In Pace Christi

Valdameri Antonio

Valdameri Antonio
Fecha de nacimiento : 30/01/1928
Lugar de nacimiento : Pieranica/Italia
Votos temporales : 15/08/1946
Votos perpetuos : 20/09/1951
Fecha de ordenación : 07/06/1952
Fecha de fallecimiento : 01/07/2012
Lugar de fallecimiento : Milano/Italia

Nació en Pieranica (Provincia de Cremona) el 30 de enero de 1928. Entró, siendo todavía un niño, en los seminarios combonianos de Crema y Brescia y continuó su proceso formativo en el noviciado de Venegono, donde hizo los primeros votos el 15 de agosto de 1946. A continuación hizo el escolasticado en Rebbio, Sulmona y Crema (donde fungió como “prefecto”) y el último año lo hizo en Venegono y fue ordenado sacerdote el siete de junio de 1952. “Conservo un recuerdo inolvidable de la ordenación en la catedral de Milán de manos del beato Cardenal Schuster, quien dijo en su homilía: “posui vos ut eatis…Os he constituido para que vayáis y deis fruto (Jn 15, 16); estas palabras me han acompañado a los largo de 50 años”, escribía con motivo del cincuenta aniversario de sacerdocio.

Completó su preparación en el campo formativo en 1971, con un año de especialización en Roma en el Instituto Superior de Teología de la Universidad Pontificia Salesiana (UPS) donde se graduó con altas calificaciones (magna cum laude).

En 1952 recibió su primer destino, de modo no esperado fue enviado a la London Province, donde tuvo la suerte, como él confesó, de encontrar y conocer en sus primeros años de sacerdocio, al P. Ugo Toninello, “una persona de profunda humanidad y bondad, humanidad que siempre se encontraba constreñida en las rígidas estructuras clericales de entonces. De él aprendí la misericordia y tal vez a ser libre de esquemas demasiado estrechos. En Inglaterra también fue ecónomo provincial.

En 1961 fue destinado a Uganda, a Padibe, donde tuvo su primera experiencia de misión, pero en 1967 fue expulsado junto con otros diez combonianos y por ello fue destinado a Etiopía. Estuvo alrededor de dos años en la parroquia de Fullasa y después de este breve período fue llamado a Roma para hacer un año de especialización y luego fue como padre maestro a Inglaterra. De aquel tiempo el P. Paul Felix recuerda al P. Antonio como un hombre bueno, generoso y cortés con un corazón enorme. Lo conoció en el escolasticado de Elstree, en 1975.

Regresó a Etiopía donde permaneció 15 años de los que dice que fueron muy hermosos: “allí hice de todo. En los ratos de ocio incluso construí un seminario y tuve la alegría de participar en su apertura oficial cuando ya me encontraba en Roma como procurador. Mons. Armido Gasparini me había invitado porque, según decía, era de justicia que estuviese presente porque sin mis cuidados aquel seminario nunca habría nacido. Fui feliz participando en el bautismo del hijo de mi ancianidad”. Por su parte Mons. Gasparini, al que llamaban Abuna Joseph, solía decir que los combonianos de Etiopía son deudores en gran medida a las capacidades administrativas del P. Antonio.

Durante su segunda estancia en Etiopía el P. Antonio pudo organizar las comunidades de Addis Abeba y, dotado de su buen carácter, consiguió tratar con las autoridades y adquirir los terrenos necesarios para el desarrollo de la provincia.

El P. Antonio quiso mucho a la gente pobre de este país, mostrando una gran deferencia sobre todo hacia las mujeres y a los niños pobres. Tuvo gran intuición para apreciar las cualidades de las gentes de Etiopía. Como ejemplo de esto están las muchas imágenes desplegadas en los muros de nuestras comunidades o publicadas en nuestras revistas, obra del famoso artista Zeleke Ewunetu, sostenido y animado por él. También después de su regreso a Roma, en 1992, su corazón siguió perteneciendo a Etiopía y continuó trabajando para las misiones y la Iglesia de Etiopía.

En el año 1993 fue destina al distrito de la Curia como procurador general. En el 2001 fue destinado a la provincia italiana, residiendo en San Pancracio, como vice superior, ecónomo local, dedicado a la animación misionera y dando una mano en la oficina de viajes y en Acse.

El P. Antonio ha dado un gran testimonio de vida. Era un hombre decidido, práctico, sereno y feliz de su llamada a ser discípulo de Jesús y Misionero Comboniano. También era hombre de oración: fiel a la oración personal y al rosario diario. Solía preparar bien sus homilías y la animación en la oración comunitaria. En las diversas provincias (London Province, Uganda, Etiopía, Eritrea, Italia, Roma-Curia) ofreció sus servicios siempre con alegría, dedicación, pasión y un gran sentido de pertenencia y de amor al Instituto. En muchas situaciones tuvo la valentía de arriesgar obteniendo resultados positivos que, andando el tiempo, demostraron ser bendiciones y semilla de éxito.

Desde Italia siguió siempre la situación de Etiopía con visitas, contactos y los medios de comunicación social y cuando se encontraba con los que volvían de las misiones de Etiopía los escuchaba largo rato para ponerse al día sobre la situación, sobre la Iglesia local, sobre la gente, sobre la nación que había servido y amado.
En el año 2006 fue destinado a la comunidad de Gozzano y luego a la de Brescia. Falleció en Milán el 1º de julio del 2012. El funeral se celebró en su pueblo de Pieranica.