Sábado, 16 de febrero 2019
Los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de la provincia comboniana de Centroamérica (PCA) vivieron el regalo del retiro anual en las instalaciones de Casa Comboni, el pasado fin de semana 9 y 10 de febrero. El retiro, al que asistieron 18 LMC, fue organizado por el Hermano Humberto Rua, asesor de los LMC en Guatemala, y por el P. Víctor-Hugo Castillo Matarrita, superior provincial, quien preparó el tema para la meditación de los dos días.

El objetivo del retiro era hacer una parada en la vida cotidiana para recolectar dentro de nosotros lo esencial de la vida misionera, y tomar fuerzas espirituales para iniciar las actividades de este año.

Escudriñando la Palabra de Dios en el Evangelio de Marcos, el día sábado, reflexionamos acerca de Jesús Hijo de Dios:

  • La Buena Noticia es Jesús de Nazaret, hombre y Dios, el crucificado y el resucitado, Jesús es Señor de la historia. A partir de esta verdad, la misión de la Iglesia es hablar de Dios, no sólo crear comunidades, sino llevar a las personas a hacer una profesión de fe. Devolver la esperanza que tan frágil es en estos tiempos, y devolver la dignidad a quien cree que no la tiene.
  • El Bautismo de Jesús y el nuestro, que nos hace hijos de Dios, se nos da el Espíritu, pero no nos hacemos exentos de las tentaciones, nos defendemos con la Palabra y empieza el anuncio.
  • Las tentaciones en el desierto, Jesús venció al demonio con la fuerza del Espíritu. El misionero no es un súper hombre o una súper mujer, es su experiencia humana la que lo capacita para acompañar a otros. La vocación es lucha y conquista diaria, camino entre tentaciones y superaciones.
P. Víctor-Hugo Castillo Matarrita, superior provincial, preparó el tema para la meditación de los dos días.

El domingo, “la Misión”, el gran don que Dios nos regala, no hay méritos propios:

  • La misión surge cuando el discípulo se siente amado por el Padre.  Y va en busca de sus hermanos, los busca por todas partes.  Este amor no tiene ningún interés. La misión de los discípulos es exactamente la misma misión de Jesús.
  • La vida apostólica no consiste en hacer tantas cosas, Jesús ha salvado al mundo, no a partir de lo que ha hecho, sino que a partir de un solo acto: la cruz.
  • El más grande aprendizaje: “La misión consiste en enseñar la Palabra de Dios, la Buena Nueva.  La misión no es llevar cosas, dar Palabra es mucho más que dar cosas”.
  • La obra de Dios es que lo adoren en espíritu y en verdad.  El misionero es un obrero, colaborador de Dios, el anuncio del Evangelio, es el anuncio de la verdad que nos hace libres.

Estas fueron algunas de las enseñanzas del retiro. Además hubo confesiones, adoración a Jesús Sacramentado y tiempo para la meditación y el silencio. Sin faltar la convivencia alegre que solo se vive en las cosas de Dios. Y terminamos compartiendo un delicioso almuerzo.

Bendito Dios que nos ha llamado y nos capacita para “ir por todo el mundo y anunciar la Buena Nueva a toda la creación” (Mc, 16, 15).

“Santos y capaces, haciendo causa común con los más pobres y abandonados”, (San Daniel Comboni)
Lily Portillo (LMC-PCA)

Laicos Misioneros Combonianos de la provincia comboniana de Centroamérica, en Guatemala.