Lunes 20 de mayo 2024
Del 22 al 26 de abril de 2024 tuvo lugar en Roma la Asamblea General de Animación Misionera, con la participación de responsables del sector (de 21 circunscripciones), referentes continentales y observadores de la Familia Comboniana. [Se adjunta un folleto con un resumen de la Asamblea, en italiano]
Los trabajos de la Asamblea se centraron en varios temas: la cartografía de la Animación Misionera (AM) en el Instituto, la visión de la AM en el nuevo contexto global y eclesial de hoy, las nuevas oportunidades para la AM, los medios de comunicación en el momento de la revolución digital y los caminos continentales para un relanzamiento de la AM en colaboración y sinergia. [El siguiente enlace le permite ver y descargar el resumen de la Asamblea]
Reconociendo los cambios de época que se están produciendo, el XIX Capítulo General había dado el mandato de realizar una evaluación de la Animación Misionera (CA '22, 32). Esta asamblea, por lo tanto, fue una oportunidad para hacer esta evaluación y reflexionar juntos sobre el presente y el futuro de la Animación Misionera (AM) con una mirada marcada por la esperanza, conscientes de que no sirve de nada quejarse de lo que no funciona o ya no es practicable, sino que es necesario reconocer tanto lo que es efectivo como los caminos emergentes para una AM guiada por el Espíritu del Señor.
Estos son los objetivos específicos de la Asamblea:
Mirar al futuro con esperanza
De la fotografía de AM en el Instituto se desprende que la situación, lejos de ser homogénea, es muy variada según el contexto. En términos generales, existen tendencias características a nivel continental.
En Europa, desde hace algún tiempo, se está llevando a cabo un proceso de actualización que integra la AM y la evangelización, superando el paradigma geográfico de la misión, en el que la AM era vista principalmente como un apoyo a la misión en el extranjero. Esto no significa abandonar las actividades que han caracterizado este servicio en el pasado, sino desarrollarlas según una perspectiva más amplia y actual, en la estela de la colaboración entre las Iglesias esbozada por el Concilio Vaticano II.
En América-Asia, históricamente la evangelización y la AM han estado presentes simultáneamente y, por lo tanto, hay menos dificultad para interpretar la AM según un modelo integrado.
En África, en cambio, aunque existen algunas experiencias bien establecidas de AM, este es un campo que aún no se ha desarrollado y cuenta con un gran potencial sin explotar.
Los desafíos actuales de la AM dependen principalmente de los cambios de época en curso que afectan tanto a las realidades socioculturales como a las eclesiales. Así, por ejemplo, tanto el crecimiento de las Iglesias jóvenes en el Sur del planeta como la disminución en el Norte tienen un impacto en la AM, aunque en la dirección opuesta. Al cambiar la fisonomía y la dinámica eclesial, la AM de las Iglesias locales debe cambiar también para reposicionarse en los nuevos contextos que se están creando. La tentación podría ser dejarse perturbar por los cambios, ya que, por ejemplo, en las circunscripciones del Norte hay una disminución significativa de vocaciones, de bienhechores y de una presencia significativa en el territorio, mientras que, en las del Sur, se experimentan considerables dificultades para implicar la participación de las comunidades cristianas -y de las Iglesias locales en general- en la misión, incluido el apoyo financiero.
En realidad, sin embargo, nos damos cuenta de que estamos ante una "nueva primavera misionera", en un mundo que se está transformando con una rapidez jamás vista. Mirar al futuro con esperanza, por tanto, significa mirar la realidad con una mirada capaz de captar las novedades que la acción del Espíritu está infundiendo en la realidad. En otras palabras, estamos llamados a comprender "los signos de los tiempos", que no son los acontecimientos como tales o las condiciones sociales en sí mismas, sino la relación que tienen con respecto al Reino de Dios. La AM actual debe captar estos signos para buscar los lugares donde la acción de Dios pueda expresarse como salvación, con el fin de apoyarla y promoverla.
