Martes, 21 de septiembre 2021
“Es necesario buscar modelos económicos alternativos, más sostenibles, amigables con la naturaleza, con un sólido apoyo espiritual.” Es lo que nos recuerda el Documento final del Sínodo de la Amazonia. Los Misioneros Combonianos de la Casa General en Roma han organizado el 10 de septiembre un encuentro de reflexión sobre la Campaña de desinversión en minería que lleva adelante el movimiento ecuménico Iglesias y Minería. [En la foto, de izquierda a derecha: el P. Fernando Galarza, secretario de la misión, y Guilherme Cavalli. Vea el anexo]
El facilitador de este espacio de reflexión ha sido Guilherme Cavalli, que es la persona de contacto en Europa para esta campaña. La red Iglesias y Minería está compuesta por comunidades cristianas, equipos pastorales, congregaciones religiosas, grupos de reflexión teológica, laicos, obispos y pastores que buscan responder a los desafíos del impacto ambiental y las violaciones de los derechos socioambientales provocados por la actividad minera.
Esta campaña es una llamada a todas las instituciones eclesiásticas a revisar sus inversiones financieras en relación con las multinacionales que están implicadas en la extracción minera y que causan enormes daños ambientales, así como ponen en riesgo la vida de las poblaciones locales. En el encuentro participó también el Hno. Carlos Ferrada, SVD, que compartió la experiencia de su congregación y como están revisando su cartera de inversión abandonando los títulos ligados a la minería.
Guilherme Cavalli mostró la metodología de trabajo de la campaña, compuesta básicamente de 4 pilares:
Papa Francisco, en la encíclica Laudato Si’ nos recuerda que las crisis ecológica y social están profundamente unidas. Este principio es particularmente cierto en las actividades de extracción minera que exponen a tantas poblaciones a vivir en lugares contaminados o se ven forzadas a buscar otros lugares para vivir. Las grandes corporaciones se enriquecen a costa del sufrimiento de los más vulnerables que ven como sus campos y viviendas se deterioran bajo la pesada huella de la contaminación.