"Ormai mi sono abituato alla logica della morte. Il rischio è il denominatore comune di ogni scelta. Bisogna accettarlo con realismo e con fede in Dio"
San Julian de Musque (Vizcaya - España)
Kisubi (Uganda)
EI 20 de abril a las doce de la mañana, fue asesinado en Uganda el P. Osmundo Bilbao. Tenia treinta y siete años v llevaba como misionero en este país desde 1971. EI Padre Osmundo era muy querido por muchos ugandeses, sobre lodo por los del norte, donde se desvivió hasta el último día de su vida. Es el primer comboniano español asesinado en acto de servicio.
«Nos lo mataron porque era un fiel servidor del Evangelio. Pero el Padre Osmundo no ha muerto; está vivo entre nosotros... Este es el verdadero ugandés. No vino aquí en busca de dinero, ni de honor, ni de ambiciones personales. Vino a testificar el amor evangélico. Nos indico con su vida y su muerte el camino justo para reconstruir el país. Quien lo mató ha herido el corazón mismo de Uganda, pero no saben que un cristiano no muere, no se puede matar» (De la Homilia de monseñor César Asili, obispo de Lira).
El atentado
EI P. Osmundo se dirigía, con el P. Torquato Paolucci, y una muchacha ugandesa, desde Kampala a Kisubi, a la imprenta que tienen en este lugar las misioneras de San Pedro Claver. Iban en una camioneta pequeña, muy útil y funcional.
Poco antes de llegar a Kisubi les salieron al encuentro unos hombres armados con la clara intención de apoderarse de la camioneta. EI P. Osmundo, que iba al volante, acelero para evitar el asalto. A los pocos segundos recibía en la espalda y en el cuello unos impactos de bala, que le causaron la muerte en el acto. El P. Paolucci consiguió arrojarse a tierra así como la muchacha. La camioneta se estrello después a escasos metros del atentado. Los asaltantes se dieron a la fuga.
La primera persona en enterarse del asalto y del asesinato del P. Osmundo fue la misionera española de S. Pedro Claver, Sor Beatriz, que llamó inmediatamente a España comunicando la noticia. A las pocas horas el cadáver del P. Osmundo se encontraba en Kampala. El 22 de Abril el cardenal arzobispo de Kampala. Emmanuel Nsubuga, concelebró una Misa Funeral con varios Obispos ugandeses, numerosos sacerdotes y misioneros, a que asistió, entre otros, el embajador de España en Kampala y demás personal de la Embajada. Fue una ceremonia emocionante, con miles de católicos ugandeses que conocían y apreciaban al P. Osmundo.
Pocos días después, y por petición de su madre, el cadáver del P. Osmundo llegaba a su tierra natal, Bilbao, acompañado por el P. Fidel González.
El día 26 de Abril, a las 6,30 de la tarde, se celebro en la Iglesia de Santa María, de Portugalete, el funeral por el P. Osmundo.
Monseñor Larrea, obispo de Bilbao, ofició la misa funeral, que fue concelebrada por 38 sacerdotes pertenecientes en su mayoría al clero de la diócesis y a los misioneros combonianos.
El P. Bilbao recibió sepultura en la tumba familiar del cementerio de Somorrostro, hasta donde la acompañaron sus familiares y un nutrido grupo de amigos y compañeros.
Su vida
El P. Osmundo nació en San Julián de Musques (Vizcaya), en 1944. Pasó la infancia y la juventud en Portugalete. Entro en el seminario vizcaíno de muy joven.
A los dieciocho años ingresó en el noviciado comboniano, en Corella (Navarra). Este noviciado se trasladó después a Moncada (Valencia) y allí hizo la primera profesión religiosa el 9 de septiembre de 1964.
Poco después lo mandan a Venegono (Italia), donde continua sus estudios de teología, para llegar a la ordenación sacerdotal el 6 de Abril de 1969. Después de permanecer unos meses en España es destinado a Uganda, y se va a Londres para aprender el inglés. Permanece en Londres hasta diciembre de 1970; en enero de 1971 parte para Uganda.
El primer tiempo de misión lo pasa en Moyo, capital del distrito Madi, en el norte de Uganda (West Nile). Allí aprende la lengua local, el madi, muy difícil, y hace su primera experiencia de vida misionera. Pronto es trasladado a Metu, una pequeña misión cercana a Moyo, situada entre Moyo y el Nilo.
En 1975 viene de vacaciones a España y, a su regreso, lo encargan de la Procura Regional en Kampala. Son tiempos difíciles en Uganda, y la labor del procurador tienen que cubrir un vasto campo. Osmundo se prodiga en atender a todos. Pero es, sobre todo, durante la guerra y después de ésta, cuando Osmundo desarrolla al máximo la actividad de la Procura. En la inmediata posguerra se convierte en el punto de referencia de todos los organismos que tratan de ayudar a Uganda: Cruz Roja, Unicef, CEE. Logra organizar cuantiosos envíos de comida, medicinas y material hacia el norte de Uganda. Su labor resulta vital para todos los hospitales de misión situados en el Norte.
