Comboni College Khartoum: El ministerio de la educación en un contexto inter-religioso

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Martes, 20 de octubre 2020
“Allá donde Comboni había fundado una misión, surgía inmediatamente un centro educativo pues su obra no consistía solamente en formar apóstoles de la fe sino que había que preparar “apóstoles de civilización” (Comboni, 1870, E226). Los primeros combonianos que volvieron a Sudán tras la “mahdya” siguieron la misma metodología misionera que parecía la más adecuada en un país donde el sistema educativo se limitaba prácticamente a una red de escuelas coránicas en las que sólo se estudiaba el Corán, jurisprudencia islámica, lengua árabe y fundamentos de aritmética (Seri-Hersch, 2017, p.3).”

Comboni College Khartoum:
El ministerio de la educación en un contexto inter-religioso

Introducción

Allá donde Comboni había fundado una misión, surgía inmediatamente un centro educativo pues su obra no consistía solamente en formar apóstoles de la fe sino que había que preparar “apóstoles de civilización” (Comboni, 1870, E226). Los primeros combonianos que volvieron a Sudán tras la “mahdya” siguieron la misma metodología misionera que parecía la más adecuada en un país donde el sistema educativo se limitaba prácticamente a una red de escuelas coránicas en las que sólo se estudiaba el Corán, jurisprudencia islámica, lengua árabe y fundamentos de aritmética (Seri-Hersch, 2017, p.3).

La fundación del Comboni College Khartoum (CCK)

Escuela y misión parecían inseparables en Sudán hasta la nómina de Mons. Paolo Tranquillo  Silvestri en 1924 como vicario apostólico de Jartum. Este obispo cerró las dos únicas escuelas católicas para niños existentes en Sudán en 1925 y puso en alquiler el edificio donde se ubicaba la única para niñas.

El vicariato padecía problemas económicos y el obispo prefería concentrar sus limitados recursos humanos y financieros en lo que hoy es Sudán del Sur. Por otro lado,  Mons. Tranquillo, consciente de la imposibilidad de la conversión de la población musulmana, mayoritaria en el norte, prefirió limitar la presencia en la región al mínimo necesario para facilitar el acceso logístico hacia las misiones del sur (Villa, 1932).

La congregación, liderada entonces por el P. Paolo Meroni, con un concepto más amplio de misión y una percepción diversa sobre la importancia de nuestra presencia en el norte, reaccionó en el capítulo general del 1925 con la decisión de abrir una escuela en Jartum que llevase el nombre del fundador, ya que  también se  había decidido introducir su causa de canonización.

Durante los cuatro años de ausencia de escuelas católicas masculinas en Sudán, otras iglesias o comunidades nacionales habían abierto escuelas primarias. Parecía, por tanto, más necesario abrir una secundaria donde convergiesen los estudiantes de las diferentes escuelas primarias. Y como las secundarias o institutos en el sistema inglés eran llamados “colleges”, la escuela fundada en 1929 se llamó “Comboni College Khartoum (CCK)” y tendría una orientación fundamentalmente técnica y comercial para responder a las necesidades del país en aquella época.

El gobierno colonial concedió el permiso de apertura de la escuela con dos condiciones. La primera tenía que ver con la cualificación académica del cuerpo docente. La falta de personal comboniano especializado llevó a la congregación a invitar a los “Canadian Teaching Brothers” para formar el cuerpo docente mientras que  los combonianos, propietarios de la escuela, se encargarían de la administración.

La segunda condición aparece en una segunda versión del permiso y consistía en la prohibición de matricular estudiantes sudaneses. La única escuela secundaria del país pertenecía al gobierno, el “Gordon Memorial College”. En ella se proponía un curriculum ideado para cubrir las necesidades de la administración colonial (Vantini, 2005).

Esta segunda condición tenía que ver con el recelo de la administración inglesa a que la apertura de las puertas de las escuelas de los misioneros a la población musulmana pudiera herir la sensibilidad local, pues la herida de la mahdya estaba todavía abierta, y estimular “peligrosas¨ ideas independentistas, especialmente después de la revolución del 1924 en el vecino del norte, donde el nuevo gobierno egipcio se comportó en un modo muy hostil con los ingleses.

