Carta del p. Teresino Serra
“A un año del Capítulo General debemos agradecer a Dios por el compromiso de los hermanos en el proceso de la RM: quien ha sembrado, sin duda cosechará”.
Por su valor, publicamos esta carta de
Roma, 15-08-2008 Asunción de la Sma. Virgen María.
Al P. Enrique Rosich V., Misioneros Combonianos – Roma
Querido P. Enrique,
Mis saludos sinceros son también un agradecimiento para ti y para todos. Particularmente para las comisiones restringida y alargada comprometidas en el proceso de la Ratio Missionis (RM). Quiero comunicarte algunos pensamientos de gratitud por el trabajo desarrollado hasta ahora:
1. A un año del Capítulo General debemos agradecer a Dios por el compromiso de los hermanos en el proceso de la RM: quien ha sembrado, sin duda cosechará. Quien no ha querido entrar en el proceso, hay que decirlo con toda serenidad, quedó fuera del camino del Instituto. Agradecemos a los provinciales y delegados por su empeño en animar el proceso de la RM, a pesar de sus muchos compromisos y las dificultades.
2. El proceso de la RM nos ha acompañado en estos cinco años y podemos decir que ha sido una gracia para el Instituto. La RM nos ha conducido de nuevo a la originalidad y riqueza de nuestro carisma; nos ha hecho gustar la gracia de ser combonianos; nos ha hecho encontrarnos y conocernos más como familia misionera; nos ha revelado nuestras virtudes y nuestras debilidades. Y, sobre todo, nos ha dado valor y confianza para el futuro.
El proceso de la Ratio Missionis y la síntesis final darán por tanto un tono comboniano especial al Capítulo General.
3. La comisión para la RM tendrá un lugar particular durante el Capítulo General porque la RM refleja el camino hecho en estos cinco años, y porque es la revelación de lo que somos y hacemos como combonianos.
Debemos decir también que la metodología del discernimiento, adoptada en el proceso de la RM, ha dado sugerencias para la metodología que debe usarse en el próximo Capítulo General y que hay que contemplar en el estatuto.
4. La RM no es sólo un trabajo escrito, sino un trabajo vivido por los hermanos: es el sentir de la base, es voz que llega desde la misión comboniana. Este sentir y esta voz serán una riqueza durante el capítulo y también un hilo conductor para reprogramar el Instituto, para rediseñar las presencia y recualificar nuestro ser misioneros en la Iglesia de Cristo.
5. El proceso de la RM no termina con el Capítulo: podemos paragonar la RM con una planta que hemos cultivado a pesar de las dificultades de los distintos climas, el viento o, a veces, la escasez de la lluvia. La planta ha crecido y ha dado sus primeros frutos. Tenemos que continuar cultivando, nutriendo y podando esta planta para que dé más fruto. El Capítulo General mismo, al tiempo que gozará de los frutos de la RM, nos indicará la necesidad y el modo en que el Instituto debe continuar su reflexión a través del proceso de la RM.
6. Miramos al futuro con fe y valor. En este momento no podemos tener las respuestas a las preguntas que espontáneamente nos vienen a la mente. Dejémonos conducir por aquel pastor que conoce el camino. Dejémonos acompañar por la confianza típica de Comboni que lo ayudaba a afrontar la misión con valor día tras día. “La obra es de Dios y Dios mismo está interesado en el éxito de esta obra. Porque la obra es Suya, Dios se involucra e interesa en ella”.
Gracias una vez más a todos los hermanos y a todos aquellos que trabajaron en las diversas etapas y comisiones por la RM, a nivel de instituto y de circunscripciones.
A nombre del Consejo General
p. Teresino Serra
Para las comisiones restringida y alargada