Los miembros de la Asamblea Intercapitular concluyen sus trabajos confiando el Instituto y su misión a la Virgen de Guadalupe
PARTICIPANTES
I. CONSEJO GENERAL
1. P. Serra Teresino - padre general
2. P. Baldan Fabio Carlo - vicario general
3. P. Odelir José Magri - asistente general
4. P. Tesfamariam Ghebrecristos Woldeghebriel - asistente general
5. Hno. Romero Arias Hernán - asistente general
II. SECRETARIOS DE LOS SECRETARIADOS GENERALES
6. P. Guarda Alessandro - economía
7. P. Miante Girolamo - promoción vocacional y formación
8. P. Pescantini Umberto - animación misionera
9. P. Zolli Fernando – evangelización
III. ENCARGADOS DE LAS SECRETARÍAS GENERALES
10. P. Cimitan Danilo – coordinador de la formación permanente
11. P. Sandri Giuseppe - secretario general
IV. PROVINCIALES
12. P. Codianni Luigi Fernando - BRASIL NORDESTE
13. P. Munari Giovanni - BRASIL DO SUL
14. P. Castillo Matarrita Víctor Hugo - CENTRAFRIQUE
15. P. Bernasconi Fermo - CONGO
16. P. Altenburger Josef [substituye a p. Schneider Anton que esta enfermo] - DSP
17. P. Bordonali Bruno - ECUADOR-COLOMBIA
18. P. Tesfaye Tadesse - ETHIOPIA
19. P. Rojo Buxonat Laureano - ESPAÑA
20. P. Pelucchi Alberto - ITALIA
21. P. Tibaldo Mariano - KENYA
22. P. Cignolini Luigi - KHARTOUM
23. P. Felix Paul Neri Augustine - LONDON PROVINCE
24. P. Casagrande Luigi - MALAWI-ZAMBIA
25. P. González Ponce Rafael - MÉXICO
26. P. Robol Massimo - MOÇAMBIQUE
27. P. Gasparini Luigi - NORTH AMERICAN PROVINCE
28. P. Bustos Juárez Rogelio - PERÚ-CHILE
29. P. Manuel Alves Pinheiro de Carvalho - PORTUGAL
30. P. Singer Benno - SOUTH AFRICA
31. P. Perina Luciano - SOUTH SUDAN
32. P. Ruiz Molina Jesús - TCHAD
33. P. Manuel João Pereira Correia - TOGO-GHANA-BENIN
34. P. Filippi Giuseppe - UGANDA
V. SUPERIORES DE DELEGACIÓN
36. P. Glenday David Kinnear - ASIA
37. P. Girau Pellicer José Antonio - COLOMBIA
38. P. Sánchez González Enrique - CENTRO AMERICA
39. P. Lurati Claudio - EGYPTE
40. P. Sebhatleab Ayele Tesemma - ERITREA
VI. REPRESENTANTE DEL SUPERIOR GENERAL
41. P. Torres Gómez Manuel Ramón – POLSKA
VII. REPRESENTANTES DE LOS HERMANOS
42. Fr. Cruz Reyes Joel - AMERICA-ASIA
43. Fr. Eigner Johann -EUROPA
44. Fr. Della Monica Simone - EUROPA
45. Fr. Parise Alberto - AFRICA
CARGOS
I. MODERADORES PARA LOS PRIMEROS DÍAS
1. P. Glenday David Kinnear (A)
2. P. Sánchez González Enrique (DCA)
II. SECRETARIOS
1. P. Prandina Piergiorgio (C)
2. P. García Castillo Jorge Oscar (M)
3. P. Guarino Domenico (M)
III. TRADUCTORES
1. P. Valdovinos Valencia Juan Manuel (M)
2. P. Pescantini Umberto (C)
3. P. Giuseppe Sandri (C)
IV. INVITADO (apoyo para la Ratio Missionis y las noticias periódicas en español y francés)
4. P. Rosich Vargas Enrique Javier (C)
Total de los invitados a la asamblea
45 participantes
3 secretarios
1 traductor
1 invitado
50 personas (incluidos el experto y P. González Ponce Rafael)
Domingo 3 de septiembre
La apertura de la Asamblea Intercapitular tuvo lugar el domingo 3 a las once de la mañana con un breve encuentro con Mons. Giuseppe Bertello, nuncio de su Santidad en México. Se trata de un gran amigo de los Combonianos debido a su experiencia variada en diversos países africanos tales como Sudán, Ruanda, Togo, Ghana y Benin. Con sencillez nos resumió la situación delicada que vive la sociedad mexicana a raíz de los últimos resultados electorales: impugnados por la oposición y cómo la Iglesia vive todos estos acontecimientos.
