“Con la muerte del P. Pietro – escribe el P. Enrique Sánchez G., Superior General, en su mensaje al provincial de Italia y a los familiares – el Instituto pierde, no solamente un misionero, sino un hermano que nos ha ayudado durante toda su vida a vivir nuestro carisma, nuestra vocación misionera y comboniana, de modo particular; una de las figuras que nos permitió acercarnos, conocer y amar a nuestro Fundador.
El P. Pietro nació el 18 de noviembre del año 1920, hijo de Lamberto y Ester en Verona, donde hizo la enseñanza media. El 20 de junio de 1944 entró en el noviciado comboniano, mientras la guerra se acercaba a su fin. Estudió la teología primero en Venegono y después en Roma, en la Pontificia Universidad Urbaniana. El dieciséis de abril de 1949 fue ordenado sacerdote y dos meses después se graduó en letras y filosofía en la Universidad de Padua.
Una vez superado el examen de licencia en teología (28 de junio de 1949) fue llamado por el Superior General para enseñar Historia de la Iglesia y Patrología en el Escolasticado teológico de Venegono, convirtiéndose en prefecto de los estudios en los años 1951-1953. Mientras tanto seguía cursos de especialización en la Pontificia Facultad Teológica de Milán y fue llamado a impartir clases en la “Libera Scuola di Scienze Storiche L. A. Muratori” de Verona y en la ambrosiana de Milán. En 1954, después de doctorarse en teología con la tesis Significado de la Historia y sentido histórico en la luz del Misterio de Cristo fue enviado a Líbano para prepararse a la misión en Sudán, pero inmediatamente llegó la petición del Consejo de la Facultad de la Urbaniana para tenerlo como enseñante: entró como encargado de la historia y teología del protestantismo. En 1955 asumió la cátedra de Historia de la Iglesia, como Profesor ordinario en 1962. En 1967 se encargó también del curso de metodología científica general para todas las facultades de la Urbaniana, además de miembro del consejo de facultad.
El currículo del P. Chiocchetta es verdaderamente rico y largo. Nos limitamos a mencionar algunos de sus encargos: Presidente de Studium Combonianum (1965-91), Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Urbaniana (1971-1974 y 1983-1986), consultor del secretariado para los no cristianos, de la congregación para las causas de los Santos (1971-2013), de la congregación para la evangelización de los pueblos (del 1979) y de la comisión teológica. Fue también postulador general del Instituto de 1986 a 1996. Todas estas presencias en los varios dicastérios y en el servicio del Instituto indican la extensión de sus conocimientos y la confianza de la que gozaba.
Cuando era profesor de Historia de la Iglesia en la Urbaniana, cuenta el P. F. Pierli hablando de su experiencia de alumno del P. Chiocchetta, sus lecciones eran muy apreciadas por todos los estudiantes por la brillantez y la vivacidad, además de por el contenido.
También para el P. Pietro Ravasio, viejo discípulo y amigo del P. Chiocchetta hasta el fin de sus días, lo que queda más en vivo en su recuerdo son las lecciones de historia: hacía vivir cada tema que explicaba mediante expresiones suyas propias para que los alumnos pudiesen captar mejor.
Por lo que toca a su carácter, más bien áspero, sabemos y fue testimoniado por algunos, que detrás de aquella su aparente hurañía se escondía una gran timidez y un deseo de amor.
Un aspecto a subrayar es la parte que tuvo el P. Chiocchetta en el proceso de la causa de canonización de Comboni que se había estancado después de los dos reponatur pontificios. El P. Chiocchetta, junto al P. Aldo Gilli y al P. Luciano Franceschini, con motivo del primer centenario de la muerte de Comboni en el año 1981, consiguió desbloquear la causa sirviéndose también del dominio de la historia de Comboni y contando también con la amistad del cardenal Pietro Palazzini, amigo y sostenedor de tantos combonianos y en aquél tiempo prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Después de la beatificación, cuenta P. Arnaldo Baritussio que sucedió a P. Chiocchetta, se realizó la beatificación de los mártires de Paimol, la canonización de Comboni, el inicio de la causa del P. Sartori, del P. Ambrosoli, de nuevo la causa de Mons. Roveggio y tal vez, la del Hno. Giosuè dei Cas y del P. Ezechiele Ramin.
El P. Chiocchetta tuvo también una intensa actividad como escritor: numerosas son sus publicaciones, los ensayos, artículos, y cartas entre varias personas y los hermanos. Entre los libros, podemos señalar Entre el Benaco y el Nilo, publicado en el año 2000, que recorre toda la actividad humana y espiritual de Comboni colocándola idealmente entre estos dos ríos en cuyo centro está la inspiración tenida en San Pedro para la redacción del Plan de la Regeneración de África.
En sus cartas el P. Chiocchetta habla mucho de Comboni, de la riqueza de su carisma, de la alegría de vivir y de trabajar a la luz de sus intuiciones, del compartir en el servicio misionero y en el amor a los hermanos, hacia los que expresa muy a menudo sus sentimientos de estima y respecto.
Solamente dos meses antes de morir, el 18 de junio de 2014, había enviado al P. Ravasio algunos de sus inéditos sobre la Eucaristía y el misterio de la muerte del Señor, que además de la resonancia de los temas de sus autores preferidos, insinúan la conclusión de su existencia en la contemplación de los más profundos misterios de la fe.
El P. Chiocchetta falleció el 24 de agosto de 2014 en Verona, donde fue sepultado. Estuvieron presentes en el funeral muchos hermanos de la Curia que lo han conocido y estimado. “Fue un hermano que supo poner a disposición del Instituto y de la misión sus cualidades y su profesionalidad, escribió el P. Enrique Sánchez G., lo recordamos como un experto de Historia de la Iglesia y más todavía como un apasionado de la espiritualidad misionera que sabía transmitirnos no solo con las lecciones en la universidad, sino con cualquier ocasión en la que era llamado a compartir sus experiencias y sus conocimientos”.