Lunes, 21 de abril 2025
El fallecimiento del Papa Francisco
en la mañana de hoy deja a la Iglesia huérfana de pastor. A lo largo de su pontificado y, particularmente desde que inició este Año Jubilar de la Esperanza, nos invitaba a todos los cristianos a ser peregrinos y testigos de la esperanza. En este momento de dolor por la pérdida de nuestro pastor, retomamos el reportaje sobre su vida que publicábamos precisamente en nuestra revista de este mes de abril (...). [Credit Photo Vatican Media, ayer, 20 de abril de 2025]

El fallecimiento del Papa Francisco deja a la Iglesia huérfana de pastor. A lo largo de su pontificado y, particularmente desde que inició este Año Jubilar de la Esperanza, nos invitaba a todos los cristianos a ser peregrinos y testigos de la esperanza. En este momento de dolor por la pérdida de nuestro pastor, retomamos el reportaje sobre su vida que publicábamos precisamente en nuestra revista de este mes de abril, para conocer un poco más de cerca la figura de un Pontífice que no dejó indiferente a nadie. Su pontificado llenó de esperanza a muchos, cristianos y no cristianos. Haciendo honor al nombre que adoptó cuando fue elegido Papa, bien puede decirse que Francisco fue el Papa de la fraternidad y de la esperanza.

¿Quién fue el Papa Francisco?

El primer papa americano y el primer jesuita elegido como Obispo de Roma y cabeza de la Iglesia católica, Jorge María Bergoglio nació en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Era el primogénito de Mario José Bergoglio, contador y empleado del ferrocarril que tuvo que salir de Italia a causa del avance del fascismo, y de Regina María Sívori, ama de casa nacida en Buenos Aires, pero hija también de migrantes italianos. El matrimonio tuvo cinco hijos, de los cuales ya sólo queda viva su hermana María Helena.

Fue bautizado el día de Navidad de 1936, apenas una semana después de su nacimiento, en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro, en Buenos Aires. Pasó su infancia en un ambiente católico, influido por los orígenes italianos y la fe de sus padres y especialmente, como él mismo afirmó alguna vez, de su abuela. Estudió en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, de la localidad de Ramos Mejía. Posteriormente estudió en la escuela secundaria industrial Hipólito Yrigoyen, en la que se graduó como técnico químico. Durante algún tiempo estuvo trabajando en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados a controlar la higiene de productos alimenticios. Durante su juventud, una grave enfermedad pulmonar hizo que le fuera extirpada una parte de un pulmón. Aunque eso no tuvo muchas repercusiones en su salud, sí que le afectó al complicar la afección respiratoria grave que sufría y por la que fue hospitalizado el pasado mes de febrero.

En esa época sintió una fuerte llamada al sacerdocio y en 1957 ingresó al seminario del barrio Villa Devoto y, posteriormente, al noviciado de la Compañía de Jesús. El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado como sacerdote e hizo su profesión final con los Jesuitas en 1973. Ese mismo año fue nombrado provincial de los Jesuitas en Argentina, cargo que ocupó durante seis años. Fue un periodo difícil para él a causa de la dictadura del General Videla, durante la cual hubo muchos desaparecidos y detenidos, entre ellos dos sacerdotes jesuitas: Orlando Yorio y Francisco Jalics.

El 20 de mayo de 1992 el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. Su ordenación episcopal se celebró el 27 de junio. Ese mismo año fue nombrado vicario episcopal de Flores, el barrio que lo vio crecer. En 1993 fue nombrado vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires y en 1997 Juan Pablo II lo nombró arzobispo coadjutor. El 28 de febrero de 1998, tras la muerte del cardenal Quarracino, asumió la conducción pastoral de la arquidiócesis. Fue creado cardenal por el papa Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, con el título de san Roberto Belarmino.

Como cardenal formó parte de la Pontificia Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

El 13 de marzo de 2013, tras la renuncia papal de Benedicto XVI, en la quinta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el cardenal Bergoglio fue elegido el 266 Papa de la Iglesia católica. Es el primer Papa originario de América y también el primer jesuita.

Reformador de la Curia Vaticana

Desde el primer día de su pontificado puso manos a la obra para reformar la Curia del Vaticano, una delicada misión que asumió como un mandato por parte de los cardenales que lo habían elegido. Eran tiempos duros para la Iglesia católica, especialmente afectada por los casos de abusos sexuales y los escándalos de orden económico. Francisco pidió a todas las diócesis del mundo que tuvieran tolerancia cero. Había que terminar con el ocultismo y la protección de los culpables, asumir las propias responsabilidades y dar respuestas claras y concretas a las víctimas. En el aspecto económico, reformó varias normas y estamentos vaticanos con el fin de dar una mayor transparencia a las finanzas del Vaticano.

A lo largo de su pontificado fue reformando poco a poco la manera de hacer de la Iglesia, la cual siempre concibió como una gran barca en la que están todos, no solamente los cardenales y los obispos. El Sínodo sobre la Sinodalidad fue un ejemplo claro de ello. Por primera vez en la historia de la Iglesia se daba voz y voto en un Sínodo a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, tanto hombres como mujeres. Precisamente a éstas últimas les quiso reconocer su importancia en la Iglesia, confiándoles responsabilidades y puestos importantes. El 6 de enero de este año nombraba por primera vez en la historia a una mujer al frente del dicasterio vaticano para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, la hermana Simona Brambilla. Otras mujeres ya habían sido nombradas antes para cargos importantes: La profesora Emilce Cuda, una mujer laica, es la actual secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina; la hermana salesiana Alessandra Smerilli es secretaria del dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral; la religiosa javeriana Nathalie Becquart fue subsecretaria del Sínodo de los Obispos y la mexicana María de los Dolores Palencia, religiosa de las Hermanas de San José de Lyon, fue una de las presidentas delegadas del Sínodo de la Sinodalidad que tuvo lugar en Roma en octubre de 2023. Recientemente, estando ya en el hospital, nombró a la hermana Raffaella Petrini, religiosa de las de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía, como Gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, organismo encargado de ejercer el poder ejecutivo, por delegación del Papa, en la Ciudad del Vaticano.

