Un capítulo importante de metodología misionera comienza con las palabras de Jesús (Evangelio de Marcos 6,30-34): «Vengan ustedes solos a un sitio tranquillo a descansar un poco» (v. 31). Palabras que forman parte de la misión que Jesús confía a los discípulos de entonces y de hoy. Una vez más, en esta invitación Jesús se revela maestro sabio y concreto.

Una página de metodología misionera

Jer 23,1-6; Sal 22; Ef 2,13-18; Mc 6,30-34

Reflexiones
Un capítulo importante de metodología misionera comienza con las palabras de Jesús (Evangelio): «Vengan ustedes solos a un sitio tranquillo a descansar un poco» (v. 31). Palabras que forman parte de la misión que Jesús confía a los discípulos de entonces y de hoy. Una vez más, en esta invitación Jesús se revela maestro sabio y concreto. Había enviado a los discípulos (ver el Evangelio del domingo pasado) de dos en dos, sin recursos materiales, entre gente desconocida, para realizar una actividad nueva en el estilo y exigente en los contenidos (anuncio del Reino, mensaje de las Bienaventuranzas), con la perspectiva de verse rechazados… sin contar, además, el cansancio físico de los viajes. Cualquiera que tenga experiencia personal de viajes misioneros se da cuenta de este género de cansancios físicos y apostólicos. El estrés, a veces hasta el agotamiento, acompaña a menudo la vida del misionero.

La invitación de Jesús a desconectar y apartarse es una medida de sabiduría y de método. Guardar un ritmo de descanso y recuperación de energías físicas y espirituales, tomar distancia de las actividades para tener un tiempo de reflexión y evaluación, son mecanismos comprobados para recargar las pilas. Pero Jesús va más allá en su metodología misionera: Él crea un espacio para que los discípulos narren la misión, con todo lo que han hecho y enseñado (v. 30). Narrar la misión, dar cuenta de ella a Jesús y a los compañeros de equipo, hablar juntos, confrontarse con otros, consolarse y sostenerse en las dificultades, revisar métodos y estrategias, discernir juntos… son pasos de un estilo misionero vencedor.

Jesús es el primero que quiere tomar parte en este proceso de revisión: Él mismo pide tiempo para ello, quiere estar presente, escuchar, orientar… También hoy, toda evaluación, para ser eficaz, debe hacerse siempre a la luz de la Palabra de Dios, delante del Sagrario, dentro de una comunidad de hermanos y hermanas, cultivando espacios de contemplación de lo creado, como nos enseña el Papa Francisco. (*) Esto vale para la misión, así como para todas las actividades de desarrollo humano integral, el cual forma parte de la misión.

Jesús mantiene la invitación a apartarse (v. 31.32), ya que “no encontraban tiempo ni para comer” (v. 31), pero, al mismo tiempo, Él no es inflexible y demuestra su disponibilidad ante las emergencias. No se esconde ante un nuevo asedio de la multitud; por el contrario, renuncia a su tranquilidad, se compadece de ellos y se pone a enseñarles con calma. Jesús siente una conmoción profunda por la gente, “porque andaban como ovejas sin pastor” (v. 34).

Los guías políticos y religiosos habían abandonado a la gente y buscaban otros intereses. Ya había ocurrido en el Primer Testamento, como lo denunciaban los profetas Ezequiel, Jeremías y otros (I lectura): “Ay de los pastores… Ustedes dispersaron mis ovejas, las expulsaron” (v. 1-2). Por tanto, el Señor se compromete en primera persona: “Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países… Les pondré pastores que las pastoreen” (v. 3-4). El Buen Pastor es Jesús, que da su vida por las ovejas, derriba los muros de separación, congrega a los hijos dispersos, acerca a los vecinos con los forasteros en un solo cuerpo, reconcilia a todos en la paz, con su sangre, por medio de la cruz (II lectura).

Jesús es el verdadero guía del nuevo pueblo de Dios, el modelo de los pastores (1P 5,1-2). Esto vale tanto para la Iglesia como para la sociedad. Todo el que tenga una tarea de guía, a cualquier título y nivel, puede aprender de Cristo. En Él se inspira, emblemáticamente, también la siguiente reflexión sobre el contagio del jefe scout:
“Acuérdate, jefe scout,
si tú reduces la velocidad, ellos se paran; /
si tú cedes, ellos dan marcha atrás; /
si tú te sientas, ellos se tumban; /
si tú dudas, ellos se desesperan; /
si tú criticas, ellos destruyen. /
Si tú caminas adelante, ellos se te adelantarán; /
si tú das la mano, ellos darán su piel; /
si tú oras, ellos serán santos”.
¡Es la mejor metodología: la de Cristo y de los verdaderos educadores!

