Cuarenta años de presencia comboniana en Chad

Nuestra presencia en Chad tiene su origen en la expulsión de los misioneros de Sudán en 1964. Un grupo de aquellos misioneros partieron hacia la República Centroafricana para acompañar y ayudar a los refugiados sudaneses. De allí vendrían a Chad respondiendo a la llamada de los obispos que pedían insistentemente una presencia comboniana en un país pobre y considerado como tierra de primera evangelización. De hecho, la Iglesia chadiana es una de las más jóvenes del continente. Durante estos 40 años muchos son los combonianos que han pasado por una u otra misión. Algunos, como el P. Celestino Celi o el P. Francesco Tomasoni dejarían en ella su propia vida.

Todo ello nos invita a dar gracias a Dios por tantos dones como nos ha dado, en particular por las vocaciones combonianas chadianas. Hoy siete hijos de este país se han convertido ya en misioneros combonianos, tres chicas chadianas forman ya parte del instituto de las Misioneras Combonianas y hay ya un pequeño grupo de Laicos Misioneros Combonianos. Otros se preparan para serlo en nuestras casas de formación. Dios sigue llamando y el carisma comboniano atrae a jóvenes chadianos que sienten la llamada a continuar con la obra de este gran apóstol de áfrica y a hacer realidad su sueño de « Salvar África con África ». Hay que destacar que la primera parroquia del mundo dedicada a San Daniel Comboni (apenas unos días después de su beatificación) se encuentra precisamente en Chad.

Todo ello lo celebraremos el próximo mes de agosto en Moïssala, nuestra primera misión.