XVII Capítulo General de los Combonianos
Tras la presentación del informe del Consejo General y una vez escuchados los informes de los diversos continentes en los que están presentes, los Misioneros Combonianos han dado por concluida la primera parte de su XVII Capítulo General.
XVII Capítulo General de los Combonianos
Refundar, renovar, recualificar
Tras la presentación del informe del Consejo General y una vez escuchados los informes de los diversos continentes en los que están presentes, los Misioneros Combonianos han dado por concluida la primera parte de su XVII Capítulo General.
El P. Teresino Serra, Superior General, comenzó su presentación citando al fundador, San Daniel Comboni: “Debemos trabajar sin poner obstáculos a Dios, como escribía Comboni el día de su último cumpleaños. Demostraba con ello una fe ciega en que su obra era en realidad una obra de Dios, invitando a todo aquel que lo siguiera a sentirse humilde instrumento en las manos del Señor”.
Con un tono siempre positivo y cargado de esperanza de cara al futuro, el P. Serra enfocó su relación en tres aspectos muy similares y cercanos entre sí: refundación, recalificación y reprogramación del Instituto. “Refundarse, afirmó el Superior General, debe ser entendido como enraizarse nuevamente en Jesucristo, en Comboni y en la Palabra de Dios, dejándonos transformar como nuestro fundador, que de ser un pequeño italiano criado en Verona se volvió europeo y por último hombre universal”.
El segundo gran tema, el de la “recalificación”, debe ser entendido, según el P. Serra, como un “poner mayor calidad de vida, mayor radicalidad en la donación, mayor coherencia en el testimonio de consagración”, antes que entenderlo como una verificación o una evaluación de los compromisos. “Coherencia y radicalidad, porque la gente nos mira y quiere de nosotros este estilo de vida”, insistió el padre General; y añadía: “Gritar slóganes y frases hechas llena la boca pero no cualifica nada si luego se huye de la misión que cuesta mayor paciencia, cansancio y sudor. Sabemos que compartir la vida de los pobres y hacernos portavoces suyos es nuestra irrenunciable llamada”.
Por último, el Superior General insistió en que una de las grandes tareas de este Capítulo es buscar el “objetivo central”, “reprogramar nuestras presencias y nuestros compromisos en el espíritu de la Regla de Vida, es decir, privilegiando a los más pobres y abandonados en los cuatro continentes, con una atención particular a África, a los lugares a los cuales nadie quiere ir y a las nuevas fronteras de la marginación y de la exclusión social”.
Tras el informe del Superior General y de los diferentes Secretariados Generales, los delegados capitulares presentaron sus respectivos informes distribuidos por continentes: África anglófona (que incluye Mozambique); África francófona, América-Asia y, por último, el continente europeo. Cada presentación estuvo seguida de un pequeño pero intenso trabajo en grupos que ayudó positivamente a profundizar aquellos aspectos que se pueden quedar fuera en una presentación global.
El continente africano, cuna del carisma y de la vocación misionera del instituto, sigue estando marcado por la primera evangelización. Por otra parte, África está siendo en este momento la principal fuente de vocaciones para la congregación que, poco a poco, va dejando de ser europea para hacerse más internacional. Los informes del continente africano han destacado también las situaciones de guerra y violencia que viven varios de sus países. De manera muy particular llegó al corazón de los capitulares la situación que están viviendo sus hermanos en la República Democrática de Congo, en Sudan y en Eritrea, donde la violación de los derechos humanos sigue siendo una realidad cotidiana para una población que se siente desprotegida y abandonada por la comunidad internacional.
Animación misionera, justicia y paz, y presencia significativa en lugares de frontera y de exclusión social han marcado, por su parte, la presentación del informe del continente americano; un continente que, aunque sea a menor ritmo, sigue dando vocaciones para la misión. A este continente se ha asociado Asia, donde los Combonianos tienen una pequeña pero muy significativa presencia. Apenas una veintena de misioneros, presentes en Filipinas, Macao y Taiwan, trabajan para anunciar el Evangelio en el continente más poblado del mundo.
El último turno de presentación correspondió a Europa, un continente escaso de vocaciones y con un gran número de misioneros ancianos o enfermos. Pese a ello, las provincias combonianas europeas han transmitido su esperanza en el futuro y su deseo de buscar nuevos caminos para vivir el carisma comboniano. Animación misionera en colaboración con las Iglesias europeas, internacionalización de las comunidades y, de manera particular, una apuesta clara por el compromiso con el mundo de la inmigración. “Ya no sólo vamos nosotros a África; ahora África está viniendo a nosotros y hemos de dar una respuesta”, afirmaba el informe.
Durante los próximos días, los capitulares comenzarán a trabajar el llamado “instrumento de discernimiento”, documento que contiene los frutos de la reflexión que la congregación viene haciendo durante los últimos años y que consta de tres grandes temas: la formación de los nuevos misioneros, el gobierno al interior de la congregación y la llamada “ratio missionis”, un proceso de discernimiento llevado a cabo por todas las comunidades y provincias del instituto y que será la pieza central de este XVII Capítulo General.
La comisión de comunicación