Calidad y formación de líderes para el Sudán independiente

En los años 30 del siglo XX la prensa sudanesa comienza a ser canal a través del cual se expresa el deseo del pueblo de acceso a una oferta educativa de más calidad. Uno de los líderes locales, Moḥamed Aḥmad Maḥjūb, escribió un artículo en el periódico local Al-Fajr pidiendo al gobierno colonial la reforma de los objetivos y los contenidos educativos del Gordon Memorial College para adaptarlos a los estándares del sistema británico. Unos meses después, un segundo artículo del mismo autor llevaba un título inequívoco: “Dadnos educación y dejadnos solos” (Aḥmad Maḥjūb, 1935, p. 1065-1066).

En la misma línea, el segundo subsecretario de estado británico, Sir Lancelot Oliphant, acusaba a las autoridades británicas en Sudán el 13 de octubre del 1936 de ignorar “la educación de los nativos y concentrarse meramente en la eficiencia del gobierno” (Foreign Office 407/219, citado por Warburg, 2003, p.97).

En abril del 1938, Sayyed Abdel Rahman el-Mahdi, hijo póstumo de Mohamed Ahmed Al-Mahdi, quién había destruido la obra misionera llevada a cabo por Daniel Comboni, visitó el Comboni College con motivo de la entrega de premios a los campeones de los diversos torneos deportivos. Impresionado por la calidad de la institución, este líder religioso y político donó 50 libras sudanesas para becas de estudiantes y matriculó en la escuela a tres miembros de su familia en 1940 (Vantini, 2005, pp. 514-515).   

En aquel entonces, el Comboni College era claramente una comunidad educativa internacional con 150 estudiantes egipcios, 48 sirios, 32 griegos, 26 italianos, 16 armenios, 13 palestinos, 2 indios, un etíope, un polaco, un yugoslavo y 49 sudaneses. Estos últimos, finalmente, tenían ya acceso al CCK. Por lo que se refiere a la religión, “208 eran cristianos, 104 musulmanes, 31 judíos y dos hindúes” (Vantini, 2005, p. 515).  

En 1933 el Comboni College se había convertido en sede del certificado de Oxford de secundaria lo que permitía a sus graduados continuar su educación en cualquier universidad del mundo. Esto implicó también una gran inversión de la congregación en la formación de combonianos destinados a enseñar en el CCK. Un indicador de la calidad de su enseñanza es el hecho de que en el año 1950 el 92.5% de los estudiantes que hicieron el examen de Oxford lo aprobaron.

Además, en 1949 el CCK se convirtió también en centro de exámenes del Instituto de Contables de Londres.

En 1956 el Sudán alcanzó su independencia y en 1966, uno de los graduados del CCK, Sadiq Al-Mahdi, fue elegido primer ministro.

Sudanización y equidad

En 1964 el gobierno sudanés decretó la expulsión de los misioneros extranjeros del sur. La presencia en el gobierno de graduados del CCK frenó las intenciones de aquellos que también querían expulsar a los misioneros del norte (Vantini, 2005, p. 522).

Pero otro acontecimiento tuvo un gran impacto sobre la institución: los desórdenes del 1964 que enfrentaron a sur sudaneses con sudaneses en la capital. Gran parte del personal docente laico extranjero del CCK dejó el país, lo que tuvo un impacto en la calidad de la enseñanza.

Desde entonces se aceleró el proceso de sudanización del personal docente y el concepto de equidad alcanzó un mayor énfasis, sobre todo cuando la segunda guerra civil (1983-2005) obligó a millares de sur sudaneses a desplazarse hacia el norte.

La creación de la sección universitaria

Los desórdenes del 1964 impidieron la creación de un programa post-secundario, cuando horarios, personal docente y ubicación estaban ya definidos.

Fue mucho más tarde, en 1999 cuando un grupo de padres de estudiantes de la sección primaria pidieron al comboniano que dirigía la escuela, el P. Beppino Puttinato, que sus hijos pudieran continuar sus estudios universitarios también en el Comboni College.

