Carta de presentación de la Ratio Missionis

CARTA DE PRESENTACIÓN DE LA RATIO MISSIONIS

“Estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza”
(1 Pe 3,15)

Estimados co-hermanos,
Nuestra Regla de Vida nos recuerda que “Daniel Comboni se distinguió por su dedicación total a la causa misionera por la que habló, trabajó, vivió y murió” (RV 2) y que nuestro Instituto “se dedica totalmente al servicio misionero, el cual determina su actividad, su estilo de vida, su organización, la preparación de sus candidatos y la renovación de sus miembros” (RV 2.1).

La fidelidad a la misión ha sido el hilo conductor de nuestra historia que supera ya los 150 años. Es esta fidelidad la que nos lleva a una actitud de continua atención a los signos de los tiempos y de constante renovación. Los Misioneros Combonianos, dice también la Regla de Vida, “se comprometen públicamente a llevar un estilo especial de vida, para realizar mejor el servicio misionero en la responsabilidad y la edificación recíprocas. Conscientes de responder a tal llamado de manera insuficiente y fragmentaria, aceptan revisar constantemente su estilo de vida para vivir en el mundo como signos de salvación” (RV, Preámbulo).

En este contexto de fidelidad y renovación permanente de nuestro carisma comboniano se ha insertado todo el proceso de la Ratio Missionis que nos ha venido ocupando, como Instituto, desde el año 2003.

El objetivo del proceso no era tanto el de llegar a redactar un documento normativo (como, por ejemplo, la Ratio Fundamentalis), cuanto el de provocar en todos nosotros un movimiento de renovación en sentido amplio: motivaciones teológicas, espiritualidad, metodología, campos de misión, vida comunitaria, etc. La experiencia vivida hace ya parte de nuestro camino misionero como personas y como Instituto.

El proceso ha producido también importantes cuestionamientos, constataciones, reflexiones, experiencias, propuestas y sugerencias, que el XVII Capítulo General ha pensado que sería bueno sistematizar y ofrecer a todo el Instituto. Concretamente, el Capítulo ha pedido al CG que nombrase una comisión “que, en colaboración con el Secretariado General de la Evangelización, haga una relectura sistemática del material producido en estos años por el proceso de la Ratio Missionis. La reflexión teológica sobre la misión y sobre la metodología comboniana que emerjan se presentará a la próxima Inter-capitular” (DC ’09, 11.1).

La comisión, coordinada por el Secretario General de la Evangelización, ha trabajado muy bien, concluyendo con la redacción de un documento que se presentó a la Inter-capitular y ahora se publica con el título “Nuestra misión. Experiencia y reflexión. Conclusiones del proceso de la Ratio Missionis”.

La palabra “ratio” puede tener diversos significados. El que parece más apropiado a nuestro caso es el de la Primera Carta de Pedro (3, 15), donde se afirma que el cristiano debe “dar una respuesta a quien pida el motivo (ratio, logos, en la traducción latina y griega, respectivamente) de la esperanza”. Por tanto ratio es dar razón, motivar lo que se es y se hace. Más precisamente, Ratio Missionis es decir lo que hacemos, como y por qué lo hacemos; esto es, definir qué es la misión para nosotros, misioneros combonianos del siglo XXI, y qué comporta en términos de actitudes, criterios y opciones.

El documento que tenemos entre manos está inacabado, porque necesita ser contextualizado en las diversas situaciones misioneras. Está inacabado también porque la misión no se detiene nunca, especialmente en estos tiempos de rápidos cambios: La reflexión sobre la misión debe continuar. En este sentido, la Ratio Missionis será siempre un proceso dinámico, ya que cada cambio histórico exige que se re-defina la misión, sus estructuras, criterios y opciones.

En fin, mientras busquemos formular, aunque sea entre resistencias y oposiciones, qué significa ser misioneros en un concreto contexto y época histórica y lo que eso implica, esto es elaborar una Ratio Missionis, significa que el Instituto comboniano sigue vivo y la misión está en grado de encender su pasión y vitalidad.

Al presentar este documento, queremos agradecer a la Comisión encargada y a todos los que han colaborado en este proceso. Al mismo tiempo, esperamos que ayude a nutrir en nosotros la pasión misionera del Fundador, conscientes que “el Espíritu que ha suscitado en Comboni el amor por los africanos sigue guiándonos hacia los pobres y los últimos”; y que “el mismo Espíritu nos empuja a una profunda renovación, personal y comunitaria, en el amor: don recibido y vivido como consagración, que es manifestado y ofrecido en la misión” (DC ’09, 19).

El Consejo General
P. Enrique Sánchez González
P. Alberto Pelucchi
P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie
P. Villarino Rodríguez Antonio
Hno. Daniele Giusti