Viernes, 11 de junio 2021
“El Corazón de Jesús es para nosotros el ancla que nos mantiene unidos a la fuente de la vida y de la misión; es la savia que da vida a nuestro Instituto, es sin duda un elemento fundamental del carisma, que nos ayuda a reciclar y renovar nuestro compromiso. La misión comboniana, 154 años después de la fundación del Instituto, continúa en el tiempo y en el espacio, enriquecida con matices que se concretan en nuevas formas de ser y vivir la misión. Uno de estos horizontes es, sin duda, la ecología integral, a la que estamos llamados a responder con la valentía y la creatividad propias de nuestro Fundador.” (El Consejo General)
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
“Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza,
y al punto salió sangre y agua”
(Jn 19:34)
Queridos hermanos,
saludos fraternos en el Corazón de Jesús.
Este año, la celebración de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús nos encuentra en plena preparación de nuestro próximo Capítulo General, evento sinodal que nos da la oportunidad de crecer en fidelidad a nuestro carisma para encarnarlo en la misión particular de este momento de la historia. Un tiempo marcado por la pandemia causada por el COVID, que ha causado una conmoción a todos los niveles, con conflictos y guerras en diferentes partes del mundo, y por las tensiones en algunas Iglesias locales.
Nuestra Regla de Vida nos recuerda: “El Fundador ha encontrado en el misterio del Corazón de Jesús la fuerza para su compromiso misionero. El amor incondicional de Comboni por los pueblos de África tenía su origen y modelo en el amor salvífico del Buen Pastor, que ofreció su vida por la humanidad en la cruz” (RV 3).
El Corazón de Jesús es para nosotros el ancla que nos mantiene unidos a la fuente de la vida y de la misión; es la savia que da vida a nuestro Instituto, es sin duda un elemento fundamental del carisma, que nos ayuda a reciclar y renovar nuestro compromiso. La misión comboniana, 154 años después de la fundación del Instituto, continúa en el tiempo y en el espacio, enriquecida con matices que se concretan en nuevas formas de ser y vivir la misión. Uno de estos horizontes es, sin duda, la ecología integral, a la que estamos llamados a responder con la valentía y la creatividad propias de nuestro Fundador.
En esta fiesta renovamos nuestro deseo de seguir a Jesús en su entrega total por la salvación del mundo y de poner humildemente nuestros dones al servicio del Reino. Estamos invitados a encontrar en la contemplación del misterio del Corazón de Jesús la audacia y la energía para ponernos en camino hacia donde el Espíritu nos conduce. Nuestro compromiso misionero sólo dará fruto si emana de una experiencia de encuentro con Jesús y es expresión viva de ese amor que irradia desde la Cruz hacia todos los hombres, especialmente los más necesitados.
Celebrar el Corazón de Jesús, en el contexto de una pandemia que nos ha obligado a buscar nuevos caminos y a adaptarnos a los imperativos impuestos por una situación frente a la que somos impotentes, y nos ha hecho sufrir y llorar a las víctimas de la Familia Comboniana, de nuestras propias familias y de las personas con las que trabajamos, nos recuerda que todos pertenecemos a una única familia interdependiente. A la pérdida de vidas, se suma el tremendo aumento de la pérdida de puestos de trabajo en todo el mundo, que se traduce inmediatamente en pobreza. Que los extraordinarios gestos de solidaridad que hemos presenciado sean también signos de esperanza que nos ayuden a construir una humanidad que necesita encontrar nuevas coordenadas que permitan a todos tener vida en abundancia. La sangre y el agua que brotan del costado de Cristo son un signo de que nuestra fragilidad tiene como horizonte final la resurrección, y esto ilumina toda nuestra labor de anuncio del Evangelio. El Corazón partido de Jesús es un testimonio de la infinita compasión de Dios por la humanidad. Como Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús también hacemos nuestro este sufrimiento y renovamos nuestro compromiso con la misión que Jesús nos ha encomendado.
La renovación de nuestra consagración en esta fiesta es un acto de confianza y una invitación para seguir creciendo en la vocación que el Señor nos ha regalado como don a toda la humanidad.
Pidamos la intercesión de Santa María, nuestra Madre, que acompañó a su Hijo hasta el pie de la cruz, y la de San Daniel Comboni. ¡Feliz fiesta para todos!
Roma, 1 de junio de 2021
Día del Aniversario de la Fundación del Instituto
El Consejo General