Según la inspiración original del Fundador, el Instituto está compuesto de sacerdotes y Hermanos. Esto hace más completo el carácter eclesial del Instituto y su actividad más fructífera, mediante la variedad y complementariedad de sus servicios.

1. El contexto: donde estamos
1.1 El cambio paradigmático en la teología de la misión
. El contexto del trabajo de los Hermanos ha cambiado mucho en los últimos años así como nuestro Instituto como tal. Hay un cambio de la “implantación de la Iglesia” –como norma hasta el Vaticano II- a la “Missio Dei”. Esto ha tenido un fuerte impacto en los campos de trabajo y los tipos de compromisos de los Hermanos. El cambio va desde el trabajo restringido a las estructuras parroquiales a los varios ministerios dentro de una Iglesia local y una sociedad más amplias: de tarea orientado a relación orientado y de Iglesia enfocado a Reino enfocado; de levantar una infraestructura para parroquias, la provincia y el Instituto y mantenerla en funcionamiento a los amplios y complejos areópagos del mundo moderno. Ningún “Hermano factotum” es ya capaz de hacer frente a las complejas necesidades de la vida de hoy. Sin embargo, hay todavía muchos Hermanos en los clásicos campos de trabajo y que son muy necesarios en ellos. El servicio prestado por los Hermanos en el apostolado social es un genuino y verdadero ministerio laico (“liberando a los prisioneros”, Lc 4,18).

Para compartir y reflexionar
- ¿Cómo han experimentado los Hermanos los cambios de necesidades en la Misión, en las Iglesias locales y en las parroquias, provincias/delegaciones e Instituto en los últimos 30-40 años?

1.2 La Misión tiene lugar en diferentes niveles y no sincrónicamente. Las Iglesias locales en los cuatro continentes (África, Europa, Asia y América) difieren considerablemente. No se desarrollan sincrónicamente y en la misma dirección. Nosotros, Hermanos Combonianos, estamos trabajando en un amplio abanico de realidades diferentes de misión en los cuatro continentes. Por ejemplo:
- primera evangelización en partes de África y Asia;
- levantando estructuras para la Iglesia local, las provincias y delegaciones, proyectos sociales, edificios comunitarios;
- compromiso entre los más pobres (situaciones de miseria) en suburbios y barrios bajos;
- formación de comunidades cristianas locales y promoción humana;
- Justicia y Paz expresadas en la promoción de derechos humanos, iniciativas de educación cívica, compromiso activo en el desarrollo humano integral y la sensibilidad ecológica;
- animación misionera y redefinición de la relación Norte-Sur en la Iglesia local y las sociedades a través de los mass media;
- necesidad de crear nuevos modelos de desarrollo a causa de las exigencias de las economía y políticas éticas (RV 16).

Para compartir y reflexionar
- Las tareas y la preparación de los Hermanos son mucho más complejas que antes. ¿Qué prioridades hay que tener en cuenta en la formación?
- En estos complejos y diferentes campos de trabajo, ¿cómo se convierte la rotación en una cuestión real y desafiante para un Hermano?

1.3 Los Hermanos, pertenecientes a la visión de Misión de Comboni. “Los Misioneros Combonianos comparten la misma vida con los mismos derechos y obligaciones excepto los derivados del sacramento del Orden” (RV 10). La vocación del Hermano y la vocación de los sacerdotes son complementarias como las dos alas de un pájaro. Somos una familia. Sin embargo, observamos en algunas comunidades un vacío entre hermanos y sacerdotes, entre viejos y jóvenes, entre cohermanos originarios de diferentes países y culturas con formación y educación diferentes.
“Salvar África con África” se convierte, a veces, en un lema vacío por falta de respeto mutuo, confianza y aprecio. El horizonte y campos de trabajo para los Hermanos son más amplios e interesantes que nunca, pero de hecho el número de hermanos declina más rápidamente que el de sacerdotes. En 1990, teníamos 341 Hermanos, en 2005 tenemos 287 Hermanos.
Las razones son muchas y no todas atribuibles al Instituto Comboniano. Según la inspiración original del Fundador, el Instituto está compuesto de sacerdotes y Hermanos. Esto hace más completo el carácter eclesial del Instituto y su actividad más fructífera, mediante la variedad y complementariedad de sus servicios (RV 11).

Para compartir y reflexionar
- ¿Cómo podemos promover dentro de nuestro Instituto una mayor clarificación de los roles (Hermanos y sacerdotes) para fomentar su identidad y remarcar su mutua complementariedad en el servicio a la Misión?
- ¿Qué podemos hacer para fomentar respeto mutuo, confianza y aprecio entre nosotros para desarrollar mejor nuestro ministerio?
- ¿Como garantizamos (salvaguardamos) la visión de Misión de Comboni: liberación total (RV 61) como una preocupación de todo el Instituto?

