In Pace Christi

Valente Giuseppe

Valente Giuseppe
Fecha de nacimiento : 27/09/1930
Lugar de nacimiento : Castel Goffredo
Votos temporales : 09/09/1950
Votos perpetuos : 09/09/1956
Fecha de ordenación : 15/06/1957
Fecha de fallecimiento : 31/07/2004
Lugar de fallecimiento : Namugongo

El P. Giuseppe Valente nació en Castelgoffredo, diócesis de Mantua, el 27 de septiembre de 1930. Emitió los votos temporales el 9 de septiembre de 1950 y fue ordenado sacerdote el 15 de junio de 1957. Hizo el noviciado en Inglaterra y el escolasticado en Venegono. Su primer campo de misión fue el Sudam, donde prestó su servicio en el seminario de Bussere, desde 1959 a 1964, año en que fue expulsado, junto con otros muchos hermanos. De 1964 a 1970 fue enviado a la provincia de Norteamérica como padre maestro y, con el mismo encargo, a Inglaterra de 1971 a 1974. Su carác-ter tranquilo, amable y paciente se consideró pronto una cualidad importante para un formador.
Finalmente fue destinado en 1975 a Uganda, donde trabajó en la pastoral entre los Alur durante algunos años. También pasó algún año entre los Apóstoles de Jesús en Moroto como formador. Empleó el resto de su vida en la formación de los candidatos combonianos en Jinja y Namugogo. Aquí permaneció hasta la muerte que le llego improvisamente, en las primeras horas de la noche del 31 de julio de 2004.
El P. Giuseppe era una persona paciente y tranquila, pero sabía decir su opinión cuando era nece-sario. Era muy ordenado. Su escritura nítida y regular, además del orden y la precisión que había en su habitación, son testimonio de ello. Amaba la naturaleza. Tenía pasión por el parque del novicia-do. El P. Monella cuenta: “Era un gran amante de la naturaleza, sobre todo, de plantas y flores, y por ello le gustaba enriquecer a la comunidad donde vivía con nuevas variedades. Ver y sentir que un árbol había sido derribado, era para él una desgracia. Probablemente no era casualidad que la cruz que llevaba habitualmente, era una “tau”, un símbolo que lo ponía en sintonía con S. Francisco de Asís”. Fue sepultado, precisamente, en aquel parque del noviciado que tanto había amado, a la sombra de algunas plantas que él mismo había plantado.
El P. Giuseppe amaba la misión. Después de la experiencia de padre maestro en los Estados Uni-dos y en Inglaterra, pudo finalmente volver con alegría a África para estar disponible para el servi-cio misionero.
El P. Monella evidencia el compromiso del P. Giuseppe en el apostolado con los muchachos de la calle. “Durante los últimos once años de trabajo como formador, en el noviciado de Namugongo. Su compromiso pastoral se dirigía, sobre todo, a la recuperación de muchachos y jóvenes de la calle. En este campo el P. Giuseppe se convirtió pronto en una figura significativa en toda Kampala.
La noticia de la muerte imprevista del P. Giuseppe conmovió a muchas personas que le conocían y le apreciaban, entre otros a los niños de la calle, los estudiantes de las escuelas elemental y secun-daria y las diversas casas de formación de Namugongo. La noche anterior al funeral, la basílica de los Mártires de Namugongo se llenó pronto de estudiantes, para orar. Las novicias y las formadoras combonianas pasaron toda la noche en vela junto al cadáver. El funeral del P. Giuseppe se celebró en la misma basílica. El Nuncio presidió la celebración, acompañado por el Cardenal de Kampala y muchos sacerdotes. Varios miembros de los Apóstoles de Jesús, de los que fue formador, estaban presentes. Los muchos testimonios leídos al final de la Misa pusieron bien de relieve la disponibili-dad, la dedicación, el espíritu de solidaridad y simplicidad de vida del P. Giuseppe. Debía estar pre-parado al encuentro final con el Señor. Ningún pánico, ningún ruido y no demasiadas palabras a propósito de las condiciones de su salud. Era una persona reservada. De nuevo otra vez, en el caso del P. Giuseppe, se cumplió el proverbio: “Se muere como se vive”.
P. Guido Oliana.