Martes, 13 de febrero 2018
Después de 18 años de trabajo pastoral y social en Casares, en el Departamento de Carazo, Nicaragua, el domingo 28 de enero 2018, hemos entregado la parroquia al clero arquidiocesano. Casares está situado al mar Pacífico y tiene once comunidades, de las cuales tres son pueblos de pescadores a la orilla del mar y las demás son pueblos de campesinos. Mucha gente se despidió emotivamente de los padres combonianos, después de haber compartido con ellos tantos años de experiencia pastoral y de amistad, de una manera especial del P. Carlos Luis Romero Arrieta, quien estuvo 12 años en Nicaragua, 4 años en Managua y ocho años en Casares.
P. Carlos Luis Romero Arrieta
y P. Victor Cunanan Paruñgao.
La bondad de P. Carlos era conocida por todos, pero todo lo hacía sin llamar la atención.
Un detalle: el día antes de irse, regaló medicinas y su celular a la Sra. Isabel, quizás la mujer más pobre de la parroquia, con un hijo de 22 años, casi paralizado. Así, según le dijo el P. Carlos, en situaciones de emergencia, con el teléfono, ella pudiese llamar y pedir ayuda. Como dijo Comboni, el misionero es como una piedra en el muro, nadie la ve, pero ella sostiene el muro. Razón por la cual, las palabras del Superior Provincial, P. Víctor-Hugo Castillo Matarrita, resonaron con toda su fuerza: “en silencio hemos venido y en silencio nos vamos”. También hizo recordar a todos al Hno. Pepe quién vino a Nicaragua y después de apenas un mes de estar aquí, murió trágicamente en Casares. Allí queda él, como testigo de nuestra presencia misionera. El Superior Provincial agradeció también al cardenal Obando y Bravo, quién nos recibió hace 18 años y al actual cardenal José Leopoldo Brenes Solórzano, del cual hemos siempre recibido ayuda y comprensión.
El P. Carlos en sus palabras de despedida agradeció primeramente a Dios por la experiencia de pastoral vivida entre gente sencilla y pobre y agradeció también a todos que colaboraron con él en estos años. P. Victor Cunanan Paruñgao ha sido destinado a una misión en El Salvador; mientras que el P. Carlos saldrá hoy mismo para Manaus, en el Amazonas de Brasil. Se fue sencillo como vino, solo con un maletín en mano.