Luego, presidió la Eucaristía dominical, bajo una carpa junto a todos los participantes a la Asamblea Intercapitular, algunos hermanos Combonianos de la Provincia de México y a un nutrido grupo de cristianos de Xochimilco.
Al final de la celebración el Padre General explicó que los Misioneros Combonianos reunidos durante tres semanas estaban haciendo misión y pidió a los cristianos que orasen cada día por esta Asamblea Intercapitular para que los Combonianos estuviesen abiertos a lo que Dios quiere de ellos.
La apertura oficial empezó por la tarde. Con una palabra de bienvenida del Padre Rafael González Ponce, provincial de México y después una intervención por parte del Padre Teresino Serra, Superior General. Tras subrayar la importancia del momento que comenzábamos, lo describió con cinco imágenes: puente (entre el Instituto y la Missio Dei), cruz (asumir las dificultades), corazón (descubrir lo bueno que existe en el Instituto), pozo (momento de descanso y encuentro con el Señor) y barca (fiarse del Señor y navegar en aguas profundas).
A continuación cada participante se presentó diciendo quién era y qué deseos traía a la Intercapitular. Se eligieron los moderadores (Claudio Lurati, Enrique Sánchez, Laureano Rojo Buxonat) y se asignaron diversos oficios (comité de liturgia, comité lúdico y cultural, comité de prensa, etc.) Acabamos la jornada tras aprobar el horario de trabajo propuesto por el comité coordinador.
Lunes 4 de septiembre.
La mañana estuvo animada por el Padre Camilo Maccise, Carmelita descalzo experto en Biblia y vida consagrada. Nos ayudó a situar y comprender la vida religiosa en el contexto latinoamericano. Nos habló en primer lugar de la memoria histórica y a continuación del presente y futuro de la vida religiosa en América y sus retos.
Señaló que vivimos un momento de fuerte crisis (crisis con sus tres significados: juicio, purificación y decisión). Para describir la situación que atraviesa la vida religiosa habló con dos imágenes: el éxodo (un camino que se sintió como liberación de una observancia y un ritualismo excesivo, un sendero que indicaba la inseguridad del desierto pero del que se esperaba llegar sin tardar a la nueva tierra). Cuando la primavera del Vaticano II dio paso a un invierno eclesial esta imagen del éxodo ya era insuficiente, se vio entonces que la experiencia del exilio reflejaba mejor lo que vivimos en la actualidad: un momento largo en el que se siente la ausencia de Dios, la inseguridad permanente que nos invita a apoyarnos sólo en Dios y no en otras cosas. De hecho hemos pasado de tener mucho prestigio, protagonismo y seguridad de que otros seguirían nuestros pasos, a un tiempo en el que todo es provisional, la identidad se ha diluido, faltan las vocaciones y atravesamos por momentos de purificación de Noche Oscura que nos obliga a buscar lo esencial de nuestra vida.
Tras su charla muy apreciada siguió un momento de diálogo en el que se habló de la necesidad de seleccionar bien nuestros candidatos sabiendo que deben ser personas capaces de vivir en estos tiempos difíciles; de la tensión entre vida consagrada y misión; de la contraposición entre vida religiosa y los movimientos; de la tensión entre carisma e institución; y de la vida religiosa como profecía.