Palabra del Papa

(*) «Dios ha escrito un libro precioso, “cuyas letras son la multitud de criaturas presentes en el universo … “La naturaleza es una continua revelación de lo divino”. Esta contemplación de lo creado nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir, porque “para el creyente contemplar lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz paradójica y silenciosa”. Podemos decir que, “junto a la Revelación propiamente dicha, contenida en la sagrada Escritura, se da una manifestación divina cuando brilla el sol y cuando cae la noche”».
Papa Francisco
Encíclica Laudato si’ (2015) n. 85

Siguiendo los pasos de los Misioneros

18.  SdD. Bartolomé de Las Casas (1484-1566), rico español, se doctoró en Salamanca, partió para la isla Hispaniola (hoy Rep. Dominicana), se hizo cargo de las plantaciones paternas como ‘encomendero y empleó a los indios como esclavos. Pero más tarde se convirtió en un tenaz defensor de los indígenas, ingresó en la Orden de los Dominicos, escribió documentos en defensa de los indios y en contra de los abusos del sistema colonial; se opuso también a la trata de esclavos africanos. Transcurrió algunos años como obispo de Chiapas (México) y murió en Madrid.   

°     Día internacional de Nelson Mandela (1918-2013) dedicado por la ONU (2009) al líder sudafricano, en el día de su nacimiento, por su contribución a la cultura de la paz, la libertad, la democracia internacional y las actividades humanitarias.

20. S. Apolinar (siglo II), mártir, primer obispo de Clase-Ravena, evangelizador de la región italiana de Emilia-Romaña.

°     S. Frumencio († ca. 385), natural del Líbano, evangelizador y fundador de la Iglesia católica en Etiopía, primer obispo de Axum (hoy en Eritrea); fue consagrado obispo por san Atanasio.

°     Recuerdo de Sor Ruth Lewis (1945-2020), religiosa pakistaní de las Franciscanas Misioneras de Cristo Rey. Desde 1969 trabajó en Karachi en la ‘Dar-ul-Sukun’ (Casa de la paz), que acoge a unos 150 adultos y jóvenes abandonados, con minusvalías mentales y físicas; a partir del año 2000 fue directora de ese centro. Consideraba a los minusválidos como a sus hijos; le llamaban la “madre de los olvidados”. Murió por complicaciones de Covid-19. El Presidente pakistaní le otorgó la alta condecoración nacional de “Estrella de excelencia”, coronación de otros premios recibidos.  

21. S. Lorenzo de Bríndisi (1559-1619), sacerdote franciscano capuchino, recorrió muchas regiones de Europa predicando el Evangelio y realizando misiones de reconciliación. Es doctor de la Iglesia.

°     S. Alberico Crescitelli (1863-1900), mártir, sacerdote italiano del Pontifico Instituto de las Misiones Extranjeras (PIME), misionero en China, asesinado atrozmente durante la rebelión de los bóxers.

°     Recuerdo de Albert John Lutuli (1898-1967), maestro sudafricano, gran guía tribal, político, pastor laico de una Iglesia cristiana y predicador religioso. En su calidad de presidente general del African National Council (ANC), optó por la no-violencia activa contra el sistema del apartheid sudafricano. Forjó una compatibilidad filosófica entre las dos culturas: la zulú, de su patria y la cristiano-democrática de Europa. Recibió el Premio Nobel de la Paz (1960). La ONU le otorgó, a título póstumo (1968), el Premio por los Derechos Humanos.

22. S. María Magdalena, sanada por Jesús, lo siguió hasta el Calvario; fue la primera en verlo resucitado y en anunciarlo a los apóstoles (cfr. Jn 20,2.15-18).

°     B. María Inés Teresa Arias Espinosa (1904-1981), mexicana, fundadora de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, dos institutos para la evangelización ad gentes.

23. S. Brígida de Suecia (1302-1373), madre de familia, luego religiosa, mística y fundadora de la Orden del Santísimo Salvador; peregrinó a Tierra Santa y a varios santuarios de Italia. Es compatrona de Europa.

°     B. Margarita María López de Maturana (1884-1934), religiosa española, fundadora de las Mercedarias Misioneras de Bérriz.