La revolución digital, con los nuevos medios de comunicación y las redes sociales, nos está desplazando, ya que requiere habilidades que, en general, aún no hemos adquirido. No se trata solo del aspecto tecnológico, sino del profundo cambio cultural que todo esto implica. Se trata de una forma diferente de comunicarse, que se refiere a un nuevo paradigma de comunicación. El mundo de la comunicación es considerado hoy como el "sexto continente" a evangelizar.
Sin embargo, frente a los nuevos y apasionantes desafíos de la AM, nos encontramos con serias dificultades dentro del Instituto, tanto en lo que respecta al empleo y la formación del personal en este campo, como en lo que respecta a la organización sistemática del servicio. Sobre todo esto, es necesario un cambio de ritmo, invirtiendo más personal y preparándolo para este servicio. Pero también es necesario crecer en la conciencia de que cada misionero es un animador misionero a partir del ministerio que le ha sido asignado y que cada comunidad está llamada a ser un centro de animación y espiritualidad misionera.
Es necesaria una organización sistemática de este ministerio, que apunte a la planificación y colaboración a todos los niveles y a la participación de diversas fuerzas y agentes pastorales. Todo esto requiere una preparación adecuada y actualizada, que a menudo es difícil de ofrecer, dada la falta de escuelas AM.
Una visión actualizada de la AM
Una visión actualizada de la AM sólo puede partir de la exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii Gaudium, que afirma que "la acción misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia" (EG 15). Francisco quiere una Iglesia que "salga", que dé testimonio de "la alegría del Evangelio", partiendo de las periferias existenciales y geográficas, poniéndose del lado de los pobres. Toda realidad eclesial está llamada a vivir la misión, tanto con el anuncio directo de Cristo como con la promoción de la unidad del género humano y de la paz universal, porque la Iglesia crece por atracción y no por proselitismo (cf. EG 14).
En esta perspectiva, los límites entre la evangelización, la animación misionera y vocacional, y JPIC ya no son tan claros como antes, cuando la misión se enmarcaba en un paradigma geográfico. Si la misión es el anuncio del Evangelio y la promoción de los valores del Reino, la finalidad de AM es ser un estímulo para la Iglesia y la sociedad para defender la vida en todas sus dimensiones (CA '09 n.180.2). Por lo tanto, la AM no puede dirigirse sólo al mundo católico.
Además, en el contexto actual, la misión y la animación misionera deben verse en la línea de colaboración entre las Iglesias, estimulando el conocimiento mutuo y la participación de las riquezas y diversidades de la Iglesia universal; la denuncia profética de toda injusticia y opresión; la formación de los agentes pastorales y del pueblo de Dios para que sean protagonistas de la transformación.
La AM, en particular, consiste en comunicar la pasión por la misión: no es más que "dar vida a la misión". No se trata de una actividad de marketing o de captación de recursos humanos, sino de la capacidad de implicar a la propia Iglesia en la misión universal.
En lo que se refiere al campo de acción, la AM se basa concretamente en cinco pilares:
Por lo tanto, debe haber una dialéctica entre la colaboración y el servicio de la animación misionera en la Iglesia local – a través de las estructuras y programas diocesanos – y la contribución específica de la animación misionera comboniana.
Oportunidades para relanzar la AM
Si bien es un hecho innegable que los rápidos cambios que estamos experimentando están creando dificultades para nuestro compromiso con la AM, también es cierto que estas mismas transformaciones nos están ofreciendo oportunidades interesantes para un renacimiento de nuestro compromiso con este ministerio.
