Martes, 22 de septiembre 2015
El XVIII Capítulo General de los Misioneros Combonianos sobre el tema “Discípulos misioneros combonianos, llamados a vivir la alegría del Evangelio en el mundo de hoy” ha iniciado el 6 de septiembre en la Casa General de Roma. Damos gracias a todos los hermanos que nos apoyan con su oración por el trabajo del Capítulo y de modo muy especial a aquellos que nos hacen llegar mensajes de ánimo. Estamos llegando a un momento importante del camino que iniciamos la semana pasada con la identificación de las áreas fundamentales a profundizar: la misión, la persona y la reorganización. Estos temas han salido del diálogo en los grupos continentales, y después fueron aprobados en el Aula.

 

Sobre el tema de la misión
se ha puesto en evidencia el desafío
que nos presenta la Evangelii gaudium
de una “Iglesia en salida”
para estar más cerca de los últimos.

 

Cada delegado capitular ha escogido el tema en el que se considera más competente. Así se han formado tres grupos de trabajo que han presentado un esquema con los puntos esenciales de cada uno de los temas. Después, en el Aula, cada uno ha presentado sus conclusiones para el debate en asamblea, con la intención de enriquecerlo.

Sobre el tema de la misión se ha puesto en evidencia el desafío que nos presenta la Evangelii gaudium de una “Iglesia en salida” para estar más cerca de los últimos. El nuevo modelo de misión nos llama a revisar nuestra forma de trabajar. Las especializaciones formativas deben orientarse a la urgencia de diversas áreas de evangelización. Confirmamos el empeño por la reconciliación, la justicia, la paz y la integridad de la creación como parte integrales del anuncio del evangelio.

Por lo que respecta a la persona, el grupo, en su presentación ha resaltado la creciente internacionalización del Instituto. Esto requiere de una formación de base que ayude a acoger el don y el desafío de la multiculturalidad en el diálogo y respeto recíproco. Somos conscientes de la importancia de cultivar relaciones interpersonales de amistad y ayuda fraterna en nuestras comunidades para ser testimonios de la buena noticia del Evangelio.

En el tema de la reorganización se ha subrayado el desafío de la “nueva misión” y la disminución del personal. Aspectos que nos hacen conscientes de la importancia de continuar dando un servicio de calidad a la Iglesia y la sociedad. La reorganización del Instituto tiene que suceder a varios niveles, partiendo de la base, siguiendo por la provincia, el continente y la administración general.

Ahora toca a los grupos elaborar un esbozo de un texto que acoja las sugerencias del Aula y las convierta en indicaciones operativas concretas para el próximo sexenio.