El Padre Igino Leso nació en Villafranca provincia de Verona el trece de diciembre de 1926. Entre los muchos hermosos recuerdos de una infancia serena sobresale el gran dolor por la pérdida de su madre, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, bajo los bombardeos. El camino hacia el sacerdocio comenzó en el 1942 en Brescia, a donde Igino llegó después de haber hecho algún año de contabilidad en Verona. Fue al noviciado de Venegono Superiore, donde hizo la primera profesión el 15 de agosto de 1946. Después de un año de escolasticado en Rebbio, pasó a Troia y a Sulmona y, para el último año, una vez más, a Venegono. El padre Igino fue ordenado sacerdote el 7 de junio de 1952, por el Cardenal Ildefonso Schuster.
Fue destinado a las escuelas apostólicas de: Sulmona por un año, Pesaro por dos años, Crema un año y luego, como superior, a Carraia.
Su primer destino misionero fue en Sudán del Sur, pero como no conseguía obtener el visado de entrada, fue enviado a Londres para aprender el inglés. En 1961 llegó a Uganda, primero a Gulu y después a Anaka con el padre Emilio Spreafico, para aprender el acholi. Después de un año, Monseñor Giovanni Battista Cesana le encargó la catedral de Gulu, para cuatro meses, como coadjutor primero, y después como superior y párroco. En junio de 1965, sólo después de pocos años de misión, la obediencia lo llamó a Italia. En 1970 el padre Igino regresó a Uganda, como párroco de Kitgum; fue el período más fecundo, tal vez, de su vida misionera. En 1975, con otros compañeros combonianos, fue expulsado de Uganda. Fue enviado a Londres, como superior de la comunidad de Dawson Place.
Al finalizar el turno de rotación, en vez de volver a la misión como tanto deseaba, fue destinado a la comunidad de la Curia, a Roma, de la cual fue también superior. Trabajó en la parroquia, participó en los consejos pastorales vicaría y diocesanos, en el consejo de los religiosos, en el consejo pastoral de la CEI, en el Santo Oficio para las causas matrimoniales (privilegio Paulino) y las causas sacerdotales donde, dijo, “pude sentir el pulso de la Iglesia, el corazón del papa y la delicadeza y sabiduría del Cardenal Ratzinger”.
Después de ocho años de permanencia en Roma, en el 1989 regresó por tercera vez a Uganda, donde permaneció hasta el fin de su vida, primero en Moyo como asistente de las Hermanas del Sagrado Corazón, luego, desde 1990 en Gulu, donde se respiraba todavía un clima de guerra.
Fue contemporáneamente superior de la misión, párroco, padre espiritual del seminario de Lacor, asistente espiritual de la catedral y de la parroquia de Holy Rosary, procurador, secretario del Obispo y como tal, encargado de participar en todos los eventos importantes de la diócesis y de registrarlos. También estaba muy atento a la educación de los jóvenes. El padre Igino murió en Verona el 14 de enero de 2012. Los funerales se tuvieron en la Casa Madre y en la iglesia parroquial de Sommacampagna (provincia de Verona) donde fue sepultado. El 18 de enero la comunidad parroquial de Holy Rosary se reunió para una celebración eucarística especial en sufragio suyo.