°     B. Basilio Hopko (1904-1976), mártir: obispo auxiliar greco-católico de Presov (Eslovaquia), encarcelado (1950-1964) y torturado bajo el régimen comunista.

24. S. Charbel Makhluf (José, 1828-1898), sacerdote y monje maronita del Líbano, luego ermitaño entregado a la oración y rigurosas privaciones. La devoción popular hacia este santo se ha extendido por doquier.

°     Bs. Juan Solórzano y Diego Martínez, mártires mercedarios; fueron entre los primeros misioneros españoles en el Nuevo Mundo. Solórzano, compañero de viaje y consejero de Cristóbal Colón, fue el primero en anunciar el Evangelio y formar algunas comunidades cristianas en la isla de Cuba, donde fue asesinado; se le considera el primer mártir de América. Martínez evangelizó en Cusco (Perú), donde fue asesinado en 1536.

°     Bs. María de los Ángeles, María del Pilar y Teresa del Niño Jesús, carmelitas descalzas, mártires de Guadalajara (España), asesinadas por odio a la fe por milicianos comunistas el 24 el julio de 1936, seis días después de que estallara la guerra civil española (del 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939). Fueron las primeras tres víctimas religiosas de la guerra civil. Juan Pablo II las proclamó beatas y mártires (Roma, 1987).

* Durante esos tres años, se destruyeron en España unas 20.000 iglesias; fueron asesinados por odio a la fe 13 obispos, 4.184 sacerdotes diocesanos, 2.365 religiosos y 283 religiosas, pertenecientes a diversas congregaciones, y, además, centenares de laicos cristianos. Hasta ahora han sido beatificados o canonizados unos 2.000 mártires.

°     SdD. P. Ezequiel Ramin (1953-1985), joven comboniano italiano de Padua, misionero en la parroquia de Cacoal (Brasil), asesinado por sicarios en la Fazenda Catuva, cerca de la frontera entre los estados de Mato Grosso y Rondonia. El padre acababa de realizar una misión de paz a favor de un grupo de campesinos que reclamaban justamente por sus tierras. En una carta a una clase de escuela primaria escribió: «Es hermoso soñar con hacer feliz a toda la humanidad. No es imposible». Está avanzando su causa de beatificación por martirio.

institutos para la evangelización ad gentes.

25 Jornada mundial de los Abuelos y de los Mayores, establecida por el Papa Francisco (2021) en la proximidad de la fiesta de los Ss. Joaquín y Ana (26 de julio), abuelos maternos de Jesús.  Tema para 2021: “Yo estoy contigo todos los días” (cfr. Mt 28,20).

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A cargo de: P. Romeo Ballán – Misioneros Combonianos (Verona)

Sitio Web:   www.comboni.org   “Palabra para la Misión”

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Superar la indiferencia: Hacer causa común
Un comentario a Mc 6, 30-34

Leemos hoy cinco versículos que forman una especie de transición literaria entre dos narraciones fuertes de Marcos: el martirio de Juan Bautista (una experiencia seguramente muy dolorosa para los discípulos y el mismo Jesús) y la multiplicación de los panes (signo elocuente de un Dios que alimenta al pueblo de los sencillos y fieles en el desierto).

El texto que leemos hoy es, pues, de transición, pero no por ello menos importante. De hecho, está lleno de profundos y límpidos sentimientos en dos direcciones principales: la comunidad de los discípulos y la multitud de personas en búsqueda de una mayor calidad de vida. En el corazón de Jesús se produce como una especie de doble movimiento de sístole y diástole, de ida y venida, entre la comunidad y la multitud, que, como el del corazón, se necesitan y se alimentan recíprocamente. Detengámonos un momento en este doble movimiento de amor concreto:

1. Ternura en la comunidad de amigos

Marcos nos cuenta como Jesús acoge a los discípulos que regresan de la misión, los escucha y los invita a descansar, como él lo hacía entre los amigos de Betania… No sé si ustedes recuerdan la película de Pier Paolo Pasolini sobre el evangelio de San Mateo, que se proyectó hace ya bastantes años; era una gran película, pero –si mi memoria no me falla– presentaba a Jesús como una especie de profeta serio y más bien enojado, como una especie de látigo de hipócritas y corruptos; con el rostro tenso, la voz firme y la condena siempre en los labios; sin más amigos que una justicia descarnada y una moralidad exigente e irreductible…. Sin duda, Jesús fue claro en la denuncia de una religiosidad hipócrita y esclerotizada, pero Jesús era mucho más que un profeta airado. En el evangelio de hoy Marcos nos presenta a un Jesús tierno, acogedor, preocupado por el bienestar incluso físico de sus amigos. Esto nos da la medida de esa humanidad tan necesaria en cualquier familia, comunidad o grupo apostólico. A veces queremos hacer las cosas tan bien, somos tan perfeccionistas o tenemos tantas ambiciones para las personas queridas que nos volvemos intransigentes, mordaces, airados, condenadores. Ojalá, Jesús sea nuestro modelo de ternura, acogida y humanidad.

