El Padre Zaverio Colleoni celebró su 67 aniversario de ordenación sacerdotal

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Lunes, 17 de junio 2019
Padre Colleoni Zaverio Maria Carlo (Padre Xavier) nació en Fiorano al Norte de Italia, en 28 de Mayo del 1927. Fiorano tenía de 700 a 800 habitantes. Sus orígenes son de una familia compuesta de seis hermanos cuatro hombres y dos mujeres. Él es el mayor. Su papá de nombre Ernesto Colleoni y su mamá Caffi Giuseppina. Su apellido Colleoni significa “con los leones”.

El Padre Colleoni Zaverio Maria Carlo a la edad de 9 años, en una tarde cualquiera, caminando se encontró a un sacerdote misionero y sin conocerlo, le dijo su padre que él trabajaba en China y le preguntó al padre Xavier que, si le gustaría ir a China y el inmediatamente sin pensarlo dijo que si, aun desconociendo donde quedaba China. Hablaron con el sacerdote de la Iglesia del pueblo y el sacerdote le dijo al padre Xavier que para poder ir a China él tendría que asistir a misa a las 6:00 am y al rosario a las 7 pm todos los días. Esa era la condición para poder ir al seminario. Y así lo hizo con la ayuda de su mamá durante 2 años. A la edad de once años el padre Xavier entró al seminario. En Septiembre 1938 después de misa su mamá lo acompañó a que tomara el tren hacía el seminario. No fue solo, lo acompañaron otros tres seminaristas.

Él vivió durante la Segunda Guerra Mundial, pero a la edad de veinte años su superior lo envió a Cincinnati, OH en Estados Unidos. Ahí mismo fue ordenado sacerdote misionero Comboniano en Junio 7, 1952. Luego fue a su país de origen, Italia, y a su pueblo natal, Fiorano, a celebrar su primera misa que también se llama cantamisa.

En 1960 se tomó la ciudadanía de Estados Unidos. Trabajó en Chicago y luego en la comunidad de Nativos Americanos en Pala, California en el condado de San Diego. Más tarde fue asignado a la iglesia de Santa Cecilia y finalmente, otra vez, a nuestra parroquia de Santa Cruz.

El conoció poco a su familia porque no había tantos medios de comunicación como hoy en día. Durante veinte años no visitó a su familia. Cuando tuvo oportunidad de hacerlo los visitaba cada ocho años. Prácticamente vivió toda su vida fuera de casa y nosotros hemos sido muy afortunados de tenerlo cerca de nuestras vidas.

Sus florecillas espirituales son: “Dios es paciente conmigo, por lo tanto, yo tengo que ser paciente con los demás”. “Yo soy obra de Dios, regalo para el mundo”. “Todos tienen una llamada de Dios, desafortunadamente no todos la escuchan”. “Dios nos llama de diferente manera”. El padre Xavier concluye con esto: “Ahora me doy cuenta de que Dios me encontró, porque a la edad de nueve años yo no sabía lo que pensaba, solo sé que me había comprometido a ir a China y tenía que cumplirlo”.

Le pedimos a Dios que le permita estar con nosotros muchos años más y como dice Padre Xavier, cuando le preguntan, que cómo está, su respuesta es “Moribundo. Más cerca del hoyo, pero por cortesía le dejo que pase usted”. En su comunidad lo consideran un pilar de la NAP. Aquí en Santa Cruz lo consideramos un pilar para nuestras vidas. Así fue la conversación de un santo diablillo a la edad de nueve años.
Maria Isabel Facón