2. Nuestra identidad y como vivimos
2.1 La espiritualidad de fraternidad universal
. La vocación del Hermano es una vocación religiosa para la Misión y su ser y hacer tienen que interactuar. Misión es relación: ad vitam, ad extra, ad intra, y ad pauperes. En el corazón del Hermano Comboniano se encuentra la identidad de “hermandad” (fraternidad). Este es un hilo que atraviesa toda nuestra historia. Muchos de nuestros Hermanos se convirtieron en verdaderos hermanos para la gente (Col 3,11). La fraternidad es un pilar esencial de la misión total de nuestro Fundador, quien -desde el principio- miraba a la persona como un todo y a su total liberación (RV 61). La fraternidad es universal y se expresa en actitudes concretas hacia la gente a la que servimos y hacia nuestros propios cohermanos. Pero también sabemos que la vida comunitaria no es fácil y nos presenta muchos desafíos a causa de las diferencias de carácter y temperamento, educación y multiculturalidad, diferencias en la visión que tenemos de la misión. Pero esto no debería desanimarnos. En comunidad nos enfrentamos a diferentes puntos de vista que pueden ayudarnos a ser más conscientes de los nuestros e invitarnos a un proceso de crecimiento que nos capacita a vivir y servir como una familia. Por lo tanto, la fraternidad es acompañamiento y facilitación, empatía, capacitación y amor. Toca las esperanzas y la angustia de la gente. Busca la transformación de la persona y de la sociedad despertando la conciencia y el sentido de comunidad. Lo que hacemos en fraternidad, lo hacemos como comunidad evangelizadora.

Para compartir y reflexionar
- ¿Cómo podemos profundizar la fraternidad entre nosotros como base para convertirnos en hermano para todos los demás?
- Nuestro modo de vida, el uso de los medios y nuestra forma de hacer y relacionarnos determinan nuestras relaciones fraternales. ¿Cuáles son los obstáculos y los caminos para que la fraternidad llegue a los demás?

2.2 Hermanos creadores de comunidad ad intra y ad extra. La fraternidad tiene que ser la verdadera alma de la vida comunitaria. Los Hermanos han desempeñado un papel tanto en la construcción de la comunidad comboniana como de la comunidad a la que han sido enviados (ad gentes). Sin embargo, a veces, circunstancias y grandes estructuras han separado a los cohermanos de la comunidad y de la gente. Dialogar en igualdad para formar la comunidad en un carisma y en una misma espiritualidad no son una norma y una forma de ver muy comunes. Comboni quería misioneros santos y capaces, pero eso se consigue sólo mediante formación y dedicación a la misión. A pesar de todo, muchos Hermanos -con su simplicidad de corazón- han hecho un maravilloso camino con la gente. El ejemplo de San José ha dado a muchos Hermanos una clara y buena orientación para su vida y ministerio y los ha conducido a Cristo y a ver a Cristo en la gente.

Para compartir y reflexionar
- ¿Qué hacemos para formar Hermanos que sean santos y capaces?
- ¿Qué elementos tienen en común Hermanos de diferentes generaciones? ¿Qué elementos deberían tener en común?

3. Nuestro apostolado misionero y ministerial
3.1 El Hermano es un misionero: su metodología es inserción y profecía respetuosa
. La inserción humana y pastoral del Hermano encuentra su expresión en la cercanía y compañerismo con la gente. Siendo laicos, los Hermanos tienen generalmente un buen punto de entrada en la realidad de la gente. Sin embargo, los roles sociales tienen que ser reflexionados y reconsiderados periódicamente, porque con frecuencia el foco del trabajo está en la infraestructura y no en la persona. Y encontramos a menudo sacerdotes que hacen el trabajo de los Hermanos aunque haya un Hermano disponible.
Una inserción real necesita un buen conocimiento de la lengua y la cultura, una apertura para el encuentro y mucho más. De esta manera, escuchamos el grito de la gente y prestamos atención a los signos del espíritu. Con una profecía respetuosa, los Hermanos se esfuerzan junto a la gente. “Vuestro bien será el mío, y vuestros sufrimientos serán también los míos. Haré causa común con cada uno de vosotros. El más feliz de mis días será aquel en el que pueda dar mi vida por vosotros” (Homilía de Comboni en Jartum, 11 de mayo de 1873).

Para compartir y reflexionar
- ¿Favorece nuestro proceso de formación la inserción y la profecía respetuosa?

