El Hno.Godfrey Kiryowa nació, de una familia de origen tanzaniano, en Kwawangabi, en la parroquia de Kasaaka, a 70 km. de Kampala. Hizo el postulantado en Layibi, donde se especializó como albañil. Pasó después al noviciado de Namugongo (2000-2202).
La provincia de Uganda, en el 2001, hizo la propuesta de un nuevo curriculum para hermanos, esto es, que después del noviciado, los neo profesos se envíen a una provincia, para un primer período de servicio misionero, a fin de hacer sus futuros estudios en el C.I.F. más concretos y de acuerdo con el contexto. El Consejo General había dado a la provincia su asentimiento positivo ad experimentum, para evaluarlo más adelante también por las otras provincias. Por esto, el Hno. Godfrey fue destinado a Kapedo inmediatamente después de sus primeros votos. Podemos hacer ya ahora una primera evaluación… A la luz del misterio pascual, y en el espíritu del carisma de Comboni, quizás podamos decir que esta experiencia fue muy positiva, porque se concluyó con la máxima condecoración: el martirio.
El Hno. Godfrey era una persona simple, humilde, flemático, por lo que le era espontáneo tomar las cosas con calma. Durante el noviciado hizo su experiencia pastoral en Loyoro, donde los hermanos, entre ellos el P. Mario Mantovani, lo apreciaron como miembros de la comunidad, pero también por su competencia como albañil.
En Kapedo estaba disponible para los diversos servicios en la misión, construcción, generadores, compras en Kampala y chofer del P. Mantovani. En uno de sus primeros viajes, en Karamoja, de Loyoro a Kapedo le dispararon. Llevaba consigo soldados que, aterrorizados, respondieron al fuego. Esta fue su iniciación en Karamoja. Cuando se le encontraba en Kampala o en Karamoja, sonriendo gozosamente, con frecuencia hablaba de los tiroteos en las carreteras. Tenía miedo, pero no rehusó nunca su disponibilidad por aquellos caminos, cuando era necesario.
En su visita a Kapedo, a finales del junio pasado, el provincial habló con él. Obviamente la conversación giró sobre la inseguridad de los caminos. El P. Mario Mantovani comentaba que el hermano dramatizaba el problema. El, el P. Mario, cuando lo paraban en el camino, siempre había salido adelante ofreciendo un poco de tabaco. El Hno. Godfrey se había hecho su teoría a propósito del tiempo más oportuno para viajar de Kapedo a Kotido. Al provincial que le decía que prefería viajar de noche avanzada, el Hno. Godfrey respondía que se había formado una convicción personal sobre la hora más segura de viajar, es decir, de día, saliendo a las nueve de la mañana. Y así llegar a la zona peligrosa de Lobel, hacia las diez, hora en la que, así decía, había menos probabilidades de emboscadas. En cambio, aquel 14 de agosto, un poco más delante de Lobel, en el cruce de la carretera de Loyoro a Kotido, el horario de las 10,30 le fue fatal.
Llegaron a la zona de Kopoth después que se había concluido una razia entre los Dodoth del Norte y los Jie del Sur del distrito de Kotido. Parece que algunos Dodoth, afrentados por la pérdida, quisieron descargar su rabia sobre el primer coche que tuvo la desgracia de pasar por allí. El Hno. Godfrey fue herido el primero y murió inmediatamente. El P. Mario intentó escapar en el bosque, pero también él fue cogido pronto y acribillado a balas, a 300 metros del coche. El cuerpo exánime del Hno. Godfrey fue encontrado el día de la Asunción a primeras horas de la mañana. El del P. Mantovani más tarde, hacia las dos de la tarde del mismo día.
Cuando llegó la noticia de la muerte del hermano a Kasaala, su parroquia de origen, el obispo Mons. Cyprian Kizito Lwanga estaba celebrando la solemnidad de la Asunción, patrona de la parroquia. El mismo informó al padre de Godfrey, ex catequista, una persona humilde y llena de fe. El padre reaccionó con gran serenidad, tanto que, comprendiendo las dificultades de la situación, estaba disponible a dejar sepultar el cuerpo del hijo en Karamoja, si el traslado hubiera comportado peligro para los hermanos.
El sábado, 16 de agosto, en Kanawat, en presencia de varios hermanos de la zona y del P. Giuseppe Valente, ex padre maestro del hermano, el obispo de Corrido, Mons. Denis Kiwanuka, celebró la Misa exquial. Mientras el cuerpo del P. Mario Mantovani era sepultado cerca de la iglesia de Kanawat, el del Hno. Godfrey era transportado a Kasaala.
En la celebración de Kasaala, al día siguiente, 17 de agosto, fue significativa la presencia de varios Hermanos de Uganda. La Misa fue muy sentida por la numerosa población. Muchos estudiantes de la escuela técnica y secundaria, donde el Hno. había estudiado, participaron conmovidos. Nuestros novicios transportaron el cadáver de la iglesia al cementerio. Fue sepultado cerca de los dos Misioneros de África que habían fundado y trabajado durante varios años en Kasaala. La fe y la serenidad del padre del Hno. Godfrey, con su humilde sonrisa en el rostro, fue una gran señal de testimonio evangélico que revela la potencia del Evangelio al saber transformar el corazón humano.
La sangre derramada por el Hno Godfrey como Misionero Comboniano en Karamoja, se convierte en un fuerte símbolo de la fecundidad del carisma comboniano en África. En el caso del Hno. Godfrey, el carisma comboniano puede decirse, en verdad, plenamente inculturado. Esperamos y pedimos que su sacrificio interceda por muchas vocaciones combonianas ugandesas, en particular de hermanos, y se haga fecunda semilla, para la transformación cristiana de la sociedad karimojong, tan resistente a todo cambio. (P. Guido Oliana)