Lunes, 30 de septiembre 2019
Del 23 al 26 septiembre se celebró en Leiria, Portugal, el V Encuentro Ibérico. Se trató el tema de la interculturalidad. Participaron siete combonianos de España. El encuentro fue dirigido por el Hno. Alberto Lamana, Asistente General encargado de Europa y el P. Jeremías dos Santos Martins, Vicario General.
Desde hace cinco años, los misionero combonianos de España y Portugal se reúnen una vez al año para intercambiar ideas y aumentar la colaboración en el servicio misionero. Del 23 al 26 de septiembre, se celebró en Leiria el quinto encuentro, en el que se abordó el tema de la interculturalidad. Participaron veinte combonianos, de los cuales siete de España. El encuentro fue dirigido por el Hno. Alberto Lamana, Asistente General encargado de Europa y el P. Jeremías dos Santos Martins, Vicario General.
El Hno. Aberto presentó la realidad actual de la congregación. Partiendo de las estadísticas del Instituto, explicó que África es el continente que más nacionalidades acoge y que Europa es donde más predominan los misioneros locales. Frente a esta realidad, los participantes coincidieron en que, para responder a la visión de Comboni, que quería que su instituto fuera internacional e intercultural, las provincias de Europa, han de ser más interculturales.
Luego el Hno. Alberto habló de las provincias de Portugal y España. Según él, como tienen una historia y realidades comunes, han de seguir colaborando: “España y Portugal son dos provincias que tienen una historia común. Nacieron prácticamente al mismo tiempo, crecieron con un proceso más o menos similar, han tenido estructuras formativas comunes y se enfrentan más o menos a los mismos desafíos. Aquí estamos teniendo una reunión bilingüe sin necesidad de traducción automática porque nos podemos comunicar en las dos lenguas sin dificultad. Creo que es una riqueza. Existen realidades de colaboración que hay que seguir manteniendo porque son interesantes”.
El P. Jeremías compartió una reflexión sobre los fundamentos espirituales de la interculturalidad. Para él la interculturalidad comienza con la aceptación de los propios límites y de los hermanos en su diversidad. Esto exige para el misionero mucha humildad, que lo lleve a reconciliarse con sus propias sombras, y una actitud de respeto hacia la cultura del otro porque, dijo, “Nadie es tan pobre que no tiene nada que dar y nadie es tan rico que no necesita la ayuda de nadie”. El P. Jeremías recordó que la tarea del misionero es la de ser testigo de unidad en este mundo global, en el que predomina el individualismo y en el que los países, especialmente del norte, se están convirtiendo en nacionalistas y están levantando muros contra los más pobres.
Tres misioneros entre los participantes compartieron sus experiencias de vida intercultural en sus comunidades y vivencias con la gente en RD Congo, Benin, Togo, Mozambique, Kenia y Filipinas. Contaron que convivir en la misión con personas de culturas diferentes supuso para ellos el desafío de salir cada uno de sí mismo para acercarse al otro y de romper los prejuicios sobre los pueblos en los que fueron enviados. Todos coincidieron en que para vivir la interculturalidad es importante vivir en paz con su propia cultura, saber relativizar las diferencias y entrar en una dinámica de flexibilidad, adaptación y diálogo intercultural, que tienen su fuente en el Evangelio y en la oración.
Intervinieron también el P. Pedro Andrés, Superior provincial de España y el P. José da Silva Vieira, de Portugal, que compartieron las noticias, las preocupaciones y los signos de esperanza en sus provincias respectivas.
Se visitó el santuario de Nazaré, donde se celebró la eucaristía, luego las Grutas da Moeda y se participó en el rosario vespertino en Fátima; constituyen unas de las riquezas espirituales y culturales de Portugal.
Al final del encuentro, los participantes expresaron su agradecimiento y satisfacción por el tiempo y las experiencias compartidos durante el encuentro Ibérico.