3.2 Formación de base, colaboración, hacer causa común con... Todos los pasos de la formación son importantes para preparar a los Hermanos jóvenes. Hay: preparación profesional, formación en el postulantado, noviciado y formación en el Centro de Hermanos (Ministerio Social, ciencia pastoral social y religiosa). La base de todo es una continuada y sólida formación y consagración religiosa.
No restamos importancia a la profesión como un elemento de la identidad de los Hermanos en la implementación de roles y tareas específicos, pero eso tiene que sintonizarse con la realización de su propio ministerio. El ministerio del Hermano debería encontrar maneras de integrar juntas varias dimensiones, como por ejemplo, profesión, espiritualidad, trabajo social, etc. en torno al núcleo elemental de la fraternidad. La formación a través del Ministerio Social/Pastoral Social abre a las vastas dimensiones de necesidades en el mundo de hoy. La colaboración es un elemento clave.
Un Hermano puede empezar a trabajar en su profesión. Entra en contacto con la gente. Lentamente, ve las necesidades que van más allá de su preparación profesional y se adentra en ellas. O su profesión debe ser “traducida” en otro “lenguaje”. De esta manera, la profesión es sólo un punto de entrada a su más amplia Misión. La formación mediante el Ministerio Social/Pastoral Social es así de gran ayuda. Modela nuestras tareas de Misión y ofrece una orientación sobre la persona. Pero sin una profesión, no podemos hablar de Ministerio Social real.

Para compartir y reflexionar
- ¿Cómo podemos alimentar nuestra consagración para la dedicación total a la misión ad gentes?
- La comprensión del significado y la utilidad del Ministerio Social (Nairobi) y la Pastoral Social (Bogotá) necesita todavía un esfuerzo. ¿Cómo puede facilitarse este proceso dentro de todo el Instituto?

3.3 Equipos de Hermanos en Misión. Esta propuesta está basada en CA ’03, 50 y en la Asamblea sobre la Formación de Hermanos (Limone ’99). Necesitamos centros (proyectos) significativos de formación para el desarrollo humano atendidos por Hermanos. Para hacer más visible esta nueva presencia de los Hermanos en el campo de la evangelización, presentamos aquí algunas sugerencias y criterios para su actualización:
- Pedir al secretario del secretariado general para la evangelización que procure que la dimensión social tenga una participación mayor en nuestra metodología de evangelización y en el programa pastoral o en nuestras comunidades.
- Cualificar algunos de los Centros dirigidos por nuestros Hermanos, destacando su dimensión social y haciéndolos centros irradiadores de promoción humana y desarrollo.
- Abrir nuevos centros en tres continentes (África, América y Europa), teniendo en mente los siguientes criterios:
o el compromiso debe ser un trabajo significativo de los MCCJ;
o que sea llevado adelante por un equipo de Hermanos;
o Centros situados en un entorno social desafiante = inserción;
o que sean proféticos, mostrando en acción nuestra metodología misionera;
o colaboración con la Iglesia local, ONGs, instituciones civiles.
La idea de que los Hermanos trabajen en equipos no es nueva. Actualmente tenemos 5 equipos: Guayaquil, Carapira, Lunzu, Chikowa y Mapuordit. Una evaluación de sus experiencias de trabajo, vida comunitaria en la Familia Comboniana (sacerdotes y hermanos), e inserción serviría de ayuda.

Para compartir y reflexionar
- A las provincias con equipos de Hermanos se les pide que evalúen su experiencia de los últimos años.
- Nombramos nuevos y posibles areópagos para Hermanos en los diferentes continentes y provincias/delegaciones.
- ¿Cómo se relacionarán los Hermanos con sus cohermanos sacerdotes en este contexto?

Apéndice: CA ’03, 121 propone cambiar el nº 12 de la Regla de Vida comprometiéndonos a pasar de un Instituto “clerical” a uno “mixto”.
No se trata solo de que, a partir de ahora, los Hermanos tengan el derecho a ser nombrados superiores. Hay implicaciones de mucho más largo alcance. Hay un cambio en la idea de misión. De hecho, la expresión “Instituto mixto” no abarca completamente la idea que está detrás. Sería mejor llamarlo “Instituto multi-ministerial”. La ideología detrás del modelo tradicional de misión es básicamente clerical, en la que el sacerdote es el ministro y todos los demás misioneros -religiosas, laicos y Hermanos- participan en ese ministerio del sacerdote, pero sin tener un ministerio propio (“coadjutores”). Un entendimiento clerical de la misión reduce el ministerio a la proclamación y los sacramentos. Cambiar el estatus del Instituto supondría un reconocimiento oficial de un cambio en nuestra visión de la misión. Abre el concepto de misión más allá de los muros de la parroquia. Por lo tanto, podrían brotar otros tipos de misión.

Para compartir y reflexionar
- Tenemos que lograr una sola voz para hacer que esta propuesta se oiga. ¿Cómo?

Roma, 16 de diciembre de 2005
Hno. Johann Eigner, mccj


* Fuentes para este estudio: RV; AC ’97 y ’03; Missionary Reflections on the Comboni Brother, Emakoko (Ongata Rongai) del 5 al 6 de marzo de 2005; Conclusiones de Limone ’99.
Ratio Missionis: subsidio n. 7