Vuelve a España para un merecido descanso en 1979, pero no permanece inactivo, sino que acepta ayudar en la animación misionera, labor que realiza en la comunidad de Barcelona.
Regresa a Uganda después de un año de permanencia en España y vuelve entre sus queridos madi. Esta vez va a Moyo, ya que Metu fue arrasada durante la guerra, y la escasez de misioneros no permite rehacer la misión. En Moyo transcurre este ultimo periodo de su labor misionera, como superior y párroco. Moyo se ha convertido en una zona conflictiva, punto de encuentro entre guerril1as y el Ejército ugandés. Pero Osmundo sabe manejarse bien en esa difícil situación. Los superiores le invitan a dejar la misión si lo considera peligroso, pero el responde que no cree que el peligro sea tal como para abandonar la misión, y que prefiere seguir allí porque la misión es el único apoyo que tiene la población, lo que les permite seguir en su tierra y no convertirse en prófugos.
El día 18 de Abril el P. Osmundo había ido a Kampala para algunos asuntos; y el día 20, a las doce de la mañana, Osmundo fue asesinado en las cercanías de Kisubi por unos hombres armados.
En acto de servicio
EI P. Osmundo murió en acto de servicio mientras trabajaba con el único fin de ayudar a su gente. Por este motivo el P. Osmundo fue a Kampala. El mismo escribía: «Dentro de unos días intentaré ir a Kampala a ver si encuentro alga que merezca la pena para poder traer y ayudar a esta gente. Veremos a ver qué es lo que se puede conseguir» (P. Osmundo, Moyo 6.4.1982). Días después encontraría la muerte.
EI P. Osmundo demostró siempre un gran amor por Africa y su gente. He aquí el testimonio de un compañero suyo: «Ya desde los tiempos del noviciado, y después, durante los años de formación, o en Londres, cuando aprendíamos inglés, y mas tarde en Moyo o Kampala, Osmundo siempre se caracterizó por su cordialidad, amabilidad, su apertura hacia propios y extraños. Era muy conocido en Uganda. Los años que pasó en Kampala le permitieron entrar en contacto con mucha gente, europeos y africanos, y con todos supo colaborar y con muchos estrechó lazos de amistad.
No obstante, fue en Moyo y Metu donde Osmundo supo darse a niveles más profundos que son los propios de la tarea del misionero en el contacto diario con su gente. Sin duda, donde quedará un recuerdo imborrable de Osmundo es en Moyo y Metu, entres sus amigos madi. Nosotros hemos perdido un amigo y un hermano. Ellos han perdido a su padre.
«Gracias por tu amistad, por la generosidad de tu vida, por tu alegría de vivir, por tu amar a Africa y a los africanos» (P. Manuel Grau).
Han sido numerosísimas las muestras de amor y simpatía por el P. Osmundo. Un matrimonio ugandés, en una carta de condolencia dirigida a su madre, testimonia: «El P. Bilbao era un hombre del pueblo y luz para los hombres. Su luz fue el amar interminable y sin discriminación por el pueblo a quien fue enviado para traer la palabra y el mensaje de Cristo. El estaba inspirado por el poder de Dios con valentía, fe y sinceridad para extender el mensaje de amor. Ha sido conocido corno un hombre recto» (E.O. Mamawi, Kampala 23. 4.1982).
El Ministro de Abastecimientos de Moyo, escribiendo a la madre del P. Osmundo dice: «Desde que el P. Bilbao vino a Uganda se dedico al servicio de Uganda, particularmente al servicio de la comunidad Madi. El es recordado por todos por su amor. Amó a Dios, amó a los niños, amó a los hombre y mujeres, amó al trabajo, amó a todos, pobres y ricos, poderosos y humildes, negros y blancos. Su simpatía y dedicación, aún en tiempos difíciles, nos inspiró a todos. Todo el mundo en Moyo lo admira. Todos lo echamos en falta» (Or. M.T. Apiliga, M.P.).
El P. Osmundo fue, sin lugar a dudas, amigo y siervo de los madi. Era ya un hijo de nuestro pueblo» (un notable madi). Otro de sus compañeros escribe: «Al padre Osmundo le tocó vivir los momentos más trágicos de la aun joven historia de Uganda: los años de sangre de Amin. el caos económico y luego la guerra. El padre Osmundo fue el alma de muchas iniciativas y el pañuelo que enjugó muchas lagrimas» (P. Fidel Ganzalez).
Todas las manifestaciones de amor y de condolencia hacia el P. Osmundo tienen un denominador común: Fue un misionero, testigo fiel del amor de Cristo a los hombres, y en particular a su gente de Uganda. «Creían que lo mataban y no se han dado cuenta de que ahora Osmundo, el testigo fiel, esta más vivo que nunca. Su gesto es corno un grano de trigo sembrado en la tierra que dará fruto abundante a un país martirizado corno Uganda. Su sangre debe necesariamente fecundar con la verdadera liberación a este pueblo engañado tantas veces, encadenado por los intereses de muchos. Una liberación que solo los mártires de Cristo pueden traer, y no las bayonetas o el dinero de los poderosos o de los interesados. El padre Osmundo es ya uno de estos mártires» (P. Fidel G.).