Martes, 16 de marzo 2021
Papa Francisco ha nombra Monseñor Jesús Ruiz Molina obispo de M’baïki, al sur de Bangui (Centroáfrica). “Es una diócesis que tan solo tiene 25 años de existencia y yo seré el 2º obispo. Sólo tenemos 7 sacerdotes diocesanos. Una de las joyas de la diócesis es la presencia de la población pigmea-Aka. Un pueblo minoritario que vive, muchas veces, en situación de semi esclavitud. África tiene un potencial de vida fantástico, una vitalidad que le viene de ese Dios de la vida que nos quiere vivos y nos invita a compartir nuestra vida… África vivirá. Lo del Covid no es la gran preocupación de nuestro pueblo pues hay otras pandemias mucho más reales en la vida cotidiana, como son la guerra, el hambre, el analfabetismo, el paludismo o la malaria, el Sida.” (Monseñor Jesús Ruiz)
Monseñor Jesús Ruiz Molina nació en La Cueva de Roa, provincia de Burgos, en 1959. Entró en el Seminario de Burgos a los once años y después se fue con los Combonianos porque quería ser misionero. Fue a Granada para el postulantado, luego a Moncada (Valencia) donde hizo dos años de noviciado, y luego en París una licenciatura en pastoral y catequesis. Fue allí que fue ordenado diácono, en París. Su ordenación sacerdotal fue en Miranda de Ebro (Burgos) en 1987.
Cuando llevaba 30 años en África Jesús pensó en un retiro tranquilo en su patria, pero Dios le tenía guardada una sorpresa, el día de su 30 Aniversario de ordenación sacerdotal se le comunicaba la decisión del Papa Francisco de nombrarle obispo auxiliar de Bangassou. Y ahí, comenzó una nueva etapa de su vida.
La pandemia le pilló de visita en España y aquí ha permanecido hasta ahora. Durante este tiempo ha tenido alguna convalecencia, pero lo peor ha sido vivir en la distancia la vida de su gente, la situación de aquellos pueblos, no solo sobre la pandemia, sino sobre la lacra que les viene martirizando desde hace años, un conflicto bélico en el que, como siempre, los pobres, el pueblo paga los platos rotos.
Hace meses que el nuncio le comunicó que la Santa Sede estaba barajando proponerle un nuevo destino. Hoy se ha dado a conocer que su futuro sigue ligado a África, a Centroáfrica, a la joven diócesis de M’baïki, desgajada hace años de la diócesis de Bangui. De hecho monseñor Jesús Ruiz se convierte en su segundo obispo.
Usted, que pensaba retirarse a la tierra de sus ancestros, a cuidar de sus padres… parece que Dios tiene otros planes.
Siempre he dicho que la misión no se escoge; se recibe. Dios sorprende siempre, y muy a menudo te pone todo patas arriba. He pasado este tiempo del Covid con mis ancianos padres, y ahora la salida se hace más dura al verles más indefensos, pero confío en que el Señor proveerá y suplirá con creces mi ausencia.
¿Qué sabe de su nuevo destino?
Regreso a la diócesis donde ya trabajé durante 9 años, M’baïki. Una diócesis al sur de Bangui, en plena cuenca del Congo haciendo frontera con los dos países del Congo. Es una diócesis que tan solo tiene 25 años de existencia; yo seré el 2º obispo. Con una extensión grande como la provincia de Burgos y Álava juntas, pero sólo tenemos 7 sacerdotes diocesanos y otros tantos religiosos, y una treintena de religiosas. Los catequistas y agentes pastorales son numerosos.
Una de las joyas de la diócesis es la presencia de la población pigmea-Aka. Un pueblo minoritario (unos 20.000 en toda la diócesis) que vive, muchas veces, en situación de semi esclavitud. Es uno de los desafíos que me interpelan fuerte y me atrae en esta misión que se me confía. Mi experiencia con este pueblo estuvo llena de alegrías profundas y combate por que alcancen la dignidad de Hijos de Dios.
Por lo que describe es una diócesis con varias singularidades, ¿Cuáles serán sus grandes desafíos pastorales?
Los desafíos pastorales son muchos, pero sobre todo la guerra y la violencia que asola nuestro país desde 2013 y que ha destruido todo el tejido social del país: escuelas, hospitales, ejército, funcionariado… La herida de nuestro pueblo ha sido, y sigue siendo, muy grande. Todo está por reconstruir. Como cristianos seguimos empeñados en ser luz y sal en esta situación impulsando espacios de esperanza y trabajando por la reconstrucción en todos los sentidos.
Reconstruir esas estructuras destruidas por la guerra será una tarea ardua y costosa, pero lo más importante será la verdadera reconstrucción del corazón de nuestro pueblo; esto exige lo mejor de nuestras fuerzas. Para ello contamos con la fuerza transformadora de Jesús y su Evangelio. Se han destruido muchas ilusiones, muchos corazones rotos, familias desgarradas por el odio, más de un millón y medio de desplazados y refugiados que lo han perdido todo… Uno de cada tres centroafricanos está desplazado o refugiado.
Nuestro desafío es generar esperanza y trabajar para construir una cultura de la pazdonde la tolerancia al diferente sea la premisa mayor. El papa Francisco nos invitaba, en su visita de 2015, “pasemos a la otra orilla”. Pasar del odio a la reconciliación, de la impunidad a la justicia, de la guerra a la paz, de la miseria en que vive nuestro pueblo a la dignidad de considerarse amados y respetados… Todo un programa a la luz del Evangelio.
Aunque el año de la pandemia lo ha vivido en España sabemos que sigue al tanto de todo lo que sucede y conoce bien la realidad de aquellas tierras ¿Cómo se está viviendo la pandemia del Covid en Centroáfrica?
En este país nadie lleva mascarilla ni guarda las distancias de seguridad. Lo del Covid no es la gran preocupación de nuestro pueblo pues hay otras pandemias mucho más reales en la vida cotidiana, como son la guerra, el hambre, el analfabetismo, el paludismo o la malaria, el Sida… Estas pandemias si que matan a nuestro pueblo. Sabemos que las vacunas del Covid no llegarán fácilmente a África, pero nuestro pueblo está vacunado en el amor de Dios y estoy seguro que resurgiremos de nuestras cenizas; África tiene un potencial de vida fantástico, una vitalidad que le viene de ese Dios de la vida que nos quiere vivos y nos invita a compartir nuestra vida… África vivirá.
¿Para cuándo está prevista su toma de posesión?
La toma de posesión está prevista para el día 25 de abril en la fiesta de Jesús Buen Pastor. Todo un programa para pastorear a este pueblo. Ya tengo billete de avión para dentro de diez días e ir tomando el pulso de esta misión que se me confía.
Rezad por mí, para que me vaya configurando en pastor según el corazón de Dios junto a este pueblo olvidado y maltratado. Ellos son los preferidos de Dios, sí, “tu Dios bailará por tí”.
[Vicente Luis García – Religiondigital]