2. Conmoción ante las necesidades de la multitud

La estrecha vida comunitaria de Jesús con sus discípulos no lo vuelve ciego a las necesidades de los demás, sino todo lo contrario: lo hace más sensible y comprometido ante la presencia de una multitud que, como ovejas que vagan sin pastor, busca afanosamente más salud, más comprensión, más sentido, más vida. La actitud de Jesús es la misma que, muchos más años más tardes, adoptaría uno de sus discípulos, Daniel Comboni, quien, al llegar a Jartum (África), dijo: “Quiero hacer causa común con cada uno de ustedes”.

Antes la multitud de personas que hoy como ayer buscan salud, alimento, dignidad, amor…, la respuesta del discípulo misionero no es la indiferencia, el mirar hacia otro lado, sino el “hacer causa común”, compartir inquietudes, emociones y sueños. Esa conmoción, ese hacer causa común encontrará a su tiempo su expresión en iniciativas humanitarias concretas, en palabras y gestos de solidaridad. Pero lo primero es no caer en la indiferencia, conmoverse, sentirse parte de esa gente. La primera actitud del discípulo misionero es la de “estar”, compartir, sentir como propias las necesidades de los demás; y, a partir de ahí, echar una mano o las dos si hace falta, cada uno según sus propias posibilidades, con la confianza de que, si cada uno aporta lo suyo, se producirá el milagro del pan compartido, de la fraternidad, del gozo de la vida compartida.
P. Antonio Villarino
Bogotá

LA MIRADA DE JESÚS

Marcos 6,30-34

Marcos describe con todo detalle la situación. Jesús se dirige en barca con sus discípulos hacia un lugar tranquilo y retirado. Quiere escucharlos con calma, pues han vuelto cansados de su primera correría evangelizadora y desean compartir su experiencia con el Profeta que los ha enviado. El propósito de Jesús queda frustrado. La gente descubre su intención y se le adelanta corriendo por la orilla. Cuando llegan al lugar, se encuentran con una multitud venida de todas las aldeas del entorno. ¿Cómo reaccionará Jesús?

Marcos describe gráficamente su actuación: los discípulos han de aprender cómo han de tratar a la gente; en las comunidades cristianas se ha de recordar cómo era Jesús con esas personas perdidas en el anonimato, de las que nadie se preocupa. «Al desembarcar, Jesús vio un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas».

Lo primero que destaca el evangelista es la mirada de Jesús. No se irrita porque hayan interrumpido sus planes. Los mira detenidamente y se conmueve. Nunca le molesta la gente. Su corazón intuye la desorientación y el abandono en que se encuentran los campesinos de aquellas aldeas. En la Iglesia hemos de aprender a mirar a la gente como la miraba Jesús: captando el sufrimiento, la soledad, el desconcierto o el abandono que sufren muchos. La compasión no brota de la atención a las normas o el recuerdo de nuestras obligaciones. Se despierta en nosotros cuando miramos atentamente a los que sufren.

Desde esa mirada, Jesús descubre la necesidad más profunda de aquellas gentes: andan «como ovejas sin pastor». La enseñanza que reciben de los letrados de la Ley no les ofrece el alimento que necesitan. Viven sin que nadie cuide realmente de ellas. No tienen un pastor que las guíe y las defienda.

Movido por su compasión, Jesús «se pone a enseñarles muchas cosas». Con calma, sin prisas, se dedica pacientemente a enseñarles la Buena Noticia de Dios. No lo hace por obligación. No piensa en sí mismo. Les comunica la Palabra de Dios, conmovido por la necesidad que tienen de un pastor. No podemos permanecer indiferentes ante tanta gente que, dentro de nuestras comunidades cristianas, anda buscando un alimento más sólido que el que recibe. No hemos de aceptar como normal la desorientación religiosa dentro de la Iglesia. Hemos de reaccionar de manera lúcida y responsable. No pocos cristianos buscan ser mejor alimentados. Necesitan pastores que les transmitan el mensaje de Jesús.
José Antonio Pagola