Por la tarde tuvo lugar el informe de la Dirección General presentada por el Padre Teresina Serra. Comenzó agradeciendo a los provinciales y delegados su colaboración en el gobierno del Instituto y volvió a insistir en la necesidad de mantener en esta Asamblea una actitud de escucha: de escucha de Dios que tiene mucho que decirnos, de escucha de Comboni (fidelidad creativa) y de escucha recíproca los unos con los otros. Resumió el camino recorrido en los últimos tres años parándose en lo llamó prioridades: espiritualidad (pasar del hacer al ser basándose en el joven rico del evangelio), el desequilibrio entre personal y compromisos, la buena formación de base que prepara a una misión difícil y exigente, el proceso de la Ratio Missionis (que nos invita a una conversión a partir de una relectura sapiencial de nuestra identidad y metodologías), el ministerio de la autoridad (hecho al estilo de Jesús: manso como cordero, crucificado, paciente y flexible).
Acabó afirmando, junto a Daniel Comboni, su convicción que “el dedo de Dios está aquí” en este momento de gracia. Tras su charla repartió a los presentes una cruz con el lema “duc in altum” (rema mar adentro).
Siguió un turno de diálogo y preguntas en que se agradeció su claridad de llamar a las cosas por su nombre y donde se volvió a señalar la necesidad de un cambio profundo que no es un capricho de algunos, sino una exigencia que nos llega de la base, así como la urgencia de hacer entre todos un plan misionero del Instituto que nos ayude a fijar las prioridades con vistas a rediseñar nuestras presencias y a recualificar los compromisos de manera global. Acabamos con un momento de oración y adoración en común con el que concluimos los trabajos del día.
Martes 5 de septiembre
La jornada estuvo dedicada a los informes de los Secretariados Generales. Comenzó el Padre Humberto Pescantini, Secretario general de la Animación Misionera. Se sirvió de un power point para resumir las actividades del Secretariado en los últimos tres años. Conviene resaltar la preparación de la Canonización, la puesta en marcha del sito web comboni.org, los consejos y asambleas continentales y los cursos para animadores misioneros. A propósito de los LMC indicó que en la actualidad hay unos cuarenta en misiones. Tras reconocer éxitos y fracasos como la desaparición del boletín “juntos/together”, insistió en que persisten dificultades en lo concerniente a la identidad o a la independencia económica de los LMC.
El Padre Fernando Zolli, Secretario general de la Evangelización señaló aquellos puntos en los que el secretariado ha trabajado en los últimos tres años. De entre todos ellos hay que resaltar sin duda el proceso de la Ratio Missionis: un camino adecuado de renovación y, al mismo tiempo, un momento de reflexión-profundización de todos los aspectos de nuestra vida. La novedad de este camino es que nos hemos puesto a trabajar juntos para alcanzar juntos igualmente un resultado: un Plano misionero del Instituto que responda a nuestro tiempo.
Insistió en la necesidad de trabajar en red e implicarse más como Instituto en la JPIC y en las organizaciones de las que formamos parte y que pueden ejercer presión en la ONU (VIVAT) o en Bruselas (AEFJN).
La mañana la terminamos con la presencia de Mons. Samuel Ruiz, obispo emérito de Chiapas que nos habló sobre la vida religiosa. Esperábamos que nos hubiera compartido su experiencia rica de pastoral inculturada entre los indígenas, pero nos quedamos con las ganas ya que sólo hizo una mera alusión respondiendo a una pregunta del Padre Pinheiro. Presidió la Eucaristía y compartió la comida con nosotros.
La tarde siguió el informe del Padre Alejandro Guarda, Ecónomo General. No aportó datos precisos de los gastos del Instituto, pero sí trató sobre ciertos aspectos: la economía y la misión comunitaria (la economía es verdaderamente para la misión cuando ésta es comunitaria); el Fondo Común (no es una solución para tener más dinero, sino para cambiar de perspectiva y de modo de vivir y pensar la misión); ética y transparencia (nadie debe ser dejado solo en economía, no por falta de confianza, sino para una corresponsabilidad de todos en todo); insistió en la necesidad de formación de los ecónomos.
Miércoles 6 de septiembre:
Los informes de los secretarios continuaron durante la mañana. El Padre Girolamo Miante, Secretario general de la promoción vocacional y formación de base, insistió en los siguientes puntos: Preparación y FP de los formadores y promotores vocacionales, corresponsabilidad de todos en la formación de los candidatos a través del testimonio, favorecer la continuidad en la formación, formación profesional de los hermanos. Dijo que el camino de la Ratio Missionis es, a su juicio, la primera respuesta que se da al reto de la falta de vocaciones, en la medida que reavivamos nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia manifestaremos una vocación que merece la pena ser vivida.
