In Pace Christi

Mele Riccardo

Mele Riccardo
Fecha de nacimiento : 05/08/1928
Lugar de nacimiento : Pietrapertosa (I)
Votos temporales : 09/09/1949
Votos perpetuos : 09/09/1955
Fecha de ordenación : 26/05/1956
Fecha de fallecimiento : 07/01/2017
Lugar de fallecimiento : Milano (I)

Ricardo Mele era un estudiante del liceo en Sicilia, la tierra que lo vio nacer, cuando a los 19 años entró al noviciado comboniano de Florencia en 1947, iniciando así su camino de preparación al sacerdocio y a la misión. Fue uno de los primeros combonianos que llegó a España, apenas ordenado sacerdote.

Al P. Ricardo se le encomendó la tarea de ‘reclutador’, como se decía entonces, es decir de promotor vocacional. Debía moverse por las parroquias, las escuelas y familias buscando candidatos para el seminario de Corella. Inmediatamente se puso manos a la obra trabajando en los países vascos, alrededor de San Sebastián. Pronto se percató de que la cercana diócesis de Pamplona ofrecía mejores posibilidades para encontrar vocaciones, motivo por el que se transfirió a una sede provisional en Corella, a la espera de que se terminaran los trabajos de la nueva casa en construcción.

Fue en esos años cuando lo conocí. Ricardo era juvenil, entusiasta, generoso; había aprendido bien la lengua española, con sus variantes de la zona del Ebro. Durante un lustro recorrió, con un FIAT 600, varias parroquias en las zonas cercanas a Navarra, Rioja, Soria, Zaragoza…, pidiendo hablar con los jóvenes en las escuelas y en los grupos parroquiales. Fruto del trabajo de aquellos años, entraron con nosotros los padres Javier Sagasti, Felipe Castrejana, José Istúriz y su hermano Miguel Ángel (+), entre otros.

Los domingos ayudaba con frecuencia en los días misionales y el ministerio en las parroquias, contribuyendo notablemente a la economía de la casa. Seguidamente, por otros cinco años, fue asignado a San Sebastián, donde desde hacía algunos años se publicaba la revista Aguiluchos, revista misionera para muchachos, a la que dio un fuerte impulso, combinando el trabajo de redacción con la difusión pues él mismo la llevaba a las escuelas.

En 1968 dejó España para un periodo de formación permanente en Italia, antes de partir a América Latina donde estuvo cerca de veinticinco años, poco tiempo en Ecuador y el resto, desde 1972, en el Perú. En aquellos años las periferias de Lima, la capital, y de otras ciudades costeras, estaban poblándose notablemente por la llegada de muchas personas que se trasladaban de la zona andina en busca de mejores condiciones de vida y, en la década de los ’80, escapando de las crueldades de los movimientos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru).

Para salir al encuentro de las nuevas urgencias pastorales, los Combonianos fundamos en 1970 la Parroquia de “Los 12 Apóstoles”, en el Distrito de Chorrillos, en la periferia suroeste de Lima, cercana al Océano Pacífico donde vieron surgir numerosos ‘Pueblos Jóvenes’. El primer párroco fue el P. Mario Mazzoni, apoyado por el P. Ricardo Mele que, pasados algunos años, continuó con aquella obra.

A esos enormes desafíos había que responder con métodos pastorales nuevos por lo que nuestros misioneros, Mario y Ricardo, optaron por adoptar el Plan NIP (Nueva Imagen de Parroquia), inspirado en el Movimiento por un Mundo Mejor, propuesto por el P. Riccardo Lombardi sj, apenas terminada la II Gran Guerra, con el objetivo de reconstruir desde las ruinas provocadas por el conflicto mundial, nuevos tejidos familiares, sociales, religiosos y cristianos. La nueva parroquia quería ser un centro de evangelización, formación humana y religiosa de los feligreses; promover las pequeñas comunidades en las que había que ayudar a las personas a crecer dentro de los grupos e integrarlas en la Gran Comunidad Parroquial. Era necesario descubrir y formar líderes, distribuir responsabilidades, involucrar al mayor número de personas; asegurar la autonomía de las pequeñas comunidades, pero sin descuidar el vínculo de unidad con toda la parroquia.

El Plan pastoral era prometedor, pero la metodología y la planificación de las muchas actividades requerían de sacerdotes a tiempo completo, presencia constante, claridad en las relaciones, capacidad de animar y, sobre todo, constantes y múltiples sesiones a varios niveles. El P. Ricardo tuvo aquí su momento estelar; entregó lo mejor de sí para promover la vida parroquial en aquellos años, y la vio crecer hasta llegar a la madurez, es decir, hasta que llegó el momento de entregar al clero diocesano la parte más desarrollada en cuanto a organización y trasladarse a una nueva zona de aquella inmensa parroquia con mayores necesidades para empezar de nuevo.

Las pequeñas comunidades crecían, el trabajo aumentaba; afortunadamente otros combonianos de Lima o que estaban de paso apoyaban en el ministerio en las varias capillas. Recuerdo que el P. Mele me agradecía siempre cuando el domingo podía ayudarlo con una Misa u otros servicios. Era un trabajador incansable y un excelente organizador asumiendo él la mayor responsabilidad; era estricto en la pobreza, exacto en las cuentas. Alguno de los hermanos pensaba que era un ‘centralizador’, pero es de entenderse, debido a las tantas cosas a las que debía responder...

Después de los buenos años pasados en Lima, el P. Mele fue transferido a la comunidad comboniana de Santiago de Chile, donde permaneció por otro lustro (1987-1993), promoviendo, sobre todo, el boletín de información misionera que servía de vínculo con los amigos y bienhechores. Al término de este periodo regresó a Italia donde terminó sus días.
(P. Romeo Ballan, mccj).