Domingo, 13 de octubre 2024
El 5 de septiembre de 2024, el Padre Víctor Hugo Castillo Matarrita, misionero comboniano, fue nombrado nuevo Obispo de Kaga-Bandoro por parte del Papa Francisco. El Padre Víctor Hugo era el Superior de la Delegación de los Combonianos en Centroáfrica. Hoy, Mons. Víctor Hugo nos explica el lema y el escudo que guiarán su ministerio episcopal en su nueva diócesis en la República Centroafricana. [Véase el anexo]

Mons. Víctor Hugo Castillo Matarrita, misionero comboniano, nuevo Obispo de Kaga-Bandoro, en Centroáfrica.

Lema

El lema episcopal elegido por Mons. Víctor Hugo Castillo está tomado del libro del profeta Jeremias: «Ego Sum Tecum” (Jer 1,8) [«Yo estoy contigo; «Je suis avec toi”; «Io sono con te»; «Ti mbi, mbi yeke na mo»]. «Yo estoy contigo...» es la promesa que Dios ofrece a todos los que elige y llama. El dinamismo de esta promesa recorre las páginas de la Sagrada Escritura. Allí donde percibimos la presencia de Dios, hay futuro: “Yo estoy contigo”.

Escudo

El Sagrado Corazón de Jesús recuerda la espiritualidad de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús. Una espiritualidad que me ha acompañado en mi vocación y me inspira el amor a la misión. Evoca también el sentido de pertenencia a la Iglesia y del llamado a amar y servir.

El apretón de manos evoca el encuentro con el otro. En nuestras diferencias, estamos llamados a caminar juntos, favoreciendo el diálogo y la colaboración, siempre abiertos a la misión. El «campo» sobre el que se apoyan las dos manos es de oro, el primero de los metales nobles, simbolizando así la primera Virtud, la Fe; en efecto, es la Fe la que hace aún más fuerte y dinámica la Caridad, que está en el origen del gesto de amor hacia el hermano en dificultad.

Las «dos manos que se estrechan», además de recordar la invitación a Bartimeo para que se levante, son también una referencia a la parábola del Buen Samaritano. La mano tendida simboliza así la urgencia de la solidaridad, de la ayuda cristiana a los hermanos y hermanas menos afortunados que se encuentran en la necesidad, en el abandono, y que necesitan, por tanto, una mano amiga que los levante. «Las dos manos estrechadas» recuerdan a Mons. Víctor Hugo la misión que está llamado a realizar. Como hermano, padre y pastor, debe levantar a todos los que han caído.

La concha del peregrino ha sido siempre el símbolo del Apóstol Santiago (de Compostela) en la iconografía clásica. El Papa Francisco, convocando el Año Jubilar 2025 bajo el lema «Peregrinos de esperanza», nos hace buscadores de la presencia de Dios recorriendo los caminos de la misión. El símbolo de la concha del peregrino recuerda también el papel principal de la Iglesia peregrina en la tierra, en perpetuo camino de conversión, siguiendo las huellas de los últimos. Las estrías de la concha, que convergen en un único punto, simbolizan los diferentes caminos que puede tomar el peregrino, pero que todos convergen hacia un único punto: Cristo.

La estrella es el símbolo de la Virgen María, Madre de la Iglesia. En el camino, los peregrinos tienen como punto de referencia y consuelo a la Virgen María, indicada en heráldica por la Estrella. La estrella, en la noche, emite la luz que viene del Sol. El Sol que todo lo ilumina es Cristo. Por eso, cuando miramos a la Estrella/María, vemos a Jesús. En los momentos oscuros de nuestra vida, durante nuestra peregrinación, nunca debemos desanimarnos; al contrario, acudimos inmediatamente a María, que nos consuela y nos muestra el camino (Cristo) a cada uno de nosotros, peregrinos de la esperanza.