Todas estas decisiones, unidas a su invitación a recibir en la Iglesia a «todos, todos, todos», sea cual sea su género u orientación sexual, le crearon no pocos enemigos y detractores, especialmente entre los sectores más conservadores de la Iglesia. Sus palabras y mensajes fueron muchas veces malinterpretados o manipulados para acusarlo de ir en contra de la doctrina de la Iglesia católica o, por ejemplo, de aceptar los matrimonios de dos personas del mismo sexo. Francisco nunca afirmó tal cosa, sino que invitó a todos a ver a las personas como hijos de Dios, como lo hizo el mismo Jesús. Recibir a una persona, sea cual sea su condición, no significa aprobar su conducta.

Otro de los campos en los que el papa Francisco se esforzó por avanzar con mayor fuerza fue el diálogo interreligioso. Sus viajes a países de fuerte mayoría musulmana tenían como objetivo lo que él mismo llamó la «fraternidad universal». Fruto de este esfuerzo nació el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, también conocido como Declaración de Abu Dabi,  firmado por el papa Francisco y el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb, en Abu Dabi, el 4 de febrero de 2019.

El documento invita a los líderes, intelectuales y medios de comunicación de todas las religiones, para que promuevan la paz en esta época de peligro debido al «extremismo religioso y nacional». También pide poner fin a las guerras, al terrorismo y a la violencia en general, especialmente aquella que está revestida de motivos religiosos. Este texto fue la fuente de inspiración para la encíclica Fratelli tutti, que el Papa publicó al año siguiente y para la declaración por parte de las Naciones Unidas del 4 de febrero como el Día internacional de la fraternidad humana.

Su mensaje

A lo largo de su pontificado, Francisco fue exponiendo su visión de la Iglesia y de la vocación a la que estamos llamados todos los bautizados a través de sus encíclicas, exhortaciones apostólicas, mensajes, homilías o discursos. Sus escritos son numerosos y, gracias a la tecnología actual, todo el mundo puede tener acceso a ellos a través del sitio web del vaticano, de manera gratuita y traducidos a numerosas lenguas.

Su primera encíclica, publicada pocos meses después de su elección, fue Lumen fidei (La luz de la fe). Con ella quiso completar lo que Benedicto XVI ya había escrito sobre la esperanza y la caridad, las otras dos virtudes teologales, en sus respectivas encíclicas Spe salvi (Salvados en la esperanza) y Deus caritas est (Dios es amor). En ella, Francisco presenta la fe como una luz que disipa las tinieblas e ilumina el camino del ser humano.

La segunda encíclica, publicada en 2015, lleva por título Laudato si (Alabado seas). En ella, siguiendo la espiritualidad de san Francisco de Asís, el Papa nos invita a ver la Tierra como una Casa Común, denunciando el consumismo irresponsable e invitándonos a cuidar de ella como el lugar que Dios nos dio para que todos podamos vivir en paz y en armonía unos con otros y con la naturaleza.

En octubre de 2020 se hizo pública la tercera encíclica, Fratelli tutti (Hermanos todos). El propio Francisco reconocía que el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado un año antes, tuvo mucho que ver en su elaboración. La encíclica tiene como gran tema central lo que el Papa llama la «fraternidad universal». Pide más fraternidad y solidaridad humanas, y es un llamado a rechazar las guerras. Se centra en los problemas sociales y económicos contemporáneos y propone un mundo ideal de fraternidad en el que todos los países pueden formar parte de una «familia humana más amplia». En ella toca temas tan actuales como el racismo, la migración o las relaciones interreligiosas.

La cuarta encíclica, la más reciente, se publicó en octubre del año pasado y lleva por título Dilexit nos (Nos amó). Se trata de un hermoso texto sobre el Sagrado Corazón de Jesús en el que Francisco nos invita a experimentar el amor de Dios no sólo como un amor divino, sino también como un amor humano. La encíclica profundiza en la idea de que el amor de Dios no es abstracto ni distante, sino que es una realidad concreta que se manifiesta en la vida diaria y en la cercanía de Dios y de la Iglesia a las personas, especialmente a las que sufren o se encuentran alejadas de la fe.

Además de estas cuatro encíclicas, Francisco ha publicado siete exhortaciones apostólicas que, por razones de espacio, no podemos presentar aquí. Nos limitamos a enumerarlas:

-Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio). Publicada en noviembre de 2013, sobre la evangelización.

-Amoris laetitia (La alegría del amor). Marzo de 2016, sobre el amor en la familia.

-Gaudete et exsultate (Alegraos y regocijaos). Marzo de 2018, sobre la llamada a la santidad.

-Christus vivit (Vive Cristo). Marzo de 2019, sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

-Querida Amazonia. Febrero de 2020, sobre sus sueños para la Amazonia.

-Laudate Deum (Alaben a Dios). Octubre de 2023, sobre la crisis climática, el cuidado de la naturaleza y la ecología integral.

-C’est la confiance (Es la confianza). Octubre de 2023, sobre la importancia de la confianza en Dios. Basada en las reflexiones de santa Teresa del Niño Jesús en el 150 aniversario de su nacimiento.

Todos estos textos, así como sus homilías, mensajes y discursos se pueden ver y descargar en la web del Vaticano: https://www.vatican.va/content/francesco/es.html

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