El Padre Danilo Cimitan, encargado de coordinar la Formación permanente, tuvo una intervención en la que reconoció que el proceso de la Ratio Missionis ha puesto al Instituto en actitud de FP dando más énfasis en el ser que el hacer misión. Se detuvo de manera particular en los mal llamados “casos particulares” que él nos invitó a llamar personas en dificultad. Dada su larga experiencia en este campo insistió en la necesidad de acoger a estos hermanos heridos con paciencia y cariño.
El último en intervenir fue el Padre Giuseppe Sandri, Secretario general, que una vez más recordó la importancia de redactar con claridad los distintos verbales, mantener al día los archivos provinciales y en colaborar con las distintas publicaciones (Familia Comboniana, MCCJ Bulletin, etc.) Se le agradeció su fidelidad y buen hacer en este servicio burocrático tan ingrato.
En la Eucaristía, preparada por los provinciales de Europa, tuvimos un recuerdo especial por los Padres Rafael González Ponce y José Pablo Girau que celebraban 26 y 31 años de ordenación respectivamente.
Jueves 7 de septiembre:
Se propuso cambiar la agenda y la asamblea aceptó. Se trataba de no presentar los informes provinciales para permitir dar más tiempo a una reflexión más reposada sobre ciertas afirmaciones del Padre General. He aquí algunas: tendemos a desertar una misión difícil; ¿cómo reaccionar ante la mediocridad que se filtra en el Instituto?; corresponsabilidad y estilo de gobierno; ¿qué podemos decir sobre el Plan misionero del Instituto promovido por la Ratio Missionis?
El Padre General intervino para aclarar y profundizar mejor sus afirmaciones. Hablando de la misión difícil dijo que la misión según Jesús es humanamente absurda, llena de dificultades y peligros, a la cual hay que ir ligeros, fiándonos en la fuerza del Espíritu y no de las cosas. En el fondo, la misión no es una excursión, sino un combate… Luego habló de los signos de los lugares y vino a decir que “los pobres y abandonados” es un lugar común a todos los institutos. Lo específicamente nuestro debería coincidir con algunas partes donde nadie quiere ir: en determinadas zonas de África por ejemplo, y que deberíamos dejar, sin tardar, esos lugares en los que somos prácticamente “diocesanos”.
También dijo que cuando el estilo de nuestra vida se aleja de lo que anunciamos nuestra incoherencia anula lo que hablan nuestros labios. El Instituto ha tomado, en ese sentido, un camino de privilegios (casas confortables donde no falta de nada, vacaciones regulares como los ricos, asistencia médica de primer orden, abandono frecuente de los lugares de trabajo, etc.). Funcionamos a base de emergencias como la cruz roja, hace falta que nos paremos para oxigenarnos espiritualmente para ver si lo que hacemos es adecuado, pues el Instituto actual no es el mismo de antes, tiene sangre nueva y también expectativas igualmente nuevas. Para combatir la mediocridad hay que favorecer una espiritualidad de grupo, crear grupos-levadura, favoreciendo los encuentros de FP dentro y fuera en unión con otros Institutos.
Con respecto al gobierno dijo que hay que gobernar juntos. Corresponsabilidad y colaboración pues y no recurrir a Roma ante cualquier “patata caliente” que nos cae entre las manos. Y acabó preguntándose ¿cuáles son las prioridades que podremos llevar adelante con las fuerzas vivas que tenemos hoy?
Viernes 8 de septiembre.
Hoy vimos el sol por vez primera tras varios días de nubes y aguaceros. Quizá por eso la sala parecía una jaula de grillos (esto es una licencia poética dedicada al padre Peluchi).