Gracia al apoyo de aquellos padres, ciudadanos sudaneses musulmanes apasionados  por el carisma comboniano, el Ministerio de Educación Superior e Investigación Científica del Sudán aprobó el “Comboni College of Science and Technology (CCST)” el 15 de abril del 2001.

El CCST se convirtió en la única institución cristiana de educación superior en todo el país. Sus diferentes programas universitarios acogen actualmente un 54% de estudiantes sudaneses y un 46% de estudiantes extranjeros fundamentalmente de familias refugiadas de Sudán del Sur, Eritrea y Etiopía.

Una evolución marcada por el diálogo con la sociedad

El CCK fue abierto como reacción de la congregación al abandono de una presencia misionera activa en Sudán, la tierra por la que habían pisado los pies de su fundador. Se trataba de dar una atención pastoral-educativa a la minoría cristiana y de tener una plataforma para el diálogo con una sociedad de mayoría islámica.   

La falta de escuelas y su calidad, convirtió al CCK en un punto de referencia donde se educaron juntos generaciones de líderes cristianos y musulmanes.  

Con la aparición de nuevas escuelas en el país y su apuesta por el currículum sudanés en lugar del internacional, la institución enfatizó el polo de la equidad. La escuela secundaria llenó sus clases de estudiantes sur-sudaneses y la sección universitaria facilitó el acceso a la educación superior a los estudiantes de familias desplazadas y refugiadas de Sudán del Sur y Eritrea.

Esto no quita que la sección universitaria no siga teniendo contacto con sectores más pudientes de la sociedad sudanesa que la buscan fundamentalmente por sus cursos de lengua española o italiana.

La evolución de las características de la institución ha ido en paralelo con la evolución del concepto de misión. Su apertura fue la reacción a una visión de la misión limitada a la conversión de los no cristianos. Pero con el paso del tiempo se ha desarrollado según una visión que concibe la misión como diálogo al servicio de la construcción del Reino de Dios en colaboración con amigos musulmanes.

Esta visión se concretiza, por ejemplo, en el servicio que la sección universitaria realiza a través de sus actividades en el ámbito de los cuidados paliativos. Musulmanes y cristianos son formados para acercar la misericordia del Padre a cada persona que sufre una enfermedad crónica o terminal. Otro ejemplo es el incubador de compañías creado por el CCST a través del cual se promueve un emprendimiento que respeta el medio ambiente, responde a necesidades sociales y promueve la integración económica de los más pobres.

La evolución histórica del Comboni College ha implicado también una evolución en la manera de desarrollar su ministerio para los misioneros que en él han trabajado. Los primeros combonianos administraron una escuela secundaria con mayoría de estudiantes extranjeros y cristianos y dejaron la enseñanza a los Hermanos Canadienses (1929-1935). Tras su marcha, la congregación tuvo que preparar misioneros capacitados para este ministerio. Algunos de ellos nunca trabajaron en una parroquia y pasaron toda su vida misionera sirviendo en el ámbito escolar iluminados por el icono de Jesús como Maestro.

En los últimos años nuestra presencia se ha reducido y tanto la enseñanza como la administración son llevadas a cabo en colaboración con personal local, incluyendo algunos musulmanes y cristianos que han estudiado la primaria y la secundaria en el CCK y un grado universitario en el CCST. Ellos dan continuidad a la misión y la visión de la institución.

Bibliografía

Aḥmad Maḥjūb, M. (1935) ‘ʿallimūnā’, Al-Fajr, pp. 1965–1966.

Seri-Hersch, I. (2017) ‘Education in Colonial Sudan, 1900–1957’, Oxford University Press USA, 1(May), pp. 1–26. doi: 10.1093/acrefore/9780190277734.013.12.

Vantini, G. (2005) La missione del cuore. I comboniani in Sudan nel ventesimo secolo. Bologna: EMI.

Warburg, G. (2003) Islam, Sectarianism and Politics in Sudan Since the Mahdiyya. London: Hurst and Company.

 P. Jorge Carlos Naranjo Alcaide
Misionero Comboniano
Khartoum – Sudan