Miércoles, 8 de mayo 2024
El escolástico comboniano Chávez Ixchacchal Mynor Rolando, originario de Guatemala, realizó su promesa de votos perpetuos la mañana del domingo 28 de abril, con la presencia del P. Marín Artavia Ignacio Enrique, viceprovincial de la Provincia de Centro América (PCA) y párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en San José de Costa Rica, Monseñor Vittorino Girardi, y sacerdotes y religiosos combonianos, seminaristas, religiosas de la parroquia y un buen número de fieles del pueblo de Dios.
Con la presencia de personas “devotas” y sus buenos deseos manifestados en la oración y fuerza misionera, según marcaba la liturgia, daba su sí de rodillas y postrado en tierra al escuchar la letanía de los santos. Frente a los testigos, sacerdotes y delante de toda la asamblea se escuchó la proclamación de los votos que luego ratificó el escolástico con su firma sobre el altar.
Durante la homilía, Monseñor le refería al escolástico: ¿Cuál mandamiento te obliga a ser sacerdote? ¿Verdad que ninguno? Con eso, mencionó que es la persona quien libremente responde a ese sentir: el deseo de amar y escoger un camino de consagración misionera. Se le recordó que se encamina al sacerdocio porque quería atender la voz de Dios.
Nos describe el mismo Mynor: “¡Al concluir la homilía, dije Sí! ¡Y Dios me respondió a través de esas palabras del obispo emérito! Aceptando mi respuesta al llamado que se me hizo. Y con un aplauso y abrazos como un gesto de cercanía y recibimiento me sentí perpetuamente parte de la Instituto de los Misioneros Combonianos.”
Con la entrega del crucifijo, como signo del amor de Jesús al cual se está llamado, Mynor ha querido seguir dando su vida, como Él. El camino realizado por Mynor se había dado desde su país de origen, Guatemala, y recorriendo Costa Rica para la Filosofía, México para el noviciado, y Pietermaritzburg, Sudáfrica, última etapa de la formación de base, para los estudios teológicos.
A la vez que felicitamos a Mynor, le rogamos al dueño de la mies que muchos jóvenes estén dispuestos a preguntarse sobre el sentido de la vida, y que puedan responder con valentía a la vocación misionera.
P. Juan Diego Calderón Vargas,
Superior provincial de los misioneros combonianos de la PCA