El día estuvo dedicado a las relaciones de los continentes. Empezaron los provinciales del África anglófona que describieron la situación sociopolítica y económica de este subcontinente. Nos dieron buenas noticias comos las elecciones (más o menos transparentes) que han tenido lugar en varios países, los acuerdos de paz, cierta bonanza económica, etc. No ocultaron los aspectos problemáticos: la corrupción generalizada o los tiranos que hacen sufrir a la gente, y nos hablaron también del futuro. En este sentido, fue de especial relieve la intervención del padre Filippi, provincial de Uganda, que habló del proyecto de recualificación de compromisos en el plan sexenal. Afirmó que Uganda está destinada a disminuir hasta convertirse en una provincia como las demás. Toda renovación parte del Espíritu. Esta actitud debe ser encarada pues con una buena dosis de espiritualidad: vivir con el talante de Juan el Bautista (es preciso que nosotros disminuyamos para que la iglesia local crezca). En el futuro no podremos actuar más en solitario (se acabó el tiempo de los rambos), sino junto a otros como Comboni (en colaboración con todas las fuerzas posibles: ONG, institutos, laicos, etc.)
Durante la Eucaristía se recordó especialmente el 32º aniversario de la primera profesión de los padres Laureano Rojo Buxonat y Enrique Javier Rosich Vargas.
Por la tarde los provinciales europeos presentaron su informe. Sin negar aspectos positivos (los misioneros somos el único rostro de la Iglesia que este mundo laico logra soportar, las iglesias necesitan la misión ad gentes para renovarse) no temieron llamar a las cosas por su nombre. Hicieron una serie de preguntas pertinentes ¿cuál es nuestra respuesta como Instituto exclusivamente Ad gentes en la Europa actual? ¿Somos huéspedes o miembros de pleno derecho en las iglesias locales? ¿Por qué las personas en situaciones difíciles aumentan sin parar? ¿Por qué esa resistencia a volver a las provincias de origen?
Los cuatro provinciales del África francófona expusieron a su vez su manera de colaborar juntos en el subcontinente (en el proceso de la Ratio Missionis, de la Formación de base, de la FP, en el ámbito de JPIC, del Fondo común…) Tanto es así que ya les llaman los cuatro mosqueteros (será por aquello de “todos para uno y uno para todos”). No han tenido pelos en la lengua al afirmar que el futuro les obligará a aligerar las estructuras provinciales (un solo ecónomo para toda la región, una sola provincia con regiones, una sola estructura formativa); los misioneros en la zona francófona ya no pertenecerían a una sola provincia, sino a la región francófona…). Tampoco les tembló el pulso cunado hicieron propuestas como la de llegar a establecer una estrategia global del Instituto, una mayor corresponsabilidad en el gobierno (consulta para la elección de los secretarios generales, de los formadores, etc.). ¡Esto es pensar con amplitud y sin espíritu provinciano!
Acabamos la tarde con una celebración de la reconciliación y, tras la cena, un momento de fiesta comunitaria donde los más celebrados fueron los PP. Jorge García y Piergiorgio Prandina por su gracia en contar los chistes. Por cierto, hay una apuesta pendiente por saber dónde se encuentra la misión comboniana más difícil. Unos afirman que está en Europa, otros que en África francófona, pero los hay que afirman que se encuentra en la Curia de Roma…
Fin de semana cultural.
El sábado 9 de septiembre nos dimos cita a las tres de la tarde en la basílica de la Virgen de Guadalupe. El Cardenal de México presidió la Eucaristía y durante su homilía nos animó en nuestros trabajos y pidió la fuerza del Espíritu para la Asamblea Intercapitular.
El domingo visitamos las pirámides de Teotihuacan. El lugar “donde los hombres se vuelven dioses”, según los aztecas. Y en verdad uno se siente impresionado por la magnitud del lugar y el equilibrio y precisión en las construcciones. Aprendimos que México tiene una historia rica y milenaria. Conocer mejor la cultura de los demás es una constante en nuestra vida misionera. La salida nos sirvió para estrechar lazos entre todos.
Flecos sueltos y malestar.
En los informes de los días pasados quedaron preguntas en el aire, flecos sueltos. Algunos tenían la impresión que se pasaba de un tema a otro sin haberles dedicado el tiempo suficiente.
Varios de los participantes tenían un cierto temor a que no se trataran con seriedad ciertos temas de la agenda (personal, rediseñar compromisos, códice de conducta, etc.) o que algunos puntos quedaran sin responder al final.
Poco a poco fue creciendo una especie de malestar. El martes doce de septiembre por la tarde se interrumpió el orden del día para clarificarnos. Todos los participantes pudieron expresarse libremente. Alguien llegó a decir que tenía la impresión que había una agenda oculta donde todo (o casi) ya estaba decidido. El general afirmó que no existía tal pretensión en la Dirección General, ni mucho menos. Otro provincial aseguró que esta situación tensa era algo normal en las dinámicas de los grupos.
El Comité coordinador de la Asamblea Intercapitular junto a los moderadores rediseñaran el calendario. El Vicario informó de los cambios aportados a la metodología y temas a tratar en los días sucesivos. De esta forma la asamblea se pronunció y evaluó el proceso de la Ratio Missionis así como los puntos de programación de la Dirección General para la actualización del Capítulo.
Fiesta y duelo.
La noche del 15 de septiembre celebramos la independencia de México con flautas, enchiladas, canciones y el famoso “grito”. La fiesta nacional junto al domingo nos regaló un largo fin de semana de respiro. Nos vino bien salir y movernos tras cinco días de sentadas y diálogos intensos.
La tarde del 17, al volver a Xochimilco, nos sorprendió la muerte de Don Franco Masserdotti, obispo comboniano de Balsas. Los que le conocieron lo describieron como una persona muy humana, con gran sentido del humor y siempre en búsqueda de una espiritualidad comboniana y de la misión ad gentes. Alguien se preguntó qué querrá decir Dios al Instituto con esta muerte. Los dos provinciales del Brasil, Luigi Cordianni y Giovanni Munari, viajarán a Balsas el miércoles 20 para asistir a la Eucaristía del próximo sábado.
Recta final.
Entramos en la última semana de Asamblea Intercapitular, es tiempo de aterrizar. El Padre Teresino explicó que nuestro sistema formativo está en crisis. Con ejemplos mostró la gravedad de la situación. Ha llegado el momento de intervenir “con bisturí” allí donde sea necesario.
Dialogamos sobre las propuestas de la comisión para la Formación de base. Muchas expectativas para tan pocos resultados, o sea que la montaña dio a luz un ratón: no hubo grandes novedades. Parece que las ideas las tenemos claras pero nos falta decisión para ponerlas en práctica.
La mayoría estuvo de acuerdo en afirmar que cambiar las estructuras, tiempos y contenidos no servirá de mucho si no hay una verdadera renovación personal y comunitaria en el Instituto. Son la vida y la misión las que forman y permanecer demasiado tiempo en estructuras artificiales es contraproducente. Hay más preocupación por la cantidad que por la calidad, entonces se cae en el “paternalismo formativo”, o sea poca exigencia y mucha permisividad.
Novedades en la formación de base.
La asamblea ha apoyado algunas propuestas de la comisión para la formación de base y la ha animado a que continúe en su trabajo. He aquí algunas de las propuestas: permitir experiencias con realidades “fuertes” durante el noviciado (pandilleros, enfermos de SIDA,…) que provoquen interrogantes y abran a la compasión; comenzar un servicio misionero tras el noviciado por la ventaja que supone estudiar lenguas locales cuando somos jóvenes y permite focalizar los estudios que vendrán después; insertar grupos de 2 ó 3 escoláticos en comunidades combonianas concretas donde se vivirá la misión al tiempo que se estudia; importancia de una evaluación seria al final del 2º año de escolasticado para ver si el muchacho ha resistido bien el impacto de la interculturalidad; búsquedas de fórmulas que permitan una inculturación de nuestra formación; evaluar los escolasticados del sur para evitar que se transformen en “islas transplantadas del Norte en un sur geográfico”.
Es de sabios rectificar: al final, la Asamblea sí ha aportado novedades para la Formación de base.
Un espíritu nuevo en la Intercapitular.
Y hablando de novedades hay un espíritu renovado entre los miembros de la Asamblea. Todos deseamos el bien del Instituto por encima de los intereses particulares. Por eso se constata una buena disposición por dejar las visiones pequeñas y fragmentadas con tal de llegar a tener una más amplia y global. Hay intentos por aunar fuerzas, pensar más allá de las propias fronteras, reestructurar las actuales circunscripciones y buscar lo que es mejor para el Instituto hoy.
Se siente una necesidad muy fuerte de tener un Plan misionero de Instituto para todos que nos permita ver claras nuestras prioridades, dónde investir personal, qué decisiones deben tomarse urgentemente, qué cosas pueden esperar, hacia dónde caminamos…
Al hablar del estilo de gobierno, por ejemplo, se hizo desde un deseo serio de colaborar los provinciales con la Dirección General y encontrar -juntos- las respuestas adecuadas.
En este mismo orden de cosas: Hace unos días señalamos un momento de “malestar” y quizá algunos pensaron enseguida que se trataba de un sentimiento estrictamente negativo, pero no es así. Significa ante todo que no nos conformamos con algunas situaciones estancadas de nuestro presente porque amamos al Instituto y queremos que sea capaz de sacudirse la apatía para volverse como Dios lo quiere y todos lo soñamos.
Como atletas.
Los atletas suelen hacer un esfuerzo suplementario para cubrir el último tramo de la carrera. Los miembros de la Intercapitular, de forma semejante, echan el resto en las últimas horas que le quedan.
El comité coordinador trató de rescatar algunos temas que quedaron sin tratar suficientemente en días pasados, pero que, por su importancia, no podían quedar silenciados. Así, compartimos sobre la corresponsabilidad y el estilo de gobierno, la visión de conjunto del Instituto y de un Plano Misionero común, de los criterios para escoger los campos de trabajo. Además, hablamos sobre el Fondo Común, de un nuevo estilo de Hermano Comboniano y del próximo Capitulo General de 2009.
Nos preguntamos qué elementos son irrenunciables entre nosotros, aquellos que nos permiten tener una visión en común y nos ayudarán a asumir un Plan misionero del Instituto. Señalamos valores que se derivan de la espiritualidad comboniana y que fundan nuestra identidad y nuestra acción. Nos falta aún camino por recorrer, pero no cabe duda que el proceso de la Ratio Missionis nos ayudará a focalizar esta visión global de Instituto.
En lo referente a los criterios de elección de los campos de trabajo hay que preguntarse ¿dónde la misión se la está jugando hoy? Para invertir personal ahí, sabiendo dejar otras cosas. No podemos hacerlo todo, pero hemos de tener la audacia de escoger sólo algunos desafíos Ad gentes para llegar a ser más eficaces.
Del Fondo Común se dijo que es un instrumento para un tipo de misión comunitaria. Donde hay personas convencidas que aceptan dialogar, compartir y llevar una metodología más rigurosa. Supone también preparar ecónomos que no sean sólo contables.
La Asamblea está de acuerdo que el próximo Capítulo General de 2009 sea “especial” para responder a los cambios que vivimos en todos los aspectos. Sería bueno que fuese el corolario de todo el proceso de la Ratio Missionis comenzado ya y que continuará en los próximos años. Algunos han expresado el temor de que tanta riqueza y tanto esfuerzo puedan quedar truncados teniendo en cuenta que el Capítulo contará con dos tercios de gente nueva.
Un común denominador.
Hay un común denominador en todos estos temas. En primer lugar un deseo serio de renovarse y, al mismo tempo, una voluntad de salvar distancias, unirse y actuar. Los desafíos son tantos y tan complejos en la actualidad que ya no bastan buenas intenciones, hay que ser audaces y tomar juntos las decisiones adecuadas.
Jorge García, ecónomo provincial de México, nos preguntó hoy: ¿ya van acabando?, si, respondí. ¿Entonces ya están de acuerdo?, volvió a preguntar. Bueno, dije, costó, pero se va consiguiendo.
El próximo domingo acabaremos con la Eucaristía. Daremos gracias por todo lo vivido y recibido. Una Intercapitular es una asamblea de combonianos de distintos lugares, formaciones y sensibilidades que intentan evaluar lo realizado desde el último Capítulo. Para ello deben entenderse en lenguas distintas, rezar y caminar juntos durante tres semanas. El camino tuvo meandros pero, al final, esta asamblea de México fue una experiencia intensa de gracia.