay que decir palabras genéricas: hay que describir esas expectativas y búsquedas contextualizándolas en el tiempo y en el espacio, casi con las palabras de las propias personas.
  3. Esta atención y esta lectura requieren aptitudes y actitudes:
  1. Inteligencia y espíritu crítico, capacidad de profundización e información, para ir más allá de los tópicos superficiales
  2. Discernimiento sabio, más allá del emocionalismo
  3. Escucha, silencio, calma
  4. Un corazón comprensivo, que se implica y también se deja herir por las situaciones que encuentra; nuestra lectura no es superpartidista, falsamente objetiva; es ciertamente parcial pero no falsa.
  1. Creo que es importante subrayar la dimensión de la búsqueda de sentido, porque es la búsqueda que lleva a una mayor profundidad: "La fecundidad y la vitalidad de la Iglesia dependen de la renovación de la relación con la dimensión espiritual y existencial profunda de la fe. La evangelización nunca será suficientemente nueva y útil si no alcanza la dimensión más profunda de la vida humana y la cultura, el espacio vital de la espiritualidad... el terreno fértil debe ser algo más profundo que la parte racional y emocional de la personalidad humana, la región más íntima... el vientre del que nacer de nuevo desde lo alto" (Tomáš Halík, La Tarde del cristianismo).

La lectura de todo el n. 16 de nuestra RV puede ser una ayuda válida para profundizar en esto. ¡Todas las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento pueden ser útiles en esta búsqueda!

  1. Descubrir la hora de dios

Saber escrutar los signos de los tiempos nos lleva a descubrir la Hora de Dios (RV 6), es decir, a Dios interviniendo en la historia humana. Es discernir la presencia y la acción de Dios en los acontecimientos de la persona, de la comunidad y de la sociedad, descubriendo caminos y tiempos distintos, sucesivos y complementarios:

  1. El tiempo y la modalidad de la promesa:
  1. Con la promesa Dios se compromete con su pueblo,
  2. Y al mismo tiempo modela su expectativa, purifica y hace crecer el deseo;
  3. Es el momento de la esperanza, de la escucha confiada, en la prueba.
  1. Los tiempos y las modalidades del cumplimiento:
  1. “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca” es el primer mensaje que proclama Jesús, que también confía a los discípulos cuando son enviados por Él para iniciar la misión: este cumplimiento se manifiesta a través de signos: los ciegos ven, los cojos andan, se anuncia la buena nueva a los pobres .... (ver Lc 4,16-22; Lc 7,18-23).
  2. Pablo afirma a menudo el valor del tiempo presente sobre el tiempo de la espera y de la promesa: "el misterio de Cristo no se manifestó antes como se ha revelado ahora por medio de los apóstoles y profetas..." (Ef 3,5-12; Col 1,27).
  3. Descubrir el tiempo de Dios, su acción en la vida de las personas y de los pueblos, se convierte para el misionero en una llamada a convertirse en "colaborador de la obra de Dios".

La lectura del n. 6 de nuestra RV puede ser una válida ayuda para profundizar en esto.

  1. El testimonio de Comboni
  • Comboni es capaz de admirar la belleza de los lugares, pero sobre todo le hiere el corazón la situación de la gente: las columnas y los mercados de esclavos y los restos de las caravanas; la pobreza en sus expresiones sociales; la pobreza religiosa, por la falta de fe en el Evangelio...
  • Sabe ver cómo la metodología adoptada hasta ahora es derrochadora en medios y sobre todo en personas, e ineficaz. Sabe escuchar todas las investigaciones que diversos misioneros están llevando a cabo sobre qué estrategia adoptar para la regeneración de África.
  • Pero Comboni también sabe ver el potencial, especialmente en cómo los "africanos" pueden convertirse en protagonistas de su propia historia.
  • Comboni sabe ver la Hora de Dios también en los intereses culturales, económicos, coloniales de los exploradores, de los estados, etc.: hay quien trabaja según el prisma de los intereses humanos y quien cree que el Corazón de Cristo late también por estos pueblos.
  • En Comboni se forja un "corazón solidario" que sabe leer los signos de los tiempos y ver la Hora de Dios, que se implica en la historia humana y hace causa común con los más pobres. Manteniendo los ojos fijos en Jesucristo y leyendo los acontecimientos con la mirada de Dios, Comboni afirma que el Sagrado Corazón de Jesús ha mostrado que ha llegado la hora de la regeneración de África por obra de los propios africanos, y que es urgente responder a esta llamada de Dios.
  • En este terreno fértil nacen: el Plan para la Regeneración de África; y una capacidad de donación para realizar este Plan, personalmente, mediante la fundación y formación de sus institutos, y mediante la animación de las fuerzas eclesiales.

En el índice analítico del volumen de los Escritos de Comboni hay un capítulo dedicado al "hoy - hora de Dios". Vean y elijan algunos pasajes...

  1. Para nosotros

Algunas preguntas para la reflexión personal y el compartir en comunidad:

  1. ¿Cuáles son las expectativas de las personas, las comunidades y el pueblo con el que estoy caminando?
  2. ¿Cómo y hasta qué punto las siento mías?
  3. ¿Cómo las asumo en mi plan de vida, en el proyecto comunitario y en el proyecto apostólico de mi comunidad?

El Hijo de Dios, que se encarnó hace dos mil años por amor al hombre, realiza también hoy su obra. Hemos de aguzar la vista para verla y, sobre todo, tener un gran corazón para convertirnos nosotros mismos en sus instrumentos” (Novo Millennio Ineunte n. 58)