Un ejemplo sobre el cual reflexionó la Asamblea es el de la ecología integral, en el que el XIX Capítulo General identificó como un "eje fundamental de nuestra misión, que conecta las dimensiones pastoral, litúrgica, formativa, social, económica, política y ambiental" (CA '22, 30). Obviamente, cuando decimos ecología integral no nos referimos solo al medio natural, sino a la totalidad de todas las dimensiones de la realidad (social, económica, política, cultural, espiritual, etc.). En el contexto actual, de hecho, están surgiendo seis importantes repercusiones de la ecología integral en la AM:
EL VÍNCULO DE LA COMUNICACIÓN Y EL MUNDO DIGITAL
El Instituto siempre ha estado involucrado en el campo de la comunicación a través de las revistas misioneras. En la actualidad, el Instituto cuenta con 24 publicaciones, 7 de las cuales están dedicadas a niños y jóvenes. Es un trabajo y compromiso editorial impresionante, que hoy tiene que hacer frente a cambios socioculturales y comunicativos que requieren nuevos lenguajes y habilidades. La mayoría de las circunscripciones han desarrollado iniciativas en el mundo digital, a través de sitios web, redes sociales, programas de radio y otras iniciativas comunicativas y culturales. Sin embargo, todavía hay acciones muy dispersas: hay grandes posibilidades de colaboración, intercambio de materiales y habilidades, y la coordinación a nivel continental aún por probar. El reto es doble: por un lado, está la cuestión de la insuficiencia del personal que trabaja en este sector, tanto desde el punto de vista cuantitativo como desde el punto de vista cualitativo de las competencias y especializaciones; por otro lado, está el aspecto de la planificación sistemática de este servicio y de dar continuidad. Por ejemplo, a menudo hay un desajuste entre el discernimiento – por ejemplo, las decisiones capitulares – y la planificación en las circunscripciones. Se necesita un plan de comunicación sólido y consistencia en su implementación, programación para especializaciones y una sólida colaboración a nivel continental. Esto incluye la cooperación recíproca en la planificación y realización de actividades misioneras con la Familia Comboniana (FC), con las organizaciones de las que somos miembros – como Africa Europe Faith and Justice Network (AEFJN) y VIVAT International, o con organizaciones eclesiales como REPAM, REBAC, CLAR, etc. – con la Iglesia local, con otras fuerzas eclesiales y civiles, y con las circunscripciones combonianas a nivel continental, especialmente en el campo de la misión, la animación misionera, la producción editorial y la difusión de información a través de los medios de comunicación.
En la reflexión de los grupos, se reafirmó que la Animación Misionera no se puede improvisar y, por lo tanto, para llevar a cabo bien este ministerio, es necesario, entre otras cosas:
Rutas Continentales
Uno de los objetivos de la Asamblea General de la AM (AGAM) fue iniciar caminos continentales y de colaboración, porque el relanzamiento de la AM requiere "crear un sistema", crear sinergias, compartir recursos, experiencias, habilidades.
Por lo tanto, la Asamblea trabajó en grupos continentales (África, América-Asia, Europa) y en un grupo de reflexión que incluía a la Familia Comboniana. A partir de lo que surgió durante el transcurso del trabajo y que interpeló a los participantes con referencia a sus contextos, cada grupo identificó algunos caminos compartidos a seguir y promover para dar seguimiento a AGAM.
Concretamente, se han propuesto iniciativas de colaboración, empezando por actividades que actualmente parecen prioritarias:
Conclusión
La evaluación de AGAM por parte de los participantes fue en gran medida positiva. Se puso de manifiesto que, a pesar de la diversidad de situaciones y necesidades de las circunscripciones, todos los participantes encontraron un tratamiento satisfactorio de aspectos que les resultaban significativos, en un clima de fraternidad y confianza mutua, que favoreció un diálogo sereno, franco y abierto en el que cada persona se expresó libremente, se sintió acogida y escuchada por el grupo.
Se destacó que la Asamblea no era un acontecimiento en sí mismo, sino una etapa de un camino que había que hacer juntos, que comenzaba con la elaboración preliminar del mapa (censo) de la AM y que abría a caminos continentales que ahora se propondrían, iniciarían y acompañarían.
Estamos comenzando de nuevo con entusiasmo y con la conciencia de que hay muchas posibilidades para relanzar el servicio de AM en las circunscripciones y continentes.
Finalmente, nos complace compartir el folleto resumen [ver anexo] del trabajo de AGAM, para promover el intercambio y la reflexión sobre la AM a nivel comunitario, de circunscripción y continental.