Miércoles, 21 de septiembre 2016
La IV Asamblea continental de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de América se está realizando del 18 al 24 de septiembre en la Ciudad de México, en la casa provincial de los misioneros combonianos. Participan en la reunión 27 LMC procedentes de los Estados Unidos (USA), Brasil, Guatemala, Perú y México. Están presentes también los combonianos que trabajan con los LMC en sus respectivos países, una comboniana, Her.na Saby Embaye Ghidey, y los coordinadores de los LMC a nivel general, Alberto de la Portilla y P. Arlindo Pinto. El tema general del encuentro es “La vocación LMC, identidad y compromiso con la misión a partir de América”.
En la foto,
los miembros del comité americano
(Cristina Paulek, Miriam Rubelina H.,
P. José Manuel Baeza)
y (a la derecha)
P. Erasmo Bautista Lucas.
Comenzó el Encuentro el domingo 18 con la presentación de estas jornadas por parte de la Coordinación Continental y por el P. Erasmo Norberto Bautista Lucas, provincial comboniano en México. Luego tuvimos una original dinámica, que dirigió Leticia Orduñez, para conocernos mejor como grupo. A continuación fijamos algunos cargos y responsabilidades prácticas para estos días.
Comenzamos el día lunes con la misa que tuvo mucho colorido misionero LMC latino. La Eucaristía ha de ser la fuerza para todo misionero, así lo pusimos de manifiesto con nuestra palabra y nuestros gestos en las ofrendas.
Las actividades de la mañana estuvieron marcadas por el recuerdo de nuestros compromisos adquiridos en los encuentros anteriores, sobre todo, en el Encuentro de Guatemala (en 2014), el cual sirvió para afirmarnos en nuestro compromiso como laicos. Revisamos los acuerdos tomados para vivirlos mejor en nuestros diferentes países. Los logros en estos años han sido notables, sobre todo, en las comunicaciones. Se requiere más compromiso de todos los combonianos y provinciales para que haya un buen seguimiento en todas nuestras provincias.
El Comité Central LMC nos expone su cometido internacional y sus funciones. Alberto de la Portilla, coordinador del Comité Central, expone su funcionamiento con mucha claridad recordando todo lo acordado en diferentes Asambleas Continentales. En la Asamblea de Maia se pusieron las bases de su actuación. Recuerda que debe haber mucha coordinación entre los diferentes agentes de la misión LMC.
Los LMC estamos presentes en 20 países. Tenemos desafíos como LMC hoy en los diferentes continentes. Es básico clarificar nuestra relación con los MCCJ, a todo nivel. Se hace hincapié en el aspecto económico para que entre todos, miembros y países, seamos solidarios con los que tienen menos recursos. Es necesario que todos MCCJ y provinciales, tengan mucha capacidad de aceptación y colaboración con los LMC en todos los países. Tenemos desafíos importantes hoy como grupo en varios niveles, es importante tomar conciencia de ello y ser más coherentes todos. Alberto de la Portilla recuerda los desafíos:
La reflexión de la tarde es sobre el cuidado de la creación y la vocación del laico en la Iglesia. Nos la presenta Cristina Paulek, del comité americano.
Los Laicos Misioneros Combonianos están llamados a continuar el estilo de Jesús al estilo de Comboni. Como LMC estamos llamados también a continuar la misión haciendo animación misionera.
Cada país presenta en la tarde, las respuestas al cuestionario enviado previamente a cada coordinador: Colombia (ha enviado las respuestas por email), Guatemala, México, Perú, Estados Unidos y Canadá (NAP), Brasil. En la noche Perú presenta dos interesantes testimonios; Arequipa y Trujillo.
Valentín García y Yessenia de la O
A continuación las palabras de bienvenida de P. Erasmo Norberto Bautista Lucas, superior provincial de la circunscripción comboniana de México.
Bienvenida
a los participantes
en el encuentro continental
de Laicos Misioneros Combonianos
Estimadas hermanas y hermanos laicos misioneros combonianos: les doy la más cordial bienvenida a esta casa, corazón de la provincia mexicana de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús. Esta es su casa. Como comunidad de la casa provincial estamos a su disposición. Su presencia es una bendición para la provincia, para el instituto, para la iglesia. Mediante estas tres palabras me permito recoger la naturaleza, importancia y finalidad de este encuentro continental en el amplio marco del espíritu del XVIII Capítulo General (cf. números 34 y 35), celebrado a finales del año 2015: redescubrir, reconocer, acompañar, agradeciendo a los organizadores del mismo la oportunidad de saludarles esta tarde.
Redescubrir: La realización de este encuentro nos brinda la oportunidad de redescubrirnos como parte constitutiva de la familia comboniana, entendida como “lugar carismático” en comunión con el cual acogemos en su totalidad la intuición profética de San Daniel Comboni a la luz de los actuales desafíos de la misión. Reconocer: compartiendo vida y misión durante estos días en este lugar, conjuntamente reconocemos, a la luz de la fe en las saludables mociones del Espíritu Santo, el camino realizado por laicas y laicos tanto en el continente americano así como más allá de sus fronteras fortaleciendo los lazos de la cooperación entre todos. Acompañar: somos compañeros de camino, peregrinos, y caminamos, encontrándonos aquí, teniendo en el corazón el rostro de muchas personas integrantes de los grupos o entre las que estamos trabajando apostólicamente; todas y todos discípulas/os misioneras/os que se saben en proceso de formación teológica, pastoral, espiritual con el fin de consolidar la propia identidad como familia laical, misionera y comboniana.
Hermanas y hermanos: evangelizar es proclamar el evangelio de Jesús, pero implica igualmente ayudar a creer y a crecer en la fe, siendo misericordiosos y actuando misericordiosamente. Y para crecer en la fe, hace falta un ámbito de fe; vivir es convivir; y por eso, vivir cristianamente requiere un ambiente donde se pueda convivir humana y cristianamente. Convivir humana y cristianamente en la familia, en el trabajo y en el ocio, compartiendo vida, misión y carisma, porque la identidad de la iglesia es comunión para la misión, y sólo puede haber misión compartida si hay vida compartida. Juntos, complementarios. Así concebimos nuestro papel de seglares en esta realidad en la que ya incidió el Concilio Vaticano II al hablar de la corresponsabilidad, de la importancia de crecer conjuntamente y de compartir carisma y espiritualidad. Son objetivos de este encuentro continental, me parece, crecer y mejorar la coparticipación y la colaboración conjunta entre nosotros, pasando del triángulo al círculo, a la mesa redonda, en la que laicos, laicas, religiosas y religiosos comparten alimento. Si vamos generando espacios de encuentro para responder comunitariamente a la misión, todo esto es ya una buena noticia para la iglesia, para la gente de nuestras regiones, tan golpeada por tantas dolencias y aflicciones, pero llena de esperanza. Luego la misión evangelizadora tiene un horizonte de futuro y esperanza cuando hay un nosotros, un cuerpo apostólico que la anima: “Los laicos y laicas son hombres y mujeres de la Iglesia en el corazón del mundo y hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia.” (Aparecida 209).
P. Erasmo Norberto Bautista Lucas.
Laicos misioneros combonianos del Guatemala con su asesor Hno. Humberto da Silva Rua.