Jueves 30 de octubre 2014
Los misioneros combonianos de las circunscripciones combonianas del continente americano (Ecuador, Perú/Chile, Estados Unidos, México, Brasil y Colombia), dos hermanas combonianas y un representante de los laicos misioneros combonianos (LMC) de Brasil se reunieron del 20 al 23 de octubre en Sao Paulo (Brasil) para evaluar y renovar su compromiso en las periferias de las grandes ciudades. Desde el 2001, la presencia evangelizadora en las áreas urbanas es una prioridad de los combonianos de América. En la foto: periferia de la ciudad de Lima (Perú).

El escolasticado internacional de Sao Paulo fue elegido como sede de la asamblea continental de las Américas de los combonianos que trabajan en las periferias de las grandes ciudades del continente. La elección no fue casual: el escolasticado, de hecho, es un centro de formación –actualmente el más antiguo del instituto– situado en una realidad de periferia, cercano a varios barriadas. En el seminario se combinaron momentos de estudio y reflexión, de escucha de experiencia y visitas a contextos en que se realiza trabajo misionero; encuentros y celebraciones con las comunidades.

Los participantes en la asamblea analizaron las realidades urbanas del continente poniendo en evidencia las causas de los conflictos, pero también los aspectos positivos y las oportunidades, tratando de Identificar algunos desafíos por cuanto se refiere a la identidad y la misión de la comunidad comboniana que quiere caminar al lado de los “desechos” del mundo urbano de hoy.

Al final del encuentro, los participantes redactaron un documento de síntesis y de diálogo con los hermanos de las distintas circunscripciones del continente. “El documento – escribe el comité organizador –subraya la importancia del misterio de la encarnación, el llamado de Daniel Comboni y el reciente documento  del papa Evangelii Gaudium (EG) sobre la necesidad de ir al encuentro de los más pobres y abandonados que el mundo considera, como subraya la EG, “desechos humanos”. La palabra clave es ‘presencia’ cualificada por las siguientes dimensiones (profundizadas en el documento final): presencia humana, inserta, frágil, audaz, política, al servicio de la Iglesia de las Comunidades Eclesiales de Base articulada en red. El pueblo de las periferias urbanas es resistente, creativo, en grado de superar las dificultades de todo tipo. Ama la vida,  sostiene y refuerza la fe y la esperanza de los misioneros y misioneras combonianos llamados a encarnarse también en las periferias urbanas de hoy”.

Mensaje de los misioneros combonianos del Continente Americano reunidos en el seminario sobre las periferias urbanas en Sao Paulo (Brasil)

Reunidos en el escolasticado de San Paolo del 20 al 23 de octubre de 2014, venidos de distintas periferias urbanas de Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, México y Brasil, compartimos algunos puntos de nuestra reflexión.

1. Nos acercamos al mundo de las grandes ciudades del Continente Americano iluminados por la práctica de Jesús que, nació y vivió en la periferia del Imperio compartiendo la vida con los  excluidos de su tiempo. A partir de Galilea, se fue hasta Jerusalén, centro del poder político, económico, religioso y militar, para desarticular las estructuras generadoras de exclusión y proponer el Reino como plenitud de vida para todos. Su anuncio generó un conflicto que lo llevo a la muerte como un marginal, a las afuera de las murallas de Jerusalén, crucificado entre dos ladrones. Su resurrección señalo definitivamente la victoria de la vida sobre la cultura de la muerte e continua a invitar todos aquellos que se disponen a vivir su práctica liberadora.

2. Nos mueve Daniel Comboni que siempre escogió a los últimos y más abandonados para hacer causa común con ellos, defendiéndolos de todo tipo de esclavitud.

3. Nos sentimos interpelados por Papa Francisco que en la Evangelii Gaudium (74) nos invita a acercarnos a los “no ciudadanos” y a los “sobrantes urbanos” que hoy en día las grandes ciudades producen.

El crecimiento demográfico de las ciudades y sus causas

4. Compartimos entre nosotros las realidades de las periferias en las que estamos presentes y subrayamos que el origen de los desequilibrios económicos, las desigualdades sociales, las migraciones forzadas y el concentrarse de personas en las megalópolis de nuestro Continente está la influencia dominante del grande capital en las políticas y economías internacionales; está la interferencia sobre los Estados nacionales de instituciones monetarias como la Banca Mundial y la Organización Mundial del Comercio y la financiarización de los mercados.

5. El crecimiento del capital se hace responsable por la urbanización rápida y desordenada. Prófugos venidos del acaparamiento de tierras para el monocultivo, de los mega proyectos de minería, de los conflictos provocados por los grupos armados del Estado y la ausencia de políticas públicas para que lasa familias se queden en el campo, miles de personas en las últimas décadas han dejado el campo para irse a la ciudad, movidas por la necesidad del trabajo y sobrevivencia pero también por la búsqueda de oportunidades.

6. Para muchos el sueño se ha transformado en pesadilla. En las ciudades no han tenido un proceso simultáneo de desarrollo e posibilidad de empleo e cambios estructurales para acoger a todos. El destino de la gran mayoría de estos migrantes ha sido el agravarse de las desigualdades, la segregación e n las periferias y la negación de los derechos fundamentales.

7. El cambio del trabajo del hombre por las maquinas, la precaria relación de trabajo, la flexibilización de los derechos de los trabajadores y la falta de una política justa de sueldos, ha producido trabajadores empobrecidos y explotados y aún más obligados a encontrar un trabajo informal

8. Las ciudades no han logrado dar oportunidades para todos sus habitantes, creando así nuevos pobres que migran constantemente de una periferia a otra, entre ciudades del propio país y también entre países del Continente. Últimamente, ante todo ese movimiento migratorio se suma también un flujo de migrantes que vienen de países del norte del mundo a causa dela crisis económica mundial.

9. El darnos cuenta de esa realidad nos lleva a creer que no se puede separar el trabajo en las periferias urbanas de un empeño en defensa de un nuevo sistema que tenga en cuenta la defensa y promoción de la vida, la reforma agraria, el reconocimiento de las tierras indígenas e de comunidades tradicionales afro descendientes, de la soberanía alimentar, la justicia socio ambiental y de los derechos de los trabajadores.

Nuestra mirada hacia las periferias

10. La ciudad, entendida según la historia, como espacio de oportunidades y de emancipación, posibilidad de nuevas relaciones significativas para el crecimiento de la persona, se tornó lugar, por excelencia, para ministrar procesos para de concentración de capital, sea en lo que se refiere en la producción como también en el ámbito financiero. Por lo tanto, la ciudad no está al servicio del ciudadano, sino del capital y se desarrolla  únicamente en función de las ganancias. La mercantilización, el individualismo y el consumismo determinan la maniera de cómo se vive en la ciudad, comprometiendo así las relaciones interpersonales, la solidaridad, el compartir y el espirito comunitario. El consumismo se hace motor de integración urbana. El que no tiene dinero se queda al margen y es obligado a irse a la periferia.

11. Las desigualdades socio económicas crean en el mismo casco urbano, dos ciudades: el centro y la periferia. No se trata solamente de conceptos espaciales, sino existenciales. El centro es el lugar en donde se tomas las decisiones políticas, económicas, culturales y religiosas. Las periferias son situaciones en las cuales sobreviven aquellos que necesitan quedarse lejanos, destituidos de acceder a los derechos humanos  y a la información. La segregación económica se hace también socio espacial.

12. El centro del poder político y económico mantiene sus privilegios a través de la violencia institucionalizada con instrumento de control y manutención de los intereses del capital. Esto agrede especialmente a los pobres, a los jóvenes e a los negros. De otra parte, las periferias abandonadas por las intuiciones es lugar para el crimen organizado y se transforma en lugar de violencia que criminaliza a los pobres y todos los movimientos sociales que luchan por la promoción y defiende los derechos humanos.

13. La mayoría de nuestras ciudades hoy, son insostenibles, sea del punto vista ambiental y político: vivir en la ciudad no significa automáticamente ser ciudadano. A causa del individualismo del sistema de producción-mercado-consumo y por el desarraigo cultural, las relaciones se hacer despersonalizadas y la dimensión comunitaria se debilita.

14. Según la visón de los poderes públicos y a veces en la auto comprensión de las personas, el ciudadano es considerado solamente como un consumidor (de servicios y productos).  El proceso de exclusión de los consumidores que son menos importantes ha generado la categoría de los “desechables”. Un ejemplo de esto es el aumento del número descontrolado de encarcelados.

15. El fenómeno religioso en las periferias es heterogéneo, fluido y en mutación permanente. Además de expresiones religiosas traídas por los migrantes de sus lugares de origen crecen nuevas manifestaciones pastorales que desafían nuestra pastoral y la  vez son caracterizadas por la intolerancia  y por el fundamentalismo. La religión en la ciudad se hace, por veces, un “bien de consumo”.  La creciente sed de Dios se satisface por distintas fuentes y por veces, artificiales e inspiradas por criterios de marketing y oportunismo político.

El actuar comboniano en las periferias hoy

16. Como familia comboniana vivimos nuestra misión en las Américas en contextos y modalidades distintas.  En mucho de nuestros países nuestra presencia en las periferias urbanas responde a opciones que han hecho nuestras provincias. La maniera de responder a los desafíos que los grupos humanos y las comunidades excluidas e marginadas nos presentan depende mucho de las posibilidades y limitaciones que la realidad socio política, económica, cultural y eclesial nos ofrecen. En esto influye también la sensibilidad y las disposiciones personales.

17. Estos factores nos llevan a una diversidad de experiencias y acciones misioneras que abarcan: la presencia inserta en los barrios pobres y con la población afro descendiente y con recaudadores de material para reciclar; el acompañamiento de entidades que luchan por la defensa y promoción de los derechos humanos; la participación y a veces la coordinación de las pastorales sociales específicas que acompaña personas privadas de su libertad, los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad social, los dependientes químicos entre otros, la valoración de culturas periféricas a través de proyectos para fortalecer la identidad, la capacitación y trasformación de la realidad. En general todo eso se realiza en un contexto eclesial para favorecer la formación de ministerios eclesiales y líderes sociales, el trabajo en red y colaboración con otras fuerzas sociales actuantes en la zona, la conciencia y actuación política,  el unión fe y vida y la espiritualidad liberadora.

Horizontes e desafios

18. La misión comboniana en las periferias urbanas se hace como presencia. Esta presencia es humana, inserta, comunitaria, frágil, osada, política y a servicio de la Iglesia de CEB y articulada en red.

a. Presencia humana

El comboniano/a tiene que ser un místico, capaz de descubrir a Dios en las periferias, sobre todo allí donde menos pensamos que él podría estar. Profundamente comunitario y continuador de los que otros hermanos y sobre todo el espíritu Santo ha venido trabajando. Acogedor, cordial y respetuoso de todas las personas. Que cuide el buen trato. Creativo y siempre en actitud de búsqueda de la mejor estrategia para llegar a todos, a los cercanos y alejados de Dios y de la iglesia. Que crea en la capacidad y protagonismo de los laicos, haciéndolos responsables de la evangelización.

b. Presencia inserta

La misión comboniana hace una opción clara y permanente por los pobres y por los jóvenes y privilegia, en nuestro Continente, a los afro descendientes, especialmente a través de la pastoral afro. A raíz de  esto nuestras comunidades necesita tener un estilo de vida sobrio, solidario y cercano a los de las familias en dono vivimos.

c. Presencia comunitaria

Actuamos en las periferias como familia comboniana, y donde es posible, la presencia de los laicos misioneros. Creemos en la comunidad como un espacio de humanización e instrumento de transformación. Por eso no podemos prescindir del trabajo de educación popular comunitaria, herramienta permanente que hoy ni los partidos ni los sindicatos y tampoco las Iglesias realizan con constancia y determinación.

d. Presencia frágil

Conscientes de nuestros límites, sin miedo de equivocarnos, y a partir del principio de la misericordia nos ponemos al servicio de la vida con los medios pobres. Insistimos en la promoción de la dignidad de toda persona y de su empoderamiento, y en particular, en el rescate de sus raíces y cultura. Reconocer también a los jóvenes  en sus nuevas construcciones de sentido y relaciones.

e. Presencia osada

Estamos llamados a la profecía desde el contexto de nuestra presencia y compromiso.  Estamos dispuestos a enfrentar el conflicto, la denuncia y la ruptura de alianzas y proyectos socio económicos que niegan la dignidad de la vida plena.

f. Presencia política y transformadora

La misión cristiana y comboniana tiene como objetivo la defensa y promoción de los derechos humanos y la promoción de la vida digna. Tiene también como finalidad la transformación de situaciones de injusticia para favorecer la participación y el protagonismo de la gente, la posibilidad de todos a la información y la comprensión de estrategias que inciden en la política y también la confianza en las potencialidades de todos estos procesos. Colabora para favorecer una reforma política para garantizar una mayor democracia e transformación social.

g. Presencia al servicio de la Iglesia de CEB

Creemos en la potencialidad de las comunidades eclesiales de base y nos ponemos a su servicio.  En donde haya, en las periferias, una parroquia comboniana la asumimos y la llevamos adelante a partir de los siguientes principios:

  • Compromiso con la transformación y humanización de la ciudad;
  • protagonismo de los laicos y su capacitación continua en el ejercicio de su ministerio;
  • apertura misionera y ad gentes;
  • celebraciones y prácticas cristianas  uniendo fe y vida, y al mismo tiempo abiertas al diálogo ecuménico.

h. Presença articulada em rede

La misión comboniana invierte en la articulación de todas las fuerzas sociales que creen en el proceso de transformación de este sistema. Colabora con los movimientos sociales, sindicatos y organizaciones de defensa de los derechos humanos, grupos de pesquisa académica y todos los actores que puedan fortalecer nuestra acción y ampliar nuestros horizontes de actuación.

Agradecidos

19. Nos sentimos privilegiados y agradecidos de estar en medio de un pueblo luchador, creativo, capaz de sobrevivir y vencer todo tipo de dificultades porque ama la vida. Agradecidos de vivir en una periferia urbana tan rica, diversa, que termina enriqueciéndonos. Estamos alegres y felices de ser discípulos misioneros, no obsesionados por los resultados, pero si apasionados por la misión. Gracias al pueblo que nos sostiene, fortalece nuestra fe y esperanza